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Potenciar Trabajo | “Nos indigna que este gobierno decida investigar tan de cerca a los pobres y tan de lejos a los millonarios”

En medio del conflicto entre referentes de la Economía Popular y el Gobierno por el pago del plan Potenciar Trabajo, Nicolás Caropresi, referente nacional del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) e integrante de la UTEP, pasó por La Columna Vertebral para referirse a la reunión que mantuvieron con el presidente Alberto Fernández, las medidas a tomar y por qué la investigación a los beneficiados por los planes es ilegal.

LCV: Contanos un poco qué pasó en la semana.

 -Primero empezó toda una movida que arrancó con un informe que presentó la AFIP en base a un pedido que había hecho Juanchi Zavaleta en junio de este año, y en base a ese informe, no entendemos bien por qué, primero se montó una especie de persecución y de estigmatización de los trabajadores de la economía popular en base a qué hacían con la plata que reciben como ingresos. En base a ese informe empezaron a pedir más informes, un juez pidió el levantamiento del secreto fiscal, cosa que es un derecho sagrado, según me han dicho algunos funcionarios y políticos de este gobierno. Pero en el caso de los pobres se lo dan todo sin ningún problema de un día para el otro. Cuando se quiso levantar para investigar la fuga de dólares del FMI, el mismo Mayans y varios senadores nos han dicho que era un derecho sagrado, no se puede hacer. La cuestión es que, en base al levantamiento del secreto fiscal, de un día para el otro, la ministra pretendió cambiar las reglas de juego, es decir, cuestiones que en la normativa del propio Ministerio no existían como incompatibilidades, de un día para el otro la querían convertir en incompatibilidades. Eso significaba que alrededor de casi 200.000 trabajadores y trabajadoras se queden de un día para el otro sin su sueldo. ¿Por qué digo de un día para el otro? Porque era una medida retroactiva. Es decir, que la mayoría de sus compañeros, como te decía, trabajaron durante el mes. ¿Por qué le vas a cortar el sueldo o por qué no le vas a pagar el trabajo que hicieron durante el mes? Entonces ahí es donde empezó la discusión con los movimientos, con la UTEP, sobre todo.

No teníamos ningún problema en sentarnos a discutir y ver como se ordenaba eso para adelante, que tenían que entender algunas cuestiones de la economía popular. Se quería poner un tope de ingreso que va en contra del espíritu del Potenciar Trabajo mismo, porque como yo te decía, el salario es complementario, un complemento de ingreso para un trabajador que ya de alguna manera viene generando su ingreso. La capacidad de organizarse, la capacidad a organizarse en cooperativa, lo cual mejora la producción de ese compañero, como en el caso de los textiles, si lleva a que ese mes, o un mes, en vez de haber ganado $50.000 o $30.000, ganó $90.000 o $100.000 porque mejoraron la venta, porque todo el proceso organización hizo que consigan mejores precios, porque entregaron más productos que otras veces, de golpe se lo quería dar de baja porque si mostraba movimiento bancario o billetera virtual de dos salarios mínimo vital y móvil, para eso había que sacarles el complemento salarial. Esa es la discusión que apareció, pero para mí lo más grave de esta cuestión es que la ilegalidad que estaba por cometer el ministerio era en base a una normativa que no existe, dar de baja a 200.000 personas o echar a 200.000 personas de su trabajo. Después hubo una reunión a la que fue el secretario general de la UTEP, el Gringo Castro, y en esa reunión el compromiso asumido que no se va a tocar nada de lo que se iba a tocar y que a lo sumo empezaremos una mesa de discusión entre los diferentes representantes de las cooperativas y las organizaciones de la economía popular para ver en qué es lo que se quiere avanzar y a qué acuerdo podemos arribar en base a este recorte que están queriendo hacer, porque es un recorte. Están ajustando con lo de abajo, no es que están ordenando, están ajustando, están buscando la forma de reducir el padrón de beneficiarios de Potenciar Trabajo y lo vienen haciendo hace un tiempo. A mí un poco me indigna que sea este gobierno el que el que ponga la lupa tan cerca de los pobres y tan lejos de lo millonarios, porque la verdad es esa, porque seguir culpando a los pobres de la pobreza me parece una vileza demasiado grande para nuestro país por la situación en la que estamos.


“¿Por qué mejor no le abrimos el secreto fiscal a los que se fugaron 35 mil millones de dólares? Ese es nuestro único pedido, simple y concreto”

SOBRE LA DECISIÓN DE INVESTIGAR A LOS BENEFICIARIOS DE PLANES

LCV: Se le levantó el secreto fiscal a toda una clase social prácticamente. Lo que me llamó la atención también es un informe que había hecho Laura Vales, que había leído ella el informe de la AFIP. Ella explicaba que no se discriminaba, entonces decían “están comprando dólares”, pero están comprando dólares también puede ser como cuando de repente decidís contratar Netflix, que lo pagas en dólares.

-Nosotros propusimos hacer una pequeña vuelta entre los trabajadores y trabajadoras de nuestro movimiento que aparecían como identificados en el padrón y vos tenías el caso de uno que había comprado un dólar. Porque si vos tenés la aplicación BNA+ del Banco Nación, que es que si vos cobras a través del banco, podés acceder a tu movimiento bancario, incluso a pagar y esas cuestiones a través de una app del celular, como si fuera un mercado pago o tu tarjeta de débito. Bueno, cuando uno entra a la app, vos ves el saldo, ves alguna cuestión más y al toque tenés un botón que apretándolo vos abrís “comprar dólar ahorro”. Entonces es como que la incitación al delito la hacía el banco a un beneficiario que supuestamente tiene prohibido comprar dólares. Lo que digo primero es que nadie en la reglamentación tiene prohibido la compra de dólares. En la reglamentación que existe en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que da por creación al Potenciar Trabajo, nadie tiene prohibido comprar dólares. Primer punto. Segundo punto. Cualquier trabajador en Argentina hace lo que quiere con su sueldo, ¿Por qué al compañero de la economía popular le vamos a revisar en qué gasta la plata? Porque si el compañero popular no puede comprar dólares porque un pedazo de su sueldo lo paga el Estado, bueno, entonces que ningún estatal puede comprar dólares, que ningún funcionario público pueda comprar dólares, que ninguna persona que cobre directamente del Estado para comprar dólares, ningún diputado, ni el presidente. Porque por qué los de 27 no y el resto sí. Primer punto. Pero además de esto, el Banco Nación le ofrece la posibilidad de comprar dólares ahí nomás.

Y después está esto que vos decís de Netflix, Spotify, el jueguito de la PlayStation. Pero después también tenés otros tipos de problema como, por ejemplo, ayer leía un caso de una compañera nuestra que es vendedora ambulante de Once que tuvo que gastar creo que 35 dólares en un libro de medicina que tenía que comprarse para la carrera, que no lo conseguía en pesos. Después un compañero peruano que le mandó plata a su abuela porque estaba internada en Perú y la tuvo que cambiar en dólares. O sea, si se ponen a revisar caso por caso, que me parece una barbaridad, pero si se pudiera, se dan cuenta que solo están jodiendo la vida a gente que lo único que está queriendo hacer es salir adelante y vivir dignamente en este país que está siendo imposible.

LCV: Sabemos ya que existe una reunión donde hay un acuerdo y una suerte de tregua que va a ser durante todo enero para ir estudiando el tema y que se volverán a sentar en febrero ¿Cuáles son las expectativas? 

-Se llegó a ese acuerdo en que no iban a avanzar, porque realmente era una ilegalidad lo que estaban por hacer, de manera retroactiva descontarle a los compañeros también habría la posibilidad de a los trabajadores que iban a ser afectados de hacerle también una denuncia en la Justicia a la ministra y a quien sea por poder avanzar en ese sentido.

LCV: ¿De acá a fin de año entonces se supone las cosas están tranquilas? 

-Dos cosas voy a decir, trataré de ser breve. Una es que es cierto, tengo la misma sensación que vos, no podía creer que en diciembre estén tomando medidas de estas características, y agregando a lo que vos decis, el Potenciar Trabajo, el salario Complementario, los planes como se dice también, son 1 millón doscientos mil, ponele. El problema en la Argentina, según el IFE, son 7 millones y medio. Ponele que ahí tengamos trabajadores en negro, trabajadores de lo que nosotros llamamos la economía popular, gente que sobrevive y no se sabe cómo, son alrededor de 5 millones de personas, entonces tenemos que ser coherentes.

LCV: Trabajadores empobrecidos, alrededor de 15 millones.

-Además. La caída de la clase media, etc. Entonces dejémonos de joder, dejemos de revisar y hacer endoscopia a ver en qué gasta la plata el pobre y dediquémonos a apretar a lo que hay que apretar en serio. Hubo gente que se fugó 35 mil millones de dólares en el mismo momento que entraban 35 mil millones de dólares al país. Entonces, ¿por qué no le abrimos el secreto fiscal a esa gente y por qué no es investigada esa gente? Esa es nuestro único pedido concreto, simple y sencillo. 

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Archivo

Los Doblados, el Batallón 601 y una historia de amor, traición y muerte, por Ricardo Ragendorfer

Publicado por Revista Zoom, el 31 de julio de 2017

Siempre sentí que la obra –como concepto editorial– es en realidad la caja mortuoria de la creación. Ahora descreo de tal idea. Hace justo un año fue publicado mi libro Los Doblados, sobre las infiltraciones del Batallón 601 en la guerrilla argentina. El hecho es que una parte de su trama ha vuelto a latir, aunque ello –por su tenor argumental– no es en esta oportunidad precisamente un canto a la vida.

La historia en cuestión está desarrollada en el capítulo titulado “Alicia a través del espejo”. Y se refiere al caso del chileno Jean Claudet Fernández, un cuadro del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) capturado el 1 de de noviembre de 1975 en Buenos Aires por una patota del Ejército y agentes pinochetistas de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA). Fue el debut del Plan Cóndor en Argentina.

La primera información que obtuve acerca del asunto no superaba los datos arriba mencionados, y sin ser más que una pieza complementaria de otra intriga. Pero allí había algo oculto, una suerte de tragedia griega que me tomó casi un año reconstruir. Su protagonista: el coronel José Osvaldo Riveiro, alias “Balita”, un engranaje clave en la aplicación del terrorismo de Estado durante la última dictadura y –como subjefe del Batallón 601– el factótum local de la alianza represiva entre los regímenes castrenses de Cono Sur. Debo confesar que ese tipo obeso, alcohólico, por momentos ridículo y profundamente cruel fue para mí lo que para un entomólogo un escorpión. Su figura atraviesa las páginas de Los Doblados como un fantasma apenas disimulado. Un fantasma ahora empeñado en resurgir.

Amores perros

Jean Claudet Fernández

Por alguna razón que excede el marco estrictamente operativo, Riveiro sentía hacia Claudet una particular inquina. Un rencor que ni siquiera sus más estrechos colaboradores comprendían.

El chileno, un ingeniero de 36 años, había sobrevivido a las mazmorras de la DINA por tener también la ciudadanía francesa y residía con su familia en Sarcelles, una pequeña ciudad al norte de París. Con frecuencia solía viajar a Buenos Aires como correo de la Junta Coordinadora Revolucionaria (JCR), formada por las guerrillas de Uruguay, Bolivia, Chile y Argentina.

En eso estaba en la mañana del 25 de octubre cuando abordó un vuelo en el aeropuerto de Roissy. Aquella vez su periplo incluía una escala previa de cinco días en México y otra de 24 horas en Panamá.

Desde allí llamó por última vez antes de partir hacia Buenos Aires a su control en París. Sus compañeros en esa ciudad ignoraban que asimismo había enviado un mensaje a la arquitecta porteña Alicia Carbonell –mediante una amiga en común también llamada Alicia– para anunciar su llegada y pedir que lo esperara en un departamento de la calle Montevideo, a metros de la avenida Santa Fe, donde él acostumbraba alojarse durante sus estadías en esta urbe. Claudet mantenía con ella un vínculo sentimental. Con la excepción de las dos Alicias nadie más en Argentina sabía de su arribo.

Pero mientras Claudet se encontraba en pleno vuelo, la base parisina del MIR quedó envuelta en la zozobra: un agente de la DINA que reportaba a dicha organización acababa de informar que el domicilio en cuestión estaba rodeado por un dispositivo de vigilancia del Batallón 601. Y se temía que el viajero fuera atrapado ni bien pusiera un pie en el aeropuerto de Ezeiza,

Eso no sucedió. Claudet llamó a Paris desde un teléfono público de la terminal aérea. Así supo la mala nueva además de recibir la indicación de que regresara en el primer vuelo a la Ciudad Luz.

Sin embargo no había ninguno hasta la mañana siguiente. Su próximo paso fue llamar a la arquitecta para ponerla con pocas palabras al tanto de la situación y decirle que se alojará en el Hotel Liberty, de la avenida Corrientes al 600. Alicia quedó en encontrarse con él allí.

Orden de captura de José Osvaldo Riveiro

Los agentes la vieron salir del edificio de la calle Montevideo. Y así se inició un discreto seguimiento sobre ella, quien –dicho sea de paso– no fue al Liberty sino a su casa familiar de Barrio Norte. Balita había impartido la orden de no tocarle un pelo. Lo cierto que la presencia de esa mujer en medio de la operación lo ponía sumamente nervioso.

Al filo de la medianoche Claudet fue secuestrado en su habitación del hotel. Balita encabezaba la patota. También fue de la partida el encargado de la estación local de la DINA, Enrique Arancibia Clavel.

Éste, dos semanas después, consignó en un télex enviado desde Buenos Aires a la sede del Servicio Exterior de la DINA que al cautivo “le requisaron 97 microfilms con instrucciones de París”. El remate concluía con una frase sombría: “Claudet ahora ya no existe”.

Su desaparición causó una sacudida extrema entre los exiliados chilenos en Argentina. Recién a fines de noviembre la otra Alicia –muy acongojada por lo ocurrido– blanqueó la existencia de la arquitecta ante un militante del MIR. Desde entonces esta última fue depositaria de todas las sospechas. Eso se vio robustecido por el hecho de haberse mudado, además de renunciar a su trabajo y no ver más a sus amistades; o sea, se hizo humo.

Mientras tanto Balita enfrentaba problemas políticos y privados. Entre los primeros, una interna con el jefe de la SIDE, Otto Paladino, por el control en el país del Plan Cóndor; entre los segundos, el derrumbe de su matrimonio con la señora Susana Purcaro, algo muy mal visto en círculos castrenses.

Con el paso de los años aquella historia se fue desdibujando.

En 1987 –ya bajo el gobierno de Raúl Alfonsín– la evanecente figura de la Carbonell reapareció al no poder eludir su presentación como testigo de la causa Claudet en el juzgado de instrucción a cargo del doctor Emilio García Méndez. Allí dijo que al hombre del MIR lo había visto una sola vez por pura casualidad, y que el nexo fue la otra Alicia por ser amiga de los dos. Después, agregó: “Ni me acuerdo de su cara”.

En esa audiencia estuvo presente el abogado Horacio Méndez Carrera, quien representaba a familiares de los franceses desaparecidos en Argentina. Entonces se propuso querellar a esa mujer por falso testimonio.

No pudo ser: las leyes de Punto Final y Obediencia Debida sepultaron dicho expediente en el ostracismo.

Tres lustros más tarde Méndez Carrera encontró en su estudio una copia amarillenta de ese testimonio. Y algo concitó su interés: la dirección –Güemes 920, de Acassuso– en la cual ella fijaba su domicilio. Ese sitio no estaba lejos de su propia casa; de modo que decidió efectuar una visita de cortesía.

Alicia Carbonell -primera desde la izquierda- jurando como arquitecta

Era el mediodía del primer sábado de 2003 cuando él llegó a un chalet cercado con chapas verdes y rejas. Por el portero eléctrico preguntó por Alicia Carbonell y, sin rodeos, explicó la razón de su presencia.

Por toda respuesta, una voz femenina gritó:

–¡Yo no tengo nada que decirle!

También se oían los alaridos de un hombre.

Méndez Carrera volvió a tocar el botón del aparato.

Entonces vio que la mujer salía de la casa fuera de sí. Quien parecía ser su marido corrió tras ella y la atajó por la cintura. Éste –un individuo bastante mayor que ella– intentaba calmarla. Tras darse por vencido, le gritó al intruso:

–¡Mándese a mudar, carajo!

Y forzó una postura pendenciera.

No era otro que el coronel José Osvaldo Riveiro.

El gran secreto de aquellos dos seres acababa de quebrarse. Poco después la casa fue vendida. Y ellos pusieron los pies en polvorosa.

La segunda oportunidad

José Osvaldo Riveiro

Este fue apenas un resumen del relato que volqué en Los Doblados a lo largo de 47 páginas. Lo que se llama, una historia con “final abierto”. Porque más allá de la incógnita fáctica sobre el paradero del viejo militar y la ahora veterana arquitecta, también flotaban en el aire otros misterios.

Nunca dejé de preguntarme cómo nació el vínculo amoroso entre ellos. Ni cuáles fueron los motivos personales y las condiciones anímicas de Alicia Carbonell durante los acontecimientos que impulsaron tan espantosa relación. Es difícil saber si –antes o inmediatamente después del secuestro de Claudet– ella fue consciente de haber trazado el camino de su desaparición definitiva. De no ser así, ¿por qué diablos se prestó a ese juego? Y de ser así, ¿qué grave encono la habría lanzado a un crimen semejante? Pero de lo que no hay dudas es de que ella y Balita edificaron su pareja sobre ese delito de lesa humanidad. Y que su vida matrimonial debió ser notable. Esos y otros enigmas perduraban congelados por sus ausencias.

Aunque no para siempre. La prolongada huida de Riveiro se desplomó a principios de mayo en la recepción del Hospital Militar de un modo por demás insólito: el coronel apareció allí para sacar un turno médico; cuando dio sus datos, el sistema lo detectó como prófugo y se llamó a la policía.

Sobre él pesa un trámite de extradición a Francia, donde un tribunal lo condenó in absentia a 25 años de cárcel debido al crimen de Claudet.

También lo requiere un tribunal federal de Mendoza por 43 homicidios ordenados por él en 1978 desde el Destacamento 144 de Inteligencia. En razón a esta causa el Ministerio de Justicia había ofrecido en 2014 una recompensa de cien mil pesos por datos acerca de su paradero.

La cuestión es que Balita quedó en el Hospital Militar bajo arresto y con diagnóstico de “demencia senil”.

Ahora todo indica que el destino fue benévolo con él. Tanto es así que no tardó en obtener el beneficio del arresto domiciliario. ¿Acaso su increíble ida a tal centro de salud –quizás ideada por su familia– haya tenido justamente ese propósito para así acabar con la pesadilla de la clandestinidad?

Días pasados me escribió una amiga para comentar mi libro, y como al pasar, soltó: “Encontré a esa Alicia Carbonell por Facebook y me impresionó mucho. Supongo que vos también la viste”.

Yo no había visto nada. Y me apresuré en buscar su muro.

Lo primero que encontré fue una imagen de la feliz pareja colgada el 23 de junio. Y alguien comenta: “Al fin terminó todo. Qué lindo es poder ver una foto de ustedes juntos. ¡Los quiero muchísimo!”.

También hay otro comentario: “Un amor eterno, en las buenas y en las malas”. Su autor: el ex diputado de la UCD, Alberto Albamonte, nada menos que pareja de una hija del coronel. Ella, Alejandra Riveiro, a su vez aclara que no se trata de una fotografía actual, y completa: “Papá está en otra situación de salud, lamentablemente. ¡Pero por suerte está!”.

En el propio muro de aquella mujer hay un álbum con cinco imágenes subidas el 20 de julio. La primera es añeja, tomada en algún momento de los ‘80, y lo muestra a Balita con Alicia y un bebé en brazos en lo que parece ser un bautismo. Las otras cuatro son actuales. Y exhiben al genocida sin ocultar una leve expresión de chochera, pero muy contento de posar con las hijas y un bisnieto. Tal posteo está encabezado por la siguiente frase: “La vida nos dio una segunda oportunidad, papá. ¡Agarrémosla con las manos!”. Un himno a la esperanza.

(Título original: “Un Facebook para el Batallón 601”)

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