Entrevistas
Julio Piumanto: Martínez De Hoz, Cavallo, Menem, De la Rúa y Macri, hablaron de libertad. Una libertad que provocó solo inequidad”.

Mientras el gobierno abría un compás de espera para continuar el ‘diálogo’ con sindicatos y empresario dentro de 10 días, el boletín oficial publicaba la reglamentación del impuesto a las ganancias de los salarios sin ninguna modificación. La CGT reiteró que cada sector damnificado estaría libre de presentar un recurso ante la justicia mientras estudian la posibilidad de hacer un reclamo general.
Tal como ya lo habían anunciado varios gremios, Camioneros, Portuarios, Aeronáuticos, Bancarios y Aceiteros, entre otros. Ya fueron presentadas a Tribunales las apelaciones de varios sindicatos. Sergio Palazzo de la Bancaria acudió ayer a la justicia, al igual que Carlos Wechsler, de Adimra. Los sucedió el representante de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN)Julio Piumato, “invocando derechos de incidencia colectiva y frente a la violación del principio de legalidad en materia tributaria”.
El pasado lunes, Nora Anchart entrevistó a Julio Piumato, actual Sec. Gral de DDHH de la CGT, en La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores que se emite por larz.com.ar los lunes de 18 a 20hs. En medio de este complejo panorama de un gobierno que se declara ‘libertario’ la charla giró en torno al concepto de libertad, libertad que también esgrimía Martínez de Hoz. La cárcel a los genocidas y el terrorismo de Estado fueron parte de la conversación. A pesar de que UEJN participa de las mesas de diálogo propuestas por el gobierno, su líder no parece muy convencido sobre cómo van las cosas.
Julio Piumato 22/7/2024:
LCV: ¿Para vos qué significa en nuestro país hoy la palabra libertad?
—Libertad significa lo mismo siempre. Libertad es poder ejercer todos tus derechos. Nosotros siempre decimos que cuando hay parte de la sociedad que no tiene posibilidad de ejercer su derecho ni vivir con dignidad, no tiene libertad. Tiene libertad de morirse de hambre, como dijo una persona del gobierno. Pero libertad es un valor muy profundo del ser humano y de las comunidades, porque tiene que ver con eso, con el acceso a una vida digna de conjunto, el poder elegir, el poder optar, el tener libertad. Lo que pasa es que el concepto libertad muchas veces se ha asimilado a la fuerza, digamos, al interés del más fuerte. Son los poderosos que quieren libertad para para oprimir a los más débiles. La libertad tiene que tener un valor más universal. Hay libertad cuando todos pueden pueden ejercer sus derechos, y no cuando solo los pueden ejercer los más poderosos.
LCV: La libertad del zorro en el gallinero no es libertad, y la libertad que proclama el actual gobierno nacional me parece que tampoco.
—Obvio, no, pero ellos son libertarios, van más allá de la libertad, digamos, una libertad muy especial. Porque fíjate que por un lado dicen libertad y por el otro lado, es para proteger los derechos de los poderosos, como pasó siempre en todo, o por lo menos si nos ponemos a ver en los periodos similares a estos que estamos viviendo, siempre el concepto de libertad se asoció a los poderosos. Planteaban la libertad y la no regulación en las cuestiones que tenían que ver con los sectores más necesitados de la sociedad, y en cambio regulaban cuando estaban en juego sus propios intereses. Es decir, hay un contra sentido.
LCV: Es muy particular el momento en el que estamos viviendo, porque los libertarios y todas las derivaciones de la palabra libertad, me parece que en este momento tienen un uso y abuso muy impresionante y sobre todo una gran careteada. Me parece que es una gran hipocresía.
—Una distorsión. No es una libertad. La libertad no es que esté todo igual. Jauretche decía algo bien: igualémonos y después corremos, ¿no? Estemos todos en la misma condición.
LCV: Yo me acuerdo haber hecho una nota una vez a un excombatiente de Malvinas, que está registrado en un documental mío, que se llama Regístrese, comuníquese y archívese. El excombatiente decía algo así como sí, todos somos iguales, todos somos iguales, todos tenemos la misma libertad. ¿Ahora, sabes qué? Vos arrancas corriendo las millas de Le Mans y yo estoy con un monopatín.
—Tal cual. Esa es la realidad. Por eso el concepto de libertad es un concepto muy profundo, no como la utiliza muchas veces los liberales y mucho más estos libertarios. Pero vos fíjate que con este tema de la libertad hay muchas similitudes, para no ir mucho más atrás en la historia argentina, pero si vamos al periodo de la dictadura genocida de Martínez De Hoz, si vamos a al periodo de Cavallo con Menem o un poco De la Rúa también, si vamos al periodo de Macri, los cuatro hablaron de libertad. Y lo que generó esa libertad es que la distribución del ingreso fuera mucho menos equitativo.
LCV: Claro, ahí estamos hablando de libertad de mercado, ¿no?
—Mercados son interés, son grupos económicos. Son los grupos económicos poderosos, tanto económicos como financieros, más que nada. Entonces vos con la libertad a esos grupos le estás dando le estás dando navaja a un mono.
LCV: ¿La sociedad nuestra se puede ver amenazada frente al pedido de libertad o de libertad de prisión domiciliaria de los genocidas que tienen totalmente probadas sus causas y demás? ¿Cómo se siente protegida y cuidada su libertad una sociedad cuando los diputados que votó y eligió van a visitar a los violadores de las libertades públicas, individuales, colectivas y toda la lista que se te ocurra para tratar de alivianar su situación procesal?
—Nosotros sacamos un comunicado de derechos humanos de la CGT. Creo que acá el problema dramático que tenemos, que también los sectores del gobierno que reivindican esto y esos diputados que fueron a ver a los genocidas, ellos vuelven al esquema de que acá hubo una guerra entre dos facciones: una que tenía el Estado, que era la fuerza armada o de la dictadura genocida, y otra las organizaciones militares llamadas subversivas. Esto no es verdad. Acá el golpe de la dictadura no se hizo para eliminar la violencia que se venía desarrollando en la Argentina de uno y otro lado, sino vino para imponer un programa económico, un cambio de paradigma de país, salir del Estado de bienestar que había generado el peronismo y que llevó a los niveles más altos de dignidad en todas las variables socioeconómicas que conozcamos en la historia argentina. Entonces, decidido acabar con eso, dan el Golpe de Estado. Y te doy dos elementos que por eso muchas veces también desde los discursos oficiales y todo, no oficiales de este gobierno sino los anteriores, también se desvirtúa esto. Te voy a plantear algo concretamente. Yo siempre dije y vengo diciendo que es más importante para la dictadura que el comunicado número uno del 24 de marzo, es el discurso de Martínez De Hoz, el 2 de abril. Ahí queda claro que los militares no vinieron a acabar con la violencia o el enfrentamiento armado que cuestionaba y etc, todo lo que es el discurso de los que pretenden reivindicar esa época, sino que vino a cambiar la historia, la raíz de la historia argentina. Él lo dice bien cuando empieza: venimos a dar una vuelta de página de la historia argentina estatista, ta, ta, ta. Es una declaración de principio brutal de Martínez de Hoz. Y ahí vino lo que vino. Cuando hizo eso, y acá hubo una resistencia heroica del movimiento obrero, heroica, por eso desaparecieron secretarios generales como Smith, como Salamanca en Tucumán, como Di Pasquale en el sindicato de farmacia, es decir, fueron todos golpe y de ahí para abajo, impresionante. Si sumamos a los encarcelados, a los torturados, a los perseguidos, a los despedidos, son centenares de miles de argentinos, la mayoría proveniente del movimiento obrero que sufrieron las consecuencias directas de la represión. Son los dos elementos fundamentales. El discurso de Martínez de Hoz y después la orden de batalla. Yo no sé por qué no se habla de eso. Porque la orden de batalla de abril del 77 del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada, que firma el jefe del Estado Mayor, que era en ese momento el general Viola, que fue encontrada en el año 84 en un cuartel de Villa Martelli, desgrana claramente que el objetivo de la represión, dice que acá no es problema la subvención armada, que acá el problema es garantizar el éxito del plan Martínez de Hoz. Entonces el centro de la represión tenía que estar dirigido al movimiento, a frenar o a bloquear, a neutralizar, es una palabra que usa mucho en ese documento, la resistencia obrera y la resistencia de las organizaciones sindicales. Y ahí hace con esa propiedad que tienen los militares de ser bien específicos, bien detallistas, pone toda la forma de neutralizar, todas las maneras de neutralizar que plantea esa orden de batalla, que es la vía para actuar.
LCV: A mí me parece hoy que tu mirada es muy importante para que venga al 2024 y le digamos a la gente lo que significa que los diputados que han sido votados para legislar y lo que fuera, vayan a buscar la libertad o un abonamiento de la prisión de personas que cometieron no solamente lo que vos acabas de contar en tanto herramientas del terrorismo de Estado, sino además físicamente habían sido responsables de torturas y demás. Necesito que tu lectura se ponga acá y le hable a un pibe de 19, 20 años que no entiende por qué nosotros estamos tan en contra de que representantes, no me importa si son de La Libertad Avanza o de donde sea, por qué el espectro gremial, por qué el espectro político, por qué los diputados de otras expresiones políticas y demás están en contra de ese acercamiento a lo más oscuro y aberrante de nuestra historia.
—Pero tenemos que empezar de ese análisis, porque ¿cuál es la lógica de los que pretenden reivindicar? Esos que están presos no son no son genocidas, herramientas de terrorismo de Estado para reprimir al pueblo, sino son gente que se jugó por la Argentina y enfrentó al otro bando que la subversión armada, como la llaman ellos, ¿me entendés? En esa lógica muchos se pueden confundir ¿por qué hay una doble vara? como dicen ellos, pero esto no fue así. Acá el terrorismo de Estado fue una dictadura que reprimió masivamente al pueblo para aplicar un sistema económico que cambió de raíz la historia de la Argentina para mal. Entonces, eso es lo que tienen que tener los jóvenes. Por eso tenemos que decir que no, porque ahí hay también responsabilidad. Porque yo lo dije, siempre está bueno juzgar y condenar a los militares genocidas, porque los militares genocida pero yo no pienso que eran una manga de locos. Ellos lo hicieron dentro de un plan estratégico para cambiar las bases de justicia social de la Argentina.
LCV: Pero ahora lo lograron a través de los votos y lo quieren consolidar en este hermanamiento. A mí me parece muy terrible. Y me parece que además hace falta ser más contundente con la opinión de las consecuencias en una democracia tan endeble como la que tenemos de este tipo de cosas.
—Nosotros llegamos a esto por errores de los que nos gobernaron antes. Una de las cosas que yo siempre critiqué en estos años fue la visión sesgada de los derechos humanos. Porque vuelvo a decir, no fueron unos locos genocidas, unos locos asesinos que salieron a matar, a perseguir gente y matarlos, sino que fue un plan para cambiar las bases de la Argentina. Entonces, yo lo que siempre crítico y nunca pude entender es por qué juzgamos a los genocidas, que es un tema imprescindible para la convivencia democrática en la Argentina, pero siguen vigentes las leyes para aplicar las cuales esos genocidas hicieron lo que hicieron. Yo digo, ¿Cómo puede estar después de 41 años de democracia vigente la ley de entidades financieras de Martínez de Hoz? Que los jóvenes sepan que hasta ese momento el ahorro de los argentinos tenía dos objetivos, que era el sistema del peronismo de Perón, el sistema que rigió hasta el 76, que era financiar el consumo popular que genera mayor dignidad para la gente para que pueda vivir dignamente. Pero además mueve la economía, es el círculo virtuoso de la economía, que es mayor salario, mayor consumo, mayor consumo, mayor producción, mayor producción, más empleo, que estaba para eso. La otra parte para la inversión pública, que era la herramienta del desarrollo productivo del país. Por eso estaban los planes quinquenales, después fue el plan trienal del 73, tenía todo un sentido.
LCV: Hay que construir un mensaje para la enorme cantidad de gente joven que votó a los libertarios sin tener idea de lo que está votando.
—Mucha gente lo votó en contra de lo que estaba pasando. Uno de los errores de los que nos gobernaron en estos últimos años con la bandera de los derechos humanos, es haber sesgado en una realidad que no era la principal. Digamos, haber abonado el tema que los buenos eran los que levantaban las armas contra los malos, y los malos eran los que reprimían a los que levantaron las armas. Acá el problema no fue eso, acá el problema fue que hubo una dictadura genocida donde usaron las herramientas del Estado para reprimir al conjunto del pueblo y cambiar las bases de una legislación justa. Hay que abonar la historia para entender, porque si no quedamos en un Boca River constante.

Entrevistas
Leo Santillán: “Lamentablemente, hoy hay consenso para reprimir”

Entrevista exclusiva de Paulo Giacobbe para La Columna Vertebral.
Hace poco más de dos meses, en octubre de 2024, el cabo Alejandro Acosta, condenado a perpetua junto al comisario Alfredo Fanchiotti, pudo dejar su celda luego de un largo juicio que los encontró responsable de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki en la estación Avellaneda. En esta entrevistasobrevuela la responsabilidad política de la represión. Con revelaciones impactantes: El comisario Fanchiotti quiso hablar con la familia Santillán para revelar quiénes fueron los responsables políticos. El Juez Lijo lo impidió, prometió citarlo a declarar, y nunca lo hizo.
Aquel 26 de junio de 2002 la sociedad asistió impotente a un fusilamiento a mansalva transmitido en vivo por la televisión. Las imágenes causaron conmoción, bronca, y lágrimas. Convencido de la necesidad de mantener viva la memoria histórica, las luchas de los trabajadores y todos los asesinados, tanto en dictadura como en democracia, La Columna Vertebral conversó con Leandro Santillán, hermano de Darío e integrante del Espacio de Familiares y compañeros de Darío y Maxi, con la intención de reconstruir cómo se fueron dando las cosas y cómo vivió su familia la libertad condicional que se le otorgó a Acosta. También quisimos escuchar la voz de uno de aquellos piqueteros del 2001, fundadores de una nueva forma de hacer política en el territorio, frente a un nuevo escenario de estigmatización y criminalización de los movimientos sociales.

“La verdad que fue un golpazo”, empezó diciendo Leonardo Santillán sobre el momento en el que se enteró de la decisión judicial el 10 de octubre del año pasado. Le había llegado una notificación a su abogada, Paula Alvarado Mamami. “Nos enteramos ahí con mi viejo (Alberto Santillán); justo daba la casualidad que estaba esa mañana en la casa de mi viejo y la verdad que fue un golpazo. Sabíamos igual que se acercaba un poco con el cumplimiento de la fecha, de los 25 años, y que se la iban a dar. Pero no a tres años de que se cumpla o que se efectivice esa condena”.
“En el 2024, unos meses de la liberación de Acosta, Fanchiotti intentó comunicarse con nuestra abogada, diciendo que tenía pruebas de las responsabilidades políticas” en los asesinatos. Si bien los condenados a perpetua pertenecían a la Polícía Bonaerense, hubo otras condenas por el operativo que no sólo asesinó a dos jóvenes sino que hirió a decenas de personas en una cacería brutal luego de una manifestación en el Puente Pueyrredón pidiendo acceso a planes sociales en una de las peores crisis económicas del país. También fueron condenados
Los policías Osvaldo Félix Vega, Carlos Jesús Quevedo y Mario Héctor de la Fuente que recibieron penas de 4 años; Antonio Gastón Sierra, 3 años; Lorenzo Colman, 2 años; y Francisco Celestino Robledo, 10 meses. Carlos Néstor Leiva, que estuvo prófugo 24 meses, recibió una pena de seis años y seis meses. Leiva reprimió sin uniforme, de civil, y cuando recuperó la libertad, reincidió. En 2013, fue condenado a 11 años y medio por integrar “la banda de la autopista”, que se dedicaba al secuestro extorsivo.
Las otras fuerzas represivas que actuaron en Avellaneda fueron Gendarmería, Prefectura y Policía Federal. La represión se prolongó por horas y cuadras, incluso hasta la siguiente estación de tren, y existió una coordinación entre fuerzas federales y provinciales. El resultado fue una incontable cantidad de detenidos, heridos y varios manifestantes en terapia intensiva. Por eso, las familias siempre denunciaron como responsables políticos a: Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Carlos Ruckauf, Juan José Álvarez, Jorge Vanossi, Alfredo Atanasoff, Luis Genoud, Carlos Soria (fallecido), Jorge Matzkin, Oscar Rodríguez y Aníbal Fernández.
Fanchiotti quería hablar de los responsables políticos de la Masacre de Avellaneda pero Lijo nunca lo citó
“Fanchiotti decía que quería hablar, acercar pruebas, ponía una serie de condicionamientos a nuestra abogada para que se acerque”, continúa Leonardo Santillán, “hablaba de responsabilidades políticas, había varios de los que señalamos nosotros”. Quería que Paula Alvarado Mamami, representante de nuestra familia, fuera a Baradero. “Que venga sola, con un pendrive”, advirtió Fanchiotti.
El Juez Federal Ariel Lijo lleva una de las causas por las responsabilidades políticas y se enteró del pedido del comisario. Desalentó a la familia de que cayera en sus condiciones y aseguró “que iba a llamar a Fanchiotti para declarar en Comodoro Py”. Nunca lo hizo.
En el 2005, durante el juicio, Fanchiotti se declaró inocente. Ese día casi lo meten preso a Leonardo. Junto a integrantes de diferentes organizaciones llevaba meses acampando frente a los Tribunales de Lomas de Zamora, siguiendo el juicio desde adentro de una lona. “Recuerdo el acompañamiento constante que hubo desde personalidades, militantes, organismos de Derechos Humanos; una militancia activa velando para que se haga justicia”.
“También me acuerdo cuando tuve que declarar yo, me hicieron cruzar con Fanchiotti y Acosta mientras esperaba para declarar. Primero, me llevaban para declarar como del brazo, yo tenía 23 años, me llevaban agarrado como si fuera el acusado. Y mientras esperaba para declarar, primero lo subieron a Acosta”. Los de traje azul camuflado venían charlando amigablemente en un ascensor con el futuro condenado por asesinato. Leo escuchó el diálogo.
—¿Y, Negro, todo bien?
—Sí, todo amor y paz.
“Cuando sube y lo veo al chabón ahí, empecé a las puteadas”. Al testigo casi lo detienen ahí mismo. “Esta cuestión de esta presión psicológica que intentaron hacer debe ser para quebrarlo a uno. La verdad que fue una situación muy de mierda”. Y cuando declaró Fanchiotti lo mismo, casi preso. “Decidimos señalarlo como lo que era, como asesino. Esa vuelta que después nos rodearon gendarmes y me han intentado llevar a mí, porque bueno, era el que había gritado, pero estaba con otros compañeros”. Esa audiencia se vio demorada.

Leonardo resalta la victimización que sufrió Alberto Santillán durante el juicio. Resulta que Darío y Maxi fueron asesinados frente a las cámaras de televisión. “Mi viejo también estuvo en la audiencia y como algunas veces lo hemos hablado, una y otra vez viendo las imágenes, debe ser algo tortuoso”. Darío y Maxi agonizaron en la estación de tren de Avellaneda, que hoy lleva sus nombres. El tren ya no para en Avellaneda, para en Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. En el hall de esa estación de tren es donde Maxi muere de la mano de Darío, que estaba socorriéndolo. Ellos no se conocían pero tenían casi la misma edad, un poco más de veinte años. La imagen es mural en la estación: la palma de la mano de Darío en alto, pidiendo un cese del fuego, al tiempo que no soltaba a Maxi. Por eso, Darío y Maxi. A esa imagen se le sumó, atrás de Darío, sosteniéndolos a los dos, una madre de Plaza de Mayo, con su pañuelo en la cabeza. Nora Cortiñas está presente en murales y afiches en todas partes de la estación, como Vicente Zito Lema y tantos otros compañeros y compañeras que sostuvieron la lucha junto a los piqueteros.
Hoy como ayer, los medios bajan la idea de que los movimientos de desocupados son planeros, vagos…los estigmatizan y criminalizan
“Lo que también por ahí es una reflexión personal tiene que ver con el tema de lo que siempre fueron Darío y Maxi socialmente”, sostiene Leo. “Es como esto que pasa hoy por hoy con el movimiento piquetero, la estigmatización que viene sufriendo, aparte de la persecución judicial y política. El enojo. Esta cuestión que hay a veces con el enojo social que tiene que ver con la estigmatización y los discursos que bajan los medios. El asesinato de Darío y Maxi siempre fue como un punto y aparte. Desde un primer momento. Ha pasado el tiempo y por ahí como que no está asociado (al movimiento piquetero). Aunque sabemos que está entrelazado. Nosotros sabemos que Darío es parte del movimiento piquetero. Responde a las luchas que se dan en los territorios por las demandas sociales: las cooperativas, los planes, los comedores… todas las cosas que las caracterizaron desde los comienzos, aparte de otras que se fueron sumando. Pero yo creo que no se lo asocia en general. Lo asocia la militancia. Eso por un lado está bueno. Pero está mal que no se entienda lo que son los movimientos sociales, que se piense que son planeros, que son vagos. El discurso que se baja, muchas veces como culpabilizando. Hasta porque se obstaculiza o se corta una calle y no por las políticas de gobierno, que tiene que ver con el ajuste, con la inflación y con leyes que terminan perjudicando al pueblo. Mucho más después de la asunción de Milei”.
“Nosotros siempre hemos tenido un acompañamiento. Desde el primer momento, cuando pasó el 26 de junio, a mí hubo algo que por ahí me sorprendió mucho. Era la gente como se acercaba. Que por ahí no militaba”.
Después del asesinato de Darío y Maxi realizaron muchas acciones antes del juicio exigiendo justicia. “Tuvimos una marcha el 3 de julio. Esa vez había llovido mucho. Éramos 20.000 personas (algunos medios consignaron más manifestantes, entre las adhesiones había alrededor de 100 organizaciones de amplios sectores) marchando bajo la lluvia desde la estación Avellaneda, en aquel entonces todavía se llamaba así, hasta la Plaza de Mayo. Y se acercaba gente a solidarizarse. Militantes, pero también otra gente, señoras, vecinos. Por ahí hasta llorando muchas veces”.
Y abrazando:
—Yo vi lo que le pasó a tu hermano.
—Lo siento mucho.
“Y bueno, eso que pasó, por la brutalidad en que lo asesinan, la forma despiadada, como casi televisado en vivo y en directo, termina interpelando. Ni hablar a los que militaban, pero a quienes no militaban fue como un shock de ver. También entendiendo qué es lo que se construía desde acá y entendiendo la particularidad que tenía Darío como militante. Con sus pocos años, pero con una militancia muy intensa”.

“Tuvimos que estar vigilando de cerca, controlando de cerca”, sintetiza Leo sobre el juicio, al tiempo que describe la actitud de Fanchiotti como muy fría y la de Acosta indiferente. Pero ahora, 22 años después, lo que dice Fanchiotti era lo que las familias de Darío y Maxi vienen sosteniendo desde el primer momento: existió una planificación y una premeditación en la Masacre de Avellaneda. “Lijo se había comprometido a llamarlo, unos días antes del 26 de junio, y después de eso no hizo nada, no se comunicó más con nosotros, no nos dijo nada y nosotros lo estuvimos llamando. Nos habían pedido prueba y fuimos acercando testimonios, diferentes testigos, inclusive fuimos con esto, que lo estaba diciendo el principal responsable material del asesinato de Darío y Maxi”.
El 14 de diciembre de 2024, desde Familiares y Compañeros de Darío y Maxi, organizaron un escrache a la casa de Acosta. Leo Santillán contó la importancia de esa actividad: “Fuimos pegando carteles, avisando con megáfonos, contando quiénes eran Darío y Maxi, qué pasó el 26 de junio y qué fue lo que hizo Acosta. La verdad que hubo una muy buena recepción y los vecinos bastante sorprendidos. Una de las vecinas lo que nos contaba es que decían que Acosta había muerto, que tenía cáncer porque hace unos meses había estado por acá y estaba rapado. Y pudimos conversar con los vecinos y se sorprendían y también se indignaban”. Lograron que la vuelta de Acosta no pase desapercibida en el barrio.
No se puede pensar la masacre del Puente Pueyrredón sin el 19 y 20 de diciembre de 2001, sin esa “efervescencia”. Y entonces, al pensar el contexto, volvemos a “las responsabilidades políticas que respondían a cortar con la protesta social. El gobierno de Duhalde debilitado ante el FMI, pidiendo plata. Desesperado. El FMI negándosela. Porque, bueno, había una lucha que se iba dando en las calles que por ahí la encabezaba principalmente el movimiento piquetero. No se lograba el control social”.
Por eso, cuenta Leonardo Santillán, es que después de los asesinatos se trató de instalar que fue un enfrentamiento entre piqueteros. Una interna. “No lo pudieron mantener. No prosperó el plan ante la aparición de las fotos. (Una secuencia donde se veía como actuó la policía). Y ante el enorme repudio popular. Porque la gente no se bancó lo que pasó. Se demostró lo que pretendían hacer. Y también por lo que denunciaron los movimientos. Y lo que denunciamos nosotros como familia, tanto nosotros, la familia de Darío, como la familia de Maxi”.
Se los acusó de tener nexos con la guerrilla y de formar parte de un plan desestabilizador contra el gobierno de Duhalde. “Cuando lo que nosotros estábamos haciendo era entendiendo la situación en la que estábamos después de la crisis del 2001. Las demandas, que eran en aquel entonces los comedores, la salud… Pero que nada que ver tenía con eso”.
La previa del 26 de junio de 2002 y el año 2024, que Javier Milei define en documentos oficiales como “Año de la defensa de la vida, la libertad y la propiedad”, tienen un discurso parecido desde algunos medios de comunicación y en el propio discurso presidencial. Con el comunismo en primera plana como enemigo número uno. Con la fogosidad púber de considerar comunistas a todo aquel que no sea La Libertad Avanza.
“Lo que pasó el 26 de junio del 2002 después se fue repitiendo de otra manera, lo que han notado es que antes no había un consenso. Hoy se ha generado un consenso para reprimir, para allanamientos, para persecución, Por lo menos antes no había un consenso. Pero hay una similitud en cuanto a la necesidad de exterminar a las organizaciones piqueteras. Hoy por hoy es diferente el panorama del 2001 porque hay varios sectores que están en la calle. Pero a los que siguen buscando es al movimiento piquetero”.
“Por eso los allanamientos que se han dado en los comedores, en los comedores encima, esta denuncia de que los movimientos piqueteros son los que extorsionan a la gente. Porque lo que ven ellos es que tienen que salir para poder avanzar descaradamente con todas las políticas de saqueo y de ajuste que vienen contra el pueblo”.
Cuando Milei habla de ‘Libertad’ quiere decir ‘libertad de mercado’ pero se hace llamar ‘libertario’. Es un bajón para nosotros no poder salir a luchar contra eso.
—¿Y te jode que Javier Milei diga que es libertario, que ponga la palabra anarco en sus definiciones de sí mismo? —le pregunto a Leo y al toque noto en su gesto el disgusto, la molestia. No hace falta la respuesta.
—”Sí, sí, sí, totalmente, totalmente —contesta Leo-Porque libertarios eran los anarquistas. Los que luchaban por la libertad verdadera. Este lo que habla es de la libertad del mercado y refiere a eso y encima un montón de imbéciles o de pibes que pueden tener título o el acceso a la educación privada, pero que no tienen el entendimiento de la historia, quieren ser los verdaderos libertarios. Me parece que es un bajón para nosotros, que no podamos salir a luchar eso, más allá de lo que se defina cada uno, porque yo por ahí no me defino ni como comunista, socialista, anarquista, abrazo todas las luchas y respeto y me parece muy bueno, pero me indigna que sí, que se apropie de una palabra con la que se representa mucho la historia de nuestro país, de lucha, y que tiene que ver justamente con los compañeros anarquistas”.
Destacada
Matías Cerezo: “La construcción del Conti fue una epopeya. No puedo hablar en pasado, para eso falta”

Matías Cerezo, politógo y trabajador del Centro Cultural Haroldo Conti, pasó por La Columna Vertebral para explicar la situación de los sitios de la Memoria. Junto a él recorremos la memoria del escritor que le dió nombre al emblemático organismo y la historia del Centro Cultural fundado por Eduardo Jozami y Eduardo Luis Duhalde en el año 2004 dentro del Espacio de la Memoria de la ex ESMA. En medio de la polémica por su supresión o cambio de nombre decidida por el Ministerio de Justicia de la Nación en la era Milei. “Una medida negacionista y apologética”, define Cerezo. No sólo pretenden acabar con nuestra memoria histórica sino que hacen una apología de la dictadura, menospreciando la labor de la Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y todos los organismos de Derechos Humanos. Un diálogo abierto sobre esa ‘epopeya’ que significó la construcción del mayor Centro Cultural de la memoria del país, en donde se logró armar una utopía sobre un edificio destruído que se transformó en un faro de cultura, por el que pasaron decenas de músicos, actores, muestras de arte y una librería. Una experiencia inédita en el mundo que puso sobre el tapete la discusión sobre cómo sembrar vida en un espacio de muerte. ¿Era lícito llenar de arte y colores un espacio destinado al horror durante la dictadura militar? Sí, lo fue. Y la experiencia marcó un camino. Escuchá la charla entre Matías Cerezo y Nora Anchart, dos protagonistas que participaron de esa construcción. Hoy el edificio permanece cerrado y cercado por fuerzas de seguridad. La mayoría de sus trabajadores fueron despedidos. “Me cuesta hablar en pasado del Conti. Yo creo que para eso falta”, sostiene Matías e invita a participar en la defensa de los distintos centros de memoria que están peleando por su permanencia, como el ex Centro Clandestino de Virrey Cevallos que está siendo desguazado.
Destacada
La otra Rosario: Comunidad, apoyo y memoria. Entrevista a Lucas Vilca

“En los momentos de crisis es cuando también aparece la memoria”, nos dice Lucas Vilca, quien nunca olvidará ese 19 de diciembre de 2001 cuando asesinaron a un amigo, compañero, referente: Pocho Lepratti, seminarista, trabajador estatal, socialista, asesinado por la policía cuando trabajaba en un comedor comunitario. “Bajen las armas, no ven que hay pibes comiendo”, gritó y una bala le cerró la garganta. Una memoria que quedó grabada a fuego en aquellos ‘pibes del Pocho’, del barrio de Ludueña. En el 2019, Lucas, junto a otros compañeros, que habían aprendido su oficio en una escuela de formación, comenzaron a trabajar en un emprendimiento de herrería. Cada vez más vecinos se acercan a una experiencia que excede lo laboral para convertirse en una iniciativa comunitaria. Para conocer la otra Rosario, la de la resistencia, la esperanza y la comunidad, la que no te muestran, charlamos con Lucas Vilca. Para escuchar y aprender.
LCV: Contanos un poco de qué se trata este trabajo que vos hacés. ¿Es un emprendimiento? ¿Es con el Estado? ¿Cómo es?
—Este es un centro de formación profesional de los salesianos, de una congregación católica. Es la misma escuela donde enseñaba Pocho Lepratti, que fundó el padre Edgardo Montaldo acá en Rosario. Un cura que hizo opción por los pobres y que refundó el barrio, digamos, para todos estos otros vecinos que por ahí no teníamos espacio en la ciudad. En el ‘68 llegó el padre Edgardo y se fue desarrollando el barrio al costado del ferrocarril. Eran terrenos fiscales. Ahí está la escuela, y hace 30 años fundaron un centro de formación profesional donde hay cursos de herrería, soldadura, carpintería, artesanías y electricidad. También hay una escuela de alfabetización para adultos.
Yo soy el profesor de herrería y soldadura. Como en varias etapas del país, hay algo de la sabiduría popular que hace que cuando la cosa se complica, se opte por la escuela, por un taller, por un oficio, por formarse en algo. Cuando la cosa está un poquito mejor, uno se relaja y puede también disfrutar con su familia. Es difícil venir a la escuela. Nosotros somos un horario nocturno. Acá se ingresa a las 18:40 hasta las 21:30 casi 22. Es difícil dejar a la familia, trabajar todo el día si tenés trabajo y después venir acá. Pero hay algo de eso, de la red de contención que hay en el barrio, de tantos años de organización comunitaria, que hace que en los momentos más complicados se elijan estos espacios.

LCV: Uno tiende a pensar que en los momentos estos así terribles, la gente se deprime y baja los brazos. Y vos me decís que en los momentos en que estamos pasando, que son tan malos, tan terribles, queremos generar herramientas para salir. Y no solamente en lo laboral, sino el hecho de estar juntos, generar redes. ¿No? Redes de personas, de entendimiento humano.
—Sí. De hecho, creo que este año el curso de soldadura que acaban de certificar los estudiantes que tuvimos este año, que fueron los últimos cuatro meses del año, creo que lo que hizo que se transite de una manera amorosa y que sea más fácil para todos fue la grupalidad. Esto de estamos en la misma situación, estamos casi todos sin trabajo. El que tiene trabajo no quiere trabajar más de esto porque no le alcanza para comer. Había distintas generaciones. El más chico tenía 18 y la más grande, Aurora, tenía 70. Había gente que había trabajado toda su vida; había otros que no tenían trabajo. Hay algunos pibes que vienen de generaciones donde sus padres tampoco trabajaron. Entonces se complica la cosa. ¿Qué es lo que pasó? El grupo alojó todo eso, hizo que el mensaje, en este caso de soldadura y herrería, llegue más fácil porque había un grupo que lo estaba esperando. Entre ellos se mandaban mensajes. Para mí también fue mucho más fácil.
LCV: Se alentaban unos con otros.
—Está buenísimo que pase eso. Esto de la sabiduría popular es que también hay una memoria. Nosotros ya vivimos otras crisis: vivimos una pandemia hace poquito, el 2008, el 2001. El 2001 fue un poco más dolorosa porque asesinaron a un compañero nuestro, un referente. Entonces, esa memoria aparece, y lo que creo yo es que aparece en los momentos más difíciles, que es cuando hay que vivir la vida en común. Esa es la comunidad. La comunidad está para eso, la referencia de la comunidad sale en esos momentos.
LCV: En las buenas somos todos amigos, viste.
—Está bueno también, en las buenas, relajarse un toque. Porque si no parece una vida de sacrificio solamente, que solamente tenemos que comer en las ollas populares o tener trabajos precarios. Está bueno tener un buen trabajo, está bueno formarnos.

LCV: ¿Me acabas de decir que tenés una alumna de 70 años?
—Aurora. Tremenda. Una doña que trabajó toda su vida como costurera, trabajó en una empresa haciendo radios y tenía ganas, a los 70 años, de aprender soldadura y vino. Tiene un ánimo bárbaro. Levantó también a todos los demás estudiantes. Y aparte, es un personaje, viste. También con Aurora la concentración era mucho más fácil, porque también eso, ¿viste? A veces, entre otras generaciones, los pibes hacen bromas, que esto, que lo otro. Y acá, en este sentido, Aurora garantizaba una concentración que está buena. A mí me sirvió un montón.
LCV: ¿La salida laboral es formar cooperativas, formar equipos, integrarse a dónde? ¿Como ven la aplicación efectiva de lo aprendido?
—Nosotros tenemos innegociables en la escuela. No es que, cueste lo que cueste, queremos formar pibes para que después laburen en la bacha. No. Queremos formar pibes para que se puedan desarrollar en esto. Si se puede hacer en cooperativa, muchísimo mejor. Si se puede hacer de manera autónoma, muchísimo mejor. El tema es en qué condiciones estamos hoy en el país, está recontra difícil todo. Entonces, por lo menos decís: “Bueno, yo certifico, tengo un título que me certifica que soy soldador, carpintero, electricista, artesano, lo que sea”. Eso te da una herramienta más para poder salir adelante. Lo que sí también está, porque a veces esto de la vida en común, a veces se juntan, nos juntamos y tenemos experiencia de cooperativa, tenemos experiencia de trabajo colectivo. La verdad que para eso también está re difícil, no hay un mango, no hay herramientas, se empieza muy de cero también, viste. Estamos muy para atrás. Por eso bueno, si salimos al mercado laboral, salimos por lo menos con un certificado que certifica que nosotros somos soldadores y ahí tenemos herramientas para defendernos, defender lo que sabemos y en el conocimiento. Si nos vamos a formar vamos a maximizar el aprendizaje porque hay otros que están mejor parados que nosotros en el mercado laboral, que ya tienen experiencia ¿Cómo hace uno de 18 años sin experiencia sin formación? Entonces bueno, parémonos acá, parémonos en la certificación: yo soy soldador y lo que no se negocia ahí es la actitud. Si yo soy soldador y soy el mejor soldador y voy, tengo que convencer al taller, a la empresa que requiere un soldador que yo soy el indicado. Para todo eso tienen que estar bien. Eso lo que también laburamos mucho con la escuela, esa parte actitudinal. Eso no se negocia y vamos, nos paramos ahí y vemos cómo nos defendemos. El mercado de la construcción donde nosotros nos metemos es re hostil. Nos peleamos entre los propios compañeros, el jefe del taller, el jefe de la empresa siempre va a hacerte competir de manera desleal con el otro, que el otro a veces puede ser tu hermano, tu primo, tu vecino.
LCV: ¿En qué sentido competir?
—A veces te bajan el precio de la hora que te pagan porque te dicen hay personas que laburan por tanto menos, y vos que recién ingresas no vas a poder cobrar más que eso. Empiezan a entrar esa competencia que pueden terminar laburando por dos mangos cuando tenés una certificación, cuando aparte necesitás laburo en un momento del país que está re difícil. Eso me parece recontra desleal y después una vez que ingresás al laburo hay mucha competencia interna adentro.
LCV: ¿A ustedes cómo les pagan? ¿Te pagan con monotributo? ¿Es relación de dependencia?
—Los pibes salen al mercado laboral y depende de lo que se arme, depende del momento que esté. Podés trabajar en relación de dependencia, podés trabajar de manera autónoma facturando o no facturando, con tributo o no. Poder laburar para el Estado, cooperativa, depende. Pero lo que se está dando más en este momento, porque yo sé que han caído mucho las changas, por ejemplo hay arquitectos que están haciendo laburo de herrería. Imaginate cómo bajó todo. Entonces el que está arrancando soldador o el que está soldando haciendo changuita tiene mucha competencia, y que también ahí desleal porque si un arquitecto que está, que labura de soldador, de herrero, ahí ya te quita esa oportunidad. Ahí donde está complicado. No hay laburo ni en changa, no hay laburo en el Estado, ni en las empresas. Depende del rubro, hay laburo y hay otras que no. Acá en Rosario el el rubro de la construcción se laburó un montón los últimos 15 años y ahora está parado todo. También tenemos mucha mano de obra de albañil que saben también hacer soldadura o herrería, entonces ni te llaman, pero está todo bastante parado, está complejo.
LCV: El país está complejo, pero queríamos nosotros traer otra Rosario. No solamente la Rosario de los narcos, la Rosario de los monos, la Rosario de la droga y demás. Porque además, supongo que esta escuela taller que ustedes tienen también debe hacer bastante por sacar a los pibes de ese tipo de comercio.
—Sí, acá mismo la escuela pegado a la escuela se mueve todo eso, pero hay como un respeto todavía. Hasta dónde sí, hasta dónde no. Nosotros laburamos con la misma población entonces hay que ser respetuosos en ese sentido, decir nosotros estamos acá, este grupo está en esto. Nos cruzamos y a veces se dialoga y a veces no. A veces hay momentos en que la cosa se pone violenta de verdad, pero muchas de las cosas que los medios nacionales dijeron no pasaban tampoco así como dicen que pasa. Pero sí, laburamos con la población. Pero también es eso, no tenés nada, no tenés laburo, la escuela se te cierra, se te cierran los espacios comunitarios que fue lo que pasó en pandemia. En pandemia se desarrolló algo más heavy acá en el barrio pero estaban todos los espacios comunitarios cerrados, en algún lado tenía que estar esa gente, no había contención.