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Alerta por posible cierre de la Escuela Nacional de Pesca. Denuncian una ‘privatización encubierta’

El Sindicato Conductores Navales de la República Argentina (SICONARA), el Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo, y el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), continúan en estado de alerta y movilización luego de conocer la decisión del Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Xavier Julián Isaac, de sacar de la jurisdicción de la Armada la Escuela Nacional de Pesca “Comandante Luis Piedrabuena”, de Mar del Plata, a la que asisten 180 alumnos y cuenta con 90 trabajadores entre docentes y no docentes. Se trata de uno de los tres prestigiosos institutos oficiales de formación de los marinos mercantes. A través de un comunicado, los gremios argumentaron que la medida “implica la renuncia de la Armada Argentina a cumplir en su plenitud las obligaciones que le instituye el artículo 1° de la Ley N° 22.392”.

Por otro lado, destacaron que “los institutos mencionados han demostrado un nivel de excelencia en la formación y capacitación de los oficiales de la Marina Mercante reconocidos internacionalmente”, según dijeron que le explicaron a Luis Petri, Ministro de Defensa de la Nación, en un pedido de audiencia.

A su vez, los gremios marítimos señalaron que no hay razones presupuestarias para justificar la medida, considerando que en caso de que existieran razones semejantes “deben buscarse fuentes alternativas de financiamiento que se sumen a la histórica colaboración que nuestros gremios siempre han prestado” como “tal vez la propia Ley de Pesca” para que “sea la propia actividad pesquera la que coadyuve a la formación de sus recursos humanos”.

Mariano Villar, Sec. Gral de SICONARA, dialogó con La Columna Vertebral para dar detalles de la decisión del Estado Nacional, a través de la Armada Argentina, de cerrar una escuela que forma a los capitanes de pesca que conducen la embarcación, y a los jefes de máquina, conductores o motoristas navales, representados en su sindicato, que son quienes se hacen cargo de que la embarcación funcione.

“La idea es privatizarla. Porque si el Estado se retira, gana un privado, como lo venimos viendo y como viene el Gobierno intentando hacer en varios sectores. El Estado se retira de la formación y capacitación de los marinos mercantes para que un privado pueda tomar la posta. Por eso es que nosotros estamos diciendo de que esto no es ni más ni menos que una privatización encubierta”, sostuvo

LCV: ¿A manos de quién iría, por ejemplo?

— Hay muchos posibles interesados, pero lo que nosotros decimos es que la educación tiene que ser pública y gratuita, como lo viene siendo, sobre todo porque iguala el acceso a todos los argentinos, y no privatizar, porque sería la única escuela que da y que capacita a los pilotos de pesca, a los futuros capitanes de pesca. Entonces, hoy está en igualdad de condición cualquier argentino que quiera seguir esa profesión, ese camino. Desde que se retire el Estado y el privado le ponga un precio a esa formación, deja de estar al alcance de todos los argentinos. Así que nosotros estamos en contra de eso y porque además la Armada está dejando en manos de un privado la formación de aquellas personas que en el caso de que haya un nuevo conflicto, vamos a estar a bordo de los buques.

LCV: Claro, es lo que te iba a preguntar, el trabajo de ustedes tiene un valor estratégico ¿no?

—Sí, por supuesto. Tenemos el carácter de lo que se llama reservistas y tal es así que durante la guerra de Malvinas los buques mercantes sirvieron para el traslado de tropas, provisiones, víveres y la pesca, que es lo que hoy están queriendo quitar de la Armada, sirvió de inteligencia. Tal es así que tuvimos buques como el Narwhal, que fue hundido y que falleció un marino mercante allí.

LCV: ¿Cuáles son las próximas acciones que van a llevar a cabo?

—Estamos pidiendo reuniones y no descartamos ninguna acción directa en cuanto a una medida gremial, paralización de actividades y demás, para intentar concientizar y que el Estado Nacional tome conciencia de la decisión que está adoptando. Además de apoyar la lucha por la educación pública, claro, participando en las marcha del miércoles junto con la Federación Marítima Portuaria de la Industria Naval.

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Postales Menemistas/1, por Hernán López Echagüe

En tiempos en los que el menemismo se ha puesto de moda y es reivindicado por el gobierno, es bueno refrescar la memoria. A partir de hoy, reproduciremos algunos de los artículos de Hernán López Echagüe recopilados en el libro Postales Menemistas, editado por Perfil.

Los nuevos gringos

Crónica publicada por la revista Acción en marzo de 1995.

Danilo huele a una de esas bebidas dulceamargas que se toman de pie en los bares de estación. Tiene veintitantos, grandes ojos oscuros, el pelo liso, azabache. Dice haber sido campesino en la ciudad paraguaya de Fernando de la Mora, a contados kilómetros de Asunción. Al caer la tarde recorría los naranjales y los limonares en una bicicleta herrumbrosa; la tierra era amable y había olores y un verdor demasiado vivo que él, crédulo, suponía suyos.

La geografía del Buenos Aires que conoce, hecha de andenes y vagones derruidos, plata de a ratos, puertas infranqueables, tipos de mirada recelosa, andamios, mezcladoras, cal y más cal que le taladra el cuerpo, se le antoja un presente de morondanga.

—Todos te discriminan. Y el que no, es para cuidarse.

Carcajea. Habla torpemente. Le temblequean las manos. Dice que los tremores comenzaron a asaltarlo hace siete, ocho años, cuando por vez primera estuvo de cara a uno de esos argentinos abiertos y generosos que promueven una eficaz servidumbre.

—Una obra en Caballito. El capataz me recibió bien. Me dijo que para trabajar era necesario firmar un recibo en blanco. Es la regla, me dijo —se encoge de hombros y se pone a mirar la plaza Constitución a través de los cristales del bar—. Son las reglas y yo las acepto, ¿a quién me voy a quejar? ¿De qué voy a trabajar?

A su lado, curtido por su vida de extranjero andariego y la familiaridad con la miseria, Patricio deja escapar un grunido. Dice:

—El Negro tiene razón. El que no te discrimina es porque quiere aprovecharse. A mí, porque soy chileno; a vos, porque sos paragua, y a ella le echa una mirada de reojo a María Luz porque es bolita y encima mujer.

-Linda collita – lo corrige ella. Así me llama la señora Laura.

-Vos tenés suerte – Danilo se remueve en la silla y lanza una risotada-. A mí, cada vez que se me va un ladrillo, el hijoputa ese de Mandrini me grita “¡Negro de mierda, te lo voy a descontar del jornal!”.

Patricio se entusiasma:

-Saben lo que me preguntó la gorda que maneja el taller de costura donde trabajo? Me preguntó: « ;Seguro que no sos carterista? Porque todos los chilenos que conozco son

carteristas” -menea la cabeza con resignación, apura un largo trago de cerveza–. Gorda huevona.

Ahora los tres ríen. Hacen chocar los vasos; intercambian burlas. Dan la impresión de haberse conocido tiempo atrás y sin embargo ha sido la curiosidad malsana de un periodista lo que los ha reunido aquí, alrededor de una mesa de fórmica amarilla y patas chuecas, en un bar de Constitución. Juntos son un horizonte humano que a pesar de su densidad permanece oculto. Un enjambre de cuerpos a la deriva.

—Linda collita —lo corrige ella—. Así me llama la señora Laura.

—Vos tenés suerte —Danilo se remueve en la silla y lanza una risotada—. A mí, cada vez que se me va un ladrillo, el hijoputa ese de Mandrini me grita “¡Negro de mierda, te lo voy a descontar del jornal!”.

Patricio se entusiasma:

—¿Saben lo que me preguntó la gorda que maneja el taIler de costura donde trabajo? Me preguntó: “¿Seguro que no sos carterista? Porque todos los chilenos que conozco son carteristas” —menea la cabeza con resignación, apura un largo trago de cerveza—. Gorda huevona.

Ahora los tres ríen. Hacen chocar los vasos; intercambian burlas. Dan la impresión de haberse conocido tiempo atrás y sin embargo ha sido la curiosidad malsana de un periodista lo que los ha reunido aquí, alrededor de una mesa de fórmica amarilla y patas chuecas, en un bar de Constitución. Juntos son un horizonte humano que a pesar de su densidad permanece oculto. Un enjambre de cuerpos a la deriva.

—Linda collita —bromea Danilo.

—Negro de mierda —dice María Luz sin enderezar la mirada.

—Suerte que no vino ese coreano —celebra Patricio.

—Amarillo de mierda —dice ella.

—¿Ves? También discriminás —se enoja Danilo.

—Yo no —María Luz lo mira con sus ojos selváticos; es linda, frutal—. Ellos discriminan, porque vienen acá con plata y ponen negocios y le chupan la sangre a todos, a ellos mismos y a cualquiera de nosotros. ¿Por qué? Porque ellos tienen documentos y nosotros no.

Li Hung, propietario de una lencería del Once, había sido invitado a la reunión.

—No tengo tiempo. Trabajo todo día. Tengo tres hijos y necesito plata. Tenía un boliviano que me robó mucho. Tenía paraguayo que robó tres metros de tela. Hablamos después en el negocio —dijo en un castellano chapurreado.

Pómulos anchos, piel terrosa y un pelo largo y llano de una negrura intacta. Tiene el aspecto de mujer liera, habituada a vivir en guardia. María Luz tiene una de esas inteligencias sin dobleces, exclusivamente femenina.

—Llegué sola, hace un año, un año y medio. Cuando vi la ciudad me quedé fría como un muerto. ¿Ustedes saben lo que es Tarija? Ahí es para hombres, trabajan en el petróleo. Llegué acá y vi los trenes, los autos, la gente. Todo se movía sin parar. ¡Los subtes! —crispa las manos; parece de veras asustada—. Ahí no me meto ni muerta.

Hoy ha resuelto meter su cuerpo delgado en un vestido negro, corto, opaco, repleto de flores amarillas y rojas. Su carne exhala un perfume agrio, apenas matizado con un aroma de pinos embusteros.

—No seás miedosa. El subte es lindo. Ahí abajo uno está tranquilo, la ciudad no existe, aunque te miren mal, pero ahí somos todos igualitos, estamos toditos enterrados —dice Danilo y se persigna aparatosamente. Si querés —le echa un guiño—, te llevo a dar una vuelta.

Ella no responde. Sus pensamientos están suspendidos en algún punto inidentificable, situado, probablemente, entre Tarija y el Obelisco. Continúa hablando:

—Primero me fui a Escobar, a la casa de un tío de mi padre. Parece una ciudad boliviana. Está lleno de bolivianos. La comida es boliviana, la ropa es boliviana. Trabajé de jornalera en una quinta y no aguanté. Doce horas, todos los días, y unos pesitos que no me alcanzaban para nada. Me dolía todo —se pone a estrujar una servilleta de papel entre las manos—. Una amiga me dijo que probara en una feria de Lomas de Zamora, de bolivianos. Me aceptaron en un puesto que vendía zapatillas. Estuve dos meses trabajando ahí, viviendo de regalada en la casilla de una chica de Santa Cruz, soltera, con cuatro chicos, hasta que por suerte me dijeron del mercado de Primera Junta.

Hace una pausa, toma unos sorbos de cerveza.

—Sí, el mercado de trabajo —dice Danilo.

—Ahí te cagan lindo —se mete Patricio.

Ella procura sonreír. Por primera vez parece ligeramente incómoda.

—No —dice cansadamente. Nos mira fijo por un rato y después añade—: Lo que quieras, pero me dieron trabajo. La cosa es los sábados a la mañanita. Está lleno de bolivianas como yo. Nos paramos, como en un desfile, y ahí vienen las señoras y eligen. Te miran todo. Las piernas, los brazos, hasta se acercan para olerte. Después te hacen la oferta: cuatrocientos, quinientos pesos, cama adentro, nadita de hombres y un franco a la semana.

—¿Ni un viajecito en subte? —porfía Danilo.

Nadie lo ha escuchado. Es que en la puerta se ha detenido un patrullero. El policía que maneja echa un vistazo aburrido hacia el interior del bar. Danilo se agarra la cabeza, entorna los párpados.

—Buscan al carterista —dice con voz impostada y se entrega a una risa ahogada por el tabaco.

—No, huevón. Quieren al paragua que chorea ladrillos —dice Patricio.

—Cincuenta pesos y los arreglás —dice Danilo.

—¿Sí? Dos días de trabajo. Ni loco —dice Patricio.

El patrullero parte. María Luz agradece a la virgen y se incorpora.

—La señora Laura me llevó así, de una muñeca —se ha puesto a caminar con el brazo derecho estirado, rígido, como si una fuerza invisible la arrastrara hacia la puerta. Regresa y se deja caer en la silla, continuamente abrazada a una bolsa de plástico—. ¿Qué iba a hacer? ¿Salir corriendo de nuevo para Escobar? No. Allá son buenos, pero ya tengo veintidós años y la señora Laura no me trata mal. Los quinientos me alcanzan.

—Doce horas por día y saco setecientos, setecientos cIncuenta. Algo le mando a mi mamita, en Mora. Con esa plata nunca me voy a poder ir de la casa de Chacabuco —dice Danilo—. ¿La conocen? La tomada. Somos siete familias en tres cuartos viejos. Pero nos arreglamos.

—Yo me tengo mi cuartito. En el taller, en Godoy Cruz, en Pacífico, cerca de ese puente gigante que hay, ¿vieron? Me lo dio la gorda. Doscientos por mes, y me los descuenta de la costura —cuenta Patricio.

Patricio es retacón, de cuerpo vigoroso. Lleva puesta una remera blanca con una leyenda que él mismo bordó con hilo rojo, brillante: “Yo amo Temuco”. Debe de medir un metro sesenta. Pelo crespo, corto, negro; cara redonda, desprovista de grietas o signos que tornen posible aventurar una edad. Quizá veinte, acaso treinta años o más. Ocho, sí, son los que lleva viviendo en esta ciudad imposible de apresar, donde el albedrío de las voces, el capricho de las luces y del ocio y los amigos no es más que puro cuento.

—En Temuco era otra cosa. ¿Vieron cuando uno, después del trabajo, cansado, sí, pero cuando uno volvía del trabajo y sentía que todo era una mierda pero al menos uno era de ahí? Nada más me traje las manos de mi madrecita —pone las suyas sobre la mesa: unos dedos alargados, hábiles, maduros—. Ahora coso, y bien. No me pregunten por qué. Coso y me pagan un peso la prenda. Con suerte, treinta pesos por día.

Maquinalmente, María Luz y Danilo se observan sus manos como si estuvieran examinando un artilugio. Están ajadas, llenas de hendeduras.

—¿Qué querés? Lavandina, detergente, jabón… —dice ella.

—Me gustaría verte manoseando cal todo el día —dice Danilo.

Patricio ríe. Se frota las manos.

—Manos de pianista, huevones —dice—. O de carterista. Como quieran. Pero ahora cosen, y bien.

Juntos, María Luz, Danilo y Patricio parecen una verdadera célula latinoamericana, un temerario grupo comando cuyo principal propósito es la búsqueda de documentos, trabajo, alimentos y agua.

La charla se torna nostálgica; los recuerdos afloran. Temuco, Fernando de la Mora, Tarija. Ciudades que los alumbraron y un buen día les dieron un mazazo en la cabeza.

—No es cosa de un gobierno —dice Danilo. Porque los gobiernos pasan, de todos los colores, pasan y siempre nosotros quedamos igual, abajito, como en el subte —vuelve a echarle un guiño pícaro a María Luz—, sin aire, sin comida, encerrados con gente que nos mira como bichos raros.

Todos asienten y, tras dejar en claro que las tres cervezas corren por cuenta de la revista, comienzan a levantarse. Ya en la puerta de la ochava, Danilo les propone a María Luz y Patricio un baile inolvidable.

—Tengo un amigo en la Casa Paraguaya. Hay peñas. Yo los hago entrar, quédense tranquilos. Ahí no tienen problemas con los carteristas y las collitas.

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Elecciones en Estados Unidos: October Surprise y el factor latino, por Carmen Valdivieso Hulbert

Corresponsal de LCV en New York

Octubre siempre trajo consigo sorpresas pre electorales, que decidieron el voto estadounidense en las urnas, pero este año la ausencia de una gran sorpresa fue reemplazada por débiles tañidos que no lograron tener el mismo efecto ensordecedor que podría haber cambiado radicalmente la opinión general. Aunque si algunos creen en magia, la sorpresa podría producirse en el Día de las Brujas, el último día del mes.

La cuenta regresiva avanza inexorablemente, mientras millones de estadounidenses comenzaron a votar por adelantado desde la semana pasada y continuarán hasta el 5 de noviembre, día tradicional de elecciones.

Aunque este octubre no tuvimos revelaciones de escándalos en la vida privada de los candidatos, ni un nuevo juicio contra el expresidente republicano, el mes comenzó con una serie de factores externos, como huracanes y tornados que dejaron destrucción y muerte en seis estados del sureste estadounidense, entre ellos, Florida, Georgia y Carolina del Norte. La débil respuesta en la ayuda del gobierno para la reconstrucción de esos Estados fue contrastada por los grandes aportes financieros a la guerra de Ucrania y la compra de armamento de Israel que bombardea el Líbano y algunas zonas de Irán, después de meses de bombardeos con miles de víctimas en Gaza, como desmesurada respuesta al ataque terrorista del grupo Hamas en territorio israelí que causó cientos de víctimas, el 7 de octubre del 2023. Si quisiéramos hacernos eco de la política de la gota de agua china, que pudo erosionar la opinión pública en octubre, hubo un par de sucesos elocuentes.

La ‘broma’ que puede cambiar el voto

El pasado domingo hubo un multitudinario evento proselitista republicano en el Madison Square Garden -en el cual participaron dos ex candidatos demócratas, Tulsi Gabbard y Robert F. Kennedy– que había sido considerado como el gran desembarco de Trump en New York de la mano de dos figuras de reconocida trayectoria demócrata que habían saltado hacia las filas republicanas. Sin embargo, el encuentro se vio teñido por un supuesto chiste que tuvo el efecto opuesto, cuando el comediante Tony Hinchcliffe, en medio de una catarata de ‘bromas’ despectivas en las que se burló palestinos, judíos y afroestadounidenses, atacó también a los latinos al decir que Puerto Rico era “una isla de basura en el océano”.

De inmediato se genero una ola de repudio en las redes sociales y famosas personalidades del espectáculo de origen boricuá como Bad BunnyJennifer López Ricky Martín, expresaron su indignación con mensajes de apoyo a la demócrata Kamala Harris. La ofensa puede tener un rebote negativo en la elección si consideramos que hay cerca de 5,8 millones de personas de origen boricua con derecho a voto el 5 de noviembre, en especial en Estados como Carolina del Norte, Georgia, Florida y Pensilvania. Un efecto imprevisto por los organizadores republicanos en el preciso momento en el que el voto latino comenzaba a inclinarse hacia Trump.

Dos días después, el presidente Biden reaccionó contra el insulto a la comunidad puertorriqueña, calificando de “basura” a los seguidores de Trump. En esta ocasión, Kamala Harris, su vicepresidenta, quien también había criticado los dichos supuestamente graciosos de cómico xenófobo, afirmó tampoco estaba de acuerdo con llamar ‘basuras’ a los ciudadanos norteamericanos que no profesaran las mismas ideas políticas. Por primera vez, la candidata se apartaba públicamente del líder de la Casa Blanca.

Donald Trump da una conferencia en un camión de basura adaptado por su campaña en respuesta a los comentarios del presidente Joe Biden de que sus seguidores son “basura”.(Foto AP)

La posición de los grandes medios

El importante diario The Washington Post decidió no brindar su tradicional respaldo electoral a ninguno de los candidatos, la vicepresidenta demócrata Kamala Harris, ni al ex presidente republicano Donal Trump. Esta decisión, de suspender respaldo a un candidato presidencial que daba cada año electoral desde 1988, provocó una estampida de 250,000 cancelaciones de suscripciones del diario y la renuncia de importante personal de su plana periodística en protesta por la decisión del dueño del diario, Jeff Bezos. Muchos opinan que su decisión se debe a la inminente victoria de Trump y que multimillonario teme que el republicano tome represalias contra sus negocios con el estado. El diario Los Angeles Times, asimismo decidió abstenerse de conceder su respaldo a candidato alguno, al parecer por la misma razón.

¿Eso nos podría dar el indicio de una posible victoria de Trump? No vayamos tan rápido, aún quedan 6 días.

Las encuestas están empatadas y algunos estados indecisos comienzan a inclinarse hacia los republicanos, pero todo depende de la fuente de la encuesta. Otras señalan que Harris se fortalece en los llamados “swing states” como Pensilvania, Georgia y Wisconsin.

El voto latino sigue apoyando a los demócratas, aunque éste había decrecido en los últimos años, pese a la política antimigratoria de Trump. El expresidente se convirtió en el terror de los inmigrantes durante su gobierno 2017-2020, y millones de residentes se han nacionalizado en este último año, preocupados de que un gobierno de Trump, si resultara ganador, podría arrebatarles la residencia.

Aciertos y errores en la campaña de Kamala Harris

Lo que más preocupa a los votantes es la economía y la inmigración. La inflación no ha dejado de sentirse sobre todo en los bolsillos de las familias de menores ingresos y la peor parte se la lleva la vicepresidenta Harris, quien desde su nombramiento como candidata presidencial demócrata, no ha podido apartarse de las políticas, algunas impopulares, del presidente Biden, porque sigue siendo parte de su gobierno. Y ha ratificado abiertamente su posición de no cambiar nada si fuese elegida presidenta.

Harris inició su campaña como candidata demócrata en una inusual sucesión, sin haber ganado un solo voto, después que Joe Biden se vio obligado a renunciar ante su visible decadencia cognitiva y las presiones de sus correligionarios.

La candidata prefirió inicialmente conectarse con el público en manifestaciones proselitistas de miles de personas, leyendo discursos preparados. Y tímidamente, empezó a conceder entrevistas, aunque la primera con la cadena CNN, fue compartida con su compañero de fórmula, Tim Walz.

Finalmente, se lanzó al ruedo y hubo Kamala para todos los gustos.

Comenzó con una entrevista en el programa “60 Minutos” de la cadena CBS, donde evadió respuestas directas sobre la inflación y la crisis migratoria provocada por el ingreso de miles de inmigrantes indocumentados, que han recargado los servicios sociales en las principales ciudades estadounidenses, como Nueva York, Los Angeles, Chicago y Denver, entre otras. Y siguió con presentaciones en programas como, “The Late Show” con Stephen Colbert; “The Howard Stern Show” y “Call Her Daddy”, un podcast de Alex Cooper que tiene un público de jovencitas.

Harris visitó el programa The View por la cadena ABC, coanimado por cinco mujeres entre las cuales figuran, Whoopi Goldberg y Joy Behar, populares por sus ideas liberales. En medio de una animada charla, respondió que no cambiaría nada con respecto al gobierno de Joe Biden. Eso cayó como balde de agua fría a muchos que consideraban que era importante que se alejara de la fallida política económica y migratoria de Biden, además de su política exterior, como el trato favorable al primer ministro israelí Benjamin Netañahu, a quien el gobierno estadounidense ha enviado ayuda militar por casi 18,000 millones de dólares.

El conocido comentarista demócrata James Carville afirmó que la campaña de Harris no había alcanzado suficiente vuelo y estaba muy temeroso por eso. Destacó que tenían que ser más agresivos. Fue así como Kamala y muchos líderes demócratas intensificaron el uso de calificativos, llamando a Trump fascista y Hitler, y un “peligro para la democracia”. Al parecer, cuando la campaña no dio los resultados deseados, hasta el diario The New York Times expresó su desaprobación por esa táctica.

El factor mujer

Entretanto, el ex presidente Barack Obama ha exhortado en varias ocasiones a los votantes negros, a que apoyen a Harris, quien sería la primera mujer presidenta estadounidense. Han circulado innumerables conjeturas de que Harris no obtendría mayor apoyo porque es mujer.

Eso mismo se dijo de Hillary Clinton quien perdió las elecciones ante Trump en el 2016, quien sí tuvo su ‘sorpresa de octubre’ cuando el 28 de ese mes el director del FBI, James Comey envió una carta al Congreso en la que mencionaba la aparición de nuevos emails relacionados con una investigación contra Hillary Clinton por el uso indebido de un servidor privado en su residencia para asuntos oficiales cuando era secretaria de estado durante el gobierno de Obama. Días después, el 8 de noviembre, Clinton perdía las elecciones ante Trump.

El factor de que Kamala llegue a ser la primera presidenta mujer ha entusiasmado a muchas mujeres, en particular a las votantes demócratas.

Harris ha hablado mucho de su condición de mujer sobretodo comparando su campaña con Trump a quien acusa de no sólo estar en contra del aborto sino que señala que se debe sancionar a las mujeres que tratan de abortar. Trump ha respondido que no está en contra de las mujeres, sino de los médicos que hacen abortos. Lo que sí es claro que su oposición al aborto ha creado una amplia resistencia entre las mujeres de todas las razas y edades, que habían crecido durante 50 años con el derecho al aborto, respetado por una decisión de la Corte Suprema. Durante el gobierno de Trump, el máximo tribunal dispuso que sean los estados los que decidan individualmente. Eso ha llevado a que un sinnúmero de estados con legislaturas dominadas por republicanos hayan prohibido el aborto en todos los casos.

Una abuela me dijo el otro día: “Quiero que mi próxima nieta nazca bajo el gobierno de una presidenta mujer”. “Sería un orgullo”, destacó.

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El milagro de Milei, por Paulo Giacobbe

El 21 de octubre, se realizaron por primera vez los Martín Fierro de cine. El premio a la trayectoria fue para Norman Briski por ser “maestro de maestros” y “guía de innumerables actores”. Al recibir la estatuilla, dijo: “La ficción es una radiografía de la realidad; nos están afanando la ficción, está en la Rosada la ficción”. La frase de Norman se expande en varios sentidos y tiene la potencia de describir el espanto que nos atraviesa a diario cuando algunas noticias o declaraciones nos parecen increíbles, sacadas de una película. Una de ciencia ficción, la mayoría de las veces. Nos quedamos sin ficción, por el desfinanciamiento, pero también porque esta realidad tiene un guión irreal. Tanto es así, que apenas dos días después, el presidente de la nación, Javier Milei, interrumpió su discurso inaugural en un foro económico mundial para hablar con un perro vivo.

El 14 de agosto de este año, el vocero presidencial, Manuel Adorni, escribió en X que había “un nuevo integrante del equipo en Casa Rosada”. Minutos después, re jodón, aclaró que se trataba de un perro de raza cachorro, mascota oficial de Karina, la hermana del presidente y actual Secretaria General de la Presidencia. Thor, Karina y Manuel se fotografiaron dentro de la casa de gobierno, con la lengua afuera el primero y sonrientes los segundos. El cachorrito es un Boyero de Berna y se consigue por no menos de 1.300.000 pesos.

“Tenés razón, Thor”, le reconoció el presidente al perro en el foro económico después de haber intercambiado un breve diálogo, que el mandatario tradujo: “digo, está diciendo, que no ofendan a los perros diciendo que eran unos perros, digamos, los anteriores”. Algunos asistentes rieron luego de unos segundos de silencio. Probablemente fue una humorada pero, con los antecedentes que rondan al sujeto, es temerario asegurarlo.

“Con respecto a la cantidad de perros que pueda tener el presidente Milei, no entiendo en qué te cambia que sean cuatro perros, cinco perros o cuarenta y tres conejos”, respondió Adorni, visiblemente molesto, en una conferencia de prensa en Casa Rosada durante el mes de abril, “Si el presidente dice que hay cinco perros, hay cinco perros”, finalizó. Sucede que el mes anterior el presidente brindó una entrevista a Andrés Oppenheimer de CNN Español, donde detalló la personalidad de sus perros y la cantidad. El periodista creía que eran cuatro pero Milei lo corrigió: “Son cinco”. Conan, Murray, Milton, Robert y Lucas son sus nombres, y los tiene tallados en el bastón presidencial que cada tanto saca a pasear. No así a los perros, que por agresivos los tiene encerrados en diferentes caniles de la Quinta de Olivos. “Con la pandemia, perdieron el hábito de manada” y se atacan, dijo el presidente en la misma entrevista, olvidando sus declaraciones de marzo de 2019, antes de la pandemia.

“Javier Milei sufrió un gravísimo ataque y mandamos a nuestro compañero al (Sanatorio) Otamendi”, anunció Daniel Rinaldi en Implacables. No se trataba de un hecho de inseguridad del conurbano, sino que había sido atacado por sus perros y terminó con varios puntos en el brazo izquierdo, que tuvieron que enyesarle. Los perros se “aglutinaron los cinco” en el living del departamento y, como se disputan quien es el “preferido, digamos, bueno, se generó ese intercambio que, bueno, digamos, o sea, por estar en el medio, quedó mi brazo en el medio, nada más, o sea”. Los perros se estaban peleando a mordidas, según sus propias palabras, no las de los canes, sino de Javier: “no tienen manos para pelearse, se pelean con la boca y si te agarran…”. En ese momento explicó que se atacaron por celos, no por pandemia.

En agosto de 2018, presentó públicamente a cuatro de los cinco perros, en el programa Infama Recargada. Dijo que esos cuatro cachorros eran sus nietos por ser hijos de Conan, que no lo llevó porque este último solo socializaba con Karina, Diego Giacomini (que ya no socializa con Milei) y él. Esto es lo más cerca que vamos a estar de ver a los cinco perros juntos. En la página PerPETuate, con orgullo, cuentan que el Presidente de Argentina Javier Milei dedicó su victoria a Conan “y a cinco clones producidos a partir de células preservadas por PerPETuate”.

—¿Y es verdad que le hablás a uno que está muerto? —le pregunto así, sin anestesia, Mirtha Legrand a Javier en 2023.

—Y… y… a ver… ¿sabe qué, Mirtha? Que digan lo que quieran —balbuceó quien a los pocos meses sería electo Presidente de la República Argentina.

Como se ve, la pulseada entre ficción y realidad ya se empezaba a perder. Pues donde vivo nadie clona a su perro muerto. Se lo entierra. Se busca el fondo de una casa vecina, un lugar en el club, un pedazo de pasto en la vereda, una quinta de un conocido; o lo creman, o lo que sea. Pero no conozco a ningún vecino que haya clonado a su mascota. Mucho menos que mantuvieran conversaciones sobre asuntos importantes con su perro muerto. O que crea que un perro pueda reencarnar en su clon. Ningún vecino mío tampoco me dijo jamás que conoció a su mascota en el circo romano, cuando uno era león y el otro gladiador, para muchos años después volver a encontrarse en la Provincia de Córdoba.

Existe una confusión al momento de contar los perros, producto del guión que protagonizamos y porque original y clon se llaman igual. Sumado a que en el episodio de 2019 pudo haber muerto uno de los clones en dientes de otro de los clones. Pero no son cuatro, porque el presidente dice que todas las mañanas juega con los cinco perros alrededor de una hora, lo que daría 12 minutos para cada can o 0,083333 minutos, depende que número se ponga primero al dividir, aunque esa cuenta es otra historia.

“La gente votó a alguien con una psicología especial, con un mandato destructivo y de confrontación y no está haciendo algo distinto a lo que propuso”, fueron las palabras que destrabó de su boca Mauricio Macri en la Bolsa de Comercio de Córdoba para festejar la gestión del gobierno de Javier Milei. Ese mismo día, Norman Brinski nos avisaría que la ficción participa de las reuniones de gabinete en la Rosada.

Pero Macri dijo algo más, que podría poner en peligro su alianza con el líder autoproclamado libertario: “Es casi milagroso lo que logró Javier. Él, acompañado solo por su hermana y sus cuatro perros, alcanzó la presidencia”. Son cinco los perros; dice el presidente que son cinco. ¿O acaso Macri escuchó otra cosa y sabe que son cuatro?

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