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EE.UU: Aumentan protestas pro Palestina en un singular año electoral

Por Carmen Valdivieso Hulbert, corresponsal LCV en New York

Las protestas pro Palestina se han intensificado en numerosas universidades de Estados Unidos, con unos 500 arrestos en esta semana. Los estudiantes condenan los ataques militares de Israel en Gaza, y exigen la desinversión de los fondos universitarios en operaciones militares israelíes. Durante la Pascua Judía muchos miembros de la colectividad también se manifestaron contra el exterminio palestino frente a la casa de un senador demócrata.

Todo empezó hace 10 días en Columbia University, donde los estudiantes propalestinos levantaron tiendas de campaña en los jardines del campus universitario. Las autoridades universitarias llamaron a la policía y un centenar de estudiantes fueron arrestados, mientras que otros fueron suspendidos y expulsados del lugar. Desde esa fecha grupos de universitarios de otros estados se han solidarizado con el movimiento y han tratado de levantar campamentos en los jardines de sus campus, no solo en Nueva York , sinó también en otras universidades de todo el país, desde Massachusetts, Wisconsin, Minnesota, Texas y California, entre otros. Ya suman 500 los estudiantes arrestados a lo largo de todo el territorio nacional.

Los ataques militares de Israel en Gaza que ya se han cobrado la vida de 34.183 palestinos, con 77.143 heridos y centenares de miles de evacuados, tuvieron una rápida repercusión entre los estudiantes universitarios que reclamaban el fin de las matanzas. La invasión israelí en territorio palestino comenzada luego del atentado terrorista en la frontera provocado por un grupo de Hamas el 7 de octubre, donde murieron 1.700 personas y hubo 8.700 y 240 rehenes, fue presentada por Netanyahu como una represalia pero se está convirtiendo en genocidio según los estudiantes en favor del pueblo Palestino.

Algunas voces han comparado las protestas propalestinas de estos días a las multitudinarias manifestaciones contra la guerra de Vietnam a fines de la década del sesenta y principios de los 70s, aún queda por verse cuál será su alcance, aunque existen muchas similitudes políticas en ambos escenarios.

Asimismo nos han recordado a las protestas universitarias y de grupos de activistas por los derechos civiles de los años 80, contra el Apartheid en Sudáfrica, que exigían la desinversión de capitales en empresas sudafricanas, desencadenando el fin de ese régimen y la liberación del líder Nelson Mandela quien a su vez fue elegido presidente de la nueva nación libre.

Todo esto se vive en medio de un ambiente cargado de calor político en un año electoral, en el cual el presidente Joe Biden, visiblemente envejecido, realiza una limitada campaña de reelección por el Partido Demócrata, mientras que su rival republicano, el ex presidente Donald Trump, tiene una limitada campaña proselitista debido a cuatro juicios que enfrenta por varios delitos de fraude, obstrucción de justicia y por violaciones a la ley de espionaje, en estados como Nueva York, Georgia, Florida y en la capital Washington DC.

En un principio, los medios informativos de Estados Unidos catalogaron las actuales manifestaciones estudiantiles como antisemitas, pero el tono ha ido cambiado hasta quedar ahora en protestas pro Palestina. Sin embargo, muchos grupos judíos participan activamente en las protestas.

Pascua judía y reclamos de alto el fuego

El martes, el mismo día en que el Senado estadounidense aprobaba un paquete de ayuda militar de 95 millones de dólares para Israel y Ucrania, cientos de manifestantes judíos se congregaron en Brooklyn frente a la residencia del senador Chuck Schumer, líder de la mayoría demócrata en el Senado que esta semana logró que se votara una ayuda extra de 26 mil millones de dólares a Israel. Ese fue el lugar elegido para el inicio de una festividad como la Pascua judía, el Séder, la cena pascual convertida en una manifestación de reclamo para que se detenga el financiamiento del genocidio en Gaza.

Durante el acto, muchos líderes judíos, entre ellos rabinos, y activistas palestinos de Nueva York, destacaron su condena al sionismo y su respaldo al pueblo palestino que padece en Gaza. Mientras coreaban “Cese inmediato del fuego”, “Dejen que Gaza exista”, “Detengan el financiamiento a Israel”, miembros del grupo Judíos por la Paz, acompañados de cientos de vecinos de la zona, entre ellos muchos palestinos, bloquearon las arterias de la zona adyacente a Grand Army Plaza una de las áreas de Brooklyn de mayor tránsito vehicular. Entre los asistentes, la escritora Naomí Klein quien pronunció un duro discurso: “Lo que quiero decirles esta noche en este revolucionario e histórico Séder en las calles es que demasiada gente de nuestro pueblo está adorando una vez más a un falso ídolo. Están cautivados por él. Intoxicados por él. Profanados por él. Ese falso ídolo se llama sionismo.

La intensidad de las protestas que han ido creciendo al calor de las acciones militares de Israel en Gaza y el aumento de muertos y heridos entre la población civil palestina, han conseguido muchos más adeptos entre los estadounidenses que ven toda esa información ya sea por televisión o en sus teléfonos a través de las redes sociales.

Al igual que en 1968, un año sumamente violento no sólo por las protestas de la guerra de Vietnam, sinó por los asesinatos de Bob Kennedy y Martin Luther King, la convención del Partido Demócrata este año se realizará en Chicago. Fueron quizás las numerosas protestas en ese año, las que llevaron a los estadounidenses a elegir al republicano Richard Nixon, quien ofrecía una mayor paz y un nuevo rumbo de la guerra en Vietnam. Promesas que cayeron en saco roto.

En esa ocasión numerosas organizaciones planearon marchas alrededor de la sede de la Convención Demócrata, con o sin permiso de las autoridades. Efectivamente durante el evento hubo violentos enfrentamientos entre grupos de oposición y la policía, con más de 600 civiles y 152 policías, heridos.

Este año, una nueva generación que ha crecido con movimientos sociales como Ocupemos Wall Street, y La vida de los negros vale, está horrorizada por los sucesos de los ataques militares de Israel en Gaza donde han muerto más de 34 mil civiles. Asimismo, más de 1.000 ministros religiosos negros le han pedido al presidente Biden a que ponga presión para un cese del fuego en Gaza.

Grupos antibélicos ya planean multitudinarias protestas en Chicago este agosto, entre ellos, la Red Comunitaria palestino estadounidense que ha manifestado que marchará con o sin autorización. Según una encuesta de la Universidad Quinnipiac publicada la semana pasada indica que el 53% de demócratas se opone a una mayor ayuda a Israel para la guerra contra Hamas. Y los ánimos ya están caldeados por la creciente inflación y una inmigración descontrolada.

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PASCUA JUDÍA N.Y./ 26 de abril de 2024

Discurso de Naomi Klein en el Séder de Emergencia en las Calles de Nueva York.

He estado pensando en Moisés y su ira cuando descendió del monte y encontró a los israelitas adorando a un becerro de oro.La ecofeminista que hay en mí siempre se sintió incómoda con esta historia: ¿qué clase de dios tiene celos de los animales? ¿Qué clase de dios quiere acaparar todo lo sagrado de la Tierra?

Pero hay una manera menos literal de entender esta historia. Nos habla de falsos ídolos. De la tendencia humana a adorar lo profano y lo que reluce, a fijarnos en lo pequeño y material en lugar de en lo grande y trascendente.

Lo que quiero decirles esta noche en este revolucionario e histórico Séder en las calles es que demasiada gente de nuestro pueblo está adorando una vez más a un falso ídolo. Están cautivados por él. Intoxicados por él. Profanados por él.

Ese falso ídolo se llama sionismo.

Es un falso ídolo que usa nuestras más profundas historias bíblicas de justicia y emancipación de la esclavitud –la historia misma del Pésaj– y las convierte en groseras armas de robo colonial de tierras, hojas de ruta para la limpieza étnica y el genocidio.

Es un falso ídolo que ha tomado la idea trascendente de la tierra prometida –una metáfora de la liberación humana que ha viajado a través de múltiples religiones a todos los rincones del mundo– y se ha atrevido a convertirla en un cheque en blanco para un Etnoestado militarista.

La versión de la liberación que nos presenta el sionismo político es en sí misma profana. Desde el primer momento, requirió la expulsión masiva de los palestinos de sus hogares y sus tierras ancestrales en la Nakba. Desde el primer momento ha estado en guerra con los sueños de liberación. En un Séder vale la pena recordar que esto incluye los sueños de liberación y autodeterminación del pueblo egipcio. El falso ídolo del sionismo equipara seguridad israelí con dictadura egipcia y Estados clientes.

Desde el primer momento el sionismo se ha abocado a una retorcida idea de libertad que ve a los niños palestinos no como seres humanos, sino como amenazas demográficas, de la misma manera que el faraón en el libro del Éxodo temía a la creciente población de israelitas y por ello ordenó la muerte de sus hijos.

El sionismo nos ha traído a nuestro actual momento de cataclismo y es hora de que lo digamos claramente: siempre nos ha estado conduciendo hacia aquí.

Es un falso ídolo que ha llevado a demasiada gente de nuestro pueblo por un camino profundamente inmoral y que ahora tiene a esa gente justificando la violación de mandamientos fundamentales: no matarás, no robarás, no codiciarás.

Es un falso ídolo que equipara la libertad judía con las bombas de racimo que matan y mutilan a los niños palestinos.

El sionismo es un falso ídolo que ha traicionado todos los valores judíos, incluso el valor que le damos a cuestionar (una práctica que hace parte del Séder con sus cuatro preguntas formuladas por el niño más pequeño).

Ha traicionado incluso el amor que tenemos como pueblo por los textos y la educación. Hoy, este falso ídolo justifica el bombardeo de todas las universidades de Gaza; la destrucción de innumerables escuelas, archivos, imprentas; el asesinato de cientos de académicos, periodistas, poetas: esto es lo que los palestinos llaman escolasticidio, la aniquilación de los medios de educación.

Mientras tanto, en esta ciudad, las universidades llaman a la Policía de Nueva York y se atrincheran contra la «grave amenaza» que representan sus propios estudiantes, los que se atreven a hacerles preguntas básicas: ¿cómo puedes decir que crees en algo, y menos que menos en nosotros, mientras habilitas, inviertes y colaboras con este genocidio?

Al falso ídolo del sionismo se le ha permitido crecer sin control durante demasiado tiempo.

Por eso esta noche decimos: esto termina aquí.

Nuestro judaísmo no puede ser contenido por un Etnoestado, porque nuestro judaísmo es internacionalista por naturaleza.

Nuestro judaísmo no puede ser protegido por el Ejército aniquilador de ese Estado, porque lo único que hacen los militares es sembrar dolor y cosechar odio, incluso contra nosotros como judíos y judías.

Nuestro judaísmo no se ve amenazado por quienes alzan sus voces en solidaridad con Palestina sin importar raza, etnia, capacidad física, identidad de género o generaciones. Nuestro judaísmo es una de esas voces y sabe que en ese coro reside tanto nuestra seguridad como nuestra liberación colectiva.

Nuestro judaísmo es el judaísmo del Séder de Pésaj: la reunión en ceremonia para compartir comida y vino por igual con seres queridos y con extraños, el ritual inherentemente portátil, lo suficientemente liviano como para llevarlo en nuestras espaldas, que no necesita de más nada que de tú y yo: ni muros, ni templo, ni rabino, con un rol para todos, incluso –especialmente– para el niño más pequeño. El Séder es una tecnología de la diáspora por antonomasia, hecha para el duelo colectivo, la contemplación, el cuestionamiento, el recuerdo y la reactivación del espíritu revolucionario.

Así que mira a tu alrededor. Este, aquí, es nuestro judaísmo. Mientras las aguas suben y los bosques arden y no hay nada seguro, oramos ante el altar de la solidaridad y la ayuda mutua, cueste lo que cueste.

No necesitamos ni queremos el falso ídolo del sionismo. Queremos liberarnos de un proyecto que comete genocidio en nuestro nombre. Liberarnos de una ideología que no tiene ningún plan para la paz más que tranzar con Petroestados teocráticos asesinos, mientras vende al mundo las tecnologías del asesinato ultratecnologizado.

Buscamos liberar al judaísmo de un Etnoestado que quiere que los judíos vivan con miedo permanente, que quiere que nuestros hijos vivan con miedo, que quiere que creamos que el mundo está en nuestra contra para que corramos hacia su fortaleza y a guarecernos bajo su cúpula de hierro, o al menos para mantener el flujo de armas y donaciones.

Ese es el falso ídolo.

Y no es solo Netanyahu, es el mundo que él creó y el que lo creó a él: es el sionismo.

Nosotros, en estas calles desde hace meses y meses, somos el éxodo. El éxodo del sionismo. Y a los Chuck Schumer de este mundo no les decimos «deja ir a mi pueblo». Les decimos: «Ya nos fuimos. ¿Y tus hijos? Ahora están de nuestro lado».

(Transcripción en inglés publicada en The Guardian. Traducción al español de Brecha.)

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El portazo de la CGT. Piden Pan no le Dan.

Contra todo pronóstico, en la CGT primó la unidad y el sector ‘dialoguista’ que había mantenido una reunión cordial con el Secretario de Trabajo, Julio Cordero, el 16 de julio, reconsideró su postura y anunció que no participará de la mesa de diálogo propuesto por el gobierno junto a las Cámaras Empresarias prevista para la semana próxima.

Luego de una intensa reunión del Consejo Directivo de la CGT este jueves en la sede de Azopardo, sin la presencia de Gerardo Martínez quien ya se anotaba para formar parte del Consejo de Mayo en representación de la Central Obrera y era el más preciado interlocutor de Milei, los líderes sindicales debieron admitir que el dilatado diálogo de sordos propuesto por el gobierno no estaba dando resultados.

En el primer encuentro de algunos dirigentes de la CGT en la Secretaría de Trabajo, el 16 de julio, había quedado claro el reclamo gremial por ganancias, incluso Héctor Daer declaró al salir de la reunión que estaban dispuestos a negociar una suba del piso salarial que había quedado atrasado, a pesar de la postura de grandes gremios de reiterar que ‘el salario no es ganancia’. En esa ocasión, el único triunviro presente, líder del gramio de Sanidad, aclaró que no se había hablado aún del Salario Mínimo, siendo un tema pendiente de conversación. Así las cosas, se postergaba por 15 días un nuevo encuentro, esta vez tripartito entre el Estado, trabajadores y empresarios.

La inconsulta publicación en el Boletín Oficial de la reglamentación del impuesto a la ganancias, en la cual no se mueve un milímetro de lo votado en el parlamento -deberán tributar al Estado los trabajadores que ganen más de 1.800.000 en caso de ser solteros, y 2.200.000 si tienen familia- fue una provocación que dejó sin argumentos a los más dispuestos al diálogo.

Antes del inicio de la reunión del Consejo Directivo, Pablo Moyano anticipó ante los medios su postura: “Estoy convencido de que hay que confrontar contra este Gobierno y contra este modelo económico que está destruyendo a las pymes y al poder adquisitivo de los trabajadores. Ahora quieren que 1 millón y medio de trabajadores vuelvan a pagar Ganancias. El único camino que queda es la confrontación. Junto a gran parte de la CGT vamos a convocar a marchar el 7 de agosto por Paz, Pan y Trabajo. Lo están organizando los compañeros de los movimientos sociales y hay que seguir estando en la calle defendiendo lo que se logró y lo que el Gobierno nos quiere quitar a través de la Ley Bases, la reforma laboral y el Pacto de Mayo”.

Después de varias horas de debate en la sede de la CGT, finalmente fue el mismo Daer quien al finalizar la reunión explicó: No estamos dispuestos a sentarnos en una mesa de conversación y de negociación tripartita cuando habíamos quedado en que íbamos a discutir la reglamentación (de la reforma laboral) y en el día de ayer ya el Gobierno reglamentó algo que también es nocivo de la reforma laboral, como esta figura de que un independiente puede tener tres colaboradores que no estarían nunca en relación de dependencia ni tendrían beneficios sociales.

La mesa estaba servida para los sectores más duros de la CGT. Pablo Moyano destacó ante la prensa que hasta ahora Camioneros apoyó las resoluciones de Consejo Directivo aún si estar de acuerdo. Por su parte, Daer remarcó que lo más importante es ‘estar unidos’ y que ‘esa unidad nunca se puso en juego’. Desde el gobierno hicieron todo lo posible para que se cumpla el anticipo que había hecho Pablo Moyano: “Les dije a mis compañeros de la CGT que no iba a la reunión con Julio Cordero porque después nos iba a cagar, y pasó”.

Como si eso fuera poco, este viernes se conoció el Salario Mínimo Vital y Móvil establecido por decreto por Javier Milei: 254.231 pesos, con una actualización para octubre dispuesta en 271.571,22 pesos. Un salario mínimo irrisorio que no alcanzaría ni siquiera para una alimentación básica.

De inmediato la CGT difundió un comunicado titulado: Otra vez Sopa: Un ofrecimiento empresario que no está a la altura de las circunstancias: “En la tarde de hoy asistimos como representantes de los trabajadores a una nueva reunión del Consejo del Salario, Mínimo, Vital y Movil ( CSMVM), con el objetivo de fijar un nuevo salario mínimo que recupere una parte del poder adquisitivo perdido a lo largo de estos meses. Desde la Confederación General del Trabajo buscamos acordar con el sector empresario a los fines de recomponer esta referencia salarial, pero nos encontramos con una inaceptable propuesta que de ningún modo será aceptada por esta central de trabajadores. La insensibilidad social por parte del sector empresario se traduce en los $245.094 que ofrecieron para el mes de julio, en contraposición con los $480.000 propuestos por la representación de los trabajadores. Esperamos que el Gobierno Nacional no convalide automáticamente este vergonzosa oferta que pocas soluciones traería a los sectores que más lo necesitan”.

Frente a la decisión de la CGT de no participar del ‘diálogo tripartito’, el Secretario de Trabajo respondió: «Ojalá la CGT reflexione sobre esta posición, debemos avanzar en normativas y consensos que son esenciales para una Argentina que convierta en realidad sus propios sueños de grandeza».

En tanto, los gremios analizan cómo seguir el plan de lucha y si participarán de manera oficial como CGT en la marcha prevista para el 7 de agosto por Pan, Paz y Trabajo a San Cayetano.

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Luciano Galfione: “Nos preparamos para una Argentina productiva y hoy tenemos 6 de cada 10 máquinas de última generación paradas”

En una semana en que las cifras de despidos y cierres por la recesión ha puesto una señal de alarma con unas 10.000 pymes que debieron bajar la persiana en el primer semestre, LCV conversó con uno de los principales exponentes de la UIA Jóven. Cómo se formaron, su historia familiar, la relación con los trabajadores y sus perspectivas de futuro. Nora Anchart conversó con Luciano Galfione en un reportaje que recorre los altos y bajos de la industria nacional en Argentina y cómo lo vivieron los hijos de aquellos pioneros fundadores.

Presidente de la organización textil Pro-tejer, Luciano Galfione forma parte de la nueva generación de empresarios que heredaron la pasión de sus padres y abuelos, fundadores de la industria nacional. A los 23 años se recibió de ingeniero electrónico y, con poco más de 40, se convirtió en director de la empresa familiar textil Galfione y asociados, que lleva más de 75 años en el mercado alcanzando 150 empleados.

Hoy tiene la responsabilidad de mantener en pie este emprendimiento familiar en donde se crió. El taller de la fábrica era su parque de diversiones infantil. No son tiempos fáciles. Confiesa que se vio obligado a achicarse y efectuar algunos despidos: “Es tremendo. Yo no tengo un abogado que mando a hablar con cada persona y yo me voy y que le diga que se quedó sin trabajo. Voy yo y pongo mi carita, adelante de cada uno que lo conozco, le conozco a la esposa, a los hijos… Es tremendo, se me va un pedazo de mi cuerpo cuando hago eso. No sé si se entiende, porque es muy difícil de de llevar adelante esa situación. Es horrible.”

Su participación en la vida política industrial comenzó en el 2004 cuando se incorporó a la Fundación Pro-Tejer invitado a participar en la creación de un programa denominado “Nueva Generación Textil”. Junto a Tommy Karagozian y otros jóvenes emprendedores, en el 2012 crearon la UIA Joven. Además de la conducción de la empresa familiar, también creó su propio emprendimiento, “Manos Andinas”, una fábrica de ropa autóctona, con base en Catamarca, que utiliza fibras naturales de oveja, llama, guanaco y vicuña.

Al asumir como presidente de Pro Tejer, en el año 2022, declaró sus objetivos en el cargo: acercar a las nuevas generaciones, formar cuadros jóvenes, reivindicar el rol de la mujer en la toma de decisiones, mantener a la industria textil en el centro de la agenda industrial, y establecer reglamentos técnicos que permitan competir de manera igualitaria sin depender de las políticas de turno.

LCV: ¿Cómo empezó Galfione y compañía?

—Viene todo de una historia familiar de inmigrantes, obviamente, donde mi abuelo, paradójicamente, tenía campos en Santa Fe, y por ese entonces, en el año 47, en un país donde se veía que el futuro era industrial, y producir iba a ser a lo que la Argentina se iba a dedicar, decidió vender esos campos junto con su madre, y se vinieron a la ciudad. Pusieron una fábrica y así empezaron de a poquito. La fábrica de medias terminó transformándose en una hilandería, y así fueron creciendo al calor de nuestro país, con todos los idas y vueltas que tuvo. Después se incorporó mi papá -mi abuelo Hugo se murió cuando mi papá era muy joven- entonces mi papá se tuvo que incorporar con mi abuela, muy, muy joven también, a reconstruir de vuelta toda la empresa.

LCV: ¿Eso en qué año? ¿En qué año a tu padre le toca la parte de la reconstrucción?

—Mi papá estaba terminando el secundario. Así que calculo que fue en el 68.

LCV: Dictadura de Onganía, estamos hablando de ese proceso económico.

—Claro, sí, y mi papá después vivió todas.

LCV: ¿Qué te contó tu padre de la reconversión económica de Martínez de Hoz?

Mi papá las sufrió todas. Se cayó y se levantó como el ave fénix. Por cada una te puedo contar todas las historias, no solo la dictadura, después vino la hiperinflación, después vino el menemato y le agarraron los bones 82, los bones 89, el corralito, y así sucesivamente hasta que después nosotros con mis hermanos, hoy somos tres hermanos que también nos incorporamos a la empresa, ya la primera generación profesional. Siempre reinvirtiendo todas las utilidades de la empresa en pos de poder crecer y demás. A los hijos nos tocó el macrismo y de vuelta volver a recomponer con pandemia incluída. Bueno, lo que vive la Argentina y lo que viven los empresarios pymes. Para nosotros la empresa es parte de nuestra familia, los trabajadores son parte de nuestra familia, y hay que conocer y estar y saber lo que es llegar a fin de mes y tener que pagar los salarios, independientemente de que nos vaya bien o nos vaya mal, porque para nosotros los trabajadores no son un número o un legajo, sino que son familias que conocemos todos, sus hijos, sus esposas, sus esposos, lo que sea. Es lo que sabemos hacer, lo que me enseñó mi papá, lo que a mi papá le enseñó mi abuelo, y así, a trabajar, a producir, a reinvertir lo que uno gana. Nuestro mayor orgullo es cuando podemos generar más y más empleo, generar más y más trabajo argentino. A eso nos dedicamos.

LCV: Tus hermanos y vos son la primera generación de profesionales. ¿El trabajo y el estudio estuvo ligado en tu familia? ¿El estudio, que ustedes fueran profesionales, era un valor alcanzado?

—Por supuesto, como siempre, como todo padre con su hijo quiere que a su hijo le vaya mejor que a uno. Mi papá lo que siempre priorizó en nosotros fue eso, que pudiésemos estudiar, que tuviésemos todas las herramientas para poder progresar y después cada uno fue eligiendo. En el caso nuestro salimos todos técnicos porque nos encantaba, mi papá nos llevaba a la fábrica desde chiquitos, y bueno, le salieron todos ingenieros porque lo llevamos en la sangre. Es muy difícil de explicar a veces porque hay que vivirlo, pero bueno, con lo bueno y con lo malo, ¿no? Porque nosotros terminábamos la escuela y al otro día que terminábamos la escuela nos íbamos a la fábrica. Como hay chicos que por ahí van a jugar la pelota, nosotros íbamos a jugar con los carritos entre las máquinas y esa es parte de nuestra historia y uno la empieza a meter dentro de su propia sangre y después la empresa ya pasa a ser algo más que un simple trabajo.

LCV: ¿Están casados? ¿Tienen hijos? ¿Tienen la idea de la continuidad, de dar la pelea? Digo, ¿hay este estilo de transmisión así tan potente y luchadora?

—A nuestros hijos se nos hace un poco más difícil, ¿sabes? Porque a diferencia quizás de la generación nuestra, donde la empresa estaba muy en crecimiento, y que a pesar de todos los vaivenes, nosotros tuvimos la posibilidad de estudiar y sobre todas las cosas, transformar la empresa para que trabaje en forma profesional, porque me parece que las empresas familiares muchas veces mueren en las terceras generaciones porque no se profesionalizan. Por ahí los familiares se van incorporando solo porque son hijos de, y me parece que hoy las empresas que trascienden son las empresas que están profesionalizadas, las empresas que no dependen de que vos seas hijo de, porque a veces hay tipos que son mucho mejores que uno, y además hacen carrera dentro de las empresas. Lo más importante es que tiene que ver con la proyección de los colaboradores de la empresa, porque si no pareciera que no importa mucho el esfuerzo, si total va a venir el hijo del dueño y me va a reemplazar.

LCV: Yo tuve oportunidad de estar en un desayuno de trabajo con ustedes, y a mí me impresionó la parte de la formación profesional, el tema de que ustedes formaban a los trabajadores, intentaban, o que habían intentado generacionalmente a lo largo de la historia constitutiva de estas empresas transformar esos trabajadores. ¿Esto sigue sucediendo?

—Sí, por supuesto. Eso es parte del entramado pyme y el entramado pyme que va trascendiendo generaciones. Los que trascienden las generaciones son las que hacen este trabajo, que no depende después de que esté el fundador o el hijo del fundador para que la empresa siga viviendo. Eso requiere toda una inversión en el capital más importante que tenemos que es nuestra gente. Primero que mi papá tuvo la gran fortuna, que capaz que tuvo tres hijos varones, que entonces con la parte industrial es como que estabamos ahí y encima los tres hijos varones le salieron técnicos, y después le salieron ingenieros, entonces tuvo una gran fortuna. Ya nosotros hermanos, tenemos hijos, hijas. Mi hija sigue nutrición, por ejemplo. Entonces, ya que por ahí pueda venir la empresa a hacernos el menú para los trabajadores y demás, después empieza a ser más difícil. También nosotros somos respetuosos de las elecciones y a eso hay que sumarle que los pibes hoy, a diferencia de nuestra época, que por ahí todavía no nos podemos ir tan atrás, pero sí es verdad que en muy poco tiempo la sociedad ha cambiado muchísimo. El acceso que hoy tienen los pibes a tanta variedad de cosas, tecnología y demás, y viendo lo que sus padres vivieron, porque esto es una realidad también, a veces prefieren elegir otra cosa, que está muy bien, porque dicen mi viejo se la pasa laburando como una bestia.

LCV: Igual entienden tu pasión, seguramente.

–Absolutamente. Eso es lo que uno más transmite la pasión, la vocación y demás. Pero también ven la realidad. Entonces dicen: Mi viejo se rompe el alma y cada cuatro, ocho, no sé, lo cagan a trompadas.

LCV: ¿Cuántas máquinarias importantes tuviste en el momento de apogeo? Cuántas están funcionando hoy en medio de este, yo creo que es un industricidio, pero no sé, vos me dirás si me equivoco.

—Hoy la situación de nuestro sector es muy compleja. Nosotros en la empresa tenemos un montón de máquinas, pero como para que la gente un poco se haga un número, hoy nuestro sector, de cada 10 máquinas, tiene seis paradas. Un sector que en los últimos en tres años, invirtió más de 1400 millones de dólares. Una serie que no tiene historia, una serie histórica que no se tiene memoria. El sector está tecnificado, el sector está en la frontera tecnológica e hicimos todos los deberes, porque como es un entramado esencialmente pyme, cada vez que a nosotros se nos dio la posibilidad y se nos dio la oportunidad de aumentar nuestra capacidad productiva, tener mercado y demás, allá fuimos e invertimos. Eso es lo que hizo nuestro sector en los últimos tres años. Hoy se han materializado durante el año pasado y este año todas las inversiones, y la verdad que estamos materializando museos.

LCV: ¿Por qué museos?

—Porque nos preparamos para una Argentina productiva, para una Argentina con consumo, y hoy tenemos seis de cada diez máquinas paradas. Máquinas 2023.

LCV: ¿Hay alguna luz por algún lado? ¿Hay alguna esperanza?

—Nosotros, esencialmente, tenemos nuestro mercado en la gente, en el mercado interno. Entonces, en la medida cuando nuestra sociedad pierde poder adquisitivo, al sector textil le va mal, porque el textil es la segunda cosa más importante que utiliza el hombre para vivir, porque la primera es alimentarse, la segunda es vestirse. Pero vos podés usar la ropa del año pasado, entonces cuando te va mal, dejas de comprar ropa. Y de la misma manera, cuando te empieces a ir un poquito mejor, lo primero que hacés es cambiar la remera, cambiar una zapatilla. Entonces, siempre decimos cuando al sector textil le va mal, a la Argentina le va peor, y hoy al sector textil le está yendo mal. Básicamente porque a ninguno de los argentinos, porque además de ser empresario, soy trabajador y a mí tampoco me alcanza el dinero para vivir. En este contexto y con esta utilización de la capacidad instalada, ninguna de nuestras empresas puede ser rentable. Entonces, estamos pasando una situación compleja que ¿cómo se revierte? Cuando la gente tenga un poder adquisitivo un poco mayor, ahí recién se va a reflejar en la actividad.

LCV: ¿Vos crees que eso puede ser posible en el término de los próximos tres años?

—Ojalá que sí, porque si eso no ocurre en el muy corto plazo, a mi criterio, la sociedad no lo va a poder sostener. O sea que yo deseo fervientemente por mi país, deseo eso por mis hijos, por mis colegas. Deseo fervientemente que eso ocurra lo más rápido posible, pero no está en mí esa posibilidad, porque yo estoy convencido que el primero que puede revertir la situación y lo más rápido siempre, como en cualquier lugar del mundo, no es en la Argentina, es el Estado, es el que más poder tiene y el que debe trazar el sendero hacia adelante.

LCV: Claramente. ¿Ustedes qué producen?

—Nosotros producimos hilados y tejidos de fibra sintética, básicamente, que se utilizan para conjuntos deportivos.

LCV: Esto tuvo su momento de apogeo si no me equivoco, en La Rioja y en otros lugares con algunas empresas que se habían afincado.

—Eso es más en el norte de Argentina. El norte en general tiene todo el entramado algodonero. Nosotros hacemos todo de fibra sintética, que es todo lo que usa para camisetas de fútbol y demás, que es derivado del petróleo, más de los plásticos y del poliester y todo eso, que cada vez se usa más en el área deportiva.

LCV: ¿Exportación con las leyes de Milei? ¿Cómo venimos?

—Las exportaciones hoy para nosotros son complicadas, porque la Argentina, paradójicamente, en este contexto, es cara en dólares. Entonces, no hay manera de ser competitivo en esta circunstancia. Además que estamos complicados a nivel impositivo, a nivel de costos internos y encima con un tipo de cambio retrasado a lo que tiene que ver para la exportación. Hoy estamos fuera de precio y con tarifas que están muy caras en dólares. Es muy difícil, porque por eso yo lo que digo es: nosotros hicimos todos los deberes. Contratamos gente, la capacitamos, pusimos las mejores máquinas del mundo, pero nosotros no manejamos ni la tasa de interés, no manejo las tarifas, no manejo el tipo de cambio, no manejo nada. Yo sé hacer lo que tengo que hacer.

LCV: Y desde ahí estás dando tu opinión. ¿Sentís que los escuchan?

—En principio, por lo que está ocurriendo, no. Nosotros tenemos contacto. No es que no tenemos contacto, hay gente con la que dialogamos en la Secretaría de Industria y todo. Pero bueno, el Gobierno, independientemente del diálogo, a veces hacen falta acciones concretas que modifiquen la realidad, porque el Gobierno, digamos, está en una postura que está muy bien, no digo que no, en la facilitación del comercio. Ellos quieren facilitar el comercio, destrabar burocracia y demás. Eso me parece que está muy bien, pero todo eso se hace en la medida de que vos tengas trabajo. Porque nosotros fuimos cuatro pasos para atrás.

LCV: ¿Has tenido que despedir, Luciano?.

—Sí, nosotros sí hemos tenido que achicarnos.

LCV: Duele.

—Es tremendo. Yo no tengo un abogado que mando a hablar con cada persona y yo me voy y que le diga que se quedó sin trabajo. Voy yo y pongo mi carita, adelante de cada uno que lo conozco, le conozco a la esposa, a los hijos, le conozco a todo el mundo. Es tremendo, se me va un pedazo de mi cuerpo cuando hago eso. No sé si se entiende, porque es muy difícil de de llevar adelante esa situación. Es horrible.”

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Despidos NN: las cifras que no llegan a reflejar la gravedad de la crisis.

Según el último informe del CEPA (Centro de Economía Política Argentina) en el primer semestre de 2024 hubo más de 160.000 despidos contando los del sector privado y el estatal. Sin embargo, la información oficial del BCRA indica que en los últimos meses se cerraron 350.000 cuentas sueldos, cifra que duplicaría la informada por CEPA, posiblemente contando retiros más compulsivos que voluntarios. Construcción e industria son los sectores más perjudicados pero no los únicos. La recesión salpica a la sociedad toda, grandes, medianas y pequeñas industrias. En apenas seis meses se extinguieron 10.000 empresas pymes, según denunció la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (Enac) a través de un documento preparado para el 9 de julio. Se “está destruyendo 50 pymes por día, en una Argentina sin plan ni rumbo económico que genere certidumbre sobre el clima de negocios”, explicaron.

Uno de los cierres que más impactó en los últimos días fue el de una marca que remueve la memoria identitaria de la sociedad: la fábrica Canale. Sí, la de las galletitas, aquella que todos llevamos en nuestra memoria con su publicidad de familias de clase media reunidas, felices en torno a una mesa. Eran los sesenta. El siglo XXI trajo otros mensajes. A fines de junio la empresa conservadora en latas entre otras cosas, cerró su planta de Mendoza dejando en la calle a 38 empleados.

Cifras que no sólo son números. Implican la destrucción de una red de producción nacional. Bien vale detenerse en el significado histórico de éstas pérdidas. Un proceso de desarticulación industrial que no fue de la noche a la mañana y tiene nombres y apellidos.

Canale

José Canale fue el inmigrante genovés que llegó a la Argentina en 1860 y abrió una panadería en pleno San Telmo: Defensa y Cochabamba. El negocio fue viento en popa y hacia finesl del 800 ya se había ganado un nombre. José -Giusseppe- murió y su viuda e hijos se hicieron cargo del negocio familiar. La panadería original se convirió en una fábrica de galletitas. Nacía el bizcochito Canale. En 1910 pegaron el gran salto y se transladaron al histórico edificio frente a Parque Lezama que inundaba con su perfume a galleta horneada el barrio entero.

La fábrica de bizcochos Canale frente a Parque Lezama.

La fábrica creció y sumó productos: fideos, mermeladas, conservas y harinas, hasta que llegó la dictadura. El plan de Martínez de Hoz un un incendio los puso al borde del abismo que lograron superar tercerizando la producción durante un par de años. Recién en 1986 comenzaron a levantar cabeza pero las ventas no alcanzaban. Fue entonces que apareció Franco Macri, dueño de Socma, que a modo de ‘salvataje’ compró el 71% de la empresa. Eran los noventa. La empresa se diversificaba y a las galletas se le sumaban las latas. Tres plantas tenía Canale por entonces: Mendoza, Río Negro y Mar del Plata. No hubo caso, el menemismo invitaba a los inversores extranjeros a quedarse con las empresas argentinas en dificultades y las firmas pasaban de dueño con una rapidez nunca antes vista. Primero la compró la estadounidense Nabisco, luego Kraft, finalmente Alco se quedó con les compró la planta de hojalatas de Mendoza, mientras Kraft siguió con las galletitas. Los fideos Canale fueron adquiridos por Molinos Río de la Plata en 2014, quien también compró Vizzolini y Don Felipe.

Hace rato que el perfume Canale había desaparecido de San Telmo. El emprendimiento de don Giusseppe creció sin límites durante casi cien años y fue descuartizado en medio siglo. Hasta que llegó una nueva crisis, en el 2019, fin de Menem, asunción de De la Rúa. De la icónica fábrica nacional solo quedaba una planta enlatados en la provincia de Mendoza que quebraba y una agroindustrial mendocina, AVA, la compraba por 378 millones de dólares. La marca se mantuvo a pesar de los diversos dueños. El espíritu del panadero que la fundó había muerto hacía rato.

Despidos NN

Los casos aportados por el informe de CEPA dan cuenta de cómo influye también en grandes empresas el incierto programa económico del gobierno. Por la merma en la construcción fabricas de insumos sanitarios suspendieron y despidieron personas. FV decidió paralizar su producción por tres meses y suspender a 800 obreros de su planta en Pilar, provincia de Buenos Aires. Por su parte, Ferrum (la mayor fábrica de sanitarios de cerámica del país), ya despidió 100 trabajadores en lo que va de 2024. Los despidos masivos llegaron también al Grupo Techint que en junio despidió a 200 trabajadores de la planta Tenaris Siat de Valentín Alsina.

La danza de números continúa con la industria de electrodomésticos debido a la baja de aranceles para la importación de heladeras y lavarropas. Whirlpool tuvo que hacer a menos de 60 trabajdores del parque industrial de Pilar, y Briket, ya despidió a 300 obreros este año. Los metalúrgicos afirman que ya tuvieron 450 despidos en el sector, los textiles 470, alimentación 110, más de 3.600 en construcción, y sigue la industria química, automotrices, supermercadistas, y comercios de todo tipo.

Desde ya, es de público conocimiento la reducción de la planta estatal que ya suma más de 20.000 despidos y continúan anunciando que llegarán a 75.000. Hasta aquí sólo sabemos de números. Del famoso axioma menemista de ‘estamos mal pero vamos bien’. Imposible contabilizar la cantidad de pequeños emprendimientos que debieron cerrar sus puertas.

Aquí, un ejemplo al azar de aquellos que soñaron con un emprendimiento y el sueño les duró poco.

Cierra la conocida cervecería Schalke.

El local de La Plata lo anunció a través de las redes sociales y se suma a otros locales que también se despidieron en las últimas semanas.

La cervecería de 64 entre entre 13 y 14 cierra sus puertas tras 6 años en la zona de #ParqueSaavedra y sus dueños lo confirmaron a través de las redes, donde dejaron un breve y sentido mensaje para sus clientes, profundizando la crisis del sector.

“¡Hola amigos! Con mucha tristeza, queremos comunicarles el cierre del local. Estamos eternamente agradecidos por estos 6 años maravillosos que pasamos juntos”, escribieron en una publicación en Instagram que rápidamente se llenó de comentarios de clientes sorprendidos.

Santa Fé

En las provincias la situación es dramática. La generalmente pujante provincia de Santa Fé anunció que están viviendo “una situación recesiva donde hay caída de actividad prácticamente todos los rubros”, tal como indicó el secretario de Trabajo de Santa Fe, Julio Genesini,  quien se lamentó que “mes a mes se van dando una tendencia de pérdida de puestos de trabajo”.

Despidos y suspensiones son las formas en las que se expresa la crisis de consumo y producción en la provincia. Ya son 85 empresas que optaron por la suspensión de 11.000 trabajadores suspendidos. En la medida de lo posible intentan evitar la desvinculación laboral manteniendo algún porcentaje del sueldo hasta que la situación se disipe.

El Secretario de Trabajo provincial, afirmó en una entrevista al diario La Capital: “A fines de abril había alrededor de 6.500 desvinculaciones que se tramitaron ante el Ministerio de Trabajo. Si vemos los números del empleo registrado hay una caída interanual de 1.77 puntos, eso es un poco más de 9.000 puestos de trabajo. Si tomamos diciembre hay un poco más porque había alrededor de 522.000 trabajadores registrados y ahora estamos en 512.000”, apuntó y resaltó: “Hay un impacto en el empleo que se verifica en suspensiones y en algunos casos de pérdida de puesto de trabajo”.

A nivel nacional se conoció el viernes pasado que entre el 10 de diciembre de 2023 y el 4 de julio se tramitaron más de 38.000 procedimientos preventivos de crisis en el Ministerio de Trabajo de la Nación, un 40% más que en el mismo período del año pasado. Así lo señalaron fuentes de la cartera laboral, en el contexto de una crisis que se llevó ya 144.000 puestos de trabajo en el sector privado registrado.

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