fbpx
Connect with us

LCV

Planeta Giussani | Otra noción de Patria

Zambullida en el Planeta Mundial, me dejo llevar por los sentimientos. Lo más interesante y genuino que puede haber en estos raros momentos en los que el mundo tiene puesto la mirada en un juego, son, justamente las reacciones que te provoca cada escena, los nervios del tiempo suplementario en el que un gol puede cambiar todo. Simpatías que te provocan equipos insospechados, lejanos, desconocidos. Cómo explicarlo, sobre todo habiendo tanto patriota dando vueltas.

Alguna vez leí que existía una corriente sociológica –no recuerdo el nombre de su fundador- que sostenía que uno no corre porque siente miedo, al contrario, se da cuenta de que sintió miedo porque salió corriendo. En su momento me pareció una paparruchada conductista. Sin embargo, a mí me pasa algo parecido con el mundial. Me doy cuenta de lo que siento por mis reacciones. Y Senegal pudo más.

Por ejemplo, confieso que el partido con el que fui más fanática, de gritar los goles a garganta pelada, y sentir algo dulce en el pecho, fue cuando se clasificó Senegal. No sé qué me dio por Senegal. Creo que me enamoraron por la felicidad de un pueblo tan sufrido como alegre, desparramado en el mundo, y también en Buenos Aires. Fue emocionante ver el festejo por la clasificación en varios barrios de Buenos Aires. Están acá, los vemos todos los días, son nuestros vecinos. Me pondría la camiseta de Senegal con alegría.

Así como en Bangladesh se ponen la camiseta argentina. Conmovedor ver el amor que le tienen a nuestra selección en un pueblo que en la memoria colectiva quedó grabado como el más pobre del mundo y generó esta hermosa canción de Joan Baez.

Era el año 65 cuando Joan Baez y centenares de miles de habitantes del mundo se conmovían por el hambre y las guerras.

Y la guerra junto a reivindicaciones de género se presentaron de imprevisto en un partido de Uruguay. Un loco saltó a la cancha. En directo casi no lo enfocaron, apenas se vio flamear una bandera multicolor. ¿Por los derechos de género? ¿Por los pueblos originarios? ¿Por la paz? Adoré esa carrera de un muchacho vestido de Superman, por lo que pudimos ver después. Para mí fue como ver una mariposa volando. Algo bello, romántico, casi mágico, en medio de un partido que no daba honra y reacción alguna más que el bostezo y la puteada. Yo solo estaba mirando el mundial, me había tomado vacaciones, como bien avisé.

Puse la foto en las redes y las puteadas fueron todas mías: ‘un pelotudo importante’, ‘el tipo están con la OTAN’ ‘Claro como si occidente no hubiera cometidos crímenes’ ‘Y de Ucrania ‘que me decís’, informate, tarada, allí están matando a lo bobo los nazis del lugar’ ‘Porqué no puso en la camiseta algo de Palestina’ ‘Claro, se preocupa por las mujeres iraníes pero no por la trata de blanca en Alemania”. Una catarata de sentencias para el loco de la bandera, y para mí, quien se puso feliz por verlo. Vi la escena en directo, después me enteré que era la bandera de la paz, que decía Save Ukraine e Igualdad para las mujeres de Irán. En fin, creo que perdí varios seguidores, y fui vista como una imbécil por varios otros. No lo discuto, tampoco estoy tan segura de mi inteligencia. Aunque ellos sí.

Pero volvamos a Senegal y mi insospechado fervor. Mientras saltaba de la cama para gritar el gol contra Ecuador, alguien me dijo “¿y la Patria Grande?”. Zas. No solo tenemos una patria chica, también una grande. Quedé muda ¿me convertía en una traidora de la Patria Grande?

Solo atiné a decir: ‘Mi patria es más grande’. Y estallé una carcajada. A ver quién tiene la patria más grande.

Y bueno, ya ven, como a mí me queda chica una Patria (ya tengo tres revoloteándome por ahí) es que vivo en este Planeta Giussani en donde todos los dulces, justos, vulnerables, negros o blancos, obreros o estudiantes, o esa buena gente que por un gesto humano te dan ganas de abrazarlos. Son bienvenidos a este Planeta.

El futbol es un sentimiento siempre y cuando nos abandonemos a sus brazos. Al final, va a resultar que el imbécil ese del conductismo social al que tanto puteé, podía tener algo de razón.

Los despidos hasta la semana que viene, con esa rara sensación de que la tengo más grande. A la Patria, claro. ¡Aguante Senegal!

Seguir leyendo
Comentá

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

LCV

Planeta Giussani | La guerra del dólar

¿Qué se esconde detrás del dólar? Laura Giussani Constenla reflexionó sobre la divisa, su establecimiento como moneda de cambio internacional y qué implica esto para Argentina.

https://www.youtube.com/watch?v=SBluTSCxR04

Continue Reading

Editorial Nora

El Editorial | Regístrese, Comuníquese y Archívese

A propósito del Día del Maestro, Nora Anchart recuperó fragmentos del documental Regístrese, Comuníquese y Archívese, realizado sobre la base del documento “SUBVERSIÓN EN EL ÁMBITO EDUCATIVO (Conozcamos a nuestro enemigo)” que fue firmado el 27 de octubre de 1977 por el entonces ministro de Cultura y Educación de la dictadura Juan José Catalán y distribuido en todos los establecimientos educacionales del Argentina a docentes y autoridades escolares, con el propósito de buscar “subversivos” en los niveles inicial, primario, secundario y superior.

Continue Reading

LCV

Planeta Giussani | Una de piratas industriales

¿Qué tiene que ver el colonialismo, con su correspondiente dosis de contrabando y trata de esclavos, la iglesia y los piratas con el festejo del Día de la Industria Nacional? Trataré de ser breve, es una historia increíble y apasionante que muestra los cimientos sobre los que elegimos el ‘progreso’ que nos toca.

Según los folletos de la UIA, el Día de la Industria que se celebra todos los 2 de septiembre sirve para recordar a la ‘industria como sinónimo de soberanía y crecimiento’.

La fecha recuerda un episodio ocurrido en 1587 en los que se entreveran: un obispo contrabandista, un rey prudente, un pirata inglés, el gobernador de Tucumán y cientos de esclavos. Uno podría pensar que nada bueno podría salir de ese combo. Error: salió el festejo de la industria nacional.

En principio, de soberanía no se hablaba a finales del siglo XVI. Ni país teníamos, ni siquiera virreinato. Por entonces formábamos parte del virreinato de Perú. Difícil encontrar ese ‘sinónimo de soberanía’ del que hablan los industriales argentinos.

El festejo refiere a la primera exportación de tejidos y harinas producidos en Santiago del Estero. El 2 de septiembre partió del riachuelo la carabela San Antonio rumbo a Brasil. En ese momento el virreinato de Perú y la colonia portuguesa de Brasil no eran diferentes ya que estaban bajo el mando de un solo rey, Felipe II, llamado El prudente. ¿Fue una exportación o un traslado de una aldea a otra del mismo reino o colonia?

El artífice de esta proeza fue el primer obispo de Córdoba del Tucumán: Fray Francisco de Victoria. Un portugués avivado que se encargó de armar el cargamento en el que puso los tejidos, la harina y unos cuantos kilos de barras de plata extraídas de Potosí escondidas entre los bultos.
El gobernador tucumano Juan Ramírez de Velasco denunció este hecho, ya que la exportación de ese bien estaba prohibida por la Real Cédula. Igual, nadie le dio pelota pero quedó registrada su acusación para la historia. Conclusión: la “primera exportación argentina”, no fue argentina, ni exportación, más bien un hecho de contrabando y comercio ilegal.
Pero no se termina todo ahí, la cosa se pone más macabra y rocambolesca porque el Fray de Victoria también era un tratante de esclavos.

Así que el barco que partió del Río de la Plata cargado de plata y bolsas con manufacturas, volvió con 120 esclavos destinados a las minas de Potosí. Un adelantado el cura portugués: fue el primer cargamento de esclavos con destino al puerto de Buenos Aires. Hermoso condimento para esta festividad del Día de la Industria.
Como en el simpático juego de ‘viene un barquito cargado de…” en este caso la respuesta sería ‘esclavos’. Y como en toda buena historia, no podía faltar un pirata inglés de nombre Thomas Cavendish, a quien poco le importó que hubiera un obispo a bordo y robó algo de mercadería y la mitad de los esclavos. Razón por la cual el pobre contrabandista y esclavista Fray Francisco de Victoria cayó en desgracia y perdió su diócesis.

¿Ustedes se preguntarán quién fue el demente que decidió adjudicarle a este patético hecho histórico que resume lo peor de la colonia en ‘el Día de la Industria Argentina’?

Fue en 1941, durante el gobierno de Roberto Marcelino Ortíz y Ramón S. Castillo. El último estertor de la década infame, asumieron denunciados por fraude electoral luego de la presidencia de Julio Argentino Roca, y fueron derrocados por el golpe del GOU de 1943.
Bingo. Si algo nefasto le faltaba a esta festividad es que fue elegida por representantes de un oscuro período de nuestra historia.

Pregunta inocente: a nadie, en casi un siglo, ¿se le ocurrió modificar esta fecha que solo nos recuerda lo peor de la llamada industria colonialista, esclavizante y contrabandista?
No, así que seguimos brindando a la salud del obispo, el rey y el pirata. Y por arte de magia convertimos la fecha en un ‘sinónimo de soberanía y crecimiento’.

En la celebración de este año, Funes de Rioja dijo: el titular de la UIA reconoció que el contexto económico social “es complejo”, consideró que el sector industrial “es el motor de crecimiento y empleo en el país”. Por eso, rechazó a “algunos políticos que no quieren reconocer el rol de la industria”. Apuntó que la actividad “no le tiene miedo al mundo, pero no nos entreguen de manos atadas porque ya sabemos lo que pasa”.

Dios, sea más claro, don Funes, tan memorioso como desmemoriado. ¿Lo suyo suena a una velada amenaza o me parece? Usted me da un poquito de miedo. Será que estoy sugestionada porque vengo de contar una de piratas.

Continue Reading
Advertisement

Facebook

Copyright © 2017 Zox News Theme. Theme by MVP Themes, powered by WordPress.