fbpx
Connect with us

Historias de trabajadores

Reabre el frigorífico recuperado La Foresta y estrenará una carnicería móvil

El frigorífico recuperado La Foresta volverá a ponerse en funcionamiento e inaugurará una carnicería móvil para adherirse al Plan Argentina Contra el Hambre.

Tras diez meses cerrado por una denuncia ambiental, el establecimiento empleará 120 trabajadores para la primera faena, en la cual se envasarán hamburguesas y se ultimarán los detalles para utilizar la carnicería móvil. Los meses sin actividad no quitaron las ganas ni la necesidad de trabajar. Marcelo Yaquet, trabajador de La Foresta, asegura que la clausura “no fue algo lógico; ni siquiera fue una ONG de la zona, de Virrey del Pino o de La Matanza”.

La organización que realizó la denuncia está ubicada en Villa Gesell, utilizó abogados de La Plata para una causa que terminaría en un juzgado de San Martín. Ahora que sortearon este rompecabezas judicial, los empleados tienen una gran cantidad de proyectos para realizar.

Una de sus principales inspiraciones fueron las diferentes medidas realizadas por los trabajadores de la tierra, como los Verdurazos de la UTT. Gracias al Foro Agrario, Soberano y Popular lograron ponerse en contacto con representantes de diferentes sectores y planean generar un movimiento que articule a diferentes sectores de la economía popular.

«La idea es tener un precio accesible y plantear que desde los trabajadores podemos ir a los barrios para el consumo de carne vacuna. Creemos que va a ser un aporte de hecho a la política del gobierno nacional del programa Contra el Hambre», aseguró Yaquet en diálogo con ANSOL.

Además, el trabajador adelantó la posibilidad de crear una “red de carnicerías populares” para que la gente pueda tener “una carne accesible” y “discutir con el gobierno y los ministerios y el Senasa cómo avanzar con una carne agroecológica”.

Seguir leyendo
Comentá

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Destacada

Sebastián Ablin: “Ya no quiero resistir, quiero avanzar”

Después de los 15.000 avisos de despidos de empleados estatales -todavía está en discusión si un mail vale como un telegrama- LCV decidió ir al encuentro de las personas que componen esa cifra espeluznante. Detrás de ella hay historias de vidas, gente que laburó desde siempre, en diversos oficios y circunstancias. Algunos, grandes talentos, que se destacaron en áreas de lo más diversas. Hoy presentamos a Sebastián Ablin, uno de los queribles personajes de la Biblioteca Nacional que acaba de perder su trabajo: talentoso, creativo, se destacó en la primera de River en su adolescencia, descubrió la música, allá por el 2001 fundó Choque Urbano, en el 1998 empezó a trabajar en la Biblioteca Nacional. Supo del placer de poner el corazón con toda la libertad que ofrecía Horacio González. La semana pasada se enteró que ‘formaba parte de la lista”. Angustia y volver a empezar. Por ahora, se metió en Uber para sobrevivir. Seba, un capo también en la cocina.Hasta en el MasterChef del 2005 estuvo! El Estado se lo pierde, no es fácil encontrar un empleado con ese empuje. No quieren trabajadores, quieren burócratas. Si no, fijate todo lo que Sebastián y sus compañeros le regalaron a la Biblioteca Nacional a pesar de los embates y los agravios. Asomate a esta Historia de Trabajadores. Talento para dar y regalar.

LCV: Sebastián, ¿Cómo estás? Yo te presenté así, como una persona que había transitado un montón de lugares. Futbolista, MasterChef, Choque Urbano.

—Sí, también toqué cumbia con los chacales. También toqué en un grupo de folclore rock que se llama Arbolito, antes de tocar con el choque. También me fui a jugar al extranjero al fútbol.

LCV: ¿Dónde jugaste al fútbol?

—En Israel.

LCV: ¿Cómo llegas a ser jugador de fútbol en Israel?

—Empecé con el sueño de la gran mayoría de los pibes y pibas. No sé si todas las pibas quieren, pero ahora las pibas también quieren y bienvenidas sean. Me gustaba el fútbol de chico y ahí me fue prontamente rápido con River. De todas formas, tenía un problema de sensibilidad en general, y era bastante vulnerable a las críticas así que no duré mucho en el fútbol y me volqué por la música, que era bastante más amable y más social y no tan exigente y no de tanta competencia.

LCV: Vos decís eso de que eras un poco sensible a las críticas y yo me imagino que las críticas eran los barras gritando desde las hinchadas y no la crítica de un crítico que escribe en un diario.

—A veces ninguna de las dos. Muchas veces son las propias críticas de uno mismo o las situaciones familiares. Era muy exigente conmigo mismo y era muy sensible frente a las situaciones de vestuario. Es un ambiente complicado el fútbol si no estás muy convencido de que eso es lo que querés hacer con tu vida. Es difícil. Aparte, pensá que sólo el 15 % de los afiliados a AFA viven del fútbol. O sea que hay un 85% del resto de los jugadores federados en AFA que tienen que hacer cosas paralelas para seguir subsistiendo, digamos.

LCV: ¿En qué puesto jugabas?

—Marcador de punta ofensivo.

El joven Sebastián Ablin en la primera de River

LCV: Contame cómo llegas, entonces, primero a Arbolito o al Choque Urbano.

—Primero Arbolito, allá por 98, paralelamente al ingreso a la biblioteca, en mayo del 98. Yo ingreso en la biblioteca como contratado de locación en esa época. Esa época también empezaba a tocar con Arbolito, toda la etapa previa al 2001, la última parte del menemato. En ese contexto es donde empecé a tocar en Arbolito, que hasta el día de hoy es un grupo con mucha presencia en las calles, siempre bien plantado, siempre diciendo lo que tiene que decir. Al mismo tiempo empecé a desarrollar con mis hermanos Choque Urbano, y empezó a funcionar paralelamente Arbolito. Tanto es así que en un momento tuve que dejar Arbolito y allá por el 2003 también renuncié a la biblioteca, porque se me hizo imposible llevar las dos cosas. Entonces desde 2003 al 2009 yo me dediqué a tocar con el Choque, a girar por bastantes lugares, bastantes lugares por el mundo, como Corea, Siria, Italia, Holanda. Después en el 2009, cuando la biblioteca empezó a ser distinta y yo empecé a ser más grande, ser distinta significa que los contratos de locación de obra pasaron a ser resolución 48, y yo tenía una necesidad más de formar familia. Hice las gestiones necesarias y volví a ingresar a la biblioteca ahí con la resolución 48. Y ahí ya me aboqué de lleno a la biblioteca y lo demás era satélite, digamos, colaboraba cuando podía.

LCV: Choque Urbano entonces es una suerte de emprendimiento familiar

—Sí.

LCV: ¿Cómo nace? ¿A quién se le ocurrió?

—Allá por el por el 2000, 2001, con la movida de diciembre se disuelve un grupo que existía en La Boca, que para esa época se llamaba Caturga, era un grupo nacido del grupo Catalina Sur, allá de la zona de la ribera, de la zona de donde es Trueno. Ese grupo termina su ciclo y dentro del seno de ese grupo ya se formó entre hermanos, cuñada y algunos integrantes del grupo anterior, el Choque Urbano. El nombre remite a la época, cada uno le da el significado que quiere. Y ahí empezamos a tocar con objetos no convencionales en plazas, los 19 y 20, la marcha de las Resistencias.

LCV: Los 24 de marzo también estaban.

—Los 24 de marzo se nos hacía más complicado, porque se nos hacía difícil desfilar o caminar con los tachos. A veces colaboramos alguna vez con la chilinga pero siempre estábamos en presencia o del choque o de civiles, digamos, para decirlo de alguna otra forma. Ahí comienza a funcionar el choque, empieza a ir bien. Empezamos a estar en el en Carlos Regazzoni ahí en Retiro, empezamos a vender tickets. Y bueno, en esa época nos ve León Gieco y nos lleva a Luna Park, nos hace tocar con él, ahí nos ve un productor. Y digamos que entramos como por un tubo. Tuvimos como unos 15 años de muy buen nivel de trabajo general. Ahora ya tenemos 23, con cuatro obras de teatro, con algunos premios, con muchos viajes, y ahora tocando en máquinar maquinal, una formación de cuatro personas, una formación nueva que se llama trash. Trash.

Choque Urbano festejando sus 20 años en Vorterix. Año 2022

LCV: ¿Qué hacías en la Biblioteca Nacional?

—En la Biblioteca Nacional hay un auditorio para 205 personas en el corazón del edificio, los momentos de mayor contenido, se realizan conferencias, charlas, debates, presentaciones del libro, cine, teatro, música. Ejemplos concretos, los manuscritos de Spinetta en aquella época, todos sus músicos, los dibujos del indio, los ciclos de Evita. Bueno, ahí se realiza todo, todo lo que yo lo que hacía ahí era sonido, luces y vídeo. Ese era mi trabajo.

LCV: Un trabajo fuerte porque hacías el vídeo de esas situaciones.

—Lo que me tocaba a mí de vídeo era la instalación de los cañones, de la pantalla, la operación del audio. Después el área de registro de vídeo dependía de comunicaciones. Nosotros también editábamos audio.

Una de las tantas puestas en el Auditorio BN en las que trabajaban Sebastián y sus compañeros de sonido e iluminación

LCV: ¿Cuántos años hiciste este trabajo?

—Este trabajo yo lo vengo haciendo desde mayo del 98.

LCV: Con muchas variables, con ese breve interreño, y después volviste ¿hasta qué día del 2024?

—Hasta el miércoles este de Semana Santa, en donde a todos nos llegó un mail. Cada vez nos corren la vara más, ¿no? Como que cada vez es más digitalizada la comunicación. Ya no hay ni siquiera un motivo o alguien que te diga bueno, te vas por esto. Es simplemente un mail.

LCV: No hay una persona que pone la cara.

—No, todo llega por ese maldito aparato llamado celular.

LCV: ¿Qué decía el mail?

—Que por un artículo 9 sobre la resolución 25 no sé cuánto, no se me renovaba el contrato a partir del 1 de abril.

LCV: Y no te decían en función de qué cosa ya no eras operativo.

—No. No te dicen ningún motivo, o sea que uno se va sin saber por qué. A algunos les inventan inasistencias, o llegadas tarde, de las que nisiquiera se enteraron, no hay aviso previo ni admonición. Los compañeros están viviendo bajo régimen de terror. Ya no salen a comer afuera porque si llegás 1 minuto tarde perdés el presentismo. Nadie está en condiciones de perder esa suma. Hay un control casi carcelario en entradas y salidas. Igual, su función es despedir, y van a encontrar cualquier excusa.

LCV: Igual, Sebastián, te voy a pasar un datito para nutrir aún más esto que estás diciendo que es tan razonable. Hay contrataciones en el Estado, en muchas partes del Estado, que tienen la mitad de su sueldo remunerativo y la otra mitad del sueldo es un incentivo. El incentivo, que reviste muchísimas características, en algunos casos de horas extras y en otros, es el incentivo, porque sos un empleado excelente que no faltó, no se enfermó, no fue nunca. Con lo cual, es tan mentiroso esa historia también, el dibujo que hacen, porque uno que peleaba por la total remuneración, o sea, que todo sea remunerativo, decías, porque en algún momento esta historia de que todos tenemos la salud de Highlander y nunca faltamos y nunca nos pasó absolutamente nada, se va a volver en contra, porque alguien va a venir a usar ese tema. Y bueno, lo están usando el tema, para ir revisando ese 50% que el Estado negreaba de los sueldos de muchos empleados estatales en muchas reparticiones.

—Sí, sin duda. A nosotros ya hemos sufrido la época del Pro. La biblioteca en la época de Horacio González se había constituido en un colectivo hermoso, para adjetivarlo concretamente, en donde no había molinetes, en donde la gente entraba a la biblioteca con muchas ganas de colaborar y realizar su trabajo, porque encontraba muchos “sí” frente a sus propuestas y cada uno en su área estaba lleno de contenido para sentirse realizado. Entonces, no había una necesidad de control o de sistema a través de molinetes que hagan que la persona se sienta absolutamente coartada y controlada en cuanto a su entrada y salida. Esto significa entrada y salida, no es irse a la casa, significa salir a comprar algo, salir a almorzar, salir a fumar un cigarrillo. Después empezó a contarse el tiempo no por producción sino por el molinete.Empezaron a agarrar de cualquier excusa, de controlar. Cuando vino el macrismo, todo ese colectivo se desvirtuó y cada uno empezó a jugar su propio partido con la idea de sostenerse lo máximo posible en el trabajo. Miedo a perderlo, miedo a hablar.

LCV: Hoy estaba diciendo Laura en su editorial un pensamiento que a todos nos ronda y que era que en aquel momento, en el momento de los despidos del macrismo, había una situación de mucha bronca por el despido de los compañeros y de un poco más de unión en la pelea para las reincorporaciones. Y hoy, el sentimiento que uno ve es casi el del alivio cuando ves que no estás en la lista y esto también marca un cambio cultural importante, que no sé si tiene que ver con el miedo o tiene que ver con la tremenda situación económica, no sé con qué. ¿Vos qué pensás?

—Yo opino que no solo es un cambio cultural, sino que es una derrota cultural. Creo que a partir de la pandemia, cierta y real, concreta, se rompieron un montón de lazos muy fuertes en donde la información fluyó a través de los teléfonos y la gente empezó a masticar cualquier cosa. En la biblioteca pasó lo mismo. Ahora parece que nos acostumbramos a que existan listas. Esta palabra de listas se remite a cuestiones de Primera o Segunda Guerra, y se naturaliza y se vive. Uno está con miedo de contar, de hablar de cómo se siente, de lo que opina, de cómo cree que funcionan los sindicatos, de si se siente protegido, de cómo estuvo tanto tiempo con un contrato que a esta hora ya no sirve para nada si lo rescinden. Entonces, ¿qué hace? No sabe si volcar el sentimiento, si jugar la de uno, si entregarse al sindicato en el sentido de decir dependo de lo que ustedes quieran. Entonces, cada uno juega su partido. La gente más joven en las asambleas está sorprendida por lo que ve, porque reclama otro tipo de actitud. Los sindicatos pareciera ser que hacen lo que pueden, y los trabajadores la pagan, como siempre. Esa es la situación. Después, en lo individual es bastante angustiante encontrarse a una determinada edad como teniendo que volver a empezar. Yo soy una persona que toda la vida volví a empezar. Lo que pasa es que cada vez que te agarra el empezar a una determinada edad, no es lo mismo a los 20, a los 30, a los 40 y a los 50, que yo voy a cumplir ahora 52. Pero, bueno, ya estoy Uberizado. De tanto quejarme con el teléfono, ya me bajé la aplicación y ya estoy ahí, tratando de ganarme el pan en la calle. Te digo que está bastante difícil.

LCV: ¿Seguís con el emprendimiento de la música?

—Mirá, el Choque sí sigue su camino. Yo en este momento estoy abocado a mi hijo, pero el choque tiene una producción de cuatro integrantes que la rompen, que se llaman Trash, que tocan todos los jueves en el Maquinar Maquinal, ahí en Anchorena y Valentín Gómez. Los primeros 200 tickets son gratuitos a cambio de alimentos no perecederos y la entrada está bastante barata. La propuesta artística es de improvisación, pero sin señas. Siempre hay invitados melódicos como guitarristas, como raperos, como bajistas, tecladistas, de muy alto vuelo, que aportan la parte melódica a los cuatro animales que están ahí tocando un set de mezcla de tachos y de instrumentos también. Así que el Choque es contracíclico. Cuando nadie apuesta o cuando nadie dice no voy a salir a tocar porque voy a perder, el Choque sale y pierde y pierde, y pierde, y pierde, pero siempre va en contra del ciclo para seguir adelante. ¿Sabes por qué? Porque estamos podridos de resistir. Yo estoy cansado de resistir. Cada vez que cambia un gobierno nos dicen: Tenemos que resistir. Y resistir es como que vos agarrás un cachito de algo y le pones algo encima de mucho peso y esa cosa resiste, resiste, en algún momento se parte. Siento como que hace mucho tiempo nos falta dar los pasos adelante a nosotros. Cuando nos toca hacer gobierno, nos cuesta avanzar a más velocidad, sin miedo al análisis. Y yo no quiero resistir más, yo quiero avanzar.

LCV: ¿Cuántos años tiene tu hijo?

—11 años.

LCV: ¿Qué está diciendo de este tiempo que le toca vivir a su papá y a él?

—Me vas a hacer emocionar. Fue muy fuerte el momento cuando le dije que me quedé sin trabajo. No me creyó. Me dijo dale papá no me jodas, y yo me acuerdo que tenía un montón de items preparadas para decir, que tengo Uber y eso, pero cuando no me creyó me desarmó. Todo lo que pude hacer fue respirar profundo para no llorar. Pero acá la estamos viviendo, los hijos re bancan, bancan mucho más de lo que nosotros creemos.

Continue Reading

Destacada

La primera estrella internacional del teatro y el cine argentinos: una entrerriana casi olvidada, por Américo Schwartzman

Este 28 de febrero se cumplen 76 años de la muerte de Camila Quiroga. Nacida en Chajarí, fue una artista enorme del siglo XX, la primera figura internacional del cine y teatro argentinos, a los que proyectó como nadie hacia el continente latinoamericano y hacia Europa, con una visión de avanzada y una trayectoria elogiadísima. Sin embargo su nombre es casi desconocido masivamente, incluso en Entre Ríos.

El nombre de Camila Quiroga me resultaba familiar: mis amistades de Chajarí (como Gustavo Surt) me habían hecho saber de su existencia. Pero no tenía presente en todas sus dimensiones la talla de esta gran artista nacida en Entre Ríos. Fue el querido Jorge Leyes quien, hace poco, me convidó a mirar un documental sobre Camila, titulado “La revelación de nosotros mismos”, dirigido por Gerardo Panero y con producción del mismo Jorge. Ese breve documental me hizo valorar (y enamorarme) de la figura de Camila. En ese trabajo notable aparecen rostros y voces de gigantes que ponen en valor la relevancia de Camila Quiroga. Algunas de esas voces: Osvaldo Bayer, Mario Soffici, Gogo Andreu, Jorge Luz, Octavio Getino, Lydia Lamaison, Beatriz Seibel. Un documental insoslayable realizado en 2008 por Gerardo Panero. La frase que da origen al título del documental es de Gabriela Mistral: Camila, dijo la poeta chilena, “tiene como pocos intelectuales hispanoamericanos, el orgullo de nuestra cultura como conjunto y un ansia de imponer a los que aún nos desdeñan, el respeto hacia la América artística, consagrándola como la revelación de nosotros mismos”. Nada menos.

Olvido y logros de Camila

Cuando uno repasa sus logros se agiganta el asombro por el olvido al que se ha relegado la figura de esta chajariense nacida como Camila Josefa Ramona Passera el 19 de marzo de 1891, en aquel pueblo que aun se llamaba Villa Libertad. Veamos:

· La descubrió como actriz, en Buenos Aires (adonde llegó en 1906) nada menos que Armando Discépolo.

· Fue parte de la compañía de los Hermanos Podestá, donde estrenó “Con las alas rotas” de Emilio Berisso, con más de 350 representaciones.

· Luego creó su propia compañía junto a su esposo Héctor Quiroga, de quien tomó el apellido para su nombre artístico.

· Fue una de las fundadoras de la Asociación Argentina de Actores, inmediatamente después de la llamada “Semana Trágica”, en 1918.

· Realizó giras por América Latina y por Europa, con éxitos destacables especialmente en España, Portugal y Francia.

· Trabajó, entre otros, con Carlos Gardel, Florencio Parravicini, Lola Membrives, Pablo Podestá, Blanca Podestá, Alfonsina Storni y Eva Duarte (todavía no era la esposa de Perón).

· Filmó nueve películas entre 1916 y 1918, hasta su consagración en “Juan Sin Ropa” de 1919, producida por Camila y su marido y dirigida por el francés Georges Benoît. “Juan Sin Ropa” es una pieza de avanzada: marca un hito en el cine social argentino al reflejar las revueltas obreras reprimidas durante la Semana Trágica en enero de 1919.

Afiche madrileño de Camila Quiroga.

Pionera del cine social

“Juan Sin Ropa” es una película sin sonido, filmada en blanco y negro y dirigida por Georges Benoît, sobre el guion de José González Castillo. Se estrenó el 8 de enero de 1919 y tuvo como actores principales a Julio Scarcella, Camila Quiroga y Héctor Quiroga. Con Benoît, que ya era un reconocido director de cine, el matrimonio de Camila y Héctor formó la productora “Quiroga-Benoît Film”.

El guión de “Juan Sin Ropa” fue obra del escritor rosarino José González Castillo, dramaturgo, director de teatro y autor de letras de tango (como por ejemplo “Silbando” o “Milonga en rojo”). González Castillo era anarquista y padre de Cátulo Castillo, para más datos. Sus ideas y su mirada social fueron decisivas en el guión de la película, que no escenifica sino que preanuncia, visionera, lo que se dio en llamar “La Semana Trágica”, la brutal masacre contra los grupos obreros argentinos, en la que fueron asesinadas cientos de personas en la ciudad de Buenos Aires, en en la segunda semana de enero de 1919. Es decir, apenas unos días después del estreno del film.

El protagonista, Ponce, es un trabajador rural que se emplea en un frigorífico y es elegido delegado sindical. Escapa a la represión policial durante una huelga gracias a la ayuda de una joven, que es hija del dueño del frigorífico. Ponce vuelve al campo, donde adquiere prestigio como colono y comienza a bregar por los intereses de los colonos, en especial contra los comerciantes de granos pero también contra el caudillo político del lugar. Mientras, la joven que lo había ayudado es infeliz en su matrimonio con un cerealista, que resulta asesinado. Ponce evitará el despojo a la joven viuda y así ambos realizan su anhelo de dicha.

Quienes estudian la historia del cine dicen que con esta película Camila y Héctor Quiroga inauguran una línea social del cine realista argentino. Por ejemplo, Héctor Kohen dice que “es el primer film moderno del período, tanto por su sistema de producción como por el empleo sistemático de todos los recursos (…). Recursos que Benoit maneja con notable soltura, en especial en las escenas de masas: la asamblea de los obreros del frigorífico, la represión policial a los huelguistas”. Asegura además que “estableció un nuevo rumbo para el cine argentino”.

La película se exhibió también en Estados Unidos, Francia y muchos otros países, incluida España, donde hubo una exhibición especial ante la corte de Alfonso XIII antes de su estreno en el Comedia, de Madrid. En este enlace se pueden ver, con bastante buena calidad, los fragmentos que se pudieron rescatar y restaurar (Juan Sin Ropa en You Tube)

Más hitos de Camila

· Camila Quiroga protagonizó también algunas películas con sonido, donde se puede apreciar su talento actoral: “Viento Norte” de Mario Soffici junto a Enrique Muiño, Elías Alippi y Orestes Caviglia en 1937, y “Veinte años y una noche” de Alberto de Zavalía con Pedro López Lagar y Delia Garcés.

· Trabajó en radioteatros entre 1930 y 1945. En su compañía se desempeñó en 1939, la actriz Eva Duarte, en la obra “Mercado de amor en Argelia”.

· Camila fue condecorada en Portugal, México, Cuba y Chile. En esos países, el paso de Camila Quiroga no solo fue consagratorio sino fructífero: el mundo teatral de cada tierra que pisó se asombró por el hecho de que Camila llevaba obras de autores argentinos, y generó que en América Latina se comenzara a valorar a sus propios dramaturgos.

A tal punto fue estimulante la gira de Camila y su compañía, que en México asiste al teatro Francisco Monterde, escritor mexicano y director de la Academia Mexicana de la Lengua. Era 1925 y fue toda una revelación para Monterde, quien años después la recordará con estas palabras:

“La temporada de Camila Quiroga en México comprendió exclusivamente a autores rioplatenses; esto fue un ejemplo y un estímulo para los escritores e intérpretes del pueblo azteca, por lo que, ante tal ejemplo, se creó la Unión de Autores Dramáticos del México y apareció el grupo de los siete autores”.

En 1923, Caras y Caretas daba cuenta del éxito de Camila Quiroga en México.

Así, la gira latinoamericana de la actriz nacida en Chajarí fue considerado un “despertar” para que artistas y autores de todos los países se atrevieran a escribir y representar historias autóctonas y no exclusivamente autores españoles, como era la costumbre de la época.

Fue también por esa razón que la escritora chilena Gabriela Mistral –Premio Nobel de Literatura en 1945– declaró a Camila: “La primera mujer en considerar a Latinoamérica como una sola tierra”.

Razones del olvido

Camila murió tempranamente, a los 56 años, el 28 de febrero de 1948.

En Chajarí, un museo municipal lleva su nombre y se ocupa de mantener viva su memoria, incluso a través de un sitio de facebook. Está ubicado en una casona antigua construida a fines del siglo XIX por Constantino Saltery, el abuelo de Camila Quiroga. En esa casona nació Camila; tiempo después fue sede del Consulado Italiano, atendido por el abuelo de la artista; allí también funcionó una escuelita particular, reconocida por el Consejo General de Educación de la Provincia y atendida por Adelina Saltery, tía de la artista. Hoy el museo tiene ocho salas y un salón multiuso.

El Museo que lleva su nombre está ubicado en la casona donde nació, en la actual Chajarí.

Camila es ampliamente reconocida por la historiografía del cine como la primera gran actriz dramática de su tiempo, y como la única de proyección internacional desde un país periférico como el nuestro. Sin embargo el desconocimiento masivo de su figura es llamativo.

A partir del trabajo de Panero, Leyes y Hermosa, y en los años recientes, se ha comenzado a producir una lenta pero importante revalorización de la trayectoria y el lugar que Camila Quiroga ocupa en la historia del teatro y el cine de la Argentina.

En un ensayo sobre Camila, la investigadora Eleonora García repasa sus éxitos y logros: “Abundan las críticas favorabilísimas, el otorgamiento de premios y reconocimientos en el exterior: su nombre ha trascendido como el de aquella mujer que hiciera conocer la dramaturgia argentina en el mundo, además de mostrar que nada debíamos envidiar desde las tablas nacionales a las poéticas de actuación que habían dominado Europa en el pasaje del siglo XIX al XX”.

Pero luego se pregunta: “¿Cómo fue que Camila Quiroga se fue volviendo invisible cuando de hecho fue un actor social y político de nuestra vida nacional? Aquí la pregunta que se repite una y otra vez en el campo intelectual: ¿Qué recortes y selecciones van armando la galería de nombres que trasciende y se torna disponible en tanto legado? No tenemos respuestas concretas en lo que respecta precisamente a Camila y a la que hemos tomado, repetimos no con la intención de esculpir un busto mítico sino siendo capaces de desplegar a través de ella un entramado complejo”.

Camila en tapa de revista Sintonia, 1934.

Fuentes utilizadas

· Eleonora García (2018), “Camila Quiroga, voz de mujer. Legitimación de la voz femenina en la poética de actuación de Camila Quiroga”. (Disponible en http://eventosacademicos.filo.uba.ar/index.php/artesencruce/AEIV2016/paper/view/3355/1863)

. Documental “Camila Quiroga: La revelación de nosotros mismos” (2008), dirigido por Gerardo Panero y producido por Jorge Leyes.

· Sitio web www.camilaquiroga.com.ar/

· Claudio Hermosa (2011). Camila Quiroga; Glorias en vísperas del olvido. Buenos Aires: De los cuatro vientos.

· Colección Caras & Caretas, en la Hemeroteca del sitio digital de la Biblioteca Nacional de España.

Continue Reading

Historias de trabajadores

Ezequiel y el drama de la pobreza

“No quiero que lo recuerden así: Él era Eze, mi alumno. Nuestro alumno. Él era muy dulce y andaba con un carro. Tuvimos muchas mañanas de mates y risas. Se medía en todo, pero siempre sonreía. Los últimos tiempos han sido difíciles para nuestros pibes, él tiraba de su carro. Andaba cirujeando. Le gustaban los cuentos, pero no leer. Era bueno. Tiraba de su carro. Leyendo comentarios en notas de diarios, veo que festejan su muerte tan dura y cruel. Él tiraba de su carro. Quizás, la posibilidad de unos pesos más para el morfi… No lo sé. Era tan dulce y siempre sonreía. Yo no quiero que lo recuerden así. Estamos en deuda. Qué crueldad. Él tiraba de su carro, andaba cirujeando. El hambre no espera. Era tan dulce, tiraba de su carro. Y el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Cuánto dolor.” Así despidió en las redes la profesora Melina Gigli, docente de Ezequiel Francisco Curaba, el joven de 21 años que quiso robar un cable de alta tensión y murió quemado.

El video del joven, con el 90% de cuerpo quemado, la piel ennegrecida, resistiendo y moviéndose de manera eléctrica frente a quienes querían detenerlo, fue viral. ¿Era un delincuente o un cartonero, desesperado, convertido en inexperto ladrón de cables?

Fueron los vecinos quienes filmaron al muchacho después del accidente en la avenida Juan Domingo Perón al 6100 mientras intentaba huir con el cuerpo entero quemado y la ropa desgarrada por el incendio. El barrio lo señaló sin piedad como el responsable de haber dejado al barrio sin luz y mientras se debatía entre la vida y la muerte lo insultaban.

Salió del pozo de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) de Santa Fe, tambaleando y desorientado, junto a un amigo que lo había acompañado en el robo. Fue transladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA), donde murió en la cama N°8 de la unidad de terapia intensiva, con la única compañía de su custodia policial.

En Rosario es alarmante el aumento de casos de chicos quemados por robo de cables que llegan al hospital. La directora del HECA dice que esto empezó el año pasado y va en aumento, antes estos casos no existían: “Ha habido pacientes que por robar paltas de un árbol sin querer se electrocutaban, pero no recuerdo casos de estos, que están en franco ascenso y van a seguir aumentando. No usan ninguna protección. Van y arrancan los cables”,

Las crónicas policiales de los diarios hablan de la muerte del joven ladrón. Lo cierto es que Ezequiel estaba en situación de calle y cirujeaba para comer. Para su profesora, era un pibe bueno, dulce, que tiraba de su carro y siempre sonreía. “El hambre no espera”

Continue Reading
Advertisement

Facebook

Copyright © 2017 Zox News Theme. Theme by MVP Themes, powered by WordPress.