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Reflexiones para un mundo post coronavirus, por Maristella Svampa, en Nueva Sociedad

Buenos Aires, día 16 del aislamiento obligatorio y preventivo
Pandemias hubo muchas en la historia, comenzando por la peste negra en la Edad Media y pasando por las enfermedades que vinieron de Europa y arrasaron con la población autóctona en América en tiempos de la conquista. Se estima que entre la gripe, el sarampión y el tifus murieron entre 30 y 90 millones de personas. Más recientemente, todos evocan la gripe española (1918-1019), la gripe asiática (1957), la gripe de Hong Kong (1968), el VIH / sida (desde la década de 1980), la gripe porcina AH1N1 (2009), el SARS (2002), el ébola (2014), el MERS (coronavirus 2015) y ahora el Covid-19.
Sin embargo, nunca vivimos en estado de cuarentena global, nunca pensamos que sería tan veloz la instalación de un Estado de excepción transitorio, un Leviatán sanitario, por la vía de los Estados nacionales. En la actualidad, casi un tercio de la humanidad se halla en situación de confinamiento obligatorio. Por un lado, se cierran fronteras externas, se instalan controles internos, se expande el paradigma de la seguridad y el control, se exige el aislamiento y el distanciamiento social. Por otro lado, aquellos que hasta ayer defendían políticas de reducción del Estado hoy rearman su discurso en torno de la necesaria intervención estatal, se maldicen los programas de austeridad quegolpearon de lleno la salud pública, incluso en los países del Norte global…
Resulta difícil pensar que el mundo anterior a este año de la gran pandemia fuera un mundo «sólido», en términos de sistema económico y social. El coronavirus nos arroja al gran ruedo en el cual importan sobre todo los grandes debates societales: cómo pensar la sociedad de aquí en más, cómo salir de la crisis, qué Estado necesitamos para ello; en fin, por si fuera poco, se trata de pensar el futuro civilizatorio al borde del colapso sistémico.
Quisiera en este artículo contribuir a estos grandes debates, con una reflexión que propone avanzar de modo precario en algunas lecciones que nos ofrece la gran pandemia y bosquejar alguna hipótesis acerca del escenario futuro posible.
La vuelta del Estado y sus ambivalencias: el Leviatán sanitario y sus dos caras
Reformulando la idea de Leviatán climático de Geoff Mann y Joel Wainwright, podemos decir que estamos hoy ante la emergencia de un Leviatán sanitario transitorio, que tiene dos rostros. Por un lado, parece haber un retorno del Estado social. Así, las medidas que se están aplicando en el mundo implican una intervención decidida del Estado, lo cual incluye desde gobiernos con Estados fuertes –Alemania y Francia– hasta gobiernos con una marcada vocación liberal, como Estados Unidos. Por ejemplo, Angela Merkel anunció un paquete de medidas sanitarias y económicas por 156.000 millones de euros, parte del cual va como fondo de rescate para autónomos sin empleados y empresas de hasta diez trabajadores; en España, las medidas movilizarán hasta 200.000 millones de euros, 20% del PIB; en Francia, Emmanuel Macron anunció ayudas por valor de 45.000 millones de euros y garantías de préstamos por 300.000 millones. La situación es de tal gravedad, ante la pérdida de empleo y los millones de desocupados que esta crisis generará, que incluso los economistas más liberales están pensando en un segundo New Deal en el marco de esta gran crisis sistémica. A mediano y largo plazo, la pregunta siempre es a qué sectores beneficiarán estas políticas. Por ejemplo, Donald Trump ya dio una señal muy clara; la llamada Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica contra el Coronavirus (CARES, por sus siglas en inglés) es un paquete de estímulos de dos billones de dólares para, entre otros objetivos, rescatar sectores sensibles de la economía, entre los cuales está la industria del fracking, una de las actividades más contaminantes y más subsidiadas por el Estado.
Por otro lado, el Leviatán sanitario viene acompañado del Estado de excepción. Mucho se escribió sobre esto y no abundaremos. Basta decir que los mayores controles sociales se hacen visibles en diferentes países bajo la forma de violación de los derechos, de militarización de territorios, de represión de los sectores más vulnerables. En realidad, en los países del Sur, antes que una sociedad de vigilancia digital al estilo asiático, lo que encontramos es la expansión de un modelo de vigilancia menos sofisticado, llevado a cabo por las diferentes fuerzas de seguridad, que puede golpear aún más a los sectores más vulnerables, en nombre de la guerra contra el coronavirus.
Una pregunta resuena todo el tiempo: ¿hasta dónde los Estados tienen las espaldas anchas para proseguir en clave de recuperación social? Esto es algo que veremos en los próximos tiempos y a este devenir no serán ajenas las luchas sociales, esto es, los movimientos desde abajo, pero también las presiones que ejercerán desde arriba los sectores económicos más concentrados. Por otro lado, es claro que los Estados periféricos tienen muchos menos recursos, ni que hablar Argentina, a raíz de la situación de cuasi default y de desastre social en que la ha dejado el último gobierno de Mauricio Macri. Ningún país se salvará por sí solo, por más medidas de carácter progresista que implemente. Todo parece indicar que la solución es global y requiere de una reformulación radical de las relaciones Norte-Sur, en el marco de un multilateralismo democrático, que apunte a la creación de Estados nacionales en los cuales lo social, lo ambiental y lo económico aparezcan interconectados y en el centro de la agenda.
Las crisis como aprendizajes para no caer en falsas soluciones
La pandemia pone de manifiesto el alcance de las desigualdades sociales y la enorme tendencia a la concentración de la riqueza que existe en el planeta. Esto no constituye una novedad, pero sí nos lleva a reflexionar sobre las salidas que han tenido otras crisis globales. En esa línea, la crisis global que aparece como el antecedente más reciente, aun si tuvo características diferentes, es la de 2008. Causada por la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, la crisis fue de orden financiero y se trasladó a otras partes del mundo para convertirse en una convulsión económica de proporciones globales. También persiste como el peor recuerdo en cuanto a la resolución de una crisis, cuyas consecuencias todavía estamos viviendo. Salvo excepciones, los gobiernos organizaron salvatajes de grandes corporaciones financieras, incluyendo a los ejecutivos de estas, que emergieron al final de la crisis más ricos que nunca.
Así, en términos sociales y a escala mundial, la reconfiguración fue regresiva. Suele decirse que la economía volvió a recuperarse, pero el 1% de los más ricos pegó un salto y la brecha de la desigualdad creció. Recordemos el surgimiento del movimiento Occupy Wall Street, en 2011, cuyo lema era «Somos el 99%». Millones de personas perdieron sus casas en el mundo y quedaron sobreendeudados y sin empleo, la desigualdad se profundizó, los planes de ajuste y la desinversión en salud y educación se expandieron por numerosos países, algo que ilustra de manera dramática un país como Grecia, pero que se extiende a países como Italia, España e incluso Francia. En vísperas del Foro de Davos, en enero de 2020, un informe de Oxfam consignaba que de solo «2.153 milmillonarios que hay en el mundo poseen más riqueza que 4.600 millones de personas (60% de la población mundial)». En términos políticos globales, produjo enormes movimientos tectónicos, ilustrados por la emergencia de nuevos partidos y liderazgos autoritarios en todo el mundo: una derecha reaccionaria y autoritaria, que incluye desde el Tea Party hasta Donald Trump, desde Jair Bolsonaro hasta Scott Morrison, desde Matteo Salvini hasta Boris Johnson, entre otros.
Por otro lado, si hasta hace pocos años se consideraba que América Latina marchaba a contramano del proceso de radicalización en clave derechista que hoy atraviesan parte de Europa y Estados Unidos, con sus consecuencias en términos de aumento de las desigualdades, xenofobia y antiglobalismo, hay que decir que, en los últimos tiempos, nuevos vientos ideológicos recorren la región, sobre todo luego de la emergencia de Bolsonaro en Brasil y el golpe en Bolivia. A esto hay que añadir que América Latina, si bien sobrevivió en pleno «Consenso de los Commodities» a la crisis económica y financiera de 2008 gracias al alto precio de las materias primas y la exportación a gran escala, poco logró conservar de aquel periodo de neoextractivismo de vacas gordas. En la actualidad, continúa siendo la región más desigual del mundo (20% de la población concentra 83% de la riqueza), es la región donde se registra un mayor proceso de concentración y acaparamiento de tierras (gracias a la expansión de la frontera agropecuaria), además de ser la zona del mundo más peligrosa para activistas ambientales y defensores de derechos humanos (60% de los asesinatos a defensores del ambientes, cometidos en 2016 y 2017, ocurrieron en América Latina) y, por si fuera poco, es la región más insegura para las mujeres víctimas de femicidio y violencia de género.
Así, la resolución de la crisis de 2008 y susefectos negativos se hacen sentir hoy con claridad. Estas salidas, que acentuaron la concentración de la riqueza y el neoliberalismo depredador, deben funcionar hoy como un contraejemplo eficaz y convincente para apelar a propuestas innovadoras y democráticas que apunten a la igualdad y la solidaridad. Al mismo tiempo, deberían hacernos reflexionar acerca de que ni siquiera aquellos países del Sur que durante el «Consenso de los Commodities» sortearon la crisis y aprovecharon la rentabilidad extraordinaria a través de la exportación de las materias primas, utilizando las recetas del neoextractivismo, funcionaron ni pueden presentarse como la encarnación de un modelo positivo.
Ocultamiento de las causas ambientales e hiperpresencia del discurso bélico
Anteriormente afirmé que la reconfiguración social, económica y política después de la crisis de 2008 fue muy negativa. Quisiera ahora detenerme un poco en las causas ambientales de la pandemia. Hoy leemos en numerosos artículos, corroborados por diferentes estudios científicos, que los virus que vienen azotando a la humanidad en los últimos tiempos están directamente asociados a la destrucción de los ecosistemas, a la deforestación y al tráfico de animales silvestres para la instalación de monocultivos. Sin embargo, pareciera que la atención sobre la pandemia en sí misma y las estrategias de control que se están desarrollando no han incorporado este núcleo central en sus discursos. Todo eso es muy preocupante.
¿Acaso alguien escuchó en el discurso de Merkel o Macron alguna alusión a la problemática ambiental que está detrás de esto? ¿Escucharon que Alberto Fernández, quien ha ganado legitimidad en las últimas semanas gracias a la férrea política preventiva y a su permanente contacto y toma de decisiones con un comité de expertos, haya hablado alguna vez de las causas socioambientales de la pandemia? Las causas socioambientales de la pandemia muestran que el enemigo no es el virus en sí mismo, sino aquello que lo ha causado. Si hay un enemigo, es este tipo de globalización depredadora y la relación instaurada entre capitalismo y naturaleza. Aunque el tópico circula por las redes sociales y los medios de comunicación, no entra en la agenda política. Esta «ceguera epistémica» –siguiendo el término de Horacio Machado Aráoz– tiene como contracara la instalación de un discurso bélico sin precedentes.
La proliferación de metáforas bélicas y el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial atraviesan los discursos, desde Macron y Merkel hasta Trump y Xi Jinping. Algo que se repite en Alberto Fernández, quien habla constantemente del «enemigo invisible». En realidad, esta figura puede fomentar la cohesión de una sociedad frente al miedo del contagio y de la muerte, «cerrando filas ante el enemigo común», pero no contribuye a entender la raíz del problema, sino más bien a ocultarlo, además de naturalizar y avanzar en el control social sobre aquellos sectores considerados como más problemáticos (los pobres, los presos, los que desobedecen al control).
El discurso bélico confunde y oculta las raíces del problema, atacando el síntoma, pero no las causas profundas, que tienen que ver con el modelo de sociedad instaurado por el capitalismo neoliberal, a través de la expansión de las fronteras de explotación y, en este marco, por la intensificación de los circuitos de intercambio con animales silvestres, que provienen de ecosistemas devastados. Por último, la fórmula bélica se asocia más al miedo que a la solidaridad y ha conllevado incluso una multiplicación de la vigilancia ante el incumplimiento de las medidas dictadas por los gobiernos para evitar los contagios. No son pocos los relatos, en Argentina así como en otros países, que dan cuenta de la asociación entre el discurso bélico y la figura del «ciudadano policía», erigido en atento vigía, dispuesto a denunciar a su vecino al menor desliz en la cuarentena. En suma, es necesario abandonar el discurso bélico y asumir las causas ambientales de la pandemia, junto con las sanitarias, y colocarlas en la agenda pública, lo cual ayudaría a prepararnos positivamente para responder al gran desafío de la humanidad: la crisis climática.
Horizontes posibles. Desde el paradigma del cuidado hasta el gran pacto ecosocial y económico
El año de la gran pandemia nos instala en una encrucijada civilizatoria. Frente a nuevos dilemas políticos y éticos, nos permite repensar la crisis económica y climática desde un nuevo ángulo, tanto en términos multiescalares (global/nacional/local) como geopolíticos (relación Norte/Sur bajo un nuevo multilateralismo). Podríamos formular el dilema de la siguiente manera. O bien vamos hacia una globalización neoliberal más autoritaria, un paso más hacia el triunfo del paradigma de la seguridad y la vigilancia digital instalado por el modelo asiático, tan bien descrito por el filósofo Byung-Chul Han, aunque menos sofisticado en el caso de nuestras sociedades periféricas del Sur global, en el marco de un «capitalismo del caos», como sostiene el analista boliviano Pablo Solón. O bien, sin caer en una visión ingenua, la crisis puede abrir paso a la posibilidad en la construcción de una globalización más democrática, ligada al paradigma del cuidado, por la vía de la implementación y el reconocimiento de la solidaridad y la interdependencia como lazos sociales e internacionales; de políticas públicas orientadas a un «nuevo pacto ecosocial y económico», que aborde conjuntamente la justicia social y ambiental.
Las crisis, no hay que olvidarlo, también generan procesos de «liberación cognitiva», como dice la literatura sobre acción colectiva y Doug McAdam en particular, lo cual hace posible la transformación de la conciencia de los potenciales afectados; esto es, hace posible superar el fatalismo o la inacción y torna viable y posible aquello que hasta hace poco era inimaginable. Esto supone entender que la suerte no está echada, que existen oportunidades para una acción transformadora en medio del desastre. Lo peor que podría ocurrir es que nos quedemos en casa convencidos de que las cartas están marcadas y que ello nos lleve a la inacción o a la parálisis, pensando que de nada sirve tratar de influir en los procesos sociales y políticos que se abren, así como en las agendas públicas que se están instalando. Lo peor que podría suceder es que, como salida a la crisis sistémica producida por la emergencia sanitaria, se profundice «el desastre dentro del desastre», como afirma la feminista afroaestadounidense Keeanga-Yamahtta Taylor, recuperando el concepto de Naomi Klein de «capitalismo del desastre». Hay que partir de la idea de que estamos en una situación extraordinaria, de crisis sistémica, y que el horizonte civilizatorio no está cerrado y todavía está en disputa.
En esa línea, ciertas puertas deben cerrarse (por ejemplo, no podemos aceptar una solución como la de 2008, que beneficie a los sectores más concentrados y contaminantes, ni tampoco más neoextractivismo), y otras que deben abrirse más y potenciarse (un Estado que valorice el paradigma del cuidado y la vida), tanto para pensar la salida de la crisis como para imaginar otros mundos posibles. Se trata de proponer salidas a la actual globalización, que cuestionen la actual destrucción de la naturaleza y los ecosistemas, que cuestionen una idea de sociedad y vínculos sociales marcados por el interés individual, que cuestionen la mercantilización y la falsa idea de «autonomía». En mi opinión, las bases de ese nuevo lenguaje deben ser tanto la instalación del paradigma del cuidado como marco sociocognitivo como la implementación de un gran pacto ecosocial y económico, a escala nacional y global.
En primer lugar, más que nunca, se trata de valorizar el paradigma del cuidado, como venimos insistiendo desde el ecofeminismo y los feminismos populares en América Latina, así como desde la economía feminista; un paradigma relacional que implica el reconocimiento y el respeto del otro, la conciencia de que la supervivencia es un problema que nos incumbe como humanidad y nos involucra como seres sociales. Sus aportes pueden ayudarnos a repensar los vínculos entre lo humano y lo no humano, a cuestionar la noción de «autonomía» que ha generado nuestra concepción moderna del mundo y de la ciencia; a colocar en el centro nociones como la de interdependencia, reciprocidad y complementariedad. Esto significa reivindicar que aquellas tareas cotidianas ligadas al sostenimiento de la vida y su reproducción, que han sido históricamente despreciadas en el marco del capitalismo patriarcal, son tareas centrales y, más aún, configuran la cuestión ecológica por excelencia. Lejos de la idea de falsa autonomía a la que conduce el individualismo liberal, hay que entender que somos seres interdependientes y abandonar las visiones antropocéntricas e instrumentales para retomar la idea de que formamos parte de un todo, con los otros, con la naturaleza. En clave de crisis civilizatoria, la interdependencia es hoy cada vez más leída en términos de ecodependencia, pues extiende la idea de cuidado y de reciprocidad hacia otros seres vivos, hacia la naturaleza.
En este contexto de tragedia humanitaria a escala global, el cuidado no solo doméstico sino también sanitario como base de la sostenibilidad de la vida cobra una significación mayor. Por un lado, esto conlleva una revalorización del trabajo del personal sanitario, mujeres y hombres, médicos infectólogos, epidemiólogos, intensivistas y generalistas, enfermeros y camilleros, en fin, el conjunto de los trabajadores de la salud, que afrontan el día a día de la pandemia, con las restricciones y déficits de cada país, al tiempo que exige un abandono de la lógica mercantilista y un redireccionamiento de las inversiones del Estado en las tareas de cuidado y asistencia. Por otro lado, las voces y la experiencia del personal de la salud serán cada vez más necesarias para colocar en la agenda pública la inextricable relación que existe entre salud y ambiente, de cara al colapso climático. Nos aguardan no solo otras pandemias, sino la multiplicación de enfermedades ligadas a la contaminación y al agravamiento de la crisis climática. Hay que pensar que la medicina, pese a la profunda mercantilización de la salud a la que hemos asistido en las últimas décadas, no ha perdido su dimensión social y sanitarista, tal como podemos ver en la actualidad, y que de aquí en más se verá involucrada directamente en los grandes debates societales y, por ende, en los grandes cambios que nos aguardan y en las acciones para controlar el cambio climático, junto con sectores ecologistas, feministas, jóvenes y pueblos originarios.
En Argentina, el gobierno de Alberto Fernández dio numerosas señales en relación con la importancia que otorga al cuidado como tarea y valor distintivo del nuevo gobierno. Una de ellas fue la creación del Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual, así como la inclusión en el gobierno de destacadas profesionales, cuyo aporte en clave feminista atraviesa de manera transversal distintas áreas del Estado. Este gesto hacia la incorporación del feminismo como política de Estado debe traducirse también en una ampliación de la agenda pública en torno del cuidado. Es de esperar que las mujeres hoy funcionarias asuman la tarea de conectar aquello que hoy aparece obturado y ausente en el discurso público, esto es, la estrecha relación entre cuidado, salud y ambiente.
En segundo lugar, esta crisis bien podría ser la oportunidad para discutir soluciones más globales, en términos de políticas públicas. Hace unos días la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés), propuso un nuevo Plan Marshall que libere 2,5 billones de dólares de ayuda a los países emergentes, que implique el perdón de las deudas y un plan de emergencia en servicios de salud, así como programas sociales. La necesidad de rehacer el orden económico mundial, que impulse un jubileo de la deuda, aparece hoy como posible. Aparece también posible impulsar un ingreso ciudadano, debate que se ha reactivado al calor de una pandemia que destruye millones de puestos de trabajo, además de profundizar la precarización laboral, mediante esquemas de teletrabajo que extienden la jornada laboral.
Sin embargo, es necesario pensar este New Deal no solo desde el punto de vista económico y social, sino también ecológico. Lo peor sería legislar contra el ambiente para reactivar la economía, acentuando la crisis ambiental y climática y las desigualdades Norte-Sur. Son varias las voces que ponen de manifiesto la necesidad de un Green New Deal como el lanzado por la diputada demócrata Alexandria Ocasio-Cortez en 2019. Desde Naomi Klein hasta Jeremy Rifkin, varios han retomado el tema en clave de articulación entre justicia social, justicia ambiental y justicia racial.
En el contexto de esta pandemia, ha habido algunas señales. Por ejemplo, Chris Stark, jefe ejecutivo del Comité sobre Cambio Climático del Reino Unido (CCC), sostuvo que la inyección de recursos que los gobiernos deben insuflar en la economía para superar la crisis del Covid-19 debe tener en cuenta los compromisos sobre el cambio climático, esto es, el diseño de políticas y estrategias que no sean solo económicas sino también un «estímulo verde». En Estados Unidos un grupo de economistas, académicos y financistas agrupados bajo la consigna del estímulo verde (green stimulus) enviaron una carta en la que instaron al Congreso a que presione aún más para garantizar que los trabajadores estén protegidos y que las empresas puedan operar de manera sostenible para evitar las catástrofes del cambio climático, especialmente en una economía marcada por el coronavirus.
Con Enrique Viale, en nuestro último libro Una brújula en tiempos de crisis climática (de próxima publicación por la editorial Siglo Veintiuno), apuntamos en esta dirección y por ello proponemos pensar en términos de un gran pacto ecosocial y económico. Sabemos que, en nuestras latitudes, el debate sobre el Green New Deal es poco conocido, por varias razones que incluyen desde las urgencias económicas hasta la falta de una relación histórica con el concepto, ya que en América Latina nunca hemos tenido un New Deal, ni tampoco un Plan Marshall. En Argentina, lo más parecido a esto fue el Plan Quinquenal bajo el primer gobierno peronista, que tuvo un objetivo nacionalista y redistributivo. Sin embargo, Argentina no venía en ese entonces del desastre, tenía superávit fiscal y los precios de las exportaciones de cereales eran altos. Era un país beneficiado económicamente por la guerra europea y eso le dio al gobierno peronista una oportunidad para generar condiciones de cierta autonomía relativa, orientando su política de redistribución hacia los sectores del asalariado urbano.
Así, no hay aquí un imaginario de la reconstrucción ligado al recuerdo del Plan Marshall (Europa) o el New Deal (Estados Unidos). Lo que existe es un imaginario de la concertación social, ligado al peronismo, en el cual la demanda de reparación (justicia social) continúa asociada a una idea hegemónica del crecimiento económico, que hoy puede apelar a un ideal industrializador, pero siempre de la mano del modelo extractivo exportador, por la vía eldoradista (Vaca Muerta), el agronegocio y, en menor medida, la minería a cielo abierto. La presencia de este imaginario extractivista/desarrollista poco contribuye a pensar las vías de una «transición justa» o a emprender un debate nacional en clave global del gran pacto ecosocial y económico. Antes bien, lo distorsiona y lo vuelve decididamente peligroso, en el contexto de crisis climática.
Esto no significa que no haya narrativas emancipatorias disponibles ni utopías concretas en América Latina. No hay que olvidar que en ka región existen nuevas gramáticas políticas, surgidas al calor de las resistencias locales y de los movimientos ecoterritoriales (rurales y urbanos, indígenas, campesinos y multiculturales, las recientes movilizaciones de los más jóvenes por la justicia climática ), que plantean una nueva relación entre humanos, así como entre sociedad y naturaleza, entre humano y no humano. En el nivel local se multiplican las experiencias de carácter prefigurativo y antisistémico, como la agroecología, que ha tenido una gran expansión, por ejemplo, incluso en un país tan transgenizado como Argentina. Estos procesos de reterritorialización van acompañados de una narrativa político-ambiental, asociada al «buen vivir», el posdesarrollo, el posextractivismo, los derechos de la naturaleza, los bienes comunes, la ética del cuidado y la transición socioecológica justa, cuyas claves son tanto la defensa de lo común y la recreación de otro vínculo con la naturaleza como la transformación de las relaciones sociales, en clave de justicia social y ambiental.
De lo que se trata es de construir una verdadera agenda nacional y global, con una batería de políticas públicas, orientadas hacia la transición justa. Esto exige sin duda no solo una profundización y debate sobre estos temas, sino también la construcción de un diálogo Norte-Sur, con quienes están pensando en un Green New Deal, a partir de una nueva redefinición del multilateralismo en clave de solidaridad e igualdad.
Nadie dice que será fácil, pero tampoco es imposible. Necesitamos reconciliarnos con la naturaleza, reconstruir con ella y con nosotros mismos un vínculo de vida y no de destrucción. El debate y la instalación de una agenda de transición justa pueden convertirse en una bandera para combatir no solo el pensamiento liberal dominante, sino también la narrativa colapsista y distópica que prevalece en ciertas izquierdas y la persistente ceguera epistémica de tantos progresismos desarrollistas. La pandemia del coronavirus y la inminencia del colapso abren a un proceso de liberación cognitiva, a través del cual puede activarse no solo la imaginación política tras la necesidad de la supervivencia y el cuidado de la vida, sino también la interseccionalidad entre nuevas y viejas luchas (sociales, étnicas, feministas y ecologistas), todo lo cual puede conducirnos a las puertas de un pensamiento holístico, integral, transformador, hasta hoy negado.
Nueva Sociedad es uno de los portales que tienen un excelente nivel de pensamiento para entender el mundo que vivimos. Todos los artículos son dignos de leer en: https://www.nuso.org/articulo/reflexiones-para-un-mundo-post-coronavirus/

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Eppur si muove!/4, Síntesis semanal de noticias, por Alberto Nadra

LCV: Semana del 30 de junio al 4 de julio de 2025
Esta semana continuaron los conflictos de los trabajadores de la salud, con el Garrahan a la cabeza, y anuncian una marcha para el 17 de julio en donde convocan a toda la ciudadanía. Son varios los llamados a unir en una sola movilización los distintos reclamos ¿Será el 17 la fecha?. Los Jubilados lanzan campaña por un millón de firmas y consiguen el apoyo de los organismos de DDHH. Se suman medidas de lucha en trabajadores de la alimentación, actores, cooperativistas, judiciales, docentes, la UOM de Tierra del Fuego, y diversos reclamos provinciales.
- MÉDICOS RESIDENTES RESISTEN LA «QUITA DE DERECHOS LABORALES» DEL NUEVO . RÉGIMEN Y AUMENTA LA TENSIÓN EN SALUD. Los trabajadores del Hospital Garrahan llevaron adelante este miércoles un paro de 24 horas con movilización a Plaza de Mayo en reclamo por un incremento salarial y en rechazo al nuevo régimen de residencias que elimina derechos básicos como el aguinaldo, vacaciones pagas y aportes jubilatorios. La convocatoria, que llamó a «defender las condiciones de trabajo» para «defender el derecho a una salud pública de calidad», surge luego de que el Gobierno oficializara cambios en el sistema de residencias y de que pegara el tercer faltazo a la audiencia de conciliación por el conflicto. El gobierno fue por más, lejos de oir los reclamos dispuso que las “residencias” pasen a ser becas. Anuncian una “gran marcha de la salud” para el 17 de julio.
- EL FRENTE POR ‘LA SOBERANÍA, EL TRABAJO DIGNO Y LOS SALARIOS JUSTO’ CONVOCA A UN 9 DE JULIO SOLIDARIO CON OLLAS POPULARES. El próximo miércoles 9 de Julio la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), liderada por Juan Carlos Schmid, llevará a cabo ollas populares solidarias en Plaza Constitución, en el marco del Frente multisectorial por “la Soberanía, el Trabajo Digno y los Salarios Justos”, donde repartirán comida. Será a partir de las 12 frente a la Iglesia Inmaculado Corazón de María, en Constitución 1077, bajo la consigna de “una nueva Independencia Nacional donde reine en el pueblo el amor y la igualdad”.
- PROTESTA MASIVA CONTRA EL «DESGUACE» DEL DE VIALIDAD NACIONAL.
- La Federación del Personal de Vialidad Nacional (FEPEVINA ) concretó una Jornada Nacional de Protesta al mediodía de este jueves 3 de julio en la Casa Central del organismo, para rechazar el decreto que busca desguazarlo. Advirtieron que desfinanciar y desmantelar el organismo pone en riesgo miles de empleos y la seguridad de millones de personas que transitan rutas nacionales, cada vez más abandonadas, lo que incrementa los siniestros viales y debilita la conectividad del país.
- JUDICIALES LANZARON UN NUEVO PARO EN RECHAZO AL AUMENTO DEL 1,3% PARA MAYO.
- La Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN) decidió un nuevo paro nacional de 24 horas para este viernes 4 de julio en rechazo al incremento salarial del 1,3% firmado por la Corte Suprema de Justicia. El sindicato sostiene que, desde la asunción de Javier Milei, los haberes del sector tuvieron una pérdida de su poder adquisitivo del 29,5%.
- FOETRA ACTIVA UN «RUIDAZO»: EL PRESENTE DE ARSAT Y LA DEUDA PARITARIA. La iniciativa tendrá lugar el próximo martes 8, a partir de las 11.30 horas. El Sindicato de las Telecomunicaciones (FOETRA) activa una nueva jornada de lucha en ARSAT, el próximo 8 de julio. Con «ruidazo» y «banderazo» en la Estación Terrena Benavidez, a partir de las 11.30 horas reforzará sus demandas, una de ellas el pago de la deuda paritaria.
- AERONÁUTICOS EN ALERTA: CONVOCAN A PLENARIO GENERAL CONTRA DESREGULACIÓN Y «VACIAMIENTO» DE AEROLÍNEAS. Los Sindicatos Aeronáuticos Unidos lanzaron una convocatoria a los miembros de sus Comisiones Directivas y Delegados a un Plenario General para el próximo 10 de julio a las 11:00 hs, en la sede Lezica de APLA. Según los 5 gremios (APLA, UPSA, AERONAVEGANTES,ATEPSA y APA), el objetivo es analizar y coordinar acciones sindicales frente a las políticas actuales que, «amenazan gravemente la sostenibilidad del sistema aeronáutico nacional”. En la sede de APLA ensayarán un plan de acción unificado contra la «desregulación salvaje» del Gobierno, el vaciamiento de Aerolíneas y la precarización laboral.
- TRABAJADORES DE ASTILLERO RÍO SANTIAGO REALIZARÁN UNA NUEVA MOVILIZACIÓN POR AUMENTO SALARIAL. La medida, votada en asamblea general, será el próximo lunes. Convocan a participar a otros sectores como Industrias Secco, Georgalos, trabajadores de la salud, educación, estatales bonaerenses, estudiantes y docentes universitarios. También votaron participar de la acción convocada por el hospital Garrahan del próximo 17.
- CRECE EL MALESTAR EN EL SECTOR PESQUERO DE PUERTO MADRYN CON TRES PLANTAS CON PROBLEMAS DE SUELDOS IMPAGOS Y CONFLICTOS LABORALES. En el corazón del conflicto se encuentra la empresa Mirabella, que actualmente atraviesa un proceso preventivo de crisis bajo supervisión judicial. Sus trabajadores permanentes se movilizaron la semana pasada reclamando el pago de la primera quincena de junio, denunciando atrasos reiterados desde el inicio del concurso preventivo. A este conflicto se suma la situación en la planta de Achernar, donde se inició el reproceso de materia prima sin convocar al personal efectivo. En su lugar, se incorporó personal eventual sin relación laboral estable. Desde el gremio denuncian precarización y violaciones al convenio colectivo. La tensión también escaló en la empresa Pescargen, donde trabajadores respaldados por el STIA exigen el pago inmediato de salarios atrasados. En este caso, la situación se agrava por el accionar de la firma contratista Arrufo, que se declaró insolvente dejando sin liquidaciones a nueve empleados, algunos con más de 15 años de servicio.
- ENTRE RÍOS: FRIGERIO, COMO MILEI, CONTRA LOS TRABAJADORES. Se realizó una nueva asamblea interministerial en reclamo por el recorte del gobierno de Rogelio Frigerio a las horas extras de los trabajadores del Poder Ejecutivo. La misma se realizó en la Plaza Mansilla a diferencia de las anteriores que se desarrollaban en el patio de la casa de gobierno. Ya lleva aproximadamente un mes el conflicto. Nadia Burgos es trabajadora del Ministerio de Salud. Habló sobre el desarrollo de la asamblea y el plan de ajuste del gobierno provincial: “El gobierno parece haberle copiado a Milei la tenacidad a la hora de tomar definiciones para meterse en el bolsillo de los trabajadores”.
- LA UOM RÍO GRANDE EXIGE MEDIDAS URGENTES PARA EVITAR EL COLAPSO INDUSTRIAL EN TIERRA DEL FUEGO. En el marco de una reunión tripartita celebrada en Ushuaia entre funcionarios provinciales y nacionales, empresarios del sector y representantes gremiales, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Río Grande dio un plazo de 30 días hábiles para encontrar alternativas concretas que frenen el impacto del decreto que elimina los aranceles a productos electrónicos, cuya segunda etapa comenzará a regir a partir del 15 de enero. Desde la UOM señalaron que la respuesta del Gobierno Nacional ante el pedido de anular la segunda etapa del decreto fue negativa y advirtieron que, de no haber avances, se evaluarán acciones gremiales para defender la industria nacional y los puestos de trabajo.
- RÍO NEGRO: ARRECIAN LOS CONFLICTOS EN EDUCACIÓN Y SALUD PÚBLICA POR LA MOTOSIERRA DE WERETILNECK. Los docentes anticiparon que no retomarán las clases tras el receso invernal si no se reabre la paritaria. En Salud, las políticas de ajuste provocaron el deterioro en infraestructura, aparatología y profesionales por los bajos sueldos. El gremio docente aprobó la realización de un paro de 48 horas para el inicio de las clases durante su último Congreso realizado a fines de junio en la localidad de Valcheta, en el marco de un plan de lucha que desarrollan desde comienzo de año para las reivindicaciones salariales, pero también profesionales.
- RIO NEGRO: SIGUE EL CONFLICTO EN ALPAT: A LA FALTA DE ACTUALIZACIÓN PARITARIA SUMAN DEMORAS EN EL PAGO DE SALARIOS. Álcalis de la Patagonia (ALPAT) es la única productora de carbonato de sodio en América del Sur. El Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas (SPIQyP), informó que se convocará a una asamblea general para tratar la delicada situación laboral que atraviesan los trabajadores de ALPAT, en medio de demoras en el pago de salarios y la falta de actualización de los haberes básicos.
- INTA JUJUY EN ALERTA POR POSIBLES CIERRES Y DESPIDOS. Este jueves trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en la provincia concretaron actividades en Plaza Belgrano. El objetivo fue visibilizar las labores que realizan pero además exponer su delicada situación actual ante ajustes de la gestión nacional.
- SAN LUIS: TRAS PROTESTAS, HABITANTES DEL BARRIO LA VECINDAD LOGRAN ACCESO A LA ELECTRICIDAD. Después de días de tensión, cortes de calle, ollas populares y protestas en Terrazas del Portezuelo, los vecinos del barrio La Vecindad lograron lo que parecía imposible: que el gobierno de Claudio Poggi los escuche. El acceso a la electricidad, un derecho básico que venían reclamando hace meses, fue concedido recién cuando las columnas de manifestantes comenzaron a marchar frente a la Casa de Gobierno.
- LA JUSTICIA ORDENÓ AL GOBIERNO DE CABA DEVOLVER DESCUENTOS A DOCENTES QUE HICIERON PARO EN LA PANDEMIA. La justicia laboral ordenó esta semana al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires devolver a los docentes los descuentos por las huelgas y protestas realizadas en el contexto de la pandemia del Covid-19. La medida beneficia a trabajadores de la educación sancionados con descuentos salariales durante los 2021, cuando regían la crisis sanitaria y se adhirieron a distintas medidas de fuerza llamadas por el gremio Ademys. El fallo obliga a la gestión de Jorge Macri a devolver los descuentos salariales realizados en distintos meses del 2021, por considerar que “fueron ilegales y anti sindicales”.
- CABA. BARRIO DE LUGANO: VECINOS CORTARON LAS CALLES POR FALTA DE LUZ Y AGUA. Los cortes se realizaron durante la tarde/noche del jueves en distintos puntos del barrio: Papa Francisco, Lugano I y II y en la intersección de Crisóstomo Álvarez y Araujo, para visibilizar la situación por la que están pasando las y los vecinos desde hace más de 14 días. “”La luz te la cortan día por medio y de noche. AySA, ¿dónde están los servicios? ¿No era que sacaban los subsidios e íbamos a estar mejor? Cada vez pagamos más y cada vez está peor“, a C5N una vecina enojada y angustiada por la situación.
- EN DEFENSA DEL INSTITUTO NACIONAL DEL TEATRO, ARTISTAS REALIZARÁN OBRAS A LA GORRA EN TODO EL PAÍS Actores y actrices de todo el país, movidos por lo que consideran el desmantelamiento de las políticas culturales por parte del régimen de Javier Milei, realizarán desde este jueves al miércoles 9 de julio el “Festival ENTRÁ: un encuentro federal, independiente, autogestivo y sin fines de lucro en defensa del Instituto Nacional del Teatro (INT)”. Habrá más de 380 obras a la gorra en todos los rincones de Argentina.
- JUBILADOS: UN MILLÓN DE FIRMAS Y UNA GRAN MARCHA ANTIRREPRESIVA. La mrcha de los miércoles de los jubilados inició esta semana con una conferencia de prensa frente al Congreso, donde anunciaron la denominada Campaña Un Millón de Firmas por los Jubilados en reclamo de un aumento urgente al sector, la extensión de la moratoria previsional y la devolución de los medicamentos y de la atención en Pami y en obras sociales.
- LA MESA DE ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS SE SUMA A LA MARCHA DE LOS JUBILADOS. Lanzaron un plan de lucha nacional contra la “barbarie fascista de Milei”. Marcharon este miércoles al Congreso desde las 15 horas, como parte de una convocatoria a acompañar a los distintos sectores “afectados por el Gobierno y el FMI”
- JUBILADOS RECLAMARON TAMBIÉN EN LA QUINTA DE OLIVOS. Se juntan todos los miércoles en Maipú y Villate para exigirle al gobierno aumentos y la restitución de la cobertura de medicamentos. Oscar Demarchi, miembro de la organización Jubilados de la Quinta de Olivos, contó en Radio Provincia, que se conformaron el 7 de mayo “porque había muchas personas que no podían ir todas las semanas hasta el Congreso”.
- ABRAZO AL INTI: TRABAJADORES, CIENTÍFICOS, EMPRESARIOS Y ORGANIZACIONES POLÍTICAS EN CONTRA DEL DECRETO DE STURZENEGGER. Los trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) realizaron este martes un abrazo simbólico al organismo, en todo el país, con el objetivo de visibilizar el rechazo al decreto. “El Gobierno Nacional está destruyendo el Estado–declararon. No solamente nuestras condiciones de trabajo y nuestros salarios, sino los derechos que garantizamos para toda la población. Los ciudadanos estarán en riesgo porque, si este decreto sale, el INTI dejará de certificar los productos industriales que la gente consume y la industria nacional perderá la asistencia tecnológica”.
- INTI RECHAZAN EN SANTA FE, CÓRDOBA Y ENTRE RÍOS EL DECRETO QUE LE QUITARÍA AUTONOMÍA. En Santa Fe, señalaron los trabajadores, “contábamos con unidades de extensión en la ciudad capital y en Reconquista, pero fueron cerradas”. Actualmente, los centros en la Región Centro están enfocados en sectores como el agro, la industria alimentaria y la metalmecánica, con una fuerte presencia en el sector lácteo y la maquinaria agrícola. Una de las principales ventajas del INTI, al estar descentralizado, es la cercanía con la actividad privada. «Esto nos permite tener un ida y vuelta más directo con las empresas, lo que no solo facilita la actualización tecnológica, sino también el acceso a financiamientos internacionales», agregaron.
- EL GREMIO DE LOS TRABAJADORES PAPELEROS LANZA UN PLAN DE LUCHA NACIONAL. Desde la Federación de Obreros y Empleados de la Industria del Papel, Cartón y Químicos (FOEIPCyQ) confirmaron un plan de lucha que incluye un paro de 48 horas el lunes 7 y martes 8 de julio en las ramas de Fabricación y Envases, y otro de 72 horas los días jueves 10, viernes 11 y lunes 14 de julio para las ramas de Depósitos, Conversión y Recorteros.
- MONDELEZ: ESTADO DE ALERTA Y MOVILIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES QUE FABRICAN OREO, PEPITOS Y TERRABUSI. Otro gigante de la industria alimenticia del país recibió un duro golpe como consecuencia del plan económico del gobierno nacional: Mondelez, quien elabora productos de las marcas Oreo, Pepitos y Terrabusi, anunció que ingresó a una crítica situación financiera y el Sindicato de Trabajadores de la Industria Alimenticia (STIA) se declaró en estado de alerta y movilización.
- CÓRDOBA: RECLAMO DE COOPERATIVISTAS. Cooperativas de trabajo y medios de comunicación comunitarios realizarán este miércoles a partir de las 10:30 horas una jornada de reclamo que se llevará a cabo en la plaza San Martín de nuestra ciudad. Los trabajadores de diversos rubros se sumarán a la histórica ronda de jubilados para denunciar el “abandono estatal”. La Asamblea de Cooperativas de Trabajo de la Provincia, que reúne a más de 100 unidades productivas de diferentes sectores, alertó sobre el “contexto de creciente precarización”. Exigió que el Gobierno active “políticas públicas efectivas que garanticen la producción, los ingresos y los derechos laborales”.
- SANTA FE: PETROQUÍMICOS LOGRARON UNA RECOMPOSICIÓN SALARIAL BIMESTRAL DEL 8%. En el marco de la última paritaria, el Sindicato de Obreros y Empleados Petroquímicos Unidos (SOEPU, Rosario/Rafaela) destacó el impacto positivo del acuerdo alcanzado para sus afiliados. “En una Argentina golpeada por la recesión, con caída del empleo, salarios que no alcanzan y una canasta básica que se vuelve inaccesible para la mayoría, nuestro gremio se convierte en una excepción, logró restituir el poder adquisitivo de sus afiliados en el primer semestre de 2025”.
• LA MULTISECTORIAL QUE MARCHÓ AL MINISTERIO DE DESREGULACIÓN GENERÓ TENSIÓN INTERNA EN LA CGT. Luego que el Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y los Salarios Justos debutara con una marcha al Ministerio de Desregulación, hubo reproches dentro de la CGT por la participación de varios gremios de la central obrera. En el marco de una reunión de la mesa chica, que se realizó el lunes pasado en la sede de UPCN, se apuntó a las críticas lanzadas por varios dirigentes al accionar de la conducción cegetista.
• TRABAJADORES DE PRENSA CONVOCAN A UNA JORNADA NACIONAL DE LUCHA POR RECOMPOSICIÓN SALARIAL. Ante la falta de respuestas concretas por parte de la cámara empresaria ADIRA, la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) realizó una Jornada Nacional de Lucha para este jueves 3 de julio, con movilizaciones, ceses, rudazos y asambleas. La medida fue definida por el Plenario de sindicatos de prensa de todo el país, que agrupa a trabajadores y trabajadoras encuadrados en el Convenio Colectivo de Trabajo 541/08.
• EN DEFENSA DEL SISTEMA CIENTÍFICO ARGENTINO: DECLARACIÓN CONJUNTA. En la últimas horas, desde la FEDUN, FedLatCi y FESIDUAS emitieron un comunicado donde remarcan: “Rechazamos enérgicamente el desmantelamiento del sistema científico argentino, incluyendo la intervención del CONICET, la eliminación de la Agencia I+D+i y los brutales recortes presupuestarios. Estas medidas atentan contra décadas de desarrollo científico-tecnológico construido con esfuerzo colectivo y reconocido por su excelencia a nivel mundial”. En el escrito, se hace referencia a la postura de las organizaciones y a las demandas concretas sobre Casa Rosada: “Exigimos al Gobierno Nacional que garantice el financiamiento público, respete la autonomía de los organismos científicos y promueva políticas de Estado que prioricen la investigación científica pública”.
• GREMIOS Y ORGANIZACIONES ARTÍSTICAS SE MOVILIZARON CONTRA EL DNU QUE APUNTA CONTRA EL INSTITUTO NACIONAL DEL TEATRO• La comunidad teatral y cultural de la Argentina convocó a una jornada de acción federal para este miércoles 2 de julio, en rechazo al Decreto de Necesidad y Urgencia 345/2025, impulsado por el gobierno nacional, que modifica de forma drástica el funcionamiento del Instituto Nacional del Teatro –INT- y otros organismos culturales. La movilización se inició a media mañana con una conferencia de prensa federal en la sede de la Asociación Argentina de Actores y Actrices. Más tarde, a las 14.30 horas, marcharon hacia el Congreso Nacional, donde los colectivos convocantes reclamaron a diputados y diputadas que den quórum y voten el rechazo del decreto presidencial.
• CÓRDOBA: COOPERATIVAS Y MEDIOS COMUNITARIOS SE UNIERON A LA RONDA DE JUBILADOS. Ante el “abandono estatal” más de 100 cooperativas y medios de comunicación comunitarios exigieron que se activen políticas públicas para impulsar la producción y garantizar salarios dignos. “Las y los trabajadores de cooperativas confluimos en el reclamo con el sector más opositor del gobierno: los jubilados”, indicaron desde la concentración en el centro de la Ciudad.
• ELENCOS ESTABLES DE CÓRDOBA LE RECLAMAN A LA PROVINCIA UNA SUBA DE SALARIOS. El Sindicato de Músicos Córdoba en Instagram: “Informamos el rotundo rechazo a la propuesta salarial ofrecida por el Gobierno provincial y exigimos una nueva oferta que contemple un plan serio de recomposición del poder adquisitivo acorde a nuestras necesidades. Para que Córdoba sea cultura debe haber salarios dignos para sus músicos”, pero el salario de un recién ingresado es 770 mil pesos de bolsillo.
• MENDOZA: EL SUTE ACEPTÓ LA PROPUESTA DE AUMENTO DE 10% EN TRES CUOTAS OFRECIDO POR EL GOBIERNO. Tras los plenarios departamentales realizados el martes este miércoles el SUTE (Sindicato de Trabajadores Unidos de la Educación) llevó adelante el plenario provincial de delegados y allí por amplia mayoría fue aprobada la propuesta de aumento que hizo el Gobierno en las paritaria. Hace 10 días el gremio de los docentes informó que bajaría a las bases la oferta del Estado y así lo hizo.
• SAN LUIS: JUDICIALES PROTAGONIZARON UNA JORNADA DE LUCHA PARA EXIGIR LA LEY DE PARITARIAS. El Sindicato Judiciales Puntanos (SIJUPU), integrante de la Federación Judicial Argentina (FJA), protagonizó junto a otras entidades gremiales la Jornada por la Ley de Paritarias en San Luis, un evento impulsado por la Mesa Intersindical Estatal que tuvo como objetivo manifestarse en contra de la alarmante pérdida del poder adquisitiva de los salarios. Con una baja que ya supera el 80%, los docentes, trabajadores de la salud, judiciales, personal legislativo, empleados de la administración pública y municipal enfrentan una situación insostenible donde sus sueldos no alcanzan para cubrir la canasta básica.
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Maia Volcovinsky: Desde el guardapolvo hasta la CGT, una historia de vida y militancia

Maia Volcovinsky, secretaria adjunta de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación y secretaria de Derechos Humanos de la CGT, repasa su historia desde sus primeros años como trabajadora meritoria en la Justicia hasta su rol actual como articuladora entre distintas corrientes del sindicalismo argentino. Con tono directo y mirada política, Maia habla de desigualdad, militancia estudiantil, feminismo, el rol de las mujeres en el poder y la necesidad de volver a pensar la política como herramienta transformadora. A lo largo de esta conversación íntima y potente, comparte experiencias personales, ideológicas y gremiales con una sinceridad poco habitual en el ámbito sindical.
LCV: “Nosotros, normalmente, cuando tenemos invitados que por primera vez vienen acá, hacemos una breve síntesis de su historia de vida. Entonces contame, ¿cómo es que llegaste al sindicalismo?”
Maia Volcovinsky: “Yo arranqué como meritoria a trabajar en la Justicia cuando tenía 19 años. Había trabajado a los 18, cuando recién había terminado la escuela secundaria, en un estudio… hiperexplotada. Y dije: ‘A mí solamente me va a explotar el Estado. Solamente. Nadie, nadie del sector privado me va a explotar de esta manera.’ Así que ahí me arrojé de brazos abiertos a la explotación como esclava moderna en la Justicia, porque bueno, no tenía posibilidad de ingresar a ningún poder del Estado. No tenía vínculos con nadie. Estamos hablando del año 2001. Pero la Justicia siempre recibía bien a la gente que quería trabajar gratis. Claro. Y bueno, ingresé como meritoria en el año 2001, el 21 de septiembre de 2001. Estuve de meritoria…”
LCV: “Meritoria, ¿eh? Digo, contale a la gente qué es exactamente.”
Maia Volcovinsky: “Era una forma en la que los que no teníamos ningún padrino en la Justicia podíamos acercarnos, aproximarnos a ser parte de la Justicia. Y después de mucho tiempo, por ahí quedabas, y por ahí no. Por ahí se cometía el acto de justicia de que aquel que había hecho méritos fuera designado en la vacante que se generara. Y por ahí no. Por ahí nombraban al hijo pródigo…”
LCV: “Claro. En los grandes medios, la figura se llama ‘pasantía’.”
Maia Volcovinsky: “La pasantía es una figura… para nosotros ahí te pagan dos pesos con cincuenta, no sabés si vas a quedar, y escribís como loco. Una figura por ahí hasta regulada, en el derecho, legislada. El meritorio no. No era algo que estaba prohibido, pero se permitía. Y bueno, fue para mí la posibilidad de ingresar, pero en realidad era absolutamente injusto. Y ahí, lo primero que hice cuando ingresé fue afiliarme, aunque no podía contribuir porque no cobraba un sueldo. El meritorio no cobra nada. Nada, nada, nada. Si tenían buena onda, te juntaban plata para pagarte el viaje, pero nada. Ahí donde estaba yo, era nada. Éramos siete meritorios. O sea, una parte importante de la planta de trabajadores se sostenía con trabajadores que íbamos de manera gratuita a contribuir con la tarea judicial. Y bueno, así como inicié mi camino de esa manera, también inicié mi lucha desde ese lugar en el gremio. Empezamos a organizarnos. No era la primera, pero me incorporé al grupo que había de meritorios. Éramos el ‘antiño’. Preparábamos jornadas en Plaza Lavalle para protestar contra esa forma de ingreso y exigiendo un ingreso democrático a la Justicia.”
LCV: “¿20 años tenías?”
Maia Volcovinsky: “Eh, 19, 20. Más o menos.”
LCV: “Me hace acordar un poco la historia a la nueva generación. Hay una nueva generación que está haciendo esos reclamos en democracia, de inexactitudes en el sistema.”
Maia Volcovinsky: “Claro, era un error de la Matrix.”
LCV: “Pablo Flores, la gente de AEFIP también. Esta generación que está ahora en la conducción, la mayoría de ellas nacieron para pelear contra… no sé cómo se llamaba.”
Maia Volcovinsky: “Sí, también era meritorio. O era pasantía. Parece que era pasantía, pero también la misma situación de injusticia entre gente joven, muy formada y demás.”
LCV: “¿Siempre tuviste esta vocación por la pelea colectiva?”
Maia Volcovinsky: “Desde chiquita. Del secundario. Sí, sí, fui presidenta del centro en el Lenguas Vivas.”
LCV: “Bueno, vamos delineando el perfil… Cuando eras chiquita, ¿qué querías ser?”
Maia Volcovinsky: “Chiquita, chiquita, quería ser médica, como mi mamá. Y nada, nos tocó vivir como familia las crisis económicas. Mi familia hizo un esfuerzo enorme. Yo pude ir a un colegio privado, pero ya mis hermanos no pudieron sostenerlo. Y bueno, era muy difícil, no teníamos ni para el uniforme… Ibas en bicicleta porque no había para el colectivo… toda una serie de situaciones que en el intento de mantenerse en una posición social que no podíamos sostener, yo sufrí muchas situaciones de desigualdad. Cuando llegó el tiempo de iniciar la secundaria, dije con mucha decisión que quería ir a un colegio público. Porque quería algo más igualador. Fue un momento muy liberador ingresar a la escuela pública, liberarme de la presión del estatus que no se podía sostener. Quería ponerme el guardapolvo, ¿entendés? No quería sufrir más lo que sufría de no poder tener la pilcha que tenían otros. Y cuando llegué al colegio, me puse el guardapolvo, y resultó que ese era el primer año que el colegio habilitaba guardapolvo o vestimenta azul. Y yo era la única con guardapolvo. ¡Me encantó! Fue mortal. Dije: ‘No me importa nada. Yo voy a sostener esto.’ Estaba reorgullosa, refeliz. Lo había planchado yo. Cada mañana. Y un día, alguien tocó la puerta del aula y pidió permiso para hablar con los compañeros del curso. Era una chica, una alumna con guardapolvo. Se presentó: ‘Soy Micaela, del centro de estudiantes.’ Y dije: ‘¡Wow! Hay alguien más de mi especie. Es por ahí.’ Y nos invitó a los que estábamos ahí a sumarnos a una reunión. Y bueno, a los 13 años arranqué ahí.”
LCV: “¿En tu familia había formación política? ¿Se salteó una generación?”
Maia Volcovinsky: “Mis padres, como que no. Muy lectores y estudiosos, pero no se hablaba de política en casa. Pero sí, después indagando, viste que yo tengo un apellido ruso, y son todos rusos, polacos y ucranianos. Y que el abuelo comunista, que el bisabuelo menchevique, que era el delegado del pueblo… que bueno, se rastreaba, había participación. Que la tía que te leía a Mariana Walsh… y bueno, sí, había algo.”
LCV: “¿Y cómo arribás al peronismo?”
Maia Volcovinsky: “Miento si digo que sólo en el sindicalismo. Porque, ¿sabés qué? La educación pública, por lo menos acá, no tiene ninguna invitación a conocer el peronismo. De hecho, lo evita. Lo digo en la secundaria, y en la universidad también. Estudié Derecho y no se menciona la Constitución del ’49 para nada. Pero promediando la secundaria, yo estaba cerca del Centro Cultural Enrique Santos Discépolo, donde Galasso daba talleres de historia argentina. Le pedí a mi papá que me acompañara, porque había pasado por la puerta y había visto que había toda gente muy grande, y me daba cosa. Y bueno, me empezó a acompañar a unas charlas. Fue mi primer acercamiento. Después, ya en la universidad, me acerqué a una agrupación que tenía la cara de Evita y el Che a la vez. Se llamaba Patria Libre. Ahí empezó mi hijo también su derrotero, porque no había otra cara peronista en la facultad, por lo menos en Derecho. Y después, bueno, por supuesto, en el gremio fue… ya está, un mar. Ya era eso.”
LCV: “Vamos a escuchar un poquito de música, ¿te parece? Y después seguimos con cómo te llevás… Dice esa nota, la que dice ‘Volcovinsky, la flamante cara del poder de la CGT’ —que era del año pasado—, dice que te llevás muy bien y que sabés manejar muy bien las relaciones con los gordos, con todos los estamentos del sindicalismo argentino, de derecha a izquierda. Vamos a ver eso cómo se descula, después de escuchar un poco de música.”
[Fragmento musical]
LCV: “Bueno, va cortita esta, porque tenemos poco tiempo. Lamentablemente, nos quedan ocho o diez minutos nada más. Así que… ¿cómo construye poder una mujer dentro de la CGT, dentro del sindicalismo? Yo te he visto en acción, y es cierto que tenés un buen trato, y es cierto que te consideran mucho distintos sectores, distintas tribus —por decirlo de alguna manera— del sindicalismo. Y ni contar la confianza que te tiene Piumato y lo que es la relación entre ustedes. ¿Cómo se congenia todo eso con una rubita —porque ustedes no la están viendo… Ah, sí, la están viendo, es cierto que estamos en pantalla— una rubita, mamá de dos niñas, un nene, mamá de un niño, que además se corre para todos lados para llegar a tiempo con las cosas del pibe también. ¿Cómo hacés?”
Maia Volcovinsky: “Yo creo que las mujeres tenemos algo que hay que aprovechar en cualquier ámbito de organización. Más en estos tiempos que estamos viviendo, de tantas divisiones, grietas, libanización, confederación del peronismo… Tenemos una disposición mayor a unir, a reunir, a buscar conciliar posiciones, a limar tensiones y asperezas. Me parece que cualquier organización que pondere el rol de la mujer, sale ganando en eso. Totalmente. Y la verdad que la CGT es un lugar donde hay todo por hacer. Donde hay un montón de cosas para hacer, y un montón de herramientas dormidas. Uno, si tiene ganas de hacer cosas, las puede ir a hacer. A mí me tocó mucho tiempo aportar al área de la Juventud Sindical. Y uno por ahí puede decir: ‘bueno, una cuestión generacional’. Pero no. En realidad es una forma más horizontal de construir las decisiones, que te permite realizar cosas más grandes, que consolidan vínculos en el tiempo. Y a la larga, se trata de eso: de cuidar vínculos, de establecer acuerdos, de hablar del país, digamos. Porque no nos reuníamos a tomar el té y a hablar de… No. Claramente.”
LCV: “¿Cómo hacés para… o mejor dicho, no cómo hacés: ¿cuál es la lectura, desde tu mirada —que tenés, peronista, sindical—, no sé si decirte feminista, pero sí seguramente una mirada de mujer, al respecto de una cultura con este sistema de crueldad permanente y de denostación que hoy lo… Te digo, te pregunto esto como para ir cerrando, porque ha sido el tema de hoy del programa. Todos hemos salido a hablar un poco absolutamente sorprendidos que nos tiene el apogeo de la crueldad. Y las mujeres ahí tienen todo para poner una barrera. Porque si hay alguien que no puede soportar el avance cruel sobre la persona humana —sean niños, sean ancianos, sean hombres o mujeres del trabajo— me parece que las que más ponen la voz en alto, o más autoridad… porque aparte te sale de las vísceras… para enfrentar un modelo cruel.”
Maia Volcovinsky: “A las mujeres, a nosotras. Pero te hago de abogado del diablo y te digo: también tenés a Margaret Thatcher, tenés a Lilia Lemoine, tenés a la ministra de Capital Inhumano… Tenés todo eso, que también son mujeres y también están aplicando la regla dura en este sistema. La aplicaron y la aplicarán.”
Maia Volcovinsky: “Pero bueno, yo creo que tiene que ver, sí, con el aporte de la mujer, pero además con una mirada social, una mirada política en lo social. O sea, en tu caso, una mirada peronista. Si vos me preguntás específicamente qué puede traer la mujer, te digo eso. En general, me parece que nosotros somos tributarios de una doctrina que no resiste lo que estamos viendo. No solo como peronistas lo digo. Me parece que el argentino es así. El argentino, exactamente, no es algo que le agrade: la política de la crueldad. Lo mismo, vos podés encontrar una excepción que confirme la regla en mujeres dirigentes que sean como Thatcher, o como Pettovello, o como Bullrich… Vas a encontrar esas mujeres. Podés hacer una lista larga. Pero me parece que igual que vas a encontrar argentinos que te confirmen esa regla de ser crueles, también vas a encontrar argentinos que confirmen la regla de la justicia social. A mí me parece que los argentinos tenemos un estándar de valores que no son fáciles de penetrar. De todas maneras, hay que trabajarlo. No es algo que sea para siempre. Un día te levantás y hay muchachos jóvenes que parece que nacieron de un repollo, pero también nacieron acá. Que te dicen: ‘Bueno, y si no tengo dónde caerme muerto porque no tengo jubilación, no tendré dónde caerme muerto. Ya está.’ Bueno… hay cosas que por ahí dábamos por ganadas, y un día te levantás y no tenés el día del trabajador estatal. Y te das cuenta que tenemos que volver a luchar, porque nada está ganado para siempre.”
LCV: “Vivimos buenos gobiernos, o no tan buenos, pero mejores que este. Y de repente te das cuenta que está todo puesto en juego.”
Maia Volcovinsky: “Sí. Además de mejores o peores en tanto economía —es un problema que no nos queda tiempo para analizar—, pero seguramente mejores. Y los incluyo a todos los anteriores de estos 40 años. Cuando digo ‘todos’, soy sumamente amplia, porque voy de Alfonsín hasta el kirchnerismo. Había valores inamovibles, había situaciones no discutidas. Después hubo cosas que se sumaron —la diversidad, bla, bla— pero había cosas que nadie discutía: la escuela pública, la salud pública, la universidad pública. Hoy estamos discutiendo todo aquello que parecía permanente.”
LCV: “Bueno… ¿cómo vamos a salir de esta? Y con esto cerramos.”
Maia Volcovinsky: “Con política. Con política, sí. Lo digo como gremialista, porque hay una… y porque siento la presión de decir: ‘Bueno, ¿qué hace la CGT?’ Y la CGT es una herramienta gremial que, por supuesto, puede contribuir a la política. Pero no es privativo nuestro. Es algo que tenemos que hacer todos juntos. Creo que los trabajadores tienen que ser parte, que los trabajadores organizados tienen que ser parte de la solución política. Pero si no somos conscientes de que la solución es política, vamos a seguir atravesando situaciones como esta —y peores— porque la degradación social es cada vez mayor, la entrega es cada vez mayor, y si no tomamos cartas en el asunto desde la política, nos vamos a encontrar con un país muy difícil de levantar. Y la comprensión de textos es cada vez menor. Aunque mi fletero favorito del día de la fecha diga: ‘¿A quién le vas a creer? ¿A la tele o a la heladera?'”
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Del aula a la energía cooperativa: la historia de Ecotec y su apuesta por la soberanía energética

La cooperativa Ecotec nació de un grupo de estudiantes y docentes de una escuela técnica de Berazategui, que decidió transformar su experiencia en investigación en un proyecto productivo con impacto social. Ramiro Rybczuk, su presidente, cuenta cómo fue ese recorrido desde los primeros talleres escolares hasta el desarrollo de tecnología nacional en energías renovables.
LCV: “¿Cómo fue que este grupo de investigación decidió formarse después en cooperativa de trabajo, Ecotec?”
Ramiro Rybczuk: “El grupo, digamos, de lo que es investigación de los alumnos en la Técnica 2, eh, se empieza a dar un poco antes, en 2009, 2010. Y hay un grupo que quiere seguir, digamos, desarrollando esas experiencias por fuera del colegio. Además de eso, hay un impulso dentro de lo que fue el municipio, como para poder implementar… digamos, también está muy relacionado con los colegios técnicos, y se propone desde ahí la idea de formar algún tipo de asociación, una cooperativa, como para poder desarrollar lo que son proyectos en energías renovables. Desde ese lado, más desde la innovación, eh… tratar de aplicar —que en ese momento era algo novedoso en el país, digamos—. Y nada, desde ahí van surgiendo distintas experiencias de lo que es implementar energías renovables dentro de distintos ámbitos.”
LCV: “¿La primera intención que tuvieron no fue la de trabajo, sino la de investigación? Después, ¿cómo visualizan esto como una creación de laburo o de cooperativa de trabajo?”
Ramiro Rybczuk: “Bueno, ahí fue dando toda una vuelta, digamos. La experiencia de la cooperativa… al principio hay proyectos como para poder desarrollar, y hay una intención también de inscribirse dentro del mercado de energías renovables, tratando de entrar desde lo que es la importación o el ensamble de equipos. Se ve, de determinada manera, impedido por ciertas condiciones de la coyuntura, y la experiencia de la cooperativa pasa a ser un poco más lo habitual. Claro, como ya están formados los alumnos en instalaciones eléctricas, instalaciones industriales, y también teniendo un acompañamiento desde los parques industriales… Nosotros, más acá, en lo que es la ex-NIAFA, del Parque Industrial Plátanos, se cedió el espacio como para que se pueda armar el taller de la cooperativa. Y desde ahí, en cierto punto —2015, 2016—, pasa a haber una gestión de trabajo también para lo que es mantenimiento eléctrico y edilicio más habitual. O sea, fue teniendo una evolución la cooperativa. Desde ese grupo de investigación —que también se sigue desarrollando a través de los años con distintas iniciativas— se convierte ya en una unidad de trabajo para mantenimiento edilicio y redes eléctricas, que son una parte central dentro de lo que son las energías renovables.”
LCV: “Ustedes trabajan entonces… Decime, yo tengo acá esta información y quiero que me expliques de qué se trata: equipos solares fotovoltaicos, solares térmicos, eólicos, obras eléctricas, edilicias, y asesoramiento y desarrollo de estas áreas de proyecto. ¿Trabajan hacia empresas? ¿Hacen concursos internacionales? ¿Trabajan con el Estado? ¿Cuál es el destinatario de este acondicionamiento y desarrollo?”
Ramiro Rybczuk: “Bien. Sí, sí, a todo. Lo que trabajamos nosotros es armar los distintos proyectos. Hemos trabajado con el Estado, hemos hecho proyectos para la provincia de Buenos Aires, municipalidades, por supuesto. Trabajamos con privados, presentamos proyectos para industrias, estamos trabajando con electricidad industrial, con constructoras, con gente de los distintos polos industriales. Trabajamos con clientes domésticos, por supuesto. Hacemos instalaciones de este tipo de equipos en domicilios, en locales comerciales. Tratamos de mantener amplio el abanico de trabajo, de no cerrarnos, porque también hay distintas alternativas para poder mantener las fuentes de trabajo. Sí, eso en principio.”
LCV: “¿El trabajo que ustedes hacen —eólico, solar térmico, etc.— está vinculado con estas situaciones o estoy haciendo una asociación demasiado libre?”
Ramiro Rybczuk: “En cierto punto, lo que son energías renovables —más allá del aspecto ecológico— parten de un principio de autonomía energética: brindar energía en zonas aisladas, donde no hay red eléctrica, donde no hay infraestructura cercana. Hay proyectos pensados para redes aisladas. Nosotros, sin irnos tan lejos, realizamos proyectos para quinteros, cultivadores, gente de huertas en la zona de PLT, cerca de La Plata. Zonas donde no llega el tendido eléctrico. Lo que hicimos fue desarrollar un sistema fotovoltaico —paneles solares— para alimentar bombas de riego, para que puedan mantener el cultivo sin usar grupos electrógenos ni cableado complejo. Desde ese punto de vista, las energías renovables dan una posibilidad concreta para atender ese tipo de situaciones. También hay zonas dentro de la cordillera, del monte, del campo, donde no hay acceso a red eléctrica. Se termina supliendo eso con proyectos que pueden desarrollarse desde cooperativas.”
LCV: “Eso implica también un Estado implicado, ¿no?”
Ramiro Rybczuk: “Sí, por supuesto. Muchas veces nos piden presentar proyectos para financiación, préstamos. Desde ese lado, el Estado tiene que estar presente para facilitar el acceso a estas tecnologías, porque si no queda muy restringido.”
LCV: “¿Y han podido intervenir en proyectos con financiación externa, del exterior?”
Ramiro Rybczuk: “Hemos estado vinculados a proyectos de microparques solares. Hay cooperativas de servicios en Córdoba que nos han pedido ayuda para presentar carpetas a —creo— el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) o algún otro ente internacional. La idea era generar una cuota de energía sin depender exclusivamente de la red mayorista. Es una vinculación entre muchos actores para lograr esa capacidad de desarrollo.”
LCV: “En este momento, ustedes están trabajando con la valija solar. ¿Qué es?”
Ramiro Rybczuk: “La valija solar es un generador eléctrico que funciona a partir de paneles solares. Es un equipo integrado: tiene baterías, un regulador, un inversor… Los paneles generan energía en corriente continua, eso pasa a un regulador, se acumula en baterías, y luego un inversor transforma eso para usarlo como 220V. Este desarrollo es —tenemos entendido— el primero de carácter nacional, desde el diseño y la producción. Conocemos un emprendimiento que ensambló en el país, pero no desde el diseño electrónico e industrial, como es nuestro caso.”
LCV: “Además, han recibido el Sello de Producto Cooperativo del IPAC por esta valija solar.”
Ramiro Rybczuk: “Sí, vinieron representantes del IPAC, vieron nuestro trabajo, la manufactura en pequeña escala, el desarrollo, el escalamiento posible… Y eso fue reconocido por actores de la provincia. Lo agradecemos muchísimo, porque es un reconocimiento a nuestro trabajo.”
LCV: “¿Cuántos son ustedes?”
Ramiro Rybczuk: “Somos un grupo reducido de asociados, 12. Tenemos colaboradores externos por demanda de proyectos. Tenemos un núcleo administrativo, técnicos, y quienes desarrollan productos, como la valija solar.”
LCV: “¿Y el promedio de edad?”
Ramiro Rybczuk: “Tenemos un núcleo más joven —28, 30, 31 años— y otro grupo más cerca de los 60, 65 años.”
LCV: “Están haciendo el traspaso generacional.”
Ramiro Rybczuk: “Sí. De los fundadores queda uno solo. La mayoría entramos hace tres o tres años y medio. Otros hace siete años. Hubo nuevos ingresos después de la pandemia, con foco en el desarrollo de productos y proyectos para terceros. Participamos también en proyectos de integración cooperativa del IPAC, proponiendo desarrollos para zonas públicas. Uno de los que hicimos fue lo que se llamó los árboles solares.”
LCV: “Para cerrar: ¿el parque industrial donde están es el de Rosato?”
Ramiro Rybczuk: “Sí, el Parque Industrial de Plátanos. Rosato fue quien nos cedió el espacio para tener nuestro taller.”
LCV: “¡Un genio! Estuvo varias veces en este programa. Si lo ven, mándenle saludos. Visitamos el parque y es asombroso lo que tienen ahí en Berazategui.”
Ramiro Rybczuk: “Para nosotros es un gran caso de estudio. Una recuperación de capacidad productiva en Argentina, gracias a la iniciativa de empresarios, cooperativistas, y con impulso municipal. Es una sinergia como deberían ser las cosas cuando funcionan bien: Estado, mundo privado, y saber técnico. Argentina es muy rica en eso.”