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Libertad para Pablo González, preso por informar. Por Alvaro Hilario desde el País Vasco
El pasado 3 de mayo, Día Internacional de la Libertad de Prensa, la mayor parte de los 255 habitantes de Nabarniz recorrieron los 9 kilómetros que los separan de Gernika -la ciudad mártir, bombardeada por los nazis en 1937- para sumarse a la marcha en demanda de la libertad de su vecino Pablo González, periodista detenido en la ciudad polaca de Przemysl, cerca de la frontera con Ucrania, el 28 de febrero de 2022, cuando cubría la guerra entre Rusia y Ucrania para La Sexta, cadena de TV española, acusado por las autoridades de este estado de espiar para Rusia.
De hecho, días después, el 4 de marzo, Stanislav Zharin, coordinador de inteligencia del gobierno polaco, declaró que Pablo González había sido identificado como “un agente de la Dirección Principal de Inteligencia del Estado Mayor de Rusia, estaba enfocado a la realización de actividades para Rusia, utilizando su estatus periodístico y, gracias a esto, podía moverse libremente por Europa y el mundo, incluso por zonas afectadas por conflictos armados y zonas de tensión”.
Desde entonces, Pablo se encuentra en prisión preventiva en régimen de casi total aislamiento, sin la asistencia letrada de su abogado de confianza, Gonzalo Boye, y sin que Polonia, haya presentado prueba que sustente las graves acusaciones en su contra.
Ohiana Goiriena, madre de los tres hijos de González, denunciaba en las páginas de “CNT” (febrero de 2023) que “´espionaje` es el tipo penal del que le acusan, pero no existe acusación formal ni concreta. Las pruebas que tienen salieron al principio, nada más arrestarlo. Dijeron que tenía dos pasaportes falsos, pero era mentira. Pablo tiene la doble nacionalidad rusa y española, y esas son sus dos identidades legales”.
Mentiras oficiales
Así, el 23 de mayo, en Valencia (España), en comparecencia ante los medios junto a sus colegas rumano y español, el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Zbigniew Rau, señaló que el caso sigue sujeto a investigación y que la Fiscalía polaca ha recibido una orden judicial para que el periodista vasco continúe en prisión preventiva, añadiendo que “esperemos que sea sometido a juicio relativamente pronto”, remarcando que las acusaciones en su contra son “graves, muy graves”.
“Se está elaborando la acusación y los cargos y, cuando se prepare, más justo será el juicio”, dijo Rau. “Créanme, está en nuestro interés, de los gobiernos de España y Polonia, que nos aseguramos que este caso se cierre y concluya. Pero requiere que la acusación se prepare bien”.
A continuación, manifestó que los derechos de Pablo se respetan, cuenta con letrados polacos y españoles y recibe visitas del personal consular español.
José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores español, haciendo piña con su colega, afirmó que “sus derechos fundamentales, sobre todo el de defensa, están completamente garantizados” y no tiene “ningún impedimento de las autoridades polacas para recibir visitas”.
Sin embargo, hasta el pasado 21 de noviembre, el periodista no pudo tener el primer encuentro con la madre de sus hijos, Ohiana Goiriena y, como esta denuncia, su correspondencia esta intervenida: “Sabemos que sí que le llegan nuestras cartas, pero con entre dos y tres meses de retraso. Las abren, las leen y las censuran, y con las que él escribe ocurre lo mismo, porque nos llegan con un sello rojo pasadas por la censura”.
Por otro lado, ya desde su detención y a pesar de las gestiones de su círculo familiar y afectivo inmediato, se ha impedido que su abogado de confianza, Gonzalo Boye, se haga cargo del caso, pasando las primeras seis semanas sin asistencia legal. Así las cosas, en abril de 2022, el círculo de Pablo contrató un abogado que le asistió hasta octubre.
La prisión preventiva se ha ido renovando cada tres meses a petición de la Fiscalía, siempre sin atender a las alegaciones de la defensa, aduciendo que existe un alto riesgo de fuga y que en caso de estar en libertad podría obstaculizar la investigación; además, se enfrenta a una condena que es muy elevada y tienen la firme sospecha de que él es el culpable del delito.
El Gobierno español no actúa, no presiona diplomáticamente, aunque el ministro Albares diga lo contrario: “Al principio salieron sembrando la sospecha. Luego, Sánchez (presidente del Gobierno español) dijo que respetarían la legalidad polaca igual que él querría que se respetara la justicia española. El problema está en que la legalidad de Polonia no está por encima de la carta de los Derechos Humanos de la Unión Europea, y no la están respetando”, denuncia Goiriena.
Armando la causa
Nada se sabe de las acusaciones que pesan sobre González (y que podrían acarrear una condena de 10 años de prisión) fuera de los genéricos cargos de “espionaje”. Pareciera que la Fiscalía polaca alargara sin fin los plazos de prisión preventiva mientras arma la causa en su contra. Veamos lo que, hasta la fecha, se ha podido conocer.
Semanas antes de su detención, el 4 de febrero de 2022, los servicios ucranianos detuvieron a Pablo: le interrogaron, le revisaron el pasaporte, le duplicaron las tarjetas de crédito y le instaron a abandonar el país al considerar que estaba informando del conflicto desde una perspectiva pro-rusa.
Así, se trasladó a la frontera polaca, a cubrir el drama de quienes huían de la guerra, momento en el que se produjo su detención. Polonia señaló que aprovechaba su condición de periodista para viajar a zonas de conflicto y que recibía ingresos de plata periódicamente desde Rusia.
“Pablo es nacido en Rusia. Es nieto de ´niños de la guerra` (refugiados de la guerra de España, 1936-39). Por otro lado, tras la separación, su madre se trasladó al País Vasco, de ahí que tenga doble nacionalidad y dos pasaportes”, relata a LA COLUMNA VERTEBRAL Mirari Isasi, reportera de Internacional de “Gara”, diario para el que González ha laburado con asiduidad. “Es irrisorio aducir como prueba que le llamen Pavel, cuando todo el mundo sabe que es Pablo en ruso”.
De hecho, la supuesta duplicidad de documentación alegada por Polonia no es tal, ya que una de las identidades de los pasaportes y tarjetas confiscadas es la de Pavel Rubtsov, pues este es el apellido de su padre, Aleksey quien, además, le envía parte de las ganancias que sus rentas en Rusia le generan. Fue a la edad de 9 años, a su llegada al País Vasco, cuando su madre procedió a cambiarle el primer apellido en el registro.
“Siempre ha estado muy interesado en los temas relacionados con el este de Europa, con el espacio post soviético: Caucaso, Ucrania … Por orígenes, idioma, ha tenido facilidad y acceso a estos lugares y a la información, amén de haber viajado con asiduidad tanto a Rusia como a Georgia o Ucrania desde antes ya de los sucesos del Maidan en 2014”, señala Mirari Isasi. “De hecho, la cobertura que hizo de aquellos sucesos y de la guerra del Dombás fue espectacular, gracias, en gran parte, a su dominio del idioma y su doble nacionalidad”.
De hecho, González, gran conocedor de la política ucraniana, es coautor del libro“Ucrania. De la Revolución de Maidan a la Guerra del Donbas” (Comunicación Social ediciones y publicaciones, 2016), una de las primeras y más completas investigaciones que aparecieron en castellano sobre esos hechos.
Además de Ucrania, Pablo ha cubierto temas como Kosovo, Nagorno-Karabaj (donde trabajó desde la primera línea del frente), Transnistria, Crimea o la República Popular de Donetsk para medios como los diarios “Gara” y “Público”, cadenas de TV como La Sexta e, incluso, colaborar para la agencia EFE.
“Pablo es un profesional muy responsable y autor de un trabajo encomiable. Habrá, claro está, gente a la que, dependiendo de lo que escriba, le parecerá mejor o peor”, concluye Isasi.
Dado el cerco informativo respecto a esta guerra, quizás habría que buscar por acá las razones tanto del encarcelamiento del periodista vasco como de la cómplice inactividad del Gobierno español.
Duras condiciones de reclusión
Ciertas informaciones señalan que Pablo ha pasado a compartir celda con otros presos hace pocos días, una mejora considerable después de 15 meses de aislamiento. Ha estado incomunicado durante todo este tiempo, encerrado durante 23 horas al día en su celda, pasando la hora restante en un patio de siete por cuatro metros, algo imposible ahora debido a lo crudo del invierno polaco porque ni con toda la ropa que le es permitido tener puede hacer frente al mismo: hay que tener en cuenta que a la familia se le impide enviarle ropa térmica o complementos vitamínicos con los que subsanar la deficiente comida de la cárcel.
Además de la correspondencia intervenida, no puede hacer llamadas excepto a su abogado polaco y se sigue denegando la posibilidad de que sea visitado por su abogado de confianza. Como ya decíamos, hasta noviembre de 2022, no tuvo permiso para recibir ninguna visita, aunque el ministro Albares diga lo contrario.
Mientras tanto, a excepción de algunos medios catalanes y vascos, la profesión calla.
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Kurt Lutman: “Todos somos artistas de nacimiento”
Kurt Lutman tiene sangre alemana, española, italiana y árabe. Pero es cien por ciento rosarino. “Yo nací en Rosario en el ‘76 y recién tuve el documento en el ‘83, porque mi vieja se había empecinado en ponerme Kurt y no se aceptaban nombres extranjeros. Sí se aceptaban empresas multinacionales extranjeras, pero nombre, no”. Sus orígenes fueron tan variopintos como su destino. Empezó como jugador de fútbol en Newlls Old Boys. Se destacaba como enganche y tenía un futuro prometedor hasta que un día, allá por el año 2000, quiso entrar al estadio con una bandera de HIJOS. Se lo prohibieron y Kurt se peleó feo con la directiva del club que decidió bajarlo a la reserva. Tenía 24 años cuando su foto dio vuelta el mundo. En la tercera metió un golazo y lo festejó mostrando una camiseta que decía: “Carcel a Videla y a todos los milicos asesinos”. Testarudo, no habían logrado acallarlo pero sí que dejara el fútbol. Desde entonces tuvo oficios varios: albañil, vendedor de limones, artista de circo y escritor ambulante. Descubrió que el arte estaba en su cuerpo no sólo para dibujar gambetas. Empezó a escribir, y editar sus libros que vendía en persona, entregando a domicilio. Un escritor en bicicleta. Las bicicletas hablan mucho de Rosario.
Con ustedes, Kurt Lutman, un laburante todo terreno y militante de la vida.
LCV: ¿Cómo es que tu carrera devino tan variopinta? Supongo que albañil, vendedor de limones y artista del circo tiene que ver con algo de buscavida, pero a lo mejor con el artista del circo combinaste también tu vocación de jugador de fútbol?
—Está bueno ese puente que tejes. Primero, yo creo que todos los oficios por los que pasé tuvieron que ver con poder ganarme el mango y poner la mesa y alimentar a mis dos hijos. Segundo, que ese vínculo que yo creí que no existía entre el arte y el fútbol. Yo de toda mi vida había hecho fútbol, nunca había tenido ninguna búsqueda de expresión artística, más allá de que el fútbol también es un arte, pero digo, lo que es la búsqueda artística tradicional. Un amigo me convenció de que en realidad no estaban muy separados y esto que vos marcaste, que había un lenguaje en el cuerpo que uno podía ir encontrando. Tuvo razón. Yo soy un convencido de que en realidad somos artistas del nacimiento, y que según la sociedad en que crezcamos, la familia, la cultura, nos vamos de a poco haciendo espectadores del arte en lugar de constructores y protagonistas.
LCV: Sí, hacemos lo mismo con la vida.
—Totalmente. Lo mismo que hacemos con la historia de nuestro país. Entonces esa búsqueda de poder empezar a ejecutar, empezar a hacerme cargo de que había todo un lenguaje poético que cada uno puede construir. Empecé a jugarlo y me entusiasmé y terminé convirtiendo un poco esa experiencia de lo que fue la Escuela de Arte Urbano de Rosario, que es la escuela de circo, devenido a poder escribir, y de ahí pude sacar cinco libros.
LCV: ¿Son novelas, cuentos, hay poesía?
—Hay crónicas, hay poesía, hay algunos cuentos cortos. Yo no tengo un modo, no he tomado talleres de escritura. He tenido un poco el arrojo de poder empezar a escribir por el impulso de algunos amigos, y al ver que me gustaba mucho, empecé a encontrar un tono propio. Yo siento que la construcción de esa autoridad interna es muy difícil, ya que tenemos varas demasiado altas en esto de la construcción del arte, ¿no? Ustedes siéntense y miren. Porque hay ciertos escritores, porque hay ciertas escritoras, y porque en realidad para escribir hay que pasar por ciertos lugares y hay que tener cierto estilo, y hay un montón de ciertos, ciertos, ciertos que nos dejan afuera, ¿no? Y lo que termina sucediendo es que las expresiones populares quedan relegadas a como si fuera un arte de segunda mano. Así que yo empecé a jugar con mi arte y la verdad que estoy muy contento.
LCV: El concepto de trabajo en cultura, ¿Para vos cómo es?
—Yo creo que la cultura debe ser remunerada y que es un laburo, y que el laburo es cultura, como bien vos lo marcabas, y que habla de la cultura de un pueblo, cultura como cultivo de la tierra, como esa expresión propia. Yo defiendo mucho lo que es mi laburo con respecto al arte. También esa defensa y ese empoderamiento para poder traducirlo en laburo, siento que tiene que ver con un par de palabras que dije antes, que es la autoridad interna. Cuando uno siente que empieza a querer lo que hace y le da un valor, ya puede poner un valor hacia afuera y decir che, mi laburo, mi trabajo, mi arte vale. Pero eso va de la mano muchas veces de esa construcción de autoridad, porque cuando uno no tiene esa solidez o todavía está medio enclenque, incluso saca libros y los regala porque le da vergüenza cobrarlos. He pasado por ese proceso también. Entonces a mí me parece interesantísimo esto de poder recuperar no solamente la dignidad y la autoestima, tanto con respecto al laburo como con respecto al arte que uno hace.
LCV: ¿Militaste en Hijos por una por decisión propia de acercarte a la gente de Hijos, o tu familia también estuvo atravesada por esa historia?
—No, la particularidad que tiene Hijos Rosario y que tenía en su momento, es que se consideraba hijos de una generación y de una misma historia. Entonces no había una cuestión de necesidad filiatoria o familiar. Yo no vengo de una familia militante, bah, mis viejos no eran militantes, mis abuelos sí, más mi abuelo materno.
LCV: ¿Qué hacía tu abuelo materno?
—Era un tipo que era peón de taxi y laburaba en el sindicato también. También fue delegado del ferrocarril. Fue un tipo que tenía inquietudes con respecto a la justicia peronista. De ahí creo que recojo y recupero un poco la cuestión casi intuitiva de estar dentro de un equipo, en el club que sea, y entender de que hay un salario que si hay uno que no cobra, no tiene que cobrar nadie. Por eso uno se considera parte de un equipo. En ese marco empecé también, porque me han enseñado así mis compañeros, a mirar que no solamente uno juega en equipo dentro de la cancha, sino que pertenece a un colectivo afuera.
LCV: Hace muy poco, en medio de los despidos de los estatales, alguien me aconsejaba que como a mí no me está yendo tan mal que no me angustiara tanto: “deja de mirar tanto el bosque y copate con tu árbol’ me decía, pero no me sale. ¿A vos te sale?
—Yo creo que es necesario por momentos las dos cosas. Creo que es tan avasallante la realidad que a mí me ha pasado que cuando estuve cotidianamente conectado a lo que iba sucediendo en realidad entraba en niveles de temor muy profundo y opté por cerrarme. Y al cerrarme quedé por fuera de una realidad que también me hacía mal. Entonces yo creo que hay una dualidad, un pivoteo, o por lo menos es muy personal, ¿no? Pero que a mí me ha servido mucho, que es entrar y salir de la realidad, porque realmente se me hace muy avasallante. Ver la cantidad de miles y miles y miles de compañeros y compañeras despedidos, y la cantidad de miles y miles y miles de pibes que no morfan. Entonces cuando uno está en estos niveles de angustia no creo que el argumento sea vos que no la pasás tan mal, no tenés que zapatear, sino vamos a cuidarnos, vamos a protegernos donde pueda, pero somos parte de una comunidad que en realidad se hace inviable que uno la pase bien si todo un pueblo está siendo castigado.
LCV: ¿Qué hacemos para que todo esto pare? ¿Le ves salida a esta historia a vos?
—No, la salida que veo tiene que ver con que este gobierno en realidad se interrumpa y termine lo antes posible. No tiene que ver con no respetar la democracia. Una cosa es ser democrático, yo soy democrático y recontra banco las instituciones democráticas y creo que una de las mejores conquistas que hemos conseguido como pueblo es la recuperación de la democracia. Otra cosa es que un desquiciado masacre económicamente a parte de una población, y que uno en nombre de un cierto juego democrático tenga que bancarse cuatro años de gente muriendo en los hospitales porque no hay insumos y porque el tipo no apuesta a lo público. Entonces me parece que el juego democrático incluso, cuando uno habla de democracia, de libertad, que son palabras que últimamente están dando vueltas, bueno no, hay límites. Y cuando la cosa se pone tan peligrosa como se está poniendo, siento que los partidos políticos deberían tomar una decisión drástica que tiene que ver con quitarle el apoyo político a este tipo y dejar de hacerle juego. Hablo también de los gobernadores de las provincias que están siendo cómplices de este desquicio.
LCV: Decime dónde podemos conseguir los libros.
—Los libros en este momento están agotados en papel, porque como no tengo editorial, ni la busco tampoco, por el momento es un laburo autogestivo, suelo reeditar los libros después de que vendo cierta cantidad y últimamente la realidad me impone poder gastar esa guita en poner la mesa en lugar de reeditarlo. Entonces mis libros se están vendiendo solamente hasta el día de hoy en formato digital. Me pueden encontrar en Instagram @kurtlutman. Ya que me pusieron un nombre tan extravagante, lo utilizo para que me puedan encontrar.
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Semana decisiva: marchas, paros y reclamos contra un gobierno ‘entusiasta’ dispuesto a reprimir.
¿De qué se ríe señora ministra? Mientras el gobierno festeja sus supuestos éxitos -menos inflación, dólar en descenso, y búsqueda rabiosa del ‘déficit 0’ a cualquier precio- en la sociedad los conflictos crecen. Una vez más estamos frente a la paradoja de que ‘al país le va bien’ pero a sus habitantes no. Algunos expresan su desesperación en forma colectiva, con marchas, comunicados, paros; mientras la tensión individual se expresa diariamente en hechos de violencia cotidiana, peleas callejeras o automovilistas al borde del ataque de nervios. La clase obrera organizada todavía tiene sus recursos pero los hombres y mujeres que se ven colgados del cordel que divide a la clase media de la pobreza, estallan por motivos impensados. El humor social estalla, entre tanto el gobierno pone el pie en el acelerador. Se publicó este martes en el Boletín Oficial una resolución del Ministerio de Seguridad que estableció que el bloqueo a la entrada de empresas se convierte en una figura criminal que será reprimida por fuerzas policiales y federales. Habilitan, además, a los patrones a un ‘despido con justa causa’ para aquellos que participen de la protesta. Patricia Bullrich creó una línea de emergencia por whatsapp y mail para denuncias ante el Ministerio de Seguridad.
Así las cosas, este es el resumen de conflictos de ésta semana:
Jubilados. Manifestación en el Congreso por varios gremios de la CGT, las dos CTA, UTEP, y organizaciones sociales en contra del veto a la ley que promueve una mínima mejora en la situación de los jubilados. Una marcha que se espera multitudinaria a pesar de las amenazas del gobierno de ‘aplicar el protocolo de modo especial’ según las declaraciones del caradepiedra vocero presidencial Manuel Adorni . Negociaciones de última hora hacen tambalear la confirmación de una ley que tuvo amplia mayoría para su aprobación. Milei, su hermana y varios ministros -entre ellos Patricia Bullrich y Petri, que lo único que los vincula a los jubilados son los gases lacrimógenos- se reunieron con cinco diputados radicales dispuestos a cambiar su voto. Bastaría con ausentarse y no dar quorum. El gobierno milita el gran ‘faltazo’ a la Cámara. Los gremios por la gran presencia en las calles.
Docentes universitarios enrolados en la CONADU Histórica anunciaron otro paro de 48 horas el miércoles 11 y jueves 12 de septiembre. Recordemos que el jueves 12, se debate en el Senado la Ley de Financiamiento Universitario que ya fue aprobada en Diputados. El estado de alerta de los profesores se debe al casi seguro veto de Milei a una ley que serviría para aliviar la falta de presupuesto de las universidades públicas. Para evitar el éxodo de docentes calificados que renuncian porque su sueldo se vió perjudicado en el último año en un 45%, y mantener la calidad de la enseñanza y la sobrevivencia de las familias trabajadoras de la universidad, exigen, también, aumento salarial. Por su parte, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) declaró la emergencia en materia salarial de las y los trabajadores docentes y no docentes de esa casa de estudios.
Aeronáuticos. Continúa el conflicto en reclamo de aumento salarial en los aeropuertos del país. Este martes los trabajadores de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), empleados por la empresa estatal Intercargo, realizaron asambleas informativas de dos horas de duración en Aeroparque, Ezeiza, Córdoba y Mendoza luego de fracasar una reunión para discutir paritarias realizada el lunes, después de meses de falta de diálogo con el gobierno que trabaja para decretar la aeronáutica comercial como un servicio esencial y evitar este tipo de acciones. Además, los funcionarios de Milei trabajan para ver cómo sacan a Biró del Directorio de Aerolíneas Argentina. Los sindicatos alegan que no se trata de paros sino de asambleas.
Despidos en Atucha. Este lunes 9 de septiembre, ATE, UOCRA, Luz y Fuerza y UECARA cortaron la Panamericana por los 250 despidos ocurridos en Atucha, que se suman a un centenar del mes de mayo y termina afectando por empleos directos o indirectos a 600 trabajadores. El vaciamiento de la CNEA que no recibe fondos desde diciembre de 2023 está tirando por la borda no solo el mantenimiento de seiscientas familias sino un proyecto ambicioso de promoción de pequeños reactores nucleares potentes para ampliar el flujo eléctrico imprescindible para la población, con grandes posibilidades de exportación. Diez años de trabajo técnico y obrero que implicó una inversión de 600 millones de dólares, tirados a la basura. Extraña concepción de ahorro del gobierno nacional.
Hasta aquí los conflictos más notorios, mientras se mantienen las luchas en diversas localidades que no obtienen repercusión nacional: médicos de Mendoza, pescadores de Mar del Plata, Pequeñas y Medianas Industrias, clubes sociales contra las SAD, periodistas precarizados, y tantos otros que difundimos semanalmente en La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores.
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Paralizan obra de reactor modelo. Otro golpe a la ciencia y 240 trabajadores despedidos en Atucha.
Este lunes, una movilización en la Panamericana, a la altura del ingreso al Complejo Atucha Zárate, convocada por ATE, UOCRA, Luz y Fuerza y UECARA en repudio a centenares de despidos en la Central Nuclear, echó luz sobre el desmantelamiento de uno de los proyectos más ambiciosos de la Comisión Nacional de Energía Atómica: el reactor Carem.
“Del mes pasado a la fecha se despidieron más de 250 trabajadores directos. Tenemos que contar más de 600 sumando los despidos indirectos. Es una decisión criminal que tiene que ver con un mensaje al país del norte en cuanto a la competencia de Argentina“, declaró el secretario general de UOCRA-Zárate, Julio González. No es el primer recorte en la planta nuclear, un centenar de trabajadores abocados a la obra del reactor CAREM en el complejo Atucha ya habían sido desvinculados ante la falta de envíos de dinero por parte del gobierno nacional.
La medida no sólo destruye fuentes de trabajo y deja familias en la calle, también paraliza una iniciativa de vanguardia llevada adelante por el Estado Nacional. El reactor CAREM colocaba a la Argentina entre los líderes de un mercado estratégico a nivel mundial, compitiendo con grandes actores como Estados Unidos, China y Rusia. Así lo confirmó un reciente informe de la Nuclear Energy Agency, la agencia nuclear de la Organisation for Economic Co-operation and Development (OECD), que ubicaba al Carem argentino entre los proyectos a nivel mundial más avanzados en construcción, junto con otros dos en China y Rusia.
La decisión de abandonar un proyecto de esa magnitud fue justificada con el objetivo de ‘déficit 0’ que se planteó el gobierno como prioritario. Sin embargo, este ajuste lejos de un ahorro parece un despilfarro si se tiene en cuenta que ya se invirtieron en esa obra 600 millones de dólares, y diez años de trabajo. La obra comenzó el 8 de febrero de 2014 constituyéndose en el primer SMR del mundo en estar oficialmente en construcción. La idea era que se pusiera en marcha entre 2028 y 2030. Se había avanzado en el 85% de la obra y faltaba una última inversión entre 200 y 300 millones de dólares.
En declaraciones al diario La Nación, Sol Pedre, gerente de área Carem en la CNEA, afirmaba: “A nivel mundial está habiendo un renacimiento de la energía nuclear. Se busca triplicar este tipo de energía en diversos países. Y el tipo de reactores que está a la vanguardia de esta tendencia son los reactores modulares de baja y media potencia (SMR por sus siglas en inglés). El nuestro, el Carem, es uno de los más avanzados del mundo. De hecho, es el más avanzado del mundo occidental. Estamos muy bien posicionados para esta ventana comercial: los que van a poder captar una buena parte de ese mercado son los que puedan poner en marcha el primer reactor antes de 2030. Actualmente, competidores como Estados Unidos e Inglaterra no están ni siquiera en etapa de construcción. La oportunidad y la ventaja que tenemos es enorme, por eso apostamos por la sinergia”.
Para darnos una idea de toda la inversión tirada por la borda, vale destacar que este tipo de pequeños reactores es que pueden, a partir de módulos, sin necesidad de montar una gran central eléctrica, abastecer a países que no disponen de energía nuclear como algunas naciones en África e incluso en América Latina, como el caso de Bolivia. El proyecto incluía la idea de exportar reactores similares a países Australia, Holanda, Argelia, Egipto y Perú, entre otros.
La preocupación por esta medida no sólo atañe a los gremios que sufren los daños directos del ajuste sino por personalidades de distintos ámbitos políticos. El diputado nacional por Mendoza, Julio Cobos, junto a otros legisladores radicales, presentó un proyecto para que el Gobierno Nacional dé información “precisa y detallada” sobre el freno de los trabajos realizados por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y agregó: “El CAREM es el primer reactor nuclear de potencia íntegramente diseñado y construido en Argentina, a través del cual nuestro país reafirma su capacidad para el desarrollo y puesta en marcha de centrales nucleares”.
Desde abril, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) reclamaba una deuda equivalente a unos 9 millones de dólares por la construcción de los reactores CAREM y RA-10. Según el portal El Economista: “El reactor RA-10 es un proyecto que esta prácticamente terminado y fuentes del sector nuclear creen que el gobierno no dejará sin fondos. Pero la perspectiva para el CAREM es otra: las cifras estimadas para la concreción del proyecto chocan de frente con el objetivo de superávit fiscal primario del Ministerio de Economía conducido por Luis Caputo.”
La falta de pagos desde diciembre de 2023 fue denunciada en su momento con la advertencia de que podría haber cortes de servicios en centros atómicos, paralización de las obras de los proyectos CAREM, RA-10 y del Plan de Medicina Nuclear. La propia CNEA confirmó que la falta de financiamiento había provocado problemas en la actividad de “los pequeños proveedores de servicios en los centros atómicos y regionales, como también en los constructores de nuestras principales obras estratégicas”.
Alerta Atucha
Entre tanto, la Asociación de Profesionales Universitarios del Agua y la Energía Eléctrica (Apuaye) -gremio de los empleados de mayor calificación en la empresa estatal-le envió una carta al ministro de Economía, Luis ‘Toto’ Caputo, explicándole los riesgos de incorporar al directorio de Nucleoeléctrica a personal sin experiencia en el sector, la mayoría de los nuevos miembros tienen un perfil financiero pero desconocen todo lo referente a la labor nuclear.
Serán ellos quienes deberán tomar decisiones fundamentales para mantener la capacidad energética del país. En principio, cabe recordar que Atucha I, la primera central nuclear de América Latina que está cumpliendo 50 años, tiene licencia para operar hasta el 29 de septiembre de 2024, según lo establecido por la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN). Una edad avanzada en la que se recomienda un parate para su mantenimiento lo cual podría significar una baja de electricidad en el período veraniego que se anuncia de altas temperaturas ¿Podrán los conocedores de economía y finanzas tomar una decisión a conciencia? Por el momento, el gobierno analiza postergar el mantenimiento para después del verano.
Otra cuestión clave en discusión es la posible privatización de la empresa Nucleoeléctrica Argentina S.A que controla todas las actividades de las centrales nucleares del país. Desde el sindicato Apuaye ya expresaron su rechazo a esta nueva embestida a la soberanía nacional.