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La crisis del 52 y el plan de austeridad propuesto por Perón, por Leónidas ‘Noni’ Ceruti

A fines de 1948, comienza a agotarse el ciclo económico iniciado hacía varios años. El proceso de industrialización había permitido sustituir importaciones de bienes de consumo. La producción industrial continuaba atada a los ciclos de la economía mundial y su crecimiento dependía a largo plazo de que las exportaciones agropecuarias generaran las divisas necesarias para financiar las importaciones de insumos y bienes de capital. La caída de los precios de las exportaciones agropecuarias en los mercados internacionales, acentuada por el boicot norteamericano a las exportaciones argentinas (exclusión del Plan Marshall), privó al gobierno justicialista de la principal fuente de recursos sobre la que estaba basada la redistribución del ingreso nacional en favor de los trabajadores. Por lo tanto, los aumentos de salarios comenzaban a afectar la tasa de ganancia de la burguesía industrial.
En 1949, hubo una gran sequía que redujo al mínimo los saldos exportables y, hacia la década del 50, el rendimiento del campo había bajado aproximadamente en un 18% respecto de lo que era en 1946. La actividad industrial se estaba desarrollando notablemente, pero se seguía dependiendo de las exportaciones agrarias ya que sin ello no había actividad económica. Como consecuencia del bajo ingreso destinado al ámbito rural, el gobierno no pudo transferir recursos para la actividad industrial y el mantenimiento de los salarios. Desde 1949 hasta 1952 se realizaron una serie de reclamos salariales no satisfechos, y frente a esto Perón trató de incrementar la “armonía entre el capital y el trabajo” lo que significaba crear un equilibrio entre los intereses de los obreros y de los empresarios lo cual trajo aparejada cierta inestabilidad. A partir de 1951, después de la elección triunfante de Juan Domingo Perón, empiezan a adoptarse medidas que se ponen en marcha en febrero del año siguiente, lo que se llamó un plan de austeridad que, en términos actuales, era un plan de ajuste, y por otra parte el dinamismo del gobierno decayó notablemente.
Perón, no perdió el apoyo del pueblo y siguió adelante con ese plan que marcaba la necesidad de controlar determinados tipos de gastos y sobre todo, la necesidad de alentar nuevamente los trabajos agropecuarios, que se habían detenido casi completamente a partir de las políticas implementadas por el IAPI, comprador de los productos primarios del agro y vendedor e intermediario ante los mercados europeos. Se rectifica esa política, pero se fijan precios bastante favorables para los productores y se toman otras medidas como control de precios y salarios, control de convenios colectivos que se congelan por dos años a partir de 1952, y en consecuencia logra reducir de manera significativa la tasa inflacionaria: ese año fue del 4% anual y en 1953 es del 3%.
Los números marcaban que la inflación se disparó en 1951, hasta alcanzar un 37%, el P.B.I. cayó un 6,1% en 1952 a consecuencia de la pronunciada baja de las exportaciones y el aumento de la importación de combustibles. La balanza comercial fue deficitaria, pasando de 2.000 a 3.000 millones de pesos entre 1951 y 1952, lo cual significó una reducción de una tercera parte de las reservas internacionales. A principios de 1952, la situación económica era crítica por que habían mermado las reservas, insuficientes saldos exportables y un serio deterioro de los términos de intercambio a nivel internacional. En enero, se restringió el consumo de carne y se impuso por decreto que el 10% de las cabezas vacunas sacrificadas debía ser destinado a la exportación.
El intenso invierno generó importantes problemas para la sociedad: hubo reiterados cortes de energía, faltantes de carne y la población debió comer un negruzco pan de mijo. El Gobierno modifico su política: se restringió el consumo interno y se invirtió el funcionamiento del IAPI para beneficiar a la producción agropecuaria. Se optó por colocar en los trabajadores la responsabilidad de superar la crisis a costa de una mayor “productividad” (extracción de plusvalía) para restituir la tasa de ganancia a las patronales. En marzo de 1952 se dispuso el Plan de Estabilización, que contemplaba una serie de medidas destinadas al control de la inflación (desatada por la puja distributiva entre las diferentes fracciones) y la recuperación del sector externo centradas en la restricción del consumo, el fomento del ahorro y el aumento de la productividad de los trabajadores.

En guerra contra los ‘rastacueros’
Perón, al anunciar el plan económico de 1952, los precios de la cosecha y de la economía familiar, el 18 de febrero, dio a conocer estas sugerencias:
“Para que cada argentino sepa lo que debe hacer”
“Consumir menos: La regla debe ser ahorrar, no derrochar.
Economizar en las compras, adquirir lo necesario, consumir lo imprescindible.
No derrochar alimentos que llenan los cajones de basuras. No abusar en la compra de vestuario.
Efectuar las compras donde los precios son menores, como cooperativas, mutuales y proveedurías gremiales o sociales.
Desechar prejuicios y concurrir a ferias y proveedurías en vez de hacerse traer las mercaderías a domicilio, a mayor precio.
No ser ‘rastacueros ‘y pagar lo que le pidan, sino vigilar que no le roben denunciando en cada caso al comerciante inescrupuloso. Evitar gastos superfluos, aun cuando fueran a plazos.
Limitar la concurrencia al hipódromo, los cabarets y salas de juego a lo que permitan los medios, después de haber satisfecho las necesidades esenciales”.
Perón decidió dar un golpe de timón en la orientación de su política económica del Primer Plan Quinquenal, que privilegiaba el consumo interno, tomando una serie de medidas para superar la crítica coyuntura, por medio del “Plan Económico de Austeridad” lanzado en febrero de 1952. En su convocatoria, el presidente instaba a los argentinos a realizar un esfuerzo solidario para superar la situación crítica, tratando de aumentar la productividad y la reducción de los consumos innecesarios, para favorecer el ahorro. Asimismo, apuntaba a aumentar la producción agropecuaria, reducir las importaciones y multiplicar las exportaciones. El pedido de austeridad implicaba suprimir el derroche y los gastos innecesarios. El líder planteo que si a esta “política le agregamos un aumento sólo del veinte por ciento en la producción solucionaremos el problema de las divisas, parte del problema de la inflación y consolidaremos la capitalización del país”.

El rol de las mujeres, cooperativas y sindicatos
El plan repartía las responsabilidades para el éxito del siguiente modo: el 50% correspondía al gobierno, el 25% a mutuales, cooperativas y sindicatos y el 25 % a la acción popular en defensa de la economía hogareña. Las familias, y en especial las mujeres “organizadoras del consumo” familiar, debían jugar un rol esencial: “de su acción de todos los días –sostenía la publicación Mundo Peronista- depende en gran parte el éxito de nuestros planes. La mujer debe conocerlos, comprenderlos, ejecutarlos y vigilar por sí su ejecución. Estamos persuadidos de que desde mañana tendremos en cada mujer argentina una cooperadora económica.” Perón detalló algunas de las acciones que debían desarrollarse, a fin de convertir al ahorro en una política de Estado. Recomendaba que “las mujeres economizaran en las compras, adquirieran y consumieran lo imprescindible, evitaran descartar alimentos utilizables, no abusaran de las compras de vestuario y concurrieran a aquellos lugares donde los precios fueran menores, como ferias, mutuales, proveedurías gremiales o cooperativas. También solicitaba denunciar al comerciante inescrupuloso o al agiotista, considerados como enemigos declarados del bienestar de la comunidad”.
Por cierto, no era la primera vez que el peronismo convocaba a las mujeres como defensoras primordiales de los ingresos familiares. En efecto, un mes antes de que Perón asumiera su primer mandato presidencial, en 1946, Evita dio un discurso para anunciar una campaña “pro abaratamiento de la vida”, con el fin de incrementar el rendimiento del salario. En 1952 y 1953 la situación era otra, el lema era ahorrar, y esa urgencia era el eje del discurso de Evita, al ponerse al frente de la campaña, destacando el rol primordial asignado a la mujer, esas “anónimas heroínas del hogar humilde” que habían pasado a desempeñar un nuevo rol protagónico en el marco del proyecto nacional: “no podemos excluir a la mujer argentina de esta responsabilidad social y menos a las mujeres peronistas, que además representamos la esencia viva y fecunda del auténtico pueblo argentino. Por eso queremos asumir y asumimos, nuestra responsabilidad en la patriótica tarea común, el general Perón ha reclamado la colaboración de su pueblo en este momento especial de la vida económica argentina”.

Varias organizaciones se sumaron a la iniciativa, produciendo y repartiendo cartillas con consejos y sugerencias. Los noticieros, la prensa escrita y la radiofonía divulgaban comidas económicas y proporcionaban recetas alternativas que excluían la utilización de carne vacuna, a fin de reducir su consumo interno. En Unidades Básicas se dictaban cursos de cocina, a los fines de diversificar la dieta y aprender a utilizar los productos de estación. De ese modo, el objetivo era la preparación de la comida a bajo costo y con alto valor alimenticio, “que pasó de ser una práctica rutinaria y tradicional a convertirse en una cualidad patriótica”, comento un periodista. La nueva dieta, rica en frutas, verduras, hortalizas y pescados, era recomendada por el Ministro de Salud, Ramón Carrillo, quien aportaba su contribución a la mejora de los hábitos alimenticios, mientras el Ministro de Agricultura, Carlos Emery, instaba a que el Ejército cediera parte de sus tierras para obtener productos agrícolas a bajos costos. La Caja de Ahorro enseñaban a organizar el presupuesto familiar, distribuyendo tareas entre la mujer (medicinas, educación, alimentos, alquiler y esparcimiento) y el hombre (periódicos, transporte y comidas en su lugar de trabajo).
En la asignación de funciones dentro del grupo familiar, la responsabilidad principal era asignada a la mujer, definida por Perón como una fundamental “cooperadora económica”. Los niños fueron motivados a colaborar. Los libros escolares como Obreritos o Patria Justa divulgaban los hábitos de ahorro. Mientras que la revista Mundo Infantil lo adoptó como tema prioritario, creándose personajes como Don Derrochin o Maese Ahorrín, y la Libreta de Ahorros fue difundida en las escuelas. “Para todos es necesario el ahorro –sentenciaba su contratapa-, y para todos es posible”, al tiempo que los instaba a reemplazar el consumo de golosinas por el de estampillas de ahorro. A los hombres se les solicitaba evitar los gastos superfluos, limitar la concurrencia los cabarets, al hipódromo y a las salas de juego, privilegiando la satisfacción de las necesidades esenciales.
Desde Mundo Peronista, se les reclamaba desempeñar un rol más comprometido con la situación crítica que atravesaba el pais: “A usted no se le ha ocurrido que como representante del movimiento en su barrio o su pueblo usted tiene la obligación de hacer algo para que las ideas de Perón se conozcan en toda la zona de su influencia? Entonces, qué hace que no se mueve? Por ejemplo, realizar reuniones con los jefes de familia afiliados a su unidad y explicarles el plan, discutirlo y ver qué va a hacer cada uno. Al cabo de algún tiempo reunirse nuevamente para analizar que había hecho cada uno. Si a usted le da el cuero, puede tratar asimismo de estudiar algún problema local de producción: reúna a los agricultores peronistas o a los industriales o a los comerciantes y explíqueles lo que quiere Perón de cada uno de ellos”.

Perón uso el término “rastacueros” para señalar a quienes se mostraban como adinerados, pagando precios excesivos por sus consumos. Para evitar que el pueblo se convirtiese en “rastacueros”, se abrieron los “Grandes Almacenes Justicialistas”, cuyo slogan era “una gran tienda para una gran ciudad, con noble mercadería a precios equitativos y donde todos pueden comprar”. Se trataba de ayudar a las cooperativas y mutuales en su esfuerzo por mantener los precios bajos. También la Fundación Eva Perón inauguró en 1951 una serie de proveedurías de bajos precios, además de fomentar actividades económicas productivas. La política aporto lo suyo, ya que el Consejo Superior del Partido Peronista prohibió todo banquete, agasajo o vino de honor durante el año 1952. Los mecanismos de control se extremaron. Las censistas fueron instruidas para realizar tareas de control y fiscalización de precios máximos, reparto de cartillas y asesoramiento de las amas de casa. Además debían supervisar que mercados, ferias y comercios exhibieran las listas de precios, y sí éstos se adecuaban a los fijados por las autoridades. Las Unidades Básicas femeninas colaboraban con ellas, organizando equipos que efectuaban sus propias inspecciones, distribuyéndose horarios y áreas de acción, aunque esto no siempre resultaba efectivo: “hemos observado –relataba por entonces una militante– que nuestra acción no resulta del todo eficaz cuando los comerciantes llegan a conocernos. En cuanto nos conocen los agiotistas dejan momentáneamente sus maniobras y solamente se salvan de sus garras las clientas que tienen la suerte de comprar en nuestra presencia”.
La coyuntura era sumamente crítica, y quedaba en claro que el futuro del Proyecto Nacional estaba en juego, ya que la alimentación de la población desempeñaba un papel esencial en el proceso de inclusión social impulsada desde el gobierno. La oposición no lo ignoraba, y aprovechó la situación para tratar de instalar el descontento en el campo popular. De este modo, muchos productores, intermediarios y comerciantes recurrían a prácticas que resultaban conspirativas, como el incremento abusivo de los precios, la retención de productos para forzar la suba de su cotización, la alteración del peso de las mercaderías o la venta de bienes de inferior calidad a precios multiplicados. La respuesta la dio Mundo Peronista que recogió las directivas del General Perón, instando a que “cada comprador sea un inspector del gobierno, para mandar preso al comerciante que no cumpla con los precios que se han comprometido a respetar. … es menester que cada ciudadano se convierta en un observador minucioso y permanente, porque hoy la lucha es subrepticia… no vamos a tener un enemigo enfrente: colocan la bomba y se van. Aumentan los precios y se hacen los angelitos. Organizan la falta de carne y dicen que ellos no tiene la culpa”.

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Massa frente a 200.000 trabajadores: “Viene un tiempo de Unidad Nacional”

El viernes pasado, la Confederación General del Trabajo realizó un multitudinario acto frente al Congreso para festejar las recientes conquistas y el quite del impuesto a las ganancias de los asalaridos. El único orador fue el candidato a presidente por Unión por la Patria, Sergio Massa, rodeado de dirigentes y afiliados no solo de la CGT sino también de las dos CTA y movimientos sociales. Aquí algunas de las definiciones del actual ministro de economía en su caracter de candidato presidencial:
✅Yo vengo a agradecerle a todos estos dirigentes del movimiento obrero, organizaciónes sociales, organizaciones de la economía popular, pequeña y mediana empresa que vinieron a decir presente y decirle gracias a nuestros senadores, a nuestros diputados, a la presidenta de la Cámara de diputados de la Nación, a la presidenta del senado de la Nación y vicepresidenta Cristina Kirchner por haber tomado la decisión de avanzar en un paso fundamental para empezar a reparar los errores, las lastimaduras que tiene nuestra economía y que tiene el sistema de distribución del ingreso en la Argentina.
✅Quiero que hoy se graben un número, lo guarden para siempre, 27.725 es la Ley que termina con el Impuesto a las Ganancias en el salario de las y los trabajadores argentinos.
✅Quiero decirle a todos aquellos que pelean hace muchos años. No es un tema que haya planteado hace un mes o dos. Muchos saben que hace más de diez años que vengo planteando en mejora de la puja distributiva en argentina, el salario no es ganancia, es remuneración.
✅Hemos enviado la ley al Congreso, por eso les quiero pedir que también nos movilicemos para pedirle al Congreso que saque definitivamente de la canasta básica la Ley que le devuelve el IVA a trabajadores y trabajadoras de la economía popular, a jubilados, a trabajadores que no llegan con su salario.
✅Sin empresas no hay trabajadores, sin trabajadores no hay empresas. Tenemos que entender que la producción y el trabajo son aliados definitivos para la construcción de riqueza de nuestra Patria.
✅Tenemos la responsabilidad de construir un tiempo nuevo en la Argentina. Me llena de orgullo ver que en este escenario hay dirigentes sindicales de distintas centrales obreras, que lograron detrás del objetivo de mejorar el salario de la gente, poder pelear juntos y lograr una conquista. Ver a los dirigentes de nuestras organizaciones sociales y de la economía popular acompañando a los dirigentes sindicales, acompañando su festejo, pero también la continuidad de su lucha. Esa es la mesa de unidad de los argentinos, empresarios, trabajadores, organizaciones sociales y el Estado. Nuestra patria necesita un gobierno de unidad nacional.
✅ En tres semanas se define el futuro de la Argentina, decidimos si somos un país con derechos laborales, con vacaciones pagas, con derecho a la indemnización, que pelea para mejorar el ingreso de nuestros trabajadores o si volvemos al pasado.
✅El esfuerzo no lo tienen que hacer los que trabajan sino los que timbean, los que especulan, los que atentan contra la Argentina.
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Gerardo Morales, en campaña, arremete contra sindicatos y pueblos originarios

Mientras en la ciudad de Buenos Aires continúa el acampe frente a Tribunales de miembros del Tercer Malón de la Paz que llegaron el 1° de agosto a la Capital para reclamar la derogación de la nueva constitución provincial propuesta por Gerardo Morales que pone en riesgo la posesión de sus tierras, y tres de ellos están cumpliendo una huelga de hambre desde hace más de diez días encadenados a las rejas del Congreso a la espera de ser atendidos por diputados y sendores, en Jujuy continúa la persecusión judicial contra manifestantes y sindicalistas, tal como denuncia el SEOM, sindicato de obreros municipales.
La Justicia Penal Provincial reabrió esta semana una causa contra 11 dirigentes del S.E.O.M. de Jujuy que ya había prescripto después de seis años en los que nadie movió el expediente y por lo tanto caducó. En plena campaña electoral, Gerardo Morales decidió desarchivarla a pesar de haberse cumplido el plazo fijado por la ley para su continuidad.
Pero la embestida no se quedó ahí. La Justicia Contravencional de Jujuy citó a una audiencia de juicio oral para este viernes 29 de septiembre a la tarde, a Santiago Seillant, Secretario Adjunto del S.E.O.M. Jujuy al cual acusan de haber impedido “el paso a ambulancias, vehículos policiales o de bomberos que lleven señales lumínicas y sirenas encendidas.” (Art. 90 del Código Contravencional) y por el supuesto delito de “tomar parte en reuniones públicas tumultuarias o provocaren tumultos en reuniones públicas, autorizadas o no” (Art. 112 del mismo Código), imputaciones que se le formulan por haber participado de las manifestaciones del 20 de junio pasado donde una masiva convocatoria popular rechazó la Reforma Constitucional por ser violatoria de la Constitución Nacional y por no tener consenso social. Por la presente causa, el dirigente mencionado, puede recibir penas complementarias de privación de la libertad, multas millonarias y trabajos comunitarios.

En un comunicado del sindicato difundido en el día de ayer, sostienen que “el código contravencional de Jujuy es un mamarracho legal” que tiene como único objetivo la judicialización de la protesta social.
“El Código Contravencional de la provincia es inconstitucional por arrogarse la facultad de legislar en materia penal que sólo corresponde al Congreso Nacional, porque así lo determina la Constitución Nacional vigente. Asimismo, varios de sus artículos atentan contra derechos constitucionales como el de reunión, libre expresión y petición ante las autoridades, asimismo, en los hechos prohíben la protesta social. Por ello es ilegal y es inconstitucional.
Asimismo, en Jujuy sucede algo que está prohibido por la Constitución y los Tratados Internacionales a los que la República Argentina está adherida y debe respetar, que es que el Estado no puede juzgar ni condenar dos veces un mismo hecho o conducta, dado que esto viola un principio legal histórico del Derecho, que funciona como una garantía de los ciudadanos frente al Estado. En Jujuy, gracias al Código Contravencional, un mismo hecho o conducta es juzgado y penado tanto por la vía contravencional como por la vía penal, este mamarracho jurídico está habilitado por la misma Constitucional Provincial reformada, que permite la doble sanción estatal frente a una única conducta o hecho. Se usan las mismas pruebas para juzgarte dos veces y condenarte con dos sanciones que son complementarias.“, sostiene el sindicato de municipales que participó activamente, junto a docentes y trabajadores de la salud en las movilizaciones contra la reforma que fueron duramente reprimidas por el gobierno de Morales en junio de este año.

Si no hay respuesta, se profundizarán las medidas en todo el país
La resistencia al nuevo ataque a la protesta social en Jujuy crece día a día. Néstor Jeréz, uno de los integrantes del Malón de la Paz encadenado al Congreso declaró a la agencia Telam:”Hace nueve días que iniciamos la huelga de hambre encadenados al Congreso Nacional. Somos tres integrantes del Tercer Malón de la Paz y sólo tomamos agua”, cacique del pueblo Ocloya, Jeréz afirmó que “el cuerpo ya pasa factura, se siente el debilitamiento y el mareo” a nueve días de iniciada la huelga de hambre.
Los manifestantes recibieron el apoyo de diversas organizaciones sociales, entre ellas, el Movimiento La Dignidad, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y Movimiento Barrios de Pie, que marcharon para solidarizarse con ellos. También fueron recibidos por el presidente Alberto Fernández el mes pasado pero todavía no se destrabó el conflicto.
Fuentes consultadas por LCV advirtieron: “Responsabilizamos por la salud y la vida de las y los hermanos que mantienen la medida, a los legisladores que todavía no se expidieron. Si no hay respuesta se profundizaran las medidas en todo el país.“
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Increíble: Biden en huelga

Con un gorro visera de la UAW (United Auto Workers) y megáfono en mano, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, participó del mitín de los trabajadores de la industria automotríz en huelga desde hace veinte días en las principales fábricas del país: Ford, General Motors y Stellantis. El sindicato mantiene un plan de lucha en reclamo de aumento de sueldos, mejores condiciones laborales y más días de descanso.
“Las empresas tenían problemas, ahora les va increíblemente bien. Y, ¿adivinen qué? A ustedes también debería irles increíblemente bien”, exclamó el presidente quien se solidarizó publicamente con la clase trabajadora de Michigan. El lugar elegido para su discurso fue el centro de distribución de General Motors, uno de los puntos principales de la huelga que se ha extendido a múltiples estados.
Biden puso énfasis en la importancia de los sindicatos para la economía del país al afirmar: “Wall Street no construyó este país, la clase media construyó este país, y los sindicatos construyeron la clase media”. Sin medias tintas, agregó: “se merecen el significativo aumento salarial que necesitan”, mientras los trabajadores coreaban “¡Sin acuerdo no hay ruedas!”,“¡Sin pago no hay autopartes!”.
Por su parte, el presidente del UAW, Shawn Fain, calificó como un hecho ‘histórico’ el aval del presidente de la república y agradeció su presencia en el piquete obrero. El gremialista acusó a las grandes corporaciones de seguir sumando beneficios y dejar a los trabajadores “peleando por sobras”.
Ya en la campaña presidencial de 2020, Biden se había declarado a favor de la acción sindical apoyando los paros de trabajadores en Las Vegas y en la industria automotriz en Kansas City. Este martes, en vistas de la elecciones del año próximo, se presentó sorpresivamente en la huelga automotriz.
Con este gesto, Biden se le adelantó en un día a Donald Trump quien tenía previsto participar de una asamblea frente a los obreros de la industria automotriz en huelga pero el UAW se desvinculó de la organización del evento.

Los guionistas de Hollywood llegan a un acuerdo y levantan la huelga.
El resurgimiento de la actividad sindical en Estados Unidos tuvo impacto internacional por la huelga iniciada por actores y guionistas de Hollywood. Después de 146 días de conflicto, los guionistas festejaron el acuerdo firmado con las corporaciones y levantaron el paro que estaba haciendo temblar a las grandes plataformas.
Más allá de un aumento salarial del 18%, el pago por residuales y bonificaciones en el caso de series o películas realizadas para las plataformas, los guionistas de Hollywood han logrado limitar el uso de la inteligencia artificial generativa. Según el acuerdo firmado que tendrá vigencia por tres años, no se podrá utilizar la tecnología para escribir o reescribir material literario, ni tampoco utilizarse como fuente. ¿Esto qué significa? Que los estudios no podrán aprovechar herramientas como ChatGPT o Bard para crear historias que luego los escritores deban transformar en un guion.