El Decreto de Necesidad de Urgencia firmado este lunes por el presidente Macri, a menos de un mes de las elecciones presidenciales, tiene como único objetivo licuar el valor real de la indemnización correspondiente al trabajador, sea que haya sufrido un accidente que le provocó lesiones o la misma muerte. Entre que comienza una investigación de la ART y el cobro de las víctimas pueden pasar años. Antes se establecía su actualización según la tasa que decidía el Banco Nación que tenía en cuenta la inflación. Ahora aparece un nuevo índice que estará controlado por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social que es mucho más bajo que el anterior.
El tema es grave. Desde La Columna Vertebral llevamos adelante la campaña #BastaDeMuertesObreras luego de conocer el último índice de mortalidad en accidentes de trabajo que estudió los casos del año 2017 y se publicó en el 2018: cada 21 horas muere un obrero en ejercicio de sus funciones. Más de un trabajador por día. En ese año, además, hubo más de quinientos mil accidentes laborales, muchos de ellos provocando lesiones irreversibles y discapacidad.
Sin ir más lejos, en el mismo día en que Macri firmaba la flexibilización de las indemnizaciones, el diario Página 12 publicaba un informe especial sobre las condiciones de trabajo en Vaca Muerta: hasta el momento hubo ocho obreros muertos en la obra. El matutino destaca que hace un par de años hubo 2400 despidos en Vaca Muerta, que luego fueron retomados como tercerizados, con condiciones de trabajo precarias, sin una capacitación idónea y 12 horas corridas de trabajo.
La semana pasada, se desplomó el techo de una obra en Ezeiza. Un obrero murió y otros quince sufrieron heridas de consideración. El apuro por cortar una cinta antes de las elecciones obligó a los trabajadores a trabajar a destajo sin las necesarias medidas de seguridad.
En nuestras páginas hemos informado muertes de obreros por diversas razones. Mientras choferes y constructores llevan la peor parte, también hemos visto empleados electrocutados, jovenes aceiteros asfixiados por los granos, obreros que caen en pozos ciejgos, o maestros y estatales a los que les puede explotar una escuela por falta de mantenimiento submarinos que se van a pique. También charlamos con sobrevivientes de desastres en fabricaciones militares. Una y otra vez repetimos Basta de Muertes Obreras. Lejos de sensibilizarse, el presidente decidió rebajar ostensiblemente la reparación que le corresponde al trabajador o sus familiares.
Sin sonrojarse, Mauricio Macri firmó hoy un decreto que dice: “Establécese, respecto del cálculo del monto de las indemnizaciones por incapacidad laboral definitiva o muerte del trabajador, la aplicación del siguiente criterio: 1. A los fines del cálculo del valor del ingreso base se considerará el promedio mensual de todos los salarios devengados -de conformidad con lo establecido por el artículo 1° del Convenio N° 95 de la OIT- por el trabajador durante el año anterior a la primera manifestación invalidante, o en el tiempo de prestación de servicio si fuera menor. Los salarios mensuales tomados a fin de establecer el promedio se actualizarán mes a mesaplicándose la variación del índice Remuneraciones Imponibles Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE), elaborado y difundido por el MINISTERIO DE SALUD Y DESARROLLO SOCIAL.”
Según Luis Enrique Ramírez, presidente de la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas (ALAL), “una reforma de este tipo no podría ser aprobada hoy por el Congreso, que es donde debió ser tratada. Claramente el presidente Macri firmó un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) porque el tiempo no le alcanza para que se apruebe un proyecto de ley de esta índole, y en diciembre el gobierno cambia. No hay otras razones de necesidad y urgencia que lo justifiquen”.