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Crónica de un Primero de Mayo argento en el país de Milei.

1- Poco después de las nueve de la mañana empiezan a llegar las primeras fotos tomadas por Nora que ya está en la calle. Anda por avenida Independencia hacia el Bajo. Click a Cartoneros. Clik a la CTA-Autónoma. Click, click, click a un entrevero de carteles en donde se mezclan la UTEP y Lingeri, UPCN y la Organización los Pibes.”¿A qué marcha estás yendo, la CGT o la Izquierda?” pregunto con cierta ingenuidad. “No sé, acá están todos juntos. Esto es hermoso”, contesta la morocha peronista que se carga las pilas en cada movilización. “Al final, esto va a ser como las marchas del 24 de marzo en donde uno nunca sabe bien con quien está marchando y a nadie le importa”, reímos con un jaja por whatsapp.

No falta nadie. CTA-A, CTEP, y decenas de organizaciones de distintos colores

2- Camino desde Constitución hasta Paseo Colón. Ya son las once de la mañana, el barrio está vacío, el día gris y frío. Llegaba tarde, las principales columnas ya estaban en el Monumento al Trabajo. Empiezo a escuchar los petardos y los bombos. Corro para alcanzar a un obrero de Foetra que se encaminaba al mismo lugar. Le pregunto: Sabemos como llegamos acá pero ¿tenés idea de cómo vamos a salir?. “Salir es complicado, no es fácil, la tarea no va a ser fácil. Después de lo del Senado de ayer se hace más difícil todavía, hay que esperar todavía que pase en el Senado. Una de las formas de tratar de salir, o por lo menos ponerle el pecho para
salir, es esto, movilizarse, marchar, mostrar que uno está en descontento, trabajando como siempre
“, reponde.

3- Ya estamos en Paseo Colón. Aquí la mescolanza era aún más grande. Una bandera gigante de La Poderosa copaba la plazoleta. Los camioneros estaban a dos pasos de una enorme columna del Polo Obrero que abarcaba dos cuadras del metrobús. Firmes detrás de un cordón, los militantes del PO miraban pasar a todos los muchchos peronistas de la CGT y no dejaban de gritar: ‘Paro, paro, paro, paro general’. Pasaba la Juventud Sindical, la UOM, los Madereros, los escuchaban y no había ningún enfrentamiento. Convivencia pacífica. Me acerco a una de las chicas que está sentada en el borde del Metrobús para saber qué hace el Polo Obrero en la marcha de la CGT. “¿Ustedes vinieron al acto de la CGT?” pregunto con asombro. “No, nosotros vamos al acto de Plaza de Mayo. Lo que nosotros denunciamos es
que la CGT haya hecho con Milei un acuerdo por la reforma laboral. Por eso nosotros vamos a lo que es el acto de Plaza de Mayo. “Pero aprovecharon y vinieron acá para hacer un reclamo”.
—Claro, exactamente, pero nosotros vamos para el acto de Plaza de Mayo.
LCV: Igual la convivencia es bastante pacífica entre unos y otros.
—Sí.

4- Entre tanto, Javier Touzón cubría lo que pasaba en torno al edificio de Azopardo. Allí se encontró con otro dirigente obrero clasista, el conocido Pollo Sobrero, quien no dejó de lado su entusiasmo por participar en la marcha de la CGT: “Poder participar hoy de una columna
independiente es fundamental porque vamos a exigir un paro de 36 horas, para darle continuidad al paro de 24 y sacar al movimiento obrero a la calle como hicieron los estudiantes, como hicieron las mujeres y como fue el 24 de marzo. Cuando el movimiento obrero sale a la calle, no hay nadie que lo detenga y eso es lo que vamos a hacer.” Sin ocultar su optimismo consideró que “la Ley de Bases va a quedar en la historia como un triste intento de las patronales de avanzar sobre nosotros. Vamos a salir a todos los trabajadores a ganar la calle, a exigir la caída de ese plan económico y no tocar los derechos de los trabajadores.”

5- Parada al lado de un gran cartel de la UATRE veía pasar una entusiasta columna de la Juventud Sindical. Sólida, con cánticos propios, hacía recordar a viejos tiempos en una marcha extraña, sin palco ni oradores, con pocos bombos y choripanes. En tanto, escuchaba conversar a los peones rurales que sostenían el cartel. Me arrime a conversar con Ramón Espíndola, Delegado de Regional de UATRE zona norte: “A nosotros, la gente del campo, los que manejamos bolsa trabajo, hay un artículo que nos saca todos los derechos a los trabajadores y por eso estamos acá. Estamos sufriendo el cimbronazo de Milei. En el campo hay una marginalidad terrible, con este gobierno si teníamos un 60% vamos a pasar un 80% seguramente. Por eso estamos acá yqueremos defender la causa hasta el último momento, no nos vamos a entregar.
LCV: ¿Cómo salimos de esta? ¿Vos tenés alguna idea para aportarnos?
—Creo que la única que nos queda ahora sería el Senado, que el artículo que se refiere a las bolsas de trabajo pidan reformar eso y que vuelva de vuelta a diputados y ahí frenaríamos esta parte, porque si no ya no tenemos defensa los trabajadores. Hoy está en manos de los senadores que nos puedan representar como corresponde, como peronista, así que la única herramienta que tenemos hoy es el Senado. Además de los paros, que siempre sirvieron, en su medida.”

Entre tanto, el telefonito no paraba de hacer pip pip pip, era Nora que seguía ametrallándonos con fotos desde distintos puntos de la marcha. Allí se lo encontró a Juan Carlos Schmid, a la cabeza de los portuarios que se preparan para un paro nacional junto a todos los gremios de la CATT para el próximo lunes 6 de mayo. Serán asambleas en los lugares de trabajo que se llevarán a cabo de 8 a 11 de la mañana.

Pecheras y remeras y organizaciones diversas se iban alternando. No podían faltar los recicladores. Eran muchos con sus casacas verdes fosforescentes: “Somos recicladores, somos trabajadores, esta es nuestra organización. Unidos por nuestros derechos”

6- Pasado el mediodía, me dispongo a caminar hacia Plaza de Mayo. De pronto, aparece un cartel con señores muy de traje y corbata, algo poco habitual de ver en estas concentraciones. Quiero sacarles una foto y un flaco empieza a hacer piruetas, corre para adelante, salta, siempre con los dedos en V. Eran tan simpático y con tantas ganas de ser retratado que aquí está. Detrás de él apenas se ve la elegancia de los portadores de la pancarta de “Industriales Pymes Argentinos, en defensa de la industria nacional, Pyme y el Trabajo Argentino”. Me acerco y vestido con un impecable ambo celeste reconozco a Daniel Rosatto, presidente de IPA. Le cuento que es raro encontrar semejante comitiva en unacto de esta naturaleza. ” Ustedes por qué vinieron?”, pregunto. “Venimos en apoyo también a los trabajadores, en un día realmente muy importante y donde tenemos una causa en común que es justamente la defensa de la industria nacional Pyme y el trabajo argentino. En un momento donde estamos
perdiendo pymes, perdiendo empleo y donde hay una profundización de la crisis en la industria de acá a fin de año, con un riesgo de perder unos 60000 puestos de trabajo. Por eso es que nosotros venimos no solamente acompañando, sino con una propuesta, con un documento con cinco puntos que hacen a la recuperación de la salud internacional. Hoy se están votando leyes que favorecen a las grandes empresas con beneficios extraordinarios que les permiten no solamente exenciones impositivas, sino financiamiento, posibilidades para importar, que hoy las pymes no las tenemos. Nosotros lo que pedimos es igualdad de condiciones y que se proteja el mercado interno, que nos protejan también de los grandes monopolios, donde nosotros hoy pagamos insumos de dos a tres veces más caro que en el exterior. Tenemos que ser competitivos y por ahí tenemos que ir.”

7- Sigo camino a la marcha convocada por la izquierda y veo que nuestros compañeros y colegas de Sipreba van en la misma dirección. Me acerco para saber si estaban desconcentrando o si iban a Plaza de Mayo. “No, ahora estamos yendo a Télam porque vamos a terminar la movilización con un acto en la agencia de noticias que bueno, la situación es conocida, se encuentra cerrada en este momento por el gobierno de Milei. Los trabajadores y las trabajadoras estamos resistiendo eso con una acampe y con un montón de actividades que llevamos adelante desde el sindicato de prensa de SIpreBA.
LCV: ¿Y vinieron primero a la marcha de la CGT? Sí, por supuesto, porque somos parte del movimiento obrero, primero porque también es un día especial, el día del trabajador y la trabajadora y además porque, como toda la clase obrera, estamos siendo agredidos por este gobierno, se están lesionando nuestros derechos y creemos que hay que manifestarse, que hay que reclamar en la calle y dar vuelta a esta situación que solo empeora la vida de las y
los trabajadores argentinos.

8- Doblo por Balcarce para acelerar el paso y me encuentro con una valla policial y una imagen increíble. Patoruzú, el mismísimo Patoruzú, del otro lado del enrejado. Un señor se acerca y comenta: “Sólo Milei puede meter preso a Patoruzú”. No supe qué contestar. Al principio me había dado la impresión de que era él ícono de la historieta nacional quien me estaba cortando el paso. Al fin de cuentas, era un indio un poco domado por la oligarquía, pero preferí quedarme con la versión del compañero. Giro hasta Defensa y al entrar a la plaza descubro que esa valla era un anticipo de lo que vendría. Una plaza cuasi vacía, en donde más allá de las pancartas del MAS y el MST, lo más novedoso eran los pequeños grupos de Asambleas barriales. Nada indicaba que eso podría generar ningún problema. Sin embargo el despliegue alrededor de la plaza de fuerzas de seguridad, en especial Gendarmería y policía federal no llegaba a provocar miedo, más bien bronca. En los alrededores de Azopardo me había llamado la atención la falta de presencia policial. Y eran miles y miles. En cambio aquí, frente a la marcha de izquierda dobles cordones policiales.

Frente a semejante dispositivo de seguridad, un grupo pequeño de partidos de izquierdas y distintas asambleas barriales. “Autoconvocados de Rivadavia y Medrano”, Asamblea de Paternal, Asambleas de Zona Sur, Asamblea de Parque Avellaneda. Me quedé charlando con un muchacho que portaba el cartel de Parque Avellaneda, este resurgir de las asambleas que se hicieron famosas en el 2001 es uno de los fenómenos novedosos del gobierno de Milei. Creo que vale la pena reproducir éste diálogo con un miembro de la Asamblea de Parque Avellaneda, que se fundó el 20 de diciembre de 2023 en homenaje a aquellas del 2001.

LCV: Las asambleas fueron una cosa que surgieron en el 2001 y ahora resurgieron. ¿Se han reencontrado algunos vecinos del barrio en la misma asamblea?

Sí, por lo que me contaron a mí, yo es la primera vez que pertenezco a una asamblea, me comentaron que estuvieron en la asamblea del 2001 que tenía más de 300 personas y después con el devenir del tiempo, bueno, pasa lo que pasa en todas las organizaciones independientes, que se empieza a discutir políticamente qué postura tomar y eso en ese momento hizo que las asambleas se desmembraran básicamente y no quedara nadie.
Esperemos que podamos superarlas y podamos sostenerlo esto en el tiempo.
LCV: Supongo que una de las discusiones que se tienen es, por ejemplo, en un día como hoy, 1 de mayo, con dos marchas convocadas, una por la CGT, otra por la izquierda. Yo he visto columnas del Polo Obrero que estuvieron en la marcha de la CGT allá porque querían en principio reclamarle a la CGT un plan de acción más fuerte. ¿Ustedes que eligieron? ¿Venir solo acá, ir a las dos?
—Elegimos las dos, más allá de las discusiones internas que podemos tener, hay gente que está de acuerdo, hay gente que no quiso estar, hay gente que sí, pero bueno, está bien la discusión y es esto. Retomo lo que dije antes, estas discusiones se dan y esperemos que no perjudiquen a la asamblea en sí, sino que se mantenga, que enriquezca la asamblea y que más allá de las diferencias de cómo podemos pensar, creo que el objetivo de todos es uno solo básicamente. Entonces creo que tenemos que ir por ese camino, sí discutir, sí plantear opiniones, pero llegando a un punto en común diciendo bueno, mira, estamos todos por esto, vamos por acá o por acá. Hay que unir ambos caminos.
LCV: Se ve que el destino es distinto, pero el camino es el mismo.
—Exactamente. En mi caso particular, mi pensamiento particular, yo quería estar allá para reclamarle también a la CGT desde mi lugar, no importa si era yo solo o estaba con tres, cuatro personas. La idea es estar, es hacer notar a la CGT que hay personas que están en movimientos independientes con las asambleas que también les tienen que exigir. Y más allá de que está la discusión de que no quiero ir para sumar al número, yo no fui a sumar número a la CGT, yo fui a sumar número a la asamblea para que las CGT nos empiece a ver. Ese es mi pensamiento. Después, por supuesto, venir acá y también apoyar, por más que sea de izquierda, sea de centro izquierda, sea peronista, sea antiperonista, no me importa sinceramente, porque creo que ese es el problema que estamos teniendo. Las discusiones internas que tenemos nosotros y nosotras no nos permiten unirnos entre todos para
que cualquier gobierno que venga no nos joda. Creo que hay que seguir el ejemplo de la marcha universitaria. Ahí había gente que votó este gobierno, había gente que no votó este gobierno y que nunca lo va a votar pero salieron con un objetivo en común. Todos dijeron no me importa a quien sea que haya votado o qué, salieron todos juntos con sus pensamientos políticos que siempre se respetan pero con un objetivo solo que era la universidad pública y
por eso fue tanta gente.

9- Detrás del cordón policial me choco con esta hermosa señora con su cartelito personal. “Esa mujer que persigue al policía soy yo”, me dice con una sonrisa. “Soy de Jubilados Insurgentes, pertenezco a ese grupo que es un grupo horizontal, el cual hace años que resistimos en las calles, porque hace años que estamos con esta disyuntiva por la canasta básica al adulto mayor, lo cual ahora en estos momentos, como habrán visto ayer, lo más triste que nos pasó, nos vuelve todo para atrás, como en los ‘90 más o menos, peor pienso. Así que acá estaremos, estaremos resistiendo y estaremos exigiendo la canasta básica, exigimos también el transporte gratuito para los jubilados…”
LCV: ¿Vos creés que hay espacio para organizaciones de jubilados que sean más masivas?
—Sí, olvídate. El tema es ese también, visibilizarlo para que todos los que están frente a un televisor mirando como nosotros luchamos, porque eso nos pasó, nos pasan por televisión a nivel victimizarnos. Nosotros no somos ningunas víctimas, porque nosotros venimos de una generación diezmada, o sea, somos sobrevivientes, que se entienda eso, somos obrevivientes. Quizás a más de uno nos fueron a buscar y ya nos habíamos ido de la casa donde nos fueron a buscar, a ver si se entiende. Y los compañeros no nos han delatado, por eso seguimos en pie.
Así que sí, yo creo los jubilados, no de a poco, de a muchos, estamos siendo muchísimos los que nos juntamos a las 15hs en el anexo sobre la calle Rivadavia entre Callao, ahí estamos todos los miércoles de 15 16 hs y hacemos semaforazo y damos la Vuelta al Congreso exigiendo los reclamos, los cuales ellos no lo escuchan, así que eso quede bien clarito. Y aparte explicarles también lo siguiente. El otro día escuché a una gran dirigente decir que mientras que querían que a Milei le vaya bien, porque mientras a Milei le va bien, al pueblo le va a ir bien también. Grosso error. A él le va muy bien y a nosotros nos está yendo cada vez peor. Nos sacaron las leyes que nosotros logramos en la calle. No me vengan con que lo logró
tal gobierno, no, las leyes se logran en la lucha, en las calles, con la gente, con la sangre nuestra y es lo que queremos evitar. Pero desgraciadamente no puedo tener esa esperanza porque veo que todo va en marcha de eso.

10- Hasta aquí llegué. El último testimonio nos hizo temblar la voz a ambas. Me fui por una avenida de Mayo repleta de gendarmes. Me acerqué a uno que no estaba en el cordón militar y parecía tener cierta responsabilidad. “Perdón, por qué hay tantos gendarmes si no hay nadie? Pregunté. Eran dos. Uno me dijo ‘no sé’, entonces insistí ‘tienen alguna órden para actuar en algún caso’. “No”. Su compañero se hartó de mis preguntas que no tendrían respuesta y dijo “continúe señora”. Lástima, si me hubiera dicho ‘circule señora’ hubiera sido casi un homenaje a aquellas locas que dieron su primera ronda a la Pirámide para obedecer su orden. No aprendieron que hay algunas cosas que no deben ordenar. Continué y me quedaron mil ideas e imágenes y ganas de hacer cosas. Como ésta crónica.

(Participaron de esta cobertura especial de LCV-Historia de Trabajadores: Nora Anchart, Javier Touzón y Agustina Yedro. Texto: Laura Giussani Constenla)

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El portazo de la CGT. Piden Pan no le Dan.

Contra todo pronóstico, en la CGT primó la unidad y el sector ‘dialoguista’ que había mantenido una reunión cordial con el Secretario de Trabajo, Julio Cordero, el 16 de julio, reconsideró su postura y anunció que no participará de la mesa de diálogo propuesto por el gobierno junto a las Cámaras Empresarias prevista para la semana próxima.

Luego de una intensa reunión del Consejo Directivo de la CGT este jueves en la sede de Azopardo, sin la presencia de Gerardo Martínez quien ya se anotaba para formar parte del Consejo de Mayo en representación de la Central Obrera y era el más preciado interlocutor de Milei, los líderes sindicales debieron admitir que el dilatado diálogo de sordos propuesto por el gobierno no estaba dando resultados.

En el primer encuentro de algunos dirigentes de la CGT en la Secretaría de Trabajo, el 16 de julio, había quedado claro el reclamo gremial por ganancias, incluso Héctor Daer declaró al salir de la reunión que estaban dispuestos a negociar una suba del piso salarial que había quedado atrasado, a pesar de la postura de grandes gremios de reiterar que ‘el salario no es ganancia’. En esa ocasión, el único triunviro presente, líder del gramio de Sanidad, aclaró que no se había hablado aún del Salario Mínimo, siendo un tema pendiente de conversación. Así las cosas, se postergaba por 15 días un nuevo encuentro, esta vez tripartito entre el Estado, trabajadores y empresarios.

La inconsulta publicación en el Boletín Oficial de la reglamentación del impuesto a la ganancias, en la cual no se mueve un milímetro de lo votado en el parlamento -deberán tributar al Estado los trabajadores que ganen más de 1.800.000 en caso de ser solteros, y 2.200.000 si tienen familia- fue una provocación que dejó sin argumentos a los más dispuestos al diálogo.

Antes del inicio de la reunión del Consejo Directivo, Pablo Moyano anticipó ante los medios su postura: “Estoy convencido de que hay que confrontar contra este Gobierno y contra este modelo económico que está destruyendo a las pymes y al poder adquisitivo de los trabajadores. Ahora quieren que 1 millón y medio de trabajadores vuelvan a pagar Ganancias. El único camino que queda es la confrontación. Junto a gran parte de la CGT vamos a convocar a marchar el 7 de agosto por Paz, Pan y Trabajo. Lo están organizando los compañeros de los movimientos sociales y hay que seguir estando en la calle defendiendo lo que se logró y lo que el Gobierno nos quiere quitar a través de la Ley Bases, la reforma laboral y el Pacto de Mayo”.

Después de varias horas de debate en la sede de la CGT, finalmente fue el mismo Daer quien al finalizar la reunión explicó: No estamos dispuestos a sentarnos en una mesa de conversación y de negociación tripartita cuando habíamos quedado en que íbamos a discutir la reglamentación (de la reforma laboral) y en el día de ayer ya el Gobierno reglamentó algo que también es nocivo de la reforma laboral, como esta figura de que un independiente puede tener tres colaboradores que no estarían nunca en relación de dependencia ni tendrían beneficios sociales.

La mesa estaba servida para los sectores más duros de la CGT. Pablo Moyano destacó ante la prensa que hasta ahora Camioneros apoyó las resoluciones de Consejo Directivo aún si estar de acuerdo. Por su parte, Daer remarcó que lo más importante es ‘estar unidos’ y que ‘esa unidad nunca se puso en juego’. Desde el gobierno hicieron todo lo posible para que se cumpla el anticipo que había hecho Pablo Moyano: “Les dije a mis compañeros de la CGT que no iba a la reunión con Julio Cordero porque después nos iba a cagar, y pasó”.

Como si eso fuera poco, este viernes se conoció el Salario Mínimo Vital y Móvil establecido por decreto por Javier Milei: 254.231 pesos, con una actualización para octubre dispuesta en 271.571,22 pesos. Un salario mínimo irrisorio que no alcanzaría ni siquiera para una alimentación básica.

De inmediato la CGT difundió un comunicado titulado: Otra vez Sopa: Un ofrecimiento empresario que no está a la altura de las circunstancias: “En la tarde de hoy asistimos como representantes de los trabajadores a una nueva reunión del Consejo del Salario, Mínimo, Vital y Movil ( CSMVM), con el objetivo de fijar un nuevo salario mínimo que recupere una parte del poder adquisitivo perdido a lo largo de estos meses. Desde la Confederación General del Trabajo buscamos acordar con el sector empresario a los fines de recomponer esta referencia salarial, pero nos encontramos con una inaceptable propuesta que de ningún modo será aceptada por esta central de trabajadores. La insensibilidad social por parte del sector empresario se traduce en los $245.094 que ofrecieron para el mes de julio, en contraposición con los $480.000 propuestos por la representación de los trabajadores. Esperamos que el Gobierno Nacional no convalide automáticamente este vergonzosa oferta que pocas soluciones traería a los sectores que más lo necesitan”.

Frente a la decisión de la CGT de no participar del ‘diálogo tripartito’, el Secretario de Trabajo respondió: «Ojalá la CGT reflexione sobre esta posición, debemos avanzar en normativas y consensos que son esenciales para una Argentina que convierta en realidad sus propios sueños de grandeza».

En tanto, los gremios analizan cómo seguir el plan de lucha y si participarán de manera oficial como CGT en la marcha prevista para el 7 de agosto por Pan, Paz y Trabajo a San Cayetano.

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Luciano Galfione: “Nos preparamos para una Argentina productiva y hoy tenemos 6 de cada 10 máquinas de última generación paradas”

En una semana en que las cifras de despidos y cierres por la recesión ha puesto una señal de alarma con unas 10.000 pymes que debieron bajar la persiana en el primer semestre, LCV conversó con uno de los principales exponentes de la UIA Jóven. Cómo se formaron, su historia familiar, la relación con los trabajadores y sus perspectivas de futuro. Nora Anchart conversó con Luciano Galfione en un reportaje que recorre los altos y bajos de la industria nacional en Argentina y cómo lo vivieron los hijos de aquellos pioneros fundadores.

Presidente de la organización textil Pro-tejer, Luciano Galfione forma parte de la nueva generación de empresarios que heredaron la pasión de sus padres y abuelos, fundadores de la industria nacional. A los 23 años se recibió de ingeniero electrónico y, con poco más de 40, se convirtió en director de la empresa familiar textil Galfione y asociados, que lleva más de 75 años en el mercado alcanzando 150 empleados.

Hoy tiene la responsabilidad de mantener en pie este emprendimiento familiar en donde se crió. El taller de la fábrica era su parque de diversiones infantil. No son tiempos fáciles. Confiesa que se vio obligado a achicarse y efectuar algunos despidos: “Es tremendo. Yo no tengo un abogado que mando a hablar con cada persona y yo me voy y que le diga que se quedó sin trabajo. Voy yo y pongo mi carita, adelante de cada uno que lo conozco, le conozco a la esposa, a los hijos… Es tremendo, se me va un pedazo de mi cuerpo cuando hago eso. No sé si se entiende, porque es muy difícil de de llevar adelante esa situación. Es horrible.”

Su participación en la vida política industrial comenzó en el 2004 cuando se incorporó a la Fundación Pro-Tejer invitado a participar en la creación de un programa denominado “Nueva Generación Textil”. Junto a Tommy Karagozian y otros jóvenes emprendedores, en el 2012 crearon la UIA Joven. Además de la conducción de la empresa familiar, también creó su propio emprendimiento, “Manos Andinas”, una fábrica de ropa autóctona, con base en Catamarca, que utiliza fibras naturales de oveja, llama, guanaco y vicuña.

Al asumir como presidente de Pro Tejer, en el año 2022, declaró sus objetivos en el cargo: acercar a las nuevas generaciones, formar cuadros jóvenes, reivindicar el rol de la mujer en la toma de decisiones, mantener a la industria textil en el centro de la agenda industrial, y establecer reglamentos técnicos que permitan competir de manera igualitaria sin depender de las políticas de turno.

LCV: ¿Cómo empezó Galfione y compañía?

—Viene todo de una historia familiar de inmigrantes, obviamente, donde mi abuelo, paradójicamente, tenía campos en Santa Fe, y por ese entonces, en el año 47, en un país donde se veía que el futuro era industrial, y producir iba a ser a lo que la Argentina se iba a dedicar, decidió vender esos campos junto con su madre, y se vinieron a la ciudad. Pusieron una fábrica y así empezaron de a poquito. La fábrica de medias terminó transformándose en una hilandería, y así fueron creciendo al calor de nuestro país, con todos los idas y vueltas que tuvo. Después se incorporó mi papá -mi abuelo Hugo se murió cuando mi papá era muy joven- entonces mi papá se tuvo que incorporar con mi abuela, muy, muy joven también, a reconstruir de vuelta toda la empresa.

LCV: ¿Eso en qué año? ¿En qué año a tu padre le toca la parte de la reconstrucción?

—Mi papá estaba terminando el secundario. Así que calculo que fue en el 68.

LCV: Dictadura de Onganía, estamos hablando de ese proceso económico.

—Claro, sí, y mi papá después vivió todas.

LCV: ¿Qué te contó tu padre de la reconversión económica de Martínez de Hoz?

Mi papá las sufrió todas. Se cayó y se levantó como el ave fénix. Por cada una te puedo contar todas las historias, no solo la dictadura, después vino la hiperinflación, después vino el menemato y le agarraron los bones 82, los bones 89, el corralito, y así sucesivamente hasta que después nosotros con mis hermanos, hoy somos tres hermanos que también nos incorporamos a la empresa, ya la primera generación profesional. Siempre reinvirtiendo todas las utilidades de la empresa en pos de poder crecer y demás. A los hijos nos tocó el macrismo y de vuelta volver a recomponer con pandemia incluída. Bueno, lo que vive la Argentina y lo que viven los empresarios pymes. Para nosotros la empresa es parte de nuestra familia, los trabajadores son parte de nuestra familia, y hay que conocer y estar y saber lo que es llegar a fin de mes y tener que pagar los salarios, independientemente de que nos vaya bien o nos vaya mal, porque para nosotros los trabajadores no son un número o un legajo, sino que son familias que conocemos todos, sus hijos, sus esposas, sus esposos, lo que sea. Es lo que sabemos hacer, lo que me enseñó mi papá, lo que a mi papá le enseñó mi abuelo, y así, a trabajar, a producir, a reinvertir lo que uno gana. Nuestro mayor orgullo es cuando podemos generar más y más empleo, generar más y más trabajo argentino. A eso nos dedicamos.

LCV: Tus hermanos y vos son la primera generación de profesionales. ¿El trabajo y el estudio estuvo ligado en tu familia? ¿El estudio, que ustedes fueran profesionales, era un valor alcanzado?

—Por supuesto, como siempre, como todo padre con su hijo quiere que a su hijo le vaya mejor que a uno. Mi papá lo que siempre priorizó en nosotros fue eso, que pudiésemos estudiar, que tuviésemos todas las herramientas para poder progresar y después cada uno fue eligiendo. En el caso nuestro salimos todos técnicos porque nos encantaba, mi papá nos llevaba a la fábrica desde chiquitos, y bueno, le salieron todos ingenieros porque lo llevamos en la sangre. Es muy difícil de explicar a veces porque hay que vivirlo, pero bueno, con lo bueno y con lo malo, ¿no? Porque nosotros terminábamos la escuela y al otro día que terminábamos la escuela nos íbamos a la fábrica. Como hay chicos que por ahí van a jugar la pelota, nosotros íbamos a jugar con los carritos entre las máquinas y esa es parte de nuestra historia y uno la empieza a meter dentro de su propia sangre y después la empresa ya pasa a ser algo más que un simple trabajo.

LCV: ¿Están casados? ¿Tienen hijos? ¿Tienen la idea de la continuidad, de dar la pelea? Digo, ¿hay este estilo de transmisión así tan potente y luchadora?

—A nuestros hijos se nos hace un poco más difícil, ¿sabes? Porque a diferencia quizás de la generación nuestra, donde la empresa estaba muy en crecimiento, y que a pesar de todos los vaivenes, nosotros tuvimos la posibilidad de estudiar y sobre todas las cosas, transformar la empresa para que trabaje en forma profesional, porque me parece que las empresas familiares muchas veces mueren en las terceras generaciones porque no se profesionalizan. Por ahí los familiares se van incorporando solo porque son hijos de, y me parece que hoy las empresas que trascienden son las empresas que están profesionalizadas, las empresas que no dependen de que vos seas hijo de, porque a veces hay tipos que son mucho mejores que uno, y además hacen carrera dentro de las empresas. Lo más importante es que tiene que ver con la proyección de los colaboradores de la empresa, porque si no pareciera que no importa mucho el esfuerzo, si total va a venir el hijo del dueño y me va a reemplazar.

LCV: Yo tuve oportunidad de estar en un desayuno de trabajo con ustedes, y a mí me impresionó la parte de la formación profesional, el tema de que ustedes formaban a los trabajadores, intentaban, o que habían intentado generacionalmente a lo largo de la historia constitutiva de estas empresas transformar esos trabajadores. ¿Esto sigue sucediendo?

—Sí, por supuesto. Eso es parte del entramado pyme y el entramado pyme que va trascendiendo generaciones. Los que trascienden las generaciones son las que hacen este trabajo, que no depende después de que esté el fundador o el hijo del fundador para que la empresa siga viviendo. Eso requiere toda una inversión en el capital más importante que tenemos que es nuestra gente. Primero que mi papá tuvo la gran fortuna, que capaz que tuvo tres hijos varones, que entonces con la parte industrial es como que estabamos ahí y encima los tres hijos varones le salieron técnicos, y después le salieron ingenieros, entonces tuvo una gran fortuna. Ya nosotros hermanos, tenemos hijos, hijas. Mi hija sigue nutrición, por ejemplo. Entonces, ya que por ahí pueda venir la empresa a hacernos el menú para los trabajadores y demás, después empieza a ser más difícil. También nosotros somos respetuosos de las elecciones y a eso hay que sumarle que los pibes hoy, a diferencia de nuestra época, que por ahí todavía no nos podemos ir tan atrás, pero sí es verdad que en muy poco tiempo la sociedad ha cambiado muchísimo. El acceso que hoy tienen los pibes a tanta variedad de cosas, tecnología y demás, y viendo lo que sus padres vivieron, porque esto es una realidad también, a veces prefieren elegir otra cosa, que está muy bien, porque dicen mi viejo se la pasa laburando como una bestia.

LCV: Igual entienden tu pasión, seguramente.

–Absolutamente. Eso es lo que uno más transmite la pasión, la vocación y demás. Pero también ven la realidad. Entonces dicen: Mi viejo se rompe el alma y cada cuatro, ocho, no sé, lo cagan a trompadas.

LCV: ¿Cuántas máquinarias importantes tuviste en el momento de apogeo? Cuántas están funcionando hoy en medio de este, yo creo que es un industricidio, pero no sé, vos me dirás si me equivoco.

—Hoy la situación de nuestro sector es muy compleja. Nosotros en la empresa tenemos un montón de máquinas, pero como para que la gente un poco se haga un número, hoy nuestro sector, de cada 10 máquinas, tiene seis paradas. Un sector que en los últimos en tres años, invirtió más de 1400 millones de dólares. Una serie que no tiene historia, una serie histórica que no se tiene memoria. El sector está tecnificado, el sector está en la frontera tecnológica e hicimos todos los deberes, porque como es un entramado esencialmente pyme, cada vez que a nosotros se nos dio la posibilidad y se nos dio la oportunidad de aumentar nuestra capacidad productiva, tener mercado y demás, allá fuimos e invertimos. Eso es lo que hizo nuestro sector en los últimos tres años. Hoy se han materializado durante el año pasado y este año todas las inversiones, y la verdad que estamos materializando museos.

LCV: ¿Por qué museos?

—Porque nos preparamos para una Argentina productiva, para una Argentina con consumo, y hoy tenemos seis de cada diez máquinas paradas. Máquinas 2023.

LCV: ¿Hay alguna luz por algún lado? ¿Hay alguna esperanza?

—Nosotros, esencialmente, tenemos nuestro mercado en la gente, en el mercado interno. Entonces, en la medida cuando nuestra sociedad pierde poder adquisitivo, al sector textil le va mal, porque el textil es la segunda cosa más importante que utiliza el hombre para vivir, porque la primera es alimentarse, la segunda es vestirse. Pero vos podés usar la ropa del año pasado, entonces cuando te va mal, dejas de comprar ropa. Y de la misma manera, cuando te empieces a ir un poquito mejor, lo primero que hacés es cambiar la remera, cambiar una zapatilla. Entonces, siempre decimos cuando al sector textil le va mal, a la Argentina le va peor, y hoy al sector textil le está yendo mal. Básicamente porque a ninguno de los argentinos, porque además de ser empresario, soy trabajador y a mí tampoco me alcanza el dinero para vivir. En este contexto y con esta utilización de la capacidad instalada, ninguna de nuestras empresas puede ser rentable. Entonces, estamos pasando una situación compleja que ¿cómo se revierte? Cuando la gente tenga un poder adquisitivo un poco mayor, ahí recién se va a reflejar en la actividad.

LCV: ¿Vos crees que eso puede ser posible en el término de los próximos tres años?

—Ojalá que sí, porque si eso no ocurre en el muy corto plazo, a mi criterio, la sociedad no lo va a poder sostener. O sea que yo deseo fervientemente por mi país, deseo eso por mis hijos, por mis colegas. Deseo fervientemente que eso ocurra lo más rápido posible, pero no está en mí esa posibilidad, porque yo estoy convencido que el primero que puede revertir la situación y lo más rápido siempre, como en cualquier lugar del mundo, no es en la Argentina, es el Estado, es el que más poder tiene y el que debe trazar el sendero hacia adelante.

LCV: Claramente. ¿Ustedes qué producen?

—Nosotros producimos hilados y tejidos de fibra sintética, básicamente, que se utilizan para conjuntos deportivos.

LCV: Esto tuvo su momento de apogeo si no me equivoco, en La Rioja y en otros lugares con algunas empresas que se habían afincado.

—Eso es más en el norte de Argentina. El norte en general tiene todo el entramado algodonero. Nosotros hacemos todo de fibra sintética, que es todo lo que usa para camisetas de fútbol y demás, que es derivado del petróleo, más de los plásticos y del poliester y todo eso, que cada vez se usa más en el área deportiva.

LCV: ¿Exportación con las leyes de Milei? ¿Cómo venimos?

—Las exportaciones hoy para nosotros son complicadas, porque la Argentina, paradójicamente, en este contexto, es cara en dólares. Entonces, no hay manera de ser competitivo en esta circunstancia. Además que estamos complicados a nivel impositivo, a nivel de costos internos y encima con un tipo de cambio retrasado a lo que tiene que ver para la exportación. Hoy estamos fuera de precio y con tarifas que están muy caras en dólares. Es muy difícil, porque por eso yo lo que digo es: nosotros hicimos todos los deberes. Contratamos gente, la capacitamos, pusimos las mejores máquinas del mundo, pero nosotros no manejamos ni la tasa de interés, no manejo las tarifas, no manejo el tipo de cambio, no manejo nada. Yo sé hacer lo que tengo que hacer.

LCV: Y desde ahí estás dando tu opinión. ¿Sentís que los escuchan?

—En principio, por lo que está ocurriendo, no. Nosotros tenemos contacto. No es que no tenemos contacto, hay gente con la que dialogamos en la Secretaría de Industria y todo. Pero bueno, el Gobierno, independientemente del diálogo, a veces hacen falta acciones concretas que modifiquen la realidad, porque el Gobierno, digamos, está en una postura que está muy bien, no digo que no, en la facilitación del comercio. Ellos quieren facilitar el comercio, destrabar burocracia y demás. Eso me parece que está muy bien, pero todo eso se hace en la medida de que vos tengas trabajo. Porque nosotros fuimos cuatro pasos para atrás.

LCV: ¿Has tenido que despedir, Luciano?.

—Sí, nosotros sí hemos tenido que achicarnos.

LCV: Duele.

—Es tremendo. Yo no tengo un abogado que mando a hablar con cada persona y yo me voy y que le diga que se quedó sin trabajo. Voy yo y pongo mi carita, adelante de cada uno que lo conozco, le conozco a la esposa, a los hijos, le conozco a todo el mundo. Es tremendo, se me va un pedazo de mi cuerpo cuando hago eso. No sé si se entiende, porque es muy difícil de de llevar adelante esa situación. Es horrible.”

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Despidos NN: las cifras que no llegan a reflejar la gravedad de la crisis.

Según el último informe del CEPA (Centro de Economía Política Argentina) en el primer semestre de 2024 hubo más de 160.000 despidos contando los del sector privado y el estatal. Sin embargo, la información oficial del BCRA indica que en los últimos meses se cerraron 350.000 cuentas sueldos, cifra que duplicaría la informada por CEPA, posiblemente contando retiros más compulsivos que voluntarios. Construcción e industria son los sectores más perjudicados pero no los únicos. La recesión salpica a la sociedad toda, grandes, medianas y pequeñas industrias. En apenas seis meses se extinguieron 10.000 empresas pymes, según denunció la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (Enac) a través de un documento preparado para el 9 de julio. Se “está destruyendo 50 pymes por día, en una Argentina sin plan ni rumbo económico que genere certidumbre sobre el clima de negocios”, explicaron.

Uno de los cierres que más impactó en los últimos días fue el de una marca que remueve la memoria identitaria de la sociedad: la fábrica Canale. Sí, la de las galletitas, aquella que todos llevamos en nuestra memoria con su publicidad de familias de clase media reunidas, felices en torno a una mesa. Eran los sesenta. El siglo XXI trajo otros mensajes. A fines de junio la empresa conservadora en latas entre otras cosas, cerró su planta de Mendoza dejando en la calle a 38 empleados.

Cifras que no sólo son números. Implican la destrucción de una red de producción nacional. Bien vale detenerse en el significado histórico de éstas pérdidas. Un proceso de desarticulación industrial que no fue de la noche a la mañana y tiene nombres y apellidos.

Canale

José Canale fue el inmigrante genovés que llegó a la Argentina en 1860 y abrió una panadería en pleno San Telmo: Defensa y Cochabamba. El negocio fue viento en popa y hacia finesl del 800 ya se había ganado un nombre. José -Giusseppe- murió y su viuda e hijos se hicieron cargo del negocio familiar. La panadería original se convirió en una fábrica de galletitas. Nacía el bizcochito Canale. En 1910 pegaron el gran salto y se transladaron al histórico edificio frente a Parque Lezama que inundaba con su perfume a galleta horneada el barrio entero.

La fábrica de bizcochos Canale frente a Parque Lezama.

La fábrica creció y sumó productos: fideos, mermeladas, conservas y harinas, hasta que llegó la dictadura. El plan de Martínez de Hoz un un incendio los puso al borde del abismo que lograron superar tercerizando la producción durante un par de años. Recién en 1986 comenzaron a levantar cabeza pero las ventas no alcanzaban. Fue entonces que apareció Franco Macri, dueño de Socma, que a modo de ‘salvataje’ compró el 71% de la empresa. Eran los noventa. La empresa se diversificaba y a las galletas se le sumaban las latas. Tres plantas tenía Canale por entonces: Mendoza, Río Negro y Mar del Plata. No hubo caso, el menemismo invitaba a los inversores extranjeros a quedarse con las empresas argentinas en dificultades y las firmas pasaban de dueño con una rapidez nunca antes vista. Primero la compró la estadounidense Nabisco, luego Kraft, finalmente Alco se quedó con les compró la planta de hojalatas de Mendoza, mientras Kraft siguió con las galletitas. Los fideos Canale fueron adquiridos por Molinos Río de la Plata en 2014, quien también compró Vizzolini y Don Felipe.

Hace rato que el perfume Canale había desaparecido de San Telmo. El emprendimiento de don Giusseppe creció sin límites durante casi cien años y fue descuartizado en medio siglo. Hasta que llegó una nueva crisis, en el 2019, fin de Menem, asunción de De la Rúa. De la icónica fábrica nacional solo quedaba una planta enlatados en la provincia de Mendoza que quebraba y una agroindustrial mendocina, AVA, la compraba por 378 millones de dólares. La marca se mantuvo a pesar de los diversos dueños. El espíritu del panadero que la fundó había muerto hacía rato.

Despidos NN

Los casos aportados por el informe de CEPA dan cuenta de cómo influye también en grandes empresas el incierto programa económico del gobierno. Por la merma en la construcción fabricas de insumos sanitarios suspendieron y despidieron personas. FV decidió paralizar su producción por tres meses y suspender a 800 obreros de su planta en Pilar, provincia de Buenos Aires. Por su parte, Ferrum (la mayor fábrica de sanitarios de cerámica del país), ya despidió 100 trabajadores en lo que va de 2024. Los despidos masivos llegaron también al Grupo Techint que en junio despidió a 200 trabajadores de la planta Tenaris Siat de Valentín Alsina.

La danza de números continúa con la industria de electrodomésticos debido a la baja de aranceles para la importación de heladeras y lavarropas. Whirlpool tuvo que hacer a menos de 60 trabajdores del parque industrial de Pilar, y Briket, ya despidió a 300 obreros este año. Los metalúrgicos afirman que ya tuvieron 450 despidos en el sector, los textiles 470, alimentación 110, más de 3.600 en construcción, y sigue la industria química, automotrices, supermercadistas, y comercios de todo tipo.

Desde ya, es de público conocimiento la reducción de la planta estatal que ya suma más de 20.000 despidos y continúan anunciando que llegarán a 75.000. Hasta aquí sólo sabemos de números. Del famoso axioma menemista de ‘estamos mal pero vamos bien’. Imposible contabilizar la cantidad de pequeños emprendimientos que debieron cerrar sus puertas.

Aquí, un ejemplo al azar de aquellos que soñaron con un emprendimiento y el sueño les duró poco.

Cierra la conocida cervecería Schalke.

El local de La Plata lo anunció a través de las redes sociales y se suma a otros locales que también se despidieron en las últimas semanas.

La cervecería de 64 entre entre 13 y 14 cierra sus puertas tras 6 años en la zona de #ParqueSaavedra y sus dueños lo confirmaron a través de las redes, donde dejaron un breve y sentido mensaje para sus clientes, profundizando la crisis del sector.

“¡Hola amigos! Con mucha tristeza, queremos comunicarles el cierre del local. Estamos eternamente agradecidos por estos 6 años maravillosos que pasamos juntos”, escribieron en una publicación en Instagram que rápidamente se llenó de comentarios de clientes sorprendidos.

Santa Fé

En las provincias la situación es dramática. La generalmente pujante provincia de Santa Fé anunció que están viviendo “una situación recesiva donde hay caída de actividad prácticamente todos los rubros”, tal como indicó el secretario de Trabajo de Santa Fe, Julio Genesini,  quien se lamentó que “mes a mes se van dando una tendencia de pérdida de puestos de trabajo”.

Despidos y suspensiones son las formas en las que se expresa la crisis de consumo y producción en la provincia. Ya son 85 empresas que optaron por la suspensión de 11.000 trabajadores suspendidos. En la medida de lo posible intentan evitar la desvinculación laboral manteniendo algún porcentaje del sueldo hasta que la situación se disipe.

El Secretario de Trabajo provincial, afirmó en una entrevista al diario La Capital: “A fines de abril había alrededor de 6.500 desvinculaciones que se tramitaron ante el Ministerio de Trabajo. Si vemos los números del empleo registrado hay una caída interanual de 1.77 puntos, eso es un poco más de 9.000 puestos de trabajo. Si tomamos diciembre hay un poco más porque había alrededor de 522.000 trabajadores registrados y ahora estamos en 512.000”, apuntó y resaltó: “Hay un impacto en el empleo que se verifica en suspensiones y en algunos casos de pérdida de puesto de trabajo”.

A nivel nacional se conoció el viernes pasado que entre el 10 de diciembre de 2023 y el 4 de julio se tramitaron más de 38.000 procedimientos preventivos de crisis en el Ministerio de Trabajo de la Nación, un 40% más que en el mismo período del año pasado. Así lo señalaron fuentes de la cartera laboral, en el contexto de una crisis que se llevó ya 144.000 puestos de trabajo en el sector privado registrado.

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