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Mujeres

La patria de Clementina, por Laura Giussani Constenla

Dicen que la Patria es el locro. Será que me compré uno baratito (¿quién puede resistir una porción a 390?!) pero la tal Patria no me cayó bien. Juro que intenté descansar, no ver, no oir, no mirar más que Netflix. Apenas unos minutos de noticieros y redes fueron suficientes para echar todo por la borda. Putear a los unos y los otros. ‘La Patria es el otro’, dicen y no entiendo ¿Qué otro?

Hermoso 25 de mayo, un día peronista, dirían. Tomo sol en el balcón mientras escucho a Rolando Barbano, un periodista que apareció hace relativamente poco, al principio me compró, parecía decente, bien informado. Hasta que empezó a crecer y se convirtió en algo casi monstruoso: hoy justificaba a un policía de la federal que ‘fuera de servicio’ mató a dos pibes por la espalda que quisieron robarle algo, ‘motochorros’, según sus dichos. Tenían un arma de juguete. El buen Barbano estaba indignado: tendrían que incluir en el código penal que el arma de juguete es igual a un arma verdadera. A la noche, en televisión, dejaba su traje de periodista policial y hablaba como un ciudadano más: ¿cómo pueden prohibirle a quienes se fueron un fin de semana largo que vuelvan a su casa?

Antes, unas decenas o centenas o miles, no sé, protestaban en el Obelisco y en Rosario por este invento de la pandemia. ‘Basta de dictadura’. Y en distintos medios andaban Fernando Iglesias o Patricia Bullrich explicando que todo lo que nos pasa es porque ‘hicieron todo mal’. Ellos, que en éste caso sería el actual gobierno, no el anterior que a la salud le daba tanta importancia que disolvió el ministerio y nos endeudó por qué se yo cuántos años. Pero ellos, Alberto y Cristina, no quisieron la Pfizer. Ni ganas dan de rebatir nada. Dan nauseas.

Vuelvo a la computadora a ver qué aparece entre mis ‘amigos’ de facebook: comunicados indignados porque a Grabois no lo dejaron entrar a Colombia. No entendí muy bien porqué, pero si Grabois no puede entrar en Colombia para demostrar que allí se está ejecutando una matanza parece que nadie se va a enterar en el mundo.

En el mientras tanto, muchas muertes entran por las redes. Entre todas ellas, me quedo con una. Clementina Cayún, enfermera del hospital Ramón Carrillo, de San Martín de los Andes.

Dice Marisa Godoy, maestra y poeta del lugar: “Hay gestos de ternura que una no olvida jamás. Y más cuando esos gestos suceden entre mujeres. Nunca voy a olvidar, Clementina, aquella madrugada en el hospital, cuando mi beba y yo estábamos pasándola mal. Ella sin poder alimentarse porque no podía prenderse a mi pecho y yo muerta de dolor y viniste con toda la ternura y una pezonera. Sigilosa viniste y me enseñaste a usarla y dijiste, total, cuando sanes la dejás.Y así fue.Y aquella madrugada mi beba pudo saciar su hambre y yo calmar mi angustia y dormir. Buen viaje, Clementina. Era lindo cuando nos encontrábamos por la calle y me preguntabas por mi hija.💜Para quiénes no la conocían, Clementina era enfermera del hospital y el bicho no tuvo piedad con ella.Están siendo días tan tristes. Tan pero tan tristes.”

Y el Hospital Ramón Carrillo grita: “HASTA SIEMPRE CLEMEN !!!Hoy es uno de esos días tristes, grises en todo el sentido de la palabra. Se nos fue una de las nuestras, nos dejó una de las enfermeras más queridas del Hospital, porque con su andar tranquilo, sus formas pausadas, siempre estuvo al lado de los que más lo necesitaban y ayudando a muchos enfermeros y enfermeras que hoy peinan canas.Esta tarde di jo basta en esta tierra Clementina Cayún, quien luego de luchar contra esta enfermedad que se está llevando tantas vidas, perdió la batalla. La acompañaron como pudieron sus seres queridos, con oración y rezos, transmitiéndole que deseaban su recuperación. Sabemos, no es novedad, los trabajadores del Carrillo estamos mal por lo que nos toca transitar y encima este golpe; son muchos y muchas las que trataron y apreciaban a Clemen que dio sus mejores años al Sistema Público de Salud y transitaba una merecida etapa de jubilación. En un escrito personal el médico Luciano Eliceche ha hecho saber lo que se está pasando y ahora se añade una frase que dice: “Particularmente el día de hoy me toca despedir con inmensa tristeza a una compañera, una excelente compañera, Clementina Cayun y más allá del dolor que esto provoca me queda la sensación que las balas pican cerca, que ya no es una cuestión de edad o antecendentes; se están yendo padres, hijos, jóvenes, viejos y a veces hasta familias casi completas, esto no discrimina”. No hay más para agregar, simplemente que el golpe es fuerte, que nos sentimos tristes y que deseamos que Clemen descanse en paz.”

Y sí, estamos tristes. Es hora de que se enteren los buitres. Los unos y los otros.

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Patricia González: “El gobierno actual quiere forzar un retroceso en todo lo conquistado en derechos de género y de igualdad”

Entre el 7 y el 9 de marzo se realizará un nuevo Encuentro Nacional de Mujeres trabajadoras de la AEFIP, en el Hotel sindical ‘Presidente Perón’ de Huerta Grande. El lugar elegido, Huerta Grande, fue un mojón en la lucha de la clase obrera. Allí se realizó en junio de 1962 un plenario de las 62 organizaciones peronistas del que participaron, entre otros, Andrés Framini, referente de la Federación Obrera Textil y entonces parte de la dirección ejecutiva de la CGT y Amado Olmos, dirigente del gremio de la Sanidad. Allí se dio a conocer el programa de Huerta Grande, un documento histórico de diez puntos que bien vale recordar. Uno de ellos dice: fiscalizar rigurosamente las sociedades comerciales. En esta entrevista con Patricia González, Secretaria de género e igualdad de oportunidades de Aefip MDN, reivindica la función social que llevan adelante sus afiliados en un momento en que el Estado se ha convertido en ‘mala palabra’ para el Presidente Milei.

Los diez puntos del Programa Huerta Grande de 1962.

LCV: Este 8 de marzo la AEFIP vuelve a reunir a sus trabajadoras en un Encuentro Nacional. Tienen ya una historia detrás en ese sentido, incluso muchas mujeres desaparecidas en la dictadura para reivindicar en este día ¿no?

—Sí, claro que sí. Nosotros en nuestro sindicato tenemos una larga historia, una construcción en el tiempo que apunta a destacar la militancia de nuestras mujeres y a empoderarnos, ¿no? Está un poco tan de moda la palabra, pero en el fondo tiene que ver con eso. Nosotros hace 19 años que venimos haciendo unos congresos, actualmente se llaman Encuentros Nacionales, donde confluimos las dirigentes y delegadas de todo el país para repensar nuestra realidad, para discutir sobre los nuevos desafíos y, obviamente, para rendir homenaje, reconocer el camino recorrido por las que nos antecedieron, incluso y claramente por las que les costó la vida, literalmente, como fue en la época de la dictadura con las compañeras desaparecidas.

LCV: ¿Cuál es el lema de este encuentro que empieza el jueves 7, sigue el 8 y termina el 9? 7, 8, 9 en la localidad de Huerta Grande de Córdoba?

—El lema de este años del Encuentro Nacional de Mujeres de la AEFIP es “Estado y políticas públicas” ¿Y por qué elegimos ese tema? Porque creemos que es lo que está más en riesgo y es lo que tenemos que salir a defender y es lo que hace a nuestra identidad, primero como trabajadoras que somos parte de un Estado, trabajadoras estatales, más allá de que la AEFIP tiene como un tinte muy profesionalizado y demás, y en tanto garantes de esas políticas públicas, porque al buscar y al legitimar la recaudación de impuestos como una acción de justicia social, estamos garantizando el funcionamiento de esas políticas públicas y la construcción de más políticas públicas. En tanto mujeres, está muy claro que también en el gobierno actual hay un ataque y un querer forzar un retroceso en todo lo conquistado en cuanto a derechos de género, derechos de igualdad. Entonces me parece que estas tres temáticas son esenciales en este momento del contexto de nuestro país y hacen específicamente a la identidad de las trabajadoras de AEFIP.

LCV: En este momento está atacado el Estado y está atacada la condición de trabajador del Estado y está mucho más atacada si la condición es trabajadora del Estado. ¿Qué pensás de los conflictos que se están viviendo en este momento tan virulentos donde la palabra que utiliza Manuel Adorni para describir es desaparece el INADI, desaparece Télam, sabiendo que la palabra desaparecido tiene una connotación tan fuerte?

—Hay un tinte de mucha agresividad. Primero, no creo que puedan desaparecer institutos en la sociedad que se han construido con mucha militancia, con mucho contenido. Ninguno de estos institutos que han mencionado desde el INADI y desde Télam y desde todas las empresas u organismos del Estado que se dicen quieren privatizar o hacer desaparecer, no por nada una ley respalda todo eso. Cuando sale una ley de nuestro Congreso eso tiene que ver con que hay una necesidad social para que eso funcione y para que esté a disposición de la sociedad para generar mejores condiciones de vida. Con lo cual nada de eso puede desaparecer de un día para el otro. Pero sí es verdad que hay una intención de daño, esta cosa de instalar el daño, de promover la violencia; como que esa es la forma legítima de hacer las cosas hoy por hoy en la gestión actual del gobierno. Y creo que eso es lo más terrible, que utilicen como forma de legitimar su acción estos pasos violentos o estas disposiciones del gobierno. Eso creo que es lo más doloroso. Obviamente después las consecuencias que ya sabemos que tienen.

LCV: La pobreza, la caída en la pobreza de tanta gente.

—Sí, y lo que viene después de situaciones de pobreza tan duras.

LCV: Ustedes han atravesado conflictos sumamente complejos en distintas épocas de su vida. Es un sindicato que ha sabido de achicamientos.

—Sí y esta estabilidad que nosotros tenemos hoy es el producto de eso. Es un sindicato chico, porque es dentro del Estado un sindicato específico para la AEFIP, pero es un sindicato en el cual hemos sabido construir mucha fortaleza. Esto lo digo incluso desde nuestros orígenes, nosotros logramos un convenio colectivo propio en medio de la dictadura, digo, cuántos se animaban a salir a hacer paros, cortes y demás para conseguir un convenio colectivo con lo que estaba pasando en ese contexto de país, que era tan atroz y había tantos derechos llevados puestos. Y eso se ha repetido en distintos momentos de nuestra historia, que ha habido gobiernos que iban por un achicamiento del Estado, por implementar o instalar esta lógica de que el Estado no sirve, de que el Estado se tiene que achicar y que eso se traduce en un beneficio para la sociedad, cuando es al revés. Todo eso siempre vino de la mano de querer arrebatar derechos, de generar mal clima laboral, situaciones hasta de violencia institucional, y eso nos dio una dinámica fortalecernos y de estar acostumbrados a cada tanto tener que salir a revalidar y preservar lo conquistado, como decimos en el ámbito sindical.

LCV-Es interesante esa mirada. Generalmente no se relaciona el tema del pago de impuestos con una función social.

Trabajar en un organismo impositivo no significa ignorar la esencia de nuestra labor que no es ‘contra’ nadie sino a favor del bien colectivo.Tenemos el rol de proveer para el funcionamiento del Estado. Hay que comprender que tenemos una función social, el Estado no funciona sin los recursos de los cuales se hace, en su mayor medida, de la recaudación que hace este organismo. Y también está atado de la mano de que esta función social que tiene que ver en el ámbito laboral, lo que tiene que ver con la búsqueda de la eliminación del trabajo en negro, de buscar eliminar desigualdades, de que haya una comunidad de trabajadores que trabajen en condiciones dignas. Si uno no está en un trabajo en blanco, difícilmente pueda trabajar en condiciones dignas.

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Entrevista a Graciela Aleñá. Cuando las mujeres hacemos camino.

A días del 8 de marzo, conversamos con Graciela Aleñá, Secretaria General del Sindicato de Vialidad. De su vida y trayectoria gremial, las dificultades de ser mujer en un medio hostil, y de la realidad nacional: las extorsiones de Milei, las burlas de Adorni, Telam y los despidos, el déficit cero y el parate total de obras, el falso diálogo propuesto por el gobierno. Y la situación de los trabajadores de Vialidad. Recién la semana pasada asumió un interventor, no había firma ni proyectos. Nora Anchart en una entrevista que lleva su sello.

LCV: ¿Cuando empezaste tu trayectoria gremial?

—Empecé como delegada al poquito tiempo de entrar en vialidad. Enseguida los compañeros me ofrecieron ser delegada. La verdad, que no tenía conocimiento de nada. Entré cuando murió mi padre, que era vial, en el año 74, diciembre del 74. Así que en el 75 ya me lo propusieron y bueno, ahí empezó.

LCV: Años duros, Graciela, para empezar.

—Sí, durísimos, claro que sí. Ahí tuve que aprender porque yo no sabía nada. Yo venía a estar en mi casa, a hacer laburos en casa y ahí tuve que aprender un montón de cosas, estudiar lo que era esto. La verdad que me atrapó muchísimo. Fui delegada muchos años. Estuve en la Comisión Paritaria prácticamente todos mis años o toda mi carrera como sindicalista, después fui Secretaria General de la Seccional Capital, Secretaria Adjunta a nivel nacional muchos años. Este es el segundo período que soy secretaria general del sindicato.

LCV: ¿Cómo era ser Secretaria General de un sindicato como Vialidad que tiene un gran componente administrativo, pero también tiene mucha gente en obra y mucho hombre en obra y demás? ¿Cómo era en aquel momento hacer sindicalismo una mujer en ese tipo de gremio?

—Y costaba muchísimo, la verdad que costaba. Me imagino que en general, pero en algunos sindicatos tenías que trabajar mucho, siempre trabajar dos, tres veces más que el resto para que de alguna manera hubiera un reconocimiento a la tarea. Creo que eso es lo que más me formó a mí en esta situación, el hablar prácticamente todos los días con los compañeros y recorrer oficina por oficina. Creo que ese fue un ejercicio en el que aprendí mucho. Aprendí mucho a hablar y aprendí mucho a escuchar, que a veces es más importante que hablar.

LCV: ¿Para el delegado es más importante escuchar?

—Sí, sí. Yo creo que si vos sabes escuchar como dirigente, el resultado de lo que tenés que hacer es mucho más fácil. Por supuesto que a veces no siempre podés darle el gusto a todos o solucionar el tema de todos, pero en general te resulta más fácil.

LCV: Decíamos recién que 1974-1975 fueron años sumamente difíciles para el país, pero para el sindicalismo también, particularmente, era sumamente difícil. Estamos hablando de los años del Rodrigazo, de años de muchísima violencia, de violencia civil en las calles y también de muchísima violencia económica con todo lo que sucedió en el gobierno de Isabel. Habiendo vivido aquella etapa, ¿cómo vivís esta etapa?

—La verdad, mucho más preocupada que en la anterior, porque la celeridad del castigo a la clase trabajadora es superrápida, va en un jet todos los días y aparte a todos los sectores.

LCV: O sea, es peor esta etapa que 74 o 75.

—Sí, de otra manera. Aquella tuvo cosas medio oscuras, que hay que reconocer que fue así. Temor por otras cosas. Pero acá lo que uno ve es en peligro todo el sistema, ¿no es cierto? Porque uno no puede de la noche a la mañana hacer desaparecer Télam, hacer desaparecer Aerolíneas, hacer desaparecer el Banco Nación. No sé, queda claro que odian el Estado, queda claro que no quieren saber nada con el Estado, nada más que para un grupito pequeño que arribe a sus negocios, ¿no? Porque si no, uno no encuentra sentido. Tener hoy chiquitos que no pueden acceder a su remedio oncológico, tener chiquitos discapacitados que han perdido toda la posibilidad de estar a la par que cualquiera, de poder ejercitarse en una escuela y como es un montón de cosas más, que no las voy a enumerar, llevaría mucho tiempo, pero me parece que estamos todos en peligro.

LCV: Acabás de mencionar tres veces un verbo, que es el verbo desaparecer. Cuando le hicieron una pregunta al vocero del presidente, a Manuel Adorni, acerca de qué iba a pasar con la agencia Télam, dijo: Desaparecerá. Con todo el contenido y el continente que tiene esa palabra para los argentinos, usada desde un púlpito del Estado. Esta situación en donde no están necesitando tanques para estar acabando con nosotros, vos decís que más allá de los votos, yo sé que los votos fueron democráticos, que hay que respetar y demás, pero digo, ¿el poder que se está ejerciendo es un poder democrático o es un poder rayano en el autoritarismo?

—No, es autoritarismo y extorsionador. Quedó claro el otro día cuando habló el presidente, que también es extorsionador este gobierno, ¿no es cierto? O sea, te invita a firmar un acuerdo como el que invitó a firmar, siempre y cuando le voten las leyes que él quiere. O sea, la verdad que no sé qué tipo de negociación es esa. Nunca conocí. Cuando hablo de negociación, hablo buenamente de lo que es negociar, en política o en gremio. O sea, lo que hace es extorsionar. Si vos me votaste el DNU o la Ley Ómnibus, yo te invito y venís a Córdoba, firmamos y somos todos amigos. Creo que es un autoritarismo total. Creo que pueden decir cualquier cosa, manchar a las personas; el mismo el vocero, reírse, chau, chau, Télam. O sea, burlarse de la cantidad de trabajadores, de toda una historia, además, que tiene Télam.

Yo le pediría al Presidente que diga los nombres de los ‘ensobrados’, porque salvo a Massa, solo mencionó sindicalistas. Está claro dónde quiere llegar.

LCV: 78 años, pero además, 700 trabajadores que son 700 familias.

–Por eso. O sea, yo creo que estamos bancándonos que nos digan cualquier cosa en los medios y los medios hacen silencio sacando alguno que otro que por ahí te lo pase y te toma posición. El resto hace silencio y es una barbaridad lo que está pasando, ¿no es cierto? Yo le pediría al presidente que tire los nombres de de los ensobrados, que tire los nombres de los gobernadores, porque qué casualidad, sacando a Massa, que lo nombró, después son todos sindicalistas los que nombró. Entonces, ya está claro hacia dónde quiere llegar.

LCV: ¿Por qué crees que estamos tranquilos? ¿Por qué la gente está soportando esto?

—No sé, yo creo que por ahí nos hemos acostumbrado a estar más tranquilos y nos está faltando comunicar, tal vez,, hacer ver cuál es la realidad, hacer ver lo que significa el DNU o la Ley Ómnibus, que cada ciudadano lo vea. Creo que está faltando un poco de esa enseñanza, porque no tienen porqué saberlo tampoco, aparte son miles de hojas. Pero bueno, yo creo que pasa por ahí, pasa por algunos que creen que no les va a tocar. No sé, esta situación así adormecida tal vez es lo que más nerviosa me pone a mí en lo personal, pero también a veces pienso que es esta calma previo a la tormenta.

LCV: ¿Tenés hijos?

—No, tengo unos sobrinos hermosos.

LCV: Te preguntaba porque viste que uno siempre proyecta cosas y el otro día me decía una amiga que esta generación es la primera en que los hijos van a estar peor que los padres.

—Y sí, porque aparte sumale este odio que hay, que es terrible. El odio es una cosa en la mirada, en los gestos, en la calle. No te importa nada del otro; pero está engendrada por las propias palabras. Si un vocero presidencial le dice a los trabajadores, a los 700 trabajadores de Telam: Chau, Télam, chau, burlándose, el que viene atrás se va a burlar más y el troll que lo sigue a él se va a burlar más. Y esto es una cadena que no la vamos a terminar nunca.

Estamos a días del operativo de vialidad invernal en Patagonia. Todavía no se ha comprado sal. Sin sal no podemos despejar la nieve. Estamos en el aire.

LCV: Graciela, vayamos al tema concreto de vialidad. ¿Cuál es la situación? Ustedes la semana pasada tuvieron un encuentro. Contame, ¿cuál es la situación laboral de los trabajadores de vialidad y qué respuesta tuvieron la semana pasada?

—Por suerte nombraron al administrador de Vialidad Nacional, no teníamos administrador y eso significaba una serie muy grave de inconvenientes porque no podíamos hacer absolutamente nada, sacando que algunos funcionarios se hicieron cargo de alguna manera de la situación. Pero la verdad que también estoy preocupada porque la reunión fue buena, las intenciones, un poco lo que queríamos escuchar nosotros, que íbamos a continuar con la conservación, esperanzados en que se retome la obra pública, no solo por nosotros, sino por los cientos y miles de compañeros que se han quedado sin trabajo, pero la verdad que pasan los días y es preocupante. Nosotros estamos previos a lo que es el operativo invernal en toda la Patagonia para el despeje de nieve y estamos medio en el aire, ¿no? Todavía no se ha comprado la sal, si no tenemos sal no podemos despejar la nieve, etcétera, etcétera.

LCV: Claro, porque vialidad no es solamente el tema de hacer los caminos, sino también de mantenerlos, de tenerlos.

—Sí, básicamente la mayoría de nuestros trabajadores están dedicados a la conservación. Lo que es construcción se hace con empresas, con la inspección, laboratoristas y demás nuestros, pero el fuerte nuestro, nosotros estamos atendiendo ahora casi 28.000 kilómetros de conservación. Deberíamos estar atendiendo. Esto nos preocupa. Le decía a los compañeros al principio de toda esta gestión que, bueno, hay varias maneras de privatizarte, no voy a usar la palabra desaparecer, pero de sacarte del medio e ir desfinanciándote, ¿no? y en este momento yo tengo que decir que estamos desfinanciados. Se les debe a los compañeros los viáticos del mes de diciembre y toda una seguidilla de cuestiones que la verdad es preocupante. Yo espero que el administrador con la palabra que me dio personalmente pueda cumplirlo porque se vio una buena intención pero si el gobierno no se levanta de la caja donde se sentó, va a ser muy difícil que podamos realizar nuestra tarea y la gente nos va a terminar insultando a nosotros.

Una de las formas de privatizarte es desfinanciarte y estamos desfinanciados. Todavía nos deben los viáticos de diciembre. Si el gobierno no se levanta de la caja donde se sentó va a ser muy difícil

LCV: Viste que ya hay varios interventores que están renunciando justamente porque están pidiendo la guita mínima para funcionar y Caputo se las niega.

—Por eso, así es fácil tener un déficit cero. No trabaja nada, nada se mueve, todo se paraliza, echamos trabajadores, cerramos empresas, no sólo del Estado, privadas, bueno, lo que está pasando con el tema del acero, ¿no es cierto? Es gravísimo.

LCV: ¿A cuántos trabajadores involucra esto? Incluyendo lo del acero, lo que tiene que ver con los caminos y todo lo demás

—Y que están en paralelo es un montón, es un montón, porque tenés algunos donde se construye camino, los compañeros de la construcción, el que vende el asfalto, el que vende la nafta, el que te vende las herramientas para que puedas trabajar, el aceite para el gasoil, las cubiertas, hasta la comida en la zona donde estás trabajando y movilizando toda la tierra. Es un montón. No sé hoy decirte el número porque el viernes pedì el dato de la cantidad de obras viales que se han paralizado, porque cuando hablan de paralización de obras están hablando en general de lo que es el agua y demás, pero de obras viales, y bueno, no tengo el número, pero sí lo primero que me dicen es “terrible Graciela”. Eso nos preocupa mucho, porque no somos solo nosotros.

Los funcionarios dicen que los empresarios se harán cargo de las obras pero ninguna empresa se va a hacer cargo de una ruta en donde pasan 10 autos por día. Allí es donde debe estar el Estado

LCV: Porque en el momento del apogeo de las rutas argentinas, a la vera de las rutas, lo que crecía eran los pueblos. En la medida en que los pueblos, las rutas, van cayendo en desuso o no se arreglan y demás, la consecuencia más directa es la desaparición de esos pueblos.

—Sí, además la falta de conectividad. Vialidad, indudablemente, cuando yo escucho que los funcionarios hablan de que las empresas van a hacerse cargo, ninguna empresa se va a hacer cargo de una ruta donde pasan 10 autos por día.

LCV: ¿No es por eso que las rutas que son nodales para poder tener conectividad en pueblos que de otra manera no la tienen porque no son rentables? ¿No es ese el sentido del Estado?

—Ahí es donde está el Estado. El que tiene que salir hasta un hospital en una localidad vecina, los chiquitos que van a la escuela, no sé, el que trabaja, el que va a trabajar a un pueblo vecino. O sea, me parece que es importante y aparte un tema que nadie está hablando, que esto es grave, ¿no?, la falta de conectividad, de la salida de nuestra mercadería, de nuestra producción del campo, que es el tema de los accidentes. Porque si yo no corto el pasto, no repongo las señales que se roban, no hago el bacheo de las rutas, no recalzo las banquinas, etcétera, etcétera, y bueno, van a terminar habiendo mucho más accidentes de lo que podía haber hasta ahora. Aparte, algo que es grave para el país, no puede ser que cada cuatro años cambie el gobierno y damos diez pasos para atrás. Vamos para atrás, después volvemos para adelante. Estamos siempre parados en el mismo lugar.

Este parate nos hacer perder todo lo que ya se puso en las rutas argentinas. El deterioro de los caminos tendremos que volver a pagarlo y será más caro que el mantenimiento. Ese es el verdadero robo

LCV: ¿Cuál fue el mejor momento nuestro en términos de obra vial?

—Hace muchos años. Me acuerdo por mi padre, que me contaba. No recuerdo bien el año, pero hace bastante. Hubo un administrador que le dio mucha fuerza a Vialidad. Después fueron vaivenes, decaímos como estamos decayendo ahora. La gestión pasada levantamos, ahora caemos, caímos con el macrismo. Es muy difícil. A mí lo que me preocupa es que todo es plata del Estado, porque se habla tanto de la plata del Estado. Y estos señores, este frenate que están haciendo, no hacen otra cosa que haber perdido lo que ya se puso en las rutas argentinas, porque este deterioro que va a haber en los caminos, lo vamos a tener que volver a pagar en lugar de tener un mantenimiento permanente, ¿no es cierto? Ese es el verdadero robo.

LCV: Y el ciudadano lo paga cada vez que se le rompe un auto o se le rompe algo del auto transitando esos caminos.

—Y rogamos que no se muera nadie, ¿no?

LCV: Graciela, para cerrar, ¿tenemos salida? ¿Cómo salimos de esta?

—Creo que tenemos salida si dejamos de pelearnos por lo menos los que pensamos parecido o los que queremos un objetivo claro o el mismo objetivo, dejemos de criticarnos si este fue, no fue, si esta se habló de más. Creo que lo primero que hay que partir es tener en claro quién es el enemigo y, bueno, alguien hablaba de que hay que hacer la unidad hasta que duela y yo sí creo en una unidad donde por supuesto hay quienes para mí no tienen retorno que son aquellos que jugaron con la derecha o formaron parte de los gobiernos de derecha que destruyeron al pueblo trabajador. Después los demás son todos bienvenidos porque creo que tenemos que aparte tener en claro qué queremos hacer de nuestro país y algo que dure muchos años.

(Entrevista realizada por Nora Anchar en el programa La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores del 4 de marzo de 2024. Escuchanos todos los lunes de 18 a 20 por larz.com.ar)

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La primera estrella internacional del teatro y el cine argentinos: una entrerriana casi olvidada, por Américo Schwartzman

Este 28 de febrero se cumplen 76 años de la muerte de Camila Quiroga. Nacida en Chajarí, fue una artista enorme del siglo XX, la primera figura internacional del cine y teatro argentinos, a los que proyectó como nadie hacia el continente latinoamericano y hacia Europa, con una visión de avanzada y una trayectoria elogiadísima. Sin embargo su nombre es casi desconocido masivamente, incluso en Entre Ríos.

El nombre de Camila Quiroga me resultaba familiar: mis amistades de Chajarí (como Gustavo Surt) me habían hecho saber de su existencia. Pero no tenía presente en todas sus dimensiones la talla de esta gran artista nacida en Entre Ríos. Fue el querido Jorge Leyes quien, hace poco, me convidó a mirar un documental sobre Camila, titulado “La revelación de nosotros mismos”, dirigido por Gerardo Panero y con producción del mismo Jorge. Ese breve documental me hizo valorar (y enamorarme) de la figura de Camila. En ese trabajo notable aparecen rostros y voces de gigantes que ponen en valor la relevancia de Camila Quiroga. Algunas de esas voces: Osvaldo Bayer, Mario Soffici, Gogo Andreu, Jorge Luz, Octavio Getino, Lydia Lamaison, Beatriz Seibel. Un documental insoslayable realizado en 2008 por Gerardo Panero. La frase que da origen al título del documental es de Gabriela Mistral: Camila, dijo la poeta chilena, “tiene como pocos intelectuales hispanoamericanos, el orgullo de nuestra cultura como conjunto y un ansia de imponer a los que aún nos desdeñan, el respeto hacia la América artística, consagrándola como la revelación de nosotros mismos”. Nada menos.

Olvido y logros de Camila

Cuando uno repasa sus logros se agiganta el asombro por el olvido al que se ha relegado la figura de esta chajariense nacida como Camila Josefa Ramona Passera el 19 de marzo de 1891, en aquel pueblo que aun se llamaba Villa Libertad. Veamos:

· La descubrió como actriz, en Buenos Aires (adonde llegó en 1906) nada menos que Armando Discépolo.

· Fue parte de la compañía de los Hermanos Podestá, donde estrenó “Con las alas rotas” de Emilio Berisso, con más de 350 representaciones.

· Luego creó su propia compañía junto a su esposo Héctor Quiroga, de quien tomó el apellido para su nombre artístico.

· Fue una de las fundadoras de la Asociación Argentina de Actores, inmediatamente después de la llamada “Semana Trágica”, en 1918.

· Realizó giras por América Latina y por Europa, con éxitos destacables especialmente en España, Portugal y Francia.

· Trabajó, entre otros, con Carlos Gardel, Florencio Parravicini, Lola Membrives, Pablo Podestá, Blanca Podestá, Alfonsina Storni y Eva Duarte (todavía no era la esposa de Perón).

· Filmó nueve películas entre 1916 y 1918, hasta su consagración en “Juan Sin Ropa” de 1919, producida por Camila y su marido y dirigida por el francés Georges Benoît. “Juan Sin Ropa” es una pieza de avanzada: marca un hito en el cine social argentino al reflejar las revueltas obreras reprimidas durante la Semana Trágica en enero de 1919.

Afiche madrileño de Camila Quiroga.

Pionera del cine social

“Juan Sin Ropa” es una película sin sonido, filmada en blanco y negro y dirigida por Georges Benoît, sobre el guion de José González Castillo. Se estrenó el 8 de enero de 1919 y tuvo como actores principales a Julio Scarcella, Camila Quiroga y Héctor Quiroga. Con Benoît, que ya era un reconocido director de cine, el matrimonio de Camila y Héctor formó la productora “Quiroga-Benoît Film”.

El guión de “Juan Sin Ropa” fue obra del escritor rosarino José González Castillo, dramaturgo, director de teatro y autor de letras de tango (como por ejemplo “Silbando” o “Milonga en rojo”). González Castillo era anarquista y padre de Cátulo Castillo, para más datos. Sus ideas y su mirada social fueron decisivas en el guión de la película, que no escenifica sino que preanuncia, visionera, lo que se dio en llamar “La Semana Trágica”, la brutal masacre contra los grupos obreros argentinos, en la que fueron asesinadas cientos de personas en la ciudad de Buenos Aires, en en la segunda semana de enero de 1919. Es decir, apenas unos días después del estreno del film.

El protagonista, Ponce, es un trabajador rural que se emplea en un frigorífico y es elegido delegado sindical. Escapa a la represión policial durante una huelga gracias a la ayuda de una joven, que es hija del dueño del frigorífico. Ponce vuelve al campo, donde adquiere prestigio como colono y comienza a bregar por los intereses de los colonos, en especial contra los comerciantes de granos pero también contra el caudillo político del lugar. Mientras, la joven que lo había ayudado es infeliz en su matrimonio con un cerealista, que resulta asesinado. Ponce evitará el despojo a la joven viuda y así ambos realizan su anhelo de dicha.

Quienes estudian la historia del cine dicen que con esta película Camila y Héctor Quiroga inauguran una línea social del cine realista argentino. Por ejemplo, Héctor Kohen dice que “es el primer film moderno del período, tanto por su sistema de producción como por el empleo sistemático de todos los recursos (…). Recursos que Benoit maneja con notable soltura, en especial en las escenas de masas: la asamblea de los obreros del frigorífico, la represión policial a los huelguistas”. Asegura además que “estableció un nuevo rumbo para el cine argentino”.

La película se exhibió también en Estados Unidos, Francia y muchos otros países, incluida España, donde hubo una exhibición especial ante la corte de Alfonso XIII antes de su estreno en el Comedia, de Madrid. En este enlace se pueden ver, con bastante buena calidad, los fragmentos que se pudieron rescatar y restaurar (Juan Sin Ropa en You Tube)

Más hitos de Camila

· Camila Quiroga protagonizó también algunas películas con sonido, donde se puede apreciar su talento actoral: “Viento Norte” de Mario Soffici junto a Enrique Muiño, Elías Alippi y Orestes Caviglia en 1937, y “Veinte años y una noche” de Alberto de Zavalía con Pedro López Lagar y Delia Garcés.

· Trabajó en radioteatros entre 1930 y 1945. En su compañía se desempeñó en 1939, la actriz Eva Duarte, en la obra “Mercado de amor en Argelia”.

· Camila fue condecorada en Portugal, México, Cuba y Chile. En esos países, el paso de Camila Quiroga no solo fue consagratorio sino fructífero: el mundo teatral de cada tierra que pisó se asombró por el hecho de que Camila llevaba obras de autores argentinos, y generó que en América Latina se comenzara a valorar a sus propios dramaturgos.

A tal punto fue estimulante la gira de Camila y su compañía, que en México asiste al teatro Francisco Monterde, escritor mexicano y director de la Academia Mexicana de la Lengua. Era 1925 y fue toda una revelación para Monterde, quien años después la recordará con estas palabras:

“La temporada de Camila Quiroga en México comprendió exclusivamente a autores rioplatenses; esto fue un ejemplo y un estímulo para los escritores e intérpretes del pueblo azteca, por lo que, ante tal ejemplo, se creó la Unión de Autores Dramáticos del México y apareció el grupo de los siete autores”.

En 1923, Caras y Caretas daba cuenta del éxito de Camila Quiroga en México.

Así, la gira latinoamericana de la actriz nacida en Chajarí fue considerado un “despertar” para que artistas y autores de todos los países se atrevieran a escribir y representar historias autóctonas y no exclusivamente autores españoles, como era la costumbre de la época.

Fue también por esa razón que la escritora chilena Gabriela Mistral –Premio Nobel de Literatura en 1945– declaró a Camila: “La primera mujer en considerar a Latinoamérica como una sola tierra”.

Razones del olvido

Camila murió tempranamente, a los 56 años, el 28 de febrero de 1948.

En Chajarí, un museo municipal lleva su nombre y se ocupa de mantener viva su memoria, incluso a través de un sitio de facebook. Está ubicado en una casona antigua construida a fines del siglo XIX por Constantino Saltery, el abuelo de Camila Quiroga. En esa casona nació Camila; tiempo después fue sede del Consulado Italiano, atendido por el abuelo de la artista; allí también funcionó una escuelita particular, reconocida por el Consejo General de Educación de la Provincia y atendida por Adelina Saltery, tía de la artista. Hoy el museo tiene ocho salas y un salón multiuso.

El Museo que lleva su nombre está ubicado en la casona donde nació, en la actual Chajarí.

Camila es ampliamente reconocida por la historiografía del cine como la primera gran actriz dramática de su tiempo, y como la única de proyección internacional desde un país periférico como el nuestro. Sin embargo el desconocimiento masivo de su figura es llamativo.

A partir del trabajo de Panero, Leyes y Hermosa, y en los años recientes, se ha comenzado a producir una lenta pero importante revalorización de la trayectoria y el lugar que Camila Quiroga ocupa en la historia del teatro y el cine de la Argentina.

En un ensayo sobre Camila, la investigadora Eleonora García repasa sus éxitos y logros: “Abundan las críticas favorabilísimas, el otorgamiento de premios y reconocimientos en el exterior: su nombre ha trascendido como el de aquella mujer que hiciera conocer la dramaturgia argentina en el mundo, además de mostrar que nada debíamos envidiar desde las tablas nacionales a las poéticas de actuación que habían dominado Europa en el pasaje del siglo XIX al XX”.

Pero luego se pregunta: “¿Cómo fue que Camila Quiroga se fue volviendo invisible cuando de hecho fue un actor social y político de nuestra vida nacional? Aquí la pregunta que se repite una y otra vez en el campo intelectual: ¿Qué recortes y selecciones van armando la galería de nombres que trasciende y se torna disponible en tanto legado? No tenemos respuestas concretas en lo que respecta precisamente a Camila y a la que hemos tomado, repetimos no con la intención de esculpir un busto mítico sino siendo capaces de desplegar a través de ella un entramado complejo”.

Camila en tapa de revista Sintonia, 1934.

Fuentes utilizadas

· Eleonora García (2018), “Camila Quiroga, voz de mujer. Legitimación de la voz femenina en la poética de actuación de Camila Quiroga”. (Disponible en http://eventosacademicos.filo.uba.ar/index.php/artesencruce/AEIV2016/paper/view/3355/1863)

. Documental “Camila Quiroga: La revelación de nosotros mismos” (2008), dirigido por Gerardo Panero y producido por Jorge Leyes.

· Sitio web www.camilaquiroga.com.ar/

· Claudio Hermosa (2011). Camila Quiroga; Glorias en vísperas del olvido. Buenos Aires: De los cuatro vientos.

· Colección Caras & Caretas, en la Hemeroteca del sitio digital de la Biblioteca Nacional de España.

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