fbpx
Connect with us

Opinión

¿Qué hay detrás de Falabella?, por Oscar Taffetani

Un palimpsesto porteño. Algunos edificios porteños son como palimpsestos que nos dejan ver, debajo de cada capa, otra pintura que había, con otra historia. Así pasa con la suntuosa galería de Florida 343 que últimamente servía como sucursal a Falabella. Antes que una sucursal de Falabella había sido la “Galería Mitre”, en el tiempo en que toda la redacción y administración del diario La Nación se mudó a la calle Bouchard, en el Bajo (desde donde se trasladarían a Barracas y a Vicente López, en la década pasada). Y antes de ser galería comercial, Florida 343 era la receptoría de avisos clasificados y originales de publicidad del diario, y también el frente donde se exhibían las carteleras con noticias, armadas a mano. Recuerdo que yo había comenzado a trabajar como cadete transitorio en Gowland Publicidad, allá por 1972, y caminaba seguido desde las Galerías Larreta hasta las oficinas comerciales de La Nación. Y mucho, mucho antes de todo esto, el edificio de marras había sido la casa de Bartolomé Mitre, obsequiada por los proveedores del Ejército Argentino durante la Guerra de la Triple Infamia, además de primera imprenta del diario. La Galería Mitre, en el fondo, se comunica con el Museo Mitre, que está en la calle San Martín a la altura del 336. En ese museo me contaron que el viejo Bartolo, cuando cedió los fondos de la casa para que su yerno y su hija hicieran su propia casa, puso como condición tener un pasillo y una puerta con llave para salir por la calle San Martín, hacia los prostíbulos del Bajo. Mitre frecuentaba esos establecimientos de la Recova y en los últimos años enfermó de sífilis. Por eso, en un documento fílmico de 1906 que guarda el AGN, se lo ve caminar con una pata dura. Era la sífilis. Además, hay una historia muy simpática sobre la postura habitual de don Bartolo, con sus manos en los bolsillos. Eso lo contó Lucio Correa Morales, autor de la escultura más famosa de Bartolomé Mitre. Él lo quería hacer con las manos en los bolsillos, pero la Comisión de Homenaje decía que no, que cómo con las manos en los bolsillos, atcétera. Al final, ganó la pelea el escultor (ya saben, los artistas se reservan siempre la última carta, porque son los autores definitivos de una obra de arte). En todo esto pensaba cuando leí en los diarios, esta mañana, que Falabella se va del país, lo mismo que Sodimac, y que dejan en la calle a unos 4.700 empleados. Me dije: “el edificio de Falabella en Florida es lo de menos; pasó tántas y va a pasar algunas más; lo triste es la gente que se queda sin laburo, porque no es fácil que se vuelvan a habilitar grandes tiendas o tiendas “departamentales” de este tipo, en el Microcentro de la ciudad. Ya fueron excepcionales el reciclado de las Galerías Pacífico (que se llaman así porque las construyó el ferrocarril inglés) y el reciclado del mercado de hacienda de los Bullrich (hoy Patio Bullrich). Pero si galerías comerciales como ésas se caen, por cambios en los hábitos del público o por condiciones generales, será casi imposible que se vuelvan a levantar. En fin, como dije antes, lo lamentable es que cientos o miles de empleados pierdan su laburo, porque lo otro se puede solucionar rápidamente. Y además, una capa más de pintura al palimpsesto, no le hace mal, sino que lo enriquece.

Seguir leyendo
Comentá

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Opinión

Opinión/¿Loco, sobrenatural o demoníaco?, por Marcelo Daniel Cosín

En el acto de apertura del Primer Congreso de la Libertad, Javier Milei dejó de ser sólo presidente: volvió a ser profeta, cruzado y showman. La campaña electoral comenzó como si se tratara de un ritual de guerra y purificación. Rodeado de su gabinete, desde un escenario blindado, lanzó una lluvia de insultos, metáforas escatológicas y promesas de “limpieza” espiritual y política. La provincia de Buenos Aires fue su blanco y su exorcismo: “el último refugio del populismo”, sentenció.

El discurso no tuvo lugar para los matices. A modo de inventario retórico, estos fueron algunos de sus dardos más llamativos:

“Pichón de Stalin”, “burro eunuco” y “último zar de la miseria”, dirigidos a Axel Kicillof.

“Pelotudo”, usado para referirse tanto al gobernador como al expresidente Alberto Fernández.

“Soviético que no puede sumar ni con un ábaco”, para remarcar su desprecio por la gestión económica ajena.

“Parásitos mentales”, “muchas ratas”, y otras imágenes zoológicas para aludir a los funcionarios del Estado bonaerense.

Y su clásico: “Les rompían el culo al sector privado”, una frase que se ha vuelto ritual anal de su ideología performática.

No se limitó a un enemigo. El kirchnerismo entero fue objeto de escarnio, junto a exfuncionarios como Martín Guzmán (a quien llamó chanta y cómplice de un gobierno genocida) o ministerios como el de la Mujer, al que calificó de estructura parasitaria. La escena se transformó en un aquelarre libertario, donde la política dejó de ser administración y pasó a ser exorcismo.

La Fuerza del Cielo (o cómo Conan lo eligió)

¿Dónde encuentra Milei la legitimación de semejante temple mesiánico? El periodista Juan Luis González acaba de publicar Las fuerzas del cielo, una biografía que continúa El Loco y que indaga, sin eufemismos, en la dimensión esotérica de su poder. Allí se afirma que Milei no solo se siente líder político, sino elegido por una fuerza sobrenatural que se comunica con él desde su infancia… a través de su perro fallecido, Conan, quien oficia de médium entre él y “El Uno”.

“El Uno”, por cierto, no es Trump, ni Musk, ni el Papa. Es D-os, como escriben los creyentes judíos ortodoxos. Karina Milei, su hermana, es descrita como una Moisés laica: organizadora electoral, administradora de fondos y guardiana del acceso espiritual.

Según González, Milei declaró haber aceptado mudar la embajada argentina a Jerusalén porque el Rey David “se lo pidió en sueños”. ¿Qué decisión geopolítica puede surgir de una revelación onírica? ¿Qué economía puede resistir un mandato místico?El guionista invisible y la ministra de guerraSantiago Caputo —el silencioso arquitecto detrás del relato— no se muestra, pero escribe. Lo llaman “el Mago del Kremlin”, no por Rusia, sino por su habilidad para diseñar estrategias con aura de ficción. No es un asesor: es un dramaturgo del poder.

Patricia Bullrich, en cambio, es el reverso institucional de esta fábula cósmica. Su biografía también es excéntrica: aristocracia patricia, pasado montonero, presente represivo. Su presencia en el gabinete parece un recordatorio constante de que hay otra forma de crueldad: la del orden.

Epílogo

En un mundo donde Trump vuelve a la Casa Blanca, Netanyahu perpetúa una política de exterminio, Bolsonaro ya tuvo su turno, y Orbán se consolida como modelo, lo verdaderamente sorprendente no es que Milei gobierne la Argentina: es que lo haga invocando entidades místicas y llorando por un peluche de perro.

Esta nota no intenta diagnosticar todas las causas de este derrumbe. Apenas busca ofrecer una estampa: la imagen de un poder que simula sensatez y se asume como religión delirante. Frente a eso, aún hay margen para una salida democrática: un frente nacional, popular y democrático que recupere la esperanza, que reponga el Estado, que lo colectivo supere al individuo, y especialmente que las políticas económicas y sociales se basen en el principio de igualdad.

Porque si el infierno es la sobreactuación, la salida tal vez esté en volver a creer en la escena de lo humano.

Continue Reading

Opinión

Opinión/Sobre tontos y sabios, por Héctor Amichetti

No caben dudas que para la historia de la humanidad son mucho más trascendentes los filósofos griegos que los “cráneos” fundadores de la escuela austríaca.

¿Quién conoce a Menger, von Mises, Hayek o Böhm-Bahwerk?Bastante más populares resultan los nombres de Platón, Sócrates y Aristóteles, muchos pronuncian a menudo sus frases, a sabiendas o no que de ellos provienen.

A propósito de Aristóteles, alguna vez dijo: “El tonto no aporta nada digno de ser oído y se ofende por todo”, sin saber que estaba calificando con 2350 años de anticipación a Javier Milei.

Si hay alguien absolutamente carente de la virtud y la ética que tanto exaltaban aquellos griegos, es el actual presidente argentino, que a falta de argumentos racionales, abunda en insultos.

Insultos que convierten en un Gigante al “monarca diminuto” de Axel, pichón de Perón más que de Stalin, quien a diferencia del tonto que experimenta con las teorías de Austria, puede mostrar con orgullo que siendo Ministro de Economía del gobierno de Cristina, sembró felicidad en el pueblo argentino promoviendo trabajo y producción.

Trabajo y producción que destruye el mediocre alumno austríaco.”La única verdad es la realidad” diría Aristóteles.

Jamás podrá un miserable cipayo inspirado en teorías importadas, egoístas y elitistas, empañar la grandeza de Axel, que se forja en la doctrina y acción patriotica de un glorioso movimiento popular como es el Peronismo.

(Tomado del FB del autor, 27 de junio de 2025)

Continue Reading

Destacada

Opinión/ El encargado, por Julia Maciel

Quizás lo más simpático que hizo Beatriz Sarlo en su vida fue este ambiguo mensaje final que ha provocado un debate nacional: escribió de puño y letra un último deseo o testamento que dejaba su casa a cargo de ‘el encargado’, a quien le encarga que se ocupe de su gatita. Algo sumamente lógico. Un encargado está para encargarse de cosas.

La noticia fue comentario obligado en cafés, facultades, librerías, radio y televisión. ¿Pudo la Sarlo dejar su casa en manos del portero? A su ex marido, un señor al que dejó hace cuarenta años, le parece descabellado. Ilógico. Delirante. Quizás pensó que estaba loca. Además, no hubo divorcio o no hay papeles que lo certifiquen.

Dicen que el portero tenía una relación casi amistosa con ella. Horror ¿quién puede hacerse amiga del portero? Pero sí, por lo visto era un tipo gentil que le hacía mandados (como todos los porteros a quienes están solas o solos) y alguna vez llegó a compartir algún wiskhy, invitado por Beatriz, imaginamos, ya que no sólo no hubo denuncia de abuso sino que un papelito escrito en una noche cualquiera le dice que él se ocupe de la casa si muere. Y de la gata, que quedará sola en la casa.

Dicen que Beatriz Sarlo no tenía herederos. Salvo un ex marido que parece que no es ‘ex’ a pesar de ser público y notorio que la pareja histórica de Beatriz Sarlo era el cineasta Filipelli. Más de una vez la ensayista declaró que no quiso tener hijos. Quizás para que no pelearan por la herencia. Tampoco aparecen hermanos o hermanas. Sólo tenía una gata que dependía de ella. Ahora que está de moda tomar a las mascotas como parte de la familia no parece absurdo que un día haya pensado, parafraseando a Serrat: “Si la muerte, pisa mi huerto, quién cuidará a mi gata…”

Qué tiene de extraño que una mujer haya decidido que, como no tenía herederos, nadie heredaría su casa más que el portero, que siempre cuidó de ella y, de paso se ocupa de la gata. Mucho más absurdo sería que se quede con la casa un ex marido al que no tuvo la delicadeza de dejarle ningún papelito pidiéndole que cuide su casa y su gata Nini.

Sin embargo, los medios gritan, notición: una mujer sola, sin herederos, destacada intelectual, le deja su casa al portero y no al tipo que alguna vez se casó con ella y del que se separó vaya a saber uno porqué motivos. Pero, visto que en las últimas décadas su compañero de vida fue otro, y murió en el 2023 ¿Con qué derecho un ex marido reclama una herencia?

Desconocemos la intimidad de Sarlo y no la queremos conocer. Pero, a simple vista, el portero tiene más derecho que el ex marido. Estuvo ahí cuando lo necesitaba. Incluso podían charlar sobre la vida como no podría hacerlo con ninguno de sus colegas académicos.

Claro que sus colegas académicos, y amigos, han tomado parte en esta disputa familiar, como si tuvieran algo que ver en el asunto. Le enviaron una carta al juez, quien ya había tomado al encargado como legítimo heredero, diciendo que ellos apoyaban al “Magister Scientarum, Doctor en Arquitectura, Alberto Sato”. Sin dudas, un magister scientarum es mucho más indicado que un portero para hacerse cargo del legado de Beatriz Sarlo.

En la carta de los amigos, indican que el Arq. Sato iba a utilizar los fondos recibidos por el departamento para hacer una Fundación Sarlo. Seguramente pondría algo de su mismo patrimonio porque las cuentas no alcanzan para llevar adelante semejante iniciativa. Pues bien, don Sato vive en el exterior desde 1974 ¿quién podría hacerse cargo de la Fundación Sarlo? Nadie mejor que sus amigos colegas. En definitiva, son parte involucrada de algún modo con intereses en esta decisión, o simplemente odian al portero por razones que desconocemos, aunque reconocen que estuvo muy cerca de la difunta en sus últimos tiempos.

Así como sonó ridícula la denuncia corporativadel Sec. Gral del Sindicato de porteros, Víctor Santa María, quien entendió que el oficio del protagonista tarambana de la serie perjudicaba al gremio entero; tampoco suena muy convincente esta nueva presencia de la corporación académica en contra del “encargado”

Hasta el momento, el Sarlogate provocó más chanzas sobre el ‘encargado’ arribista que sobre el ex o sus amigos de elite intelectual. Agradezco a La Columna Vertebral este espacio para romper lanzas a favor del encargado.

El portero es una institución en vías de extinción, pero todas y todos (en especial “todas”) sabemos de la importancia de un tipo de confianza en el edificio. Al que podés llamar a las tres de la mañana porque te estás muriendo o estalló la canilla del baño y seguramente va a ayudarte.

Escucho en la tele que un periodista se pregunta: “Qué puede saber ‘el encargado’ de la importancia de los escritos de Sarlo? Quizás algo sabe, o tiene que ser un ignorante? Por lo menos, estaba al tanto de que la señora era importante y aparecía en la tele siempre armando algún lío. Dicen que sus discos aparecieron en una disquería. Vender los discos seguramente es lo primero que hubieran hecho los hijos que no quiso tener. Además, estamos hablando de la discoteca de Beatriz Sarlo, tampoco es Borges.

Más allá de la anécdota, será la justicia quien determine el destino de esa herencia.

Vaya un reconocimiento a la labor de los queridos porteros, esos que están siempre allí para dar una mano. Y no son Francella, aunque siempre puede haber uno de esos. Sobre todo en edificios garcas. Nada en contra de la serie, está buenísima, pero hay ‘encargados’ y ‘porteros’.

Vaya mi reconocimiento a los porteros de mi vida. Siempre, siempre, pude confiar en ellos (claro, también existe un Mangieri, pero eso en todos los oficios). Basta de estigmatizar a los trabajadores.

Aguante el portero de la Sarlo!

Continue Reading
Advertisement

Facebook

Copyright © 2017 Zox News Theme. Theme by MVP Themes, powered by WordPress.