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La V Columna de Laura Giussani Constenla | Uruguay se tiñe de rosa

Desde Uruguay, Laura Giussani Constenla nos cuenta los últimos debates del otro lado del río. Polémica entre feministas y el PIT-CNT. ¿Puede la marcha del 8M teñirse de rosa? Opina la politóloga oriental Soledad González. Y una última noticia: prohíben a la Pantera Rosa hacer política en Uruguay.

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EE.UU: Aumentan protestas pro Palestina en un singular año electoral

Por Carmen Valdivieso Hulbert, corresponsal LCV en New York

Las protestas pro Palestina se han intensificado en numerosas universidades de Estados Unidos, con unos 500 arrestos en esta semana. Los estudiantes condenan los ataques militares de Israel en Gaza, y exigen la desinversión de los fondos universitarios en operaciones militares israelíes. Durante la Pascua Judía muchos miembros de la colectividad también se manifestaron contra el exterminio palestino frente a la casa de un senador demócrata.

Todo empezó hace 10 días en Columbia University, donde los estudiantes propalestinos levantaron tiendas de campaña en los jardines del campus universitario. Las autoridades universitarias llamaron a la policía y un centenar de estudiantes fueron arrestados, mientras que otros fueron suspendidos y expulsados del lugar. Desde esa fecha grupos de universitarios de otros estados se han solidarizado con el movimiento y han tratado de levantar campamentos en los jardines de sus campus, no solo en Nueva York , sinó también en otras universidades de todo el país, desde Massachusetts, Wisconsin, Minnesota, Texas y California, entre otros. Ya suman 500 los estudiantes arrestados a lo largo de todo el territorio nacional.

Los ataques militares de Israel en Gaza que ya se han cobrado la vida de 34.183 palestinos, con 77.143 heridos y centenares de miles de evacuados, tuvieron una rápida repercusión entre los estudiantes universitarios que reclamaban el fin de las matanzas. La invasión israelí en territorio palestino comenzada luego del atentado terrorista en la frontera provocado por un grupo de Hamas el 7 de octubre, donde murieron 1.700 personas y hubo 8.700 y 240 rehenes, fue presentada por Netanyahu como una represalia pero se está convirtiendo en genocidio según los estudiantes en favor del pueblo Palestino.

Algunas voces han comparado las protestas propalestinas de estos días a las multitudinarias manifestaciones contra la guerra de Vietnam a fines de la década del sesenta y principios de los 70s, aún queda por verse cuál será su alcance, aunque existen muchas similitudes políticas en ambos escenarios.

Asimismo nos han recordado a las protestas universitarias y de grupos de activistas por los derechos civiles de los años 80, contra el Apartheid en Sudáfrica, que exigían la desinversión de capitales en empresas sudafricanas, desencadenando el fin de ese régimen y la liberación del líder Nelson Mandela quien a su vez fue elegido presidente de la nueva nación libre.

Todo esto se vive en medio de un ambiente cargado de calor político en un año electoral, en el cual el presidente Joe Biden, visiblemente envejecido, realiza una limitada campaña de reelección por el Partido Demócrata, mientras que su rival republicano, el ex presidente Donald Trump, tiene una limitada campaña proselitista debido a cuatro juicios que enfrenta por varios delitos de fraude, obstrucción de justicia y por violaciones a la ley de espionaje, en estados como Nueva York, Georgia, Florida y en la capital Washington DC.

En un principio, los medios informativos de Estados Unidos catalogaron las actuales manifestaciones estudiantiles como antisemitas, pero el tono ha ido cambiado hasta quedar ahora en protestas pro Palestina. Sin embargo, muchos grupos judíos participan activamente en las protestas.

Pascua judía y reclamos de alto el fuego

El martes, el mismo día en que el Senado estadounidense aprobaba un paquete de ayuda militar de 95 millones de dólares para Israel y Ucrania, cientos de manifestantes judíos se congregaron en Brooklyn frente a la residencia del senador Chuck Schumer, líder de la mayoría demócrata en el Senado que esta semana logró que se votara una ayuda extra de 26 mil millones de dólares a Israel. Ese fue el lugar elegido para el inicio de una festividad como la Pascua judía, el Séder, la cena pascual convertida en una manifestación de reclamo para que se detenga el financiamiento del genocidio en Gaza.

Durante el acto, muchos líderes judíos, entre ellos rabinos, y activistas palestinos de Nueva York, destacaron su condena al sionismo y su respaldo al pueblo palestino que padece en Gaza. Mientras coreaban “Cese inmediato del fuego”, “Dejen que Gaza exista”, “Detengan el financiamiento a Israel”, miembros del grupo Judíos por la Paz, acompañados de cientos de vecinos de la zona, entre ellos muchos palestinos, bloquearon las arterias de la zona adyacente a Grand Army Plaza una de las áreas de Brooklyn de mayor tránsito vehicular. Entre los asistentes, la escritora Naomí Klein quien pronunció un duro discurso: “Lo que quiero decirles esta noche en este revolucionario e histórico Séder en las calles es que demasiada gente de nuestro pueblo está adorando una vez más a un falso ídolo. Están cautivados por él. Intoxicados por él. Profanados por él. Ese falso ídolo se llama sionismo.

La intensidad de las protestas que han ido creciendo al calor de las acciones militares de Israel en Gaza y el aumento de muertos y heridos entre la población civil palestina, han conseguido muchos más adeptos entre los estadounidenses que ven toda esa información ya sea por televisión o en sus teléfonos a través de las redes sociales.

Al igual que en 1968, un año sumamente violento no sólo por las protestas de la guerra de Vietnam, sinó por los asesinatos de Bob Kennedy y Martin Luther King, la convención del Partido Demócrata este año se realizará en Chicago. Fueron quizás las numerosas protestas en ese año, las que llevaron a los estadounidenses a elegir al republicano Richard Nixon, quien ofrecía una mayor paz y un nuevo rumbo de la guerra en Vietnam. Promesas que cayeron en saco roto.

En esa ocasión numerosas organizaciones planearon marchas alrededor de la sede de la Convención Demócrata, con o sin permiso de las autoridades. Efectivamente durante el evento hubo violentos enfrentamientos entre grupos de oposición y la policía, con más de 600 civiles y 152 policías, heridos.

Este año, una nueva generación que ha crecido con movimientos sociales como Ocupemos Wall Street, y La vida de los negros vale, está horrorizada por los sucesos de los ataques militares de Israel en Gaza donde han muerto más de 34 mil civiles. Asimismo, más de 1.000 ministros religiosos negros le han pedido al presidente Biden a que ponga presión para un cese del fuego en Gaza.

Grupos antibélicos ya planean multitudinarias protestas en Chicago este agosto, entre ellos, la Red Comunitaria palestino estadounidense que ha manifestado que marchará con o sin autorización. Según una encuesta de la Universidad Quinnipiac publicada la semana pasada indica que el 53% de demócratas se opone a una mayor ayuda a Israel para la guerra contra Hamas. Y los ánimos ya están caldeados por la creciente inflación y una inmigración descontrolada.

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PASCUA JUDÍA N.Y./ 26 de abril de 2024

Discurso de Naomi Klein en el Séder de Emergencia en las Calles de Nueva York.

He estado pensando en Moisés y su ira cuando descendió del monte y encontró a los israelitas adorando a un becerro de oro.La ecofeminista que hay en mí siempre se sintió incómoda con esta historia: ¿qué clase de dios tiene celos de los animales? ¿Qué clase de dios quiere acaparar todo lo sagrado de la Tierra?

Pero hay una manera menos literal de entender esta historia. Nos habla de falsos ídolos. De la tendencia humana a adorar lo profano y lo que reluce, a fijarnos en lo pequeño y material en lugar de en lo grande y trascendente.

Lo que quiero decirles esta noche en este revolucionario e histórico Séder en las calles es que demasiada gente de nuestro pueblo está adorando una vez más a un falso ídolo. Están cautivados por él. Intoxicados por él. Profanados por él.

Ese falso ídolo se llama sionismo.

Es un falso ídolo que usa nuestras más profundas historias bíblicas de justicia y emancipación de la esclavitud –la historia misma del Pésaj– y las convierte en groseras armas de robo colonial de tierras, hojas de ruta para la limpieza étnica y el genocidio.

Es un falso ídolo que ha tomado la idea trascendente de la tierra prometida –una metáfora de la liberación humana que ha viajado a través de múltiples religiones a todos los rincones del mundo– y se ha atrevido a convertirla en un cheque en blanco para un Etnoestado militarista.

La versión de la liberación que nos presenta el sionismo político es en sí misma profana. Desde el primer momento, requirió la expulsión masiva de los palestinos de sus hogares y sus tierras ancestrales en la Nakba. Desde el primer momento ha estado en guerra con los sueños de liberación. En un Séder vale la pena recordar que esto incluye los sueños de liberación y autodeterminación del pueblo egipcio. El falso ídolo del sionismo equipara seguridad israelí con dictadura egipcia y Estados clientes.

Desde el primer momento el sionismo se ha abocado a una retorcida idea de libertad que ve a los niños palestinos no como seres humanos, sino como amenazas demográficas, de la misma manera que el faraón en el libro del Éxodo temía a la creciente población de israelitas y por ello ordenó la muerte de sus hijos.

El sionismo nos ha traído a nuestro actual momento de cataclismo y es hora de que lo digamos claramente: siempre nos ha estado conduciendo hacia aquí.

Es un falso ídolo que ha llevado a demasiada gente de nuestro pueblo por un camino profundamente inmoral y que ahora tiene a esa gente justificando la violación de mandamientos fundamentales: no matarás, no robarás, no codiciarás.

Es un falso ídolo que equipara la libertad judía con las bombas de racimo que matan y mutilan a los niños palestinos.

El sionismo es un falso ídolo que ha traicionado todos los valores judíos, incluso el valor que le damos a cuestionar (una práctica que hace parte del Séder con sus cuatro preguntas formuladas por el niño más pequeño).

Ha traicionado incluso el amor que tenemos como pueblo por los textos y la educación. Hoy, este falso ídolo justifica el bombardeo de todas las universidades de Gaza; la destrucción de innumerables escuelas, archivos, imprentas; el asesinato de cientos de académicos, periodistas, poetas: esto es lo que los palestinos llaman escolasticidio, la aniquilación de los medios de educación.

Mientras tanto, en esta ciudad, las universidades llaman a la Policía de Nueva York y se atrincheran contra la «grave amenaza» que representan sus propios estudiantes, los que se atreven a hacerles preguntas básicas: ¿cómo puedes decir que crees en algo, y menos que menos en nosotros, mientras habilitas, inviertes y colaboras con este genocidio?

Al falso ídolo del sionismo se le ha permitido crecer sin control durante demasiado tiempo.

Por eso esta noche decimos: esto termina aquí.

Nuestro judaísmo no puede ser contenido por un Etnoestado, porque nuestro judaísmo es internacionalista por naturaleza.

Nuestro judaísmo no puede ser protegido por el Ejército aniquilador de ese Estado, porque lo único que hacen los militares es sembrar dolor y cosechar odio, incluso contra nosotros como judíos y judías.

Nuestro judaísmo no se ve amenazado por quienes alzan sus voces en solidaridad con Palestina sin importar raza, etnia, capacidad física, identidad de género o generaciones. Nuestro judaísmo es una de esas voces y sabe que en ese coro reside tanto nuestra seguridad como nuestra liberación colectiva.

Nuestro judaísmo es el judaísmo del Séder de Pésaj: la reunión en ceremonia para compartir comida y vino por igual con seres queridos y con extraños, el ritual inherentemente portátil, lo suficientemente liviano como para llevarlo en nuestras espaldas, que no necesita de más nada que de tú y yo: ni muros, ni templo, ni rabino, con un rol para todos, incluso –especialmente– para el niño más pequeño. El Séder es una tecnología de la diáspora por antonomasia, hecha para el duelo colectivo, la contemplación, el cuestionamiento, el recuerdo y la reactivación del espíritu revolucionario.

Así que mira a tu alrededor. Este, aquí, es nuestro judaísmo. Mientras las aguas suben y los bosques arden y no hay nada seguro, oramos ante el altar de la solidaridad y la ayuda mutua, cueste lo que cueste.

No necesitamos ni queremos el falso ídolo del sionismo. Queremos liberarnos de un proyecto que comete genocidio en nuestro nombre. Liberarnos de una ideología que no tiene ningún plan para la paz más que tranzar con Petroestados teocráticos asesinos, mientras vende al mundo las tecnologías del asesinato ultratecnologizado.

Buscamos liberar al judaísmo de un Etnoestado que quiere que los judíos vivan con miedo permanente, que quiere que nuestros hijos vivan con miedo, que quiere que creamos que el mundo está en nuestra contra para que corramos hacia su fortaleza y a guarecernos bajo su cúpula de hierro, o al menos para mantener el flujo de armas y donaciones.

Ese es el falso ídolo.

Y no es solo Netanyahu, es el mundo que él creó y el que lo creó a él: es el sionismo.

Nosotros, en estas calles desde hace meses y meses, somos el éxodo. El éxodo del sionismo. Y a los Chuck Schumer de este mundo no les decimos «deja ir a mi pueblo». Les decimos: «Ya nos fuimos. ¿Y tus hijos? Ahora están de nuestro lado».

(Transcripción en inglés publicada en The Guardian. Traducción al español de Brecha.)

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Destacada

Walter Goobar: “Netanyahu está sacrificando a los rehenes para mantener una estrategia de guerra ”

En medio de una semana de inquietud, luego de que avanzara el conflicto de Israel contra Gaza involucrando a otros países como Irán, y el presidente Milei se enrolara internacionalmente con Netanyahu, fomentando los fantasmas de un nuevo atentado en Argentina, Nora Anchart entrevistó en La Columna Vertebral a Walter Goobar, reconocido periodista especializado en internacionales quien recorre el inicio del conflicto iniciado con el tremendo atentado del 7 de octubre ocurrido en un momento en el que las marchas en contra de Netanyahu ponían en riesgo su permanencia en el gobierno; la crisis de los rehenes, la intervención de Irán, y el riesgo que puede traer para Argentina el rol de Milei con su encuadramiento con Israel.

Walter Goobar, periodista especializado en internacionales

LCV: ¿Qué opinas de lo que está sucediendo en Medio Oriente?

-El ataque de Hamas en el sur de Israel ocurrió en un momento en el cual Benjamin Netanyahu estaba llevando a Israel a una situación de guerra civil porque la oposición en su contra y el pedido de renuncia eran una cosa incesante y constante por graves cargos de corrupción que pesan en su contra, inclusive por su enfrentamiento con la Corte Suprema que quiso remodelar o remodeló justamente para evitar ser destituido. El tremendo atentado del 7 de octubre le resultó útil para consolidar una opinión pública que estaba absolutamente fragmentada y agrietada con respecto a su futuro político. Esto después se potenció cuando en lugar de lo que podía haber sido llamado una represalia proporcionada a lo que fue el atentado, se convirtió en un proyecto prácticamente de exterminio de los palestinos en el cual ya hay más de 30.000 muertos, en la cual el 70% son mujeres y niños. No hay ninguna guerra. La suma de todas las guerras de los últimos cuatro años te da menor cantidad de víctimas de niños que en la de la Franja de Gaza, sin contar la cantidad de niños mutilados, huérfanos, etcétera, etcétera. Este plan sistemático de exterminio de los palestinos inclusive se prolongó contra los periodistas, contra el personal sanitario, contra los trabajadores de Naciones Unidas y de organizaciones humanitarias, y lo que ocurrió en la última semana es que no habiendo logrado sus objetivos militares, para continuar ejerciendo el poder, está intentando a partir de provocaciones regionales, convertir el conflicto justamente en un conflicto regional. A comienzos de abril, se llevó a cabo por parte de Israel el ataque contra un consulado iraní en Damasco, la capital de Siria, que es lo que disparó la represalia iraní del último fin de semana. Es decir, esto no fue un error de cálculo. Evidentemente, Netanyahu quiere comprometer a Irán, que nunca ha estado directamente comprometido, en todo caso, ha estado comprometido indirectamente a través de la milicia chiíta, libanesa,

LCV: Si yo no me equivoco, en este último fin de semana había una manifestación en Israel reclamando que Netanyahu no está haciendo lo suficiente para traer a los rehenes…

—Además, te agrego, Netanyahu inclusive ha sacrificado o está sacrificando a los rehenes israelíes simplemente para no decretar un cese al fuego, justamente porque quiere mantener la estrategia de de guerra y de tensión.

LCV:¿No se dan cuenta del otro lado que de alguna manera son funcionales a la permanencia de Netanyahu?

—La responsabilidad está en aquel que genera las provocaciones, en aquel que es el matón del barrio que sale a provocar a Irán. Israel finalmente nunca se ha medido militarmente con Irán, y Netanyahu sale a buscar una confrontación.

LCV: ¿Qué consecuencias puede traer este nuevo foco de conflicto contra Irán?

—Irán en principio dio por terminada o por satisfecha su represalia, pero ahora va a venir la represalia israelí. Entonces ahí es donde vamos a ver hasta dónde piensa llegar Netanyahu, hasta donde las potencias, particularmente Estados Unidos, lo va a dejar llegar a Netanyahu. Porque una cosa es que Netanyahu, en represalia por los bombardeos iraníes,  decida, no sé, atacar una refinería petrolera iraní. Otra cosa, otro precio, por decirlo así, sería que Netanyahu decida atacar una central nuclear iraní. Otro precio sería que Netanyahu decida invadir el sur de Líbano y otra cosa sería que Netanyahu pretenda hacer las tres cosas a la vez.

LCV: ¿Y otro precio no es que se disemine esta disputa a lo largo del mundo, a través de esta historia de ataques de embajadas mutuas o cosas por el estilo?

—Claro. Es que ya hace tiempo, y nosotros los argentinos lo sabemos, lo hemos vivido en carne propia, este conflicto ya se ha extendido más allá de la frontera con los dos atentados que sufrimos en la Argentina. De hecho, Israel la semana pasada cerró 28 embajadas y representaciones diplomáticas en el mundo en prevención de atentados. Porque en realidad es como que la respuesta iraní estaba dentro de los cálculos de Netanyahu. Esto es lo que te indica es que estaba dentro de los cálculos. La única diferencia es que Netanyahu no lo hace al estilo Milei, con bombos y platillos, sino que estas cosas se manejan con bastante más sigilo o -por lo menos- no haciendo ostensibles las provocaciones. Porque si después pretendés victimizarte, no tenés que hacer el papel de matón, tenés que hacer el papel de víctima.

LCV: Nosotros ya la vivimos, ya sabemos de qué se trata cuando le mojas la oreja a un gigante que sí tiene el formato y las ganas. Estoy viendo el refuerzo de seguridad en la embajada de Israel y toda esta historia que vos y yo estuvimos cubriendo lo que fueron aquellos atentados. Y te digo que la memoria emotiva me provoca un dolor en el espinazo.

—Claro. Pero además, si se llega a producir un atentado en la Argentina, no va a ser obra directa de Irán, sino que va a ser de alguna organización no estatal, va a ser obra de Hézbolá, de Ansar Alá, de alguno de las grupos. Con lo cual, todo esto es mucho más difícil de prevenir. De hecho, los dos atentados que sufrimos en la Argentina, tuvieron diversas reivindicaciones, con distintos sellos y distintos nombres, después se trató y tampoco se ha logrado definitivamente, plantear la responsabilidad directa de Irán como Estado. Pero te quiero decir que esto complejiza aún más la cuestión, porque tampoco se maneja todo en términos de relaciones Estado cuando tenés organizaciones armadas del otro lado, y que ven, digamos, cuando una reunión de crisis de gabinete está presidida por el embajador de Israel en Casa Rosada, eso solo puede ser interpretado como una provocación, además de una falta de tacto absoluto que no se ha visto en la diplomacia, creo, en ninguna parte del mundo.

LCV: Esa presencia del embajador en la reunión de gabinete de Argentina ha sido comentado en casi todos los diarios del mundo. ¿Qué tiene en la cabeza Milei? ¿Qué cree que podemos sacar de todo eso? ¿O es simplemente esta historia del complejo de que su abuelo se dio cuenta de que era judío cuando estaba por morirse y entonces quiere ahora la reivindicación?

—Mira, yo no sé. No me gusta entrar en cuestiones psicológicas, pero hay una cuestión mesiánica. Hay una suerte de mesianismo en todo esto. También, obviamente, hay cuestiones de negocios y de alineamientos con determinados sectores de la política. Milei no pertenece a un judaísmo progresista, todo lo contrario, sino que pertenece a una secta, y a una secta que está también muy vinculada, digamos, a algunos grandes intereses empresariales en la Argentina, como el grupo Irsa, y también en el caso de los EE.UU, hay miembros muy importantes del fondo inversiones Blackrock que comulgan también con ese grupo. Con lo cual, hay una parte que tiene que ver con su delirio místico, por decírtelo de alguna manera. Por otro lado, la otra parte tiene que ver con el delirio económico y geopolítico, pero también creo que esta persona ni siquiera está bien informado sobre lo que son las relaciones en el mundo en este momento, sino que él ve un mundo; cuando él habla sobre el mundo, cuando él habla sobre China, cuando él habla sobre una cantidad de países, pareciera que estamos en la época de la guerra fría.

LCV: ¿Qué pensás del fallo de la justicia respecto del atentado a la AMIA?

—Te consta que a lo largo de todos estos años he seguido esa causa, conozco esa causa, conozco a todos los personajes que estuvieron involucrados en las distintas facetas de la causa, muchos de los cuales terminaron detenidos, presos, juzgados; desde el juez Galeano a los fiscales, el ex comisario Palacios, ahora ya fallecido. Sin embargo, a lo largo de estos años no se ha agregado una sola prueba para hacer un fallo tan tajante y tan terminante en base a la misma información que existía hace muchos años, que tiene un carácter indiciario, pero vos no podés establecer, digamos, una culpabilidad en base a indicios. Esto no es posible. Yo mismo aporté a lo largo de años y a partir de investigaciones propias y en un libro titulado El tercer atentado, mucho del material indiciario sobre, por ejemplo, viajes de agentes de inteligencia iraníes, posibles viajes de reconocimiento, yo revelé la existencia de una base de observación a pocos metros de la AMIA, que nadie se había dado cuenta que esa base existía, y después cuando la llevé a la justicia, debidamente investigada, y sin embargo, no se ha encontrado una sola casa operativa, no se ha encontrado un lugar donde se armó el coche bomba, ni tampoco la procedencia de los explosivos, la procedencia de los detonadores. El otro dato que aporté yo, fueron algunas comunicaciones de la célula operativa a través de avisos en los diarios, en los clasificados de Clarín. Lo encontré yo, lo aporté yo. Ahora, estos son elementos indiciarios, no determinantes. Vos no podes demostrar la culpabilidad del Estado de Irán. Porque una cosa es, y ahí vuelvo a la misma cuestión que hemos hablado antes, decir que, está bien, digamos, Hezbolá responde a Irán, pero de ahí demostrar la responsabilidad del Estado de Irán, son dos cosas absolutamente distintas. Y vuelven a ser estas cuestiones temerarias que aparecen cada vez que le conviene a los intereses de Israel o de los Estados Unidos.

LCV: A mí todo me parece guionado, me sorprende la concordancia de pistas, no entiendo. Hace poquito leía que en realidad esto que se le había dado como mucha prensa, como si fuera un fallo definitivo, era apenas la opinión de uno de los tres que tenía que opinar, me parece. Así que tampoco tiene nada.

—También hay muchas cosas que fueron muy adornadas por la prensa, malinterpretados por algunos medios interesados en fogonear este tema. A mí no me extrañaría que la semana que viene también aparezca otro fallo diciendo que a Alberto Nisman lo asesinó un comando iraní.

LCV: ¿Cuál es el objetivo final? ¿No es una locura usar esto para distraer de los problemas domésticos?

—Me parece una locura que en una reunión de crisis donde se discuta de estas cosas, esté un ministro de Salud discutiendo cómo conjurar un posible atentado cuando no puede conjurar una invasión de mosquitos y conseguir repelente.

LCV: ¿Le ves a salida esto?

—No sé. Yo soy de los que piensan que los pueblos muchas veces aprenden en una noche más que en un periodo prolongado de tiempo. Me parece que muchos de los tiempos se van acortando. Este tema también le resulta funcional al Gobierno para llevarse la marca de aquellos temas que realmente deberían ser los centrales de la preocupación de los argentinos. Los sueldos que no alcanzan, las jubilaciones de las cuales estamos siendo esquilmados, el hecho de que se le haya quitado el tratamiento a enfermos terminales. La lista sería larguísima. Sería una pena que volvamos a empezar a considerar sospechoso a cualquier barbudo o cualquier persona que simplemente porque use un turbante, todo el mundo se tire cuerpo a tierra. Pero bueno, vos sabés que en general, justamente, el miedo es uno de los elementos que se utiliza, lo ha utilizado exitosamente Estados Unidos muy bien en este sentido, con su propia población. Ha utilizado el miedo para, de alguna manera, mantener el control sobre la población. No descarto que algo de esto también esté pasando, que sea un efecto indirecto de, no sé si deseado o no deseado, pero que evidentemente tiene que ver justamente con la crisis que está pasando en la Argentina. Fijate que hay otro paralelismo histórico, porque el atentado contra las Torres Gemelas en septiembre del 2001 también conmovió al mundo, y de alguna manera le dio un poquito de aire, un poquito de aire al gobierno de la Rúa. Pero sin embargo, el Gobierno de la Rúa, a escasos meses, en diciembre de ese mismo año, tuvo que irse en el helicóptero.

LCV: Para cerrar, contame qué es exactamente lo que estás haciendo con tus redes, que es tan impresionante.

—No son exactamente mis redes. Comenzó en la pandemia, cuando empezó una ofensiva muy fuerte con el tema de la vacuna Sputnik, donde había, naturalmente, intereses de laboratorios, particularmente de Pfizer y de los fondos de inversión, de Black Rock, etcétera, de torpediar la vacuna Sputnik. Entonces, tuve la idea, la ocurrencia, de hacer un boletín de noticias, que todavía se sigue llamando Pandemias y vacunas, porque también en aquella oportunidad organizamos algunos seminarios con el Instituto Gamaleya, con el instituto que produjo la vacuna para médicos. Toda aquella información, que además era información chequeada de puentes confiables, tratamos  justamente de hacer un combate muy fuerte contra la fake news y de denunciar a los medios que incurrían en noticias falsas. Luego, pasamos a temas mucho más vinculados a la guerra Rusia-Ucrania, y ahora a los temas de geopolítica. Se ha formado una especie de comunidad, una en Telegram y otra en WhatsApp. Hacemos un boletín diario con mucha información alternativa.

LCV: Incluidos los fines de semana, que es importante.

—No tenemos descanso. Ningún día libre, digamos. Posteamos prácticamente todos los días del año, desde hace casi cuatro años, con información alternativa, porque hay mucha información que los medios, por razones de intereses, etcétera, no publican, como por ejemplo, el tema de los agrotóxicos, algunos de los temas vinculados al dengue.

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Archivo

Vladimir Putin: ayer y hoy, por Oscar Taffetani

Electo con el 87% de los votos (y una participación del 74,22% del padrón) Vladimir Putin se prepara para un nuevo ciclo de gobierno en Rusia, enorme país euroasiático cuyo poder controla directa o indirectamente desde el fin del siglo XX. La nota que reproducimos, publicada en 2006 en Nuevo Siglo On Line y ahora rescatada de su archivo, analiza y caracteriza el poder de Putin, a propósito del asesinato en 2006 de Anna Politkovskaya, una periodista muerta “en confusas circunstancias” cuando estaba denunciando la matanza de rebeldes de Chechenia. Poco antes de las últimas elecciones en Rusia, el mundo se enteró del supuesto suicidio, en una prisión de Siberia, de Alexei Navalny, otro líder y referente de la oposición a Putin. La lista de muertes dudosas, en Rusia, ya es interminable. Y por eso la foto que ilustra la nota rescatada de archivo no difiere mucho de la que podría tomarse hoy. Los muertos, por supuesto, no salen en la foto..

MENSAJE DE ANNA, DESDE EL PAÍS DE PUTIN

Anna Politkovskaya

La naturaleza del poder de Vladimir Putin, su innegable ascendiente sobre los antiguos “”apparatchik”” del imperio soviético y su presencia impetuosa y a la vez amenazante, quedó reflejada en una instantánea tomada en 2001 por algún fotógrafo oficial.
Putin se había reunido con los titulares de las nuevas repúblicas de la Federación Rusa como en los mejores tiempos de Stalin, cuando esa clase de meetings se celebraban en alguna dacha de las afueras de la Capital, llegados los amables calores de estío, a la sombra de los altos (y emblemáticos) abedules. Allí se lo ve a Stalin, perdón, a Putin, saliendo del bosque acompañado por diez presidentes, todos con ropa informal, aunque uniformados en el aspecto que más importa: el mental.

Putín año 2001 junto a 9 presidentes

A nadie le cabe duda, a esta altura de los acontecimientos, de que Putin es la nueva máscara de un antiguo régimen, la fórmula que encontraron los rusos para tranquilizar a un Occidente en donde se había puesto peligrosamente de moda -allá por los ’90- derribar muros y exigir bagatelas como la democracia y los derechos humanos.
La matriz estalinista -construida sobre los sedimentos del despotismo zarista- no había cambiado en absoluto: empresas estatales privatizadas, con enormes activos heredados de tiempos socialistas, brindaban ahora “oportunidades de negocios” al capital trasnacional. Pero sus gerentes eran invariablemente rusos: jóvenes ejecutivos y “tycoons” nacidos del desmadre soviético, aunque siempre concientes de las deudas contraídas con el viejo régimen (y cuando se olvidaban, como en el caso de la petrolera Yukos, el antiguo régimen se encargaba de recordárselos) .

Cuando pasó la borrachera liberal de Mr. Jack Daniel’s (así le decían a Boris Yeltsin), Rusia volvió a lo de siempre: a la censura sistemática, al disciplinamiento y castigo del disidente, al “pogrom” contra los pueblos o las etnias en rebeldía.

En el Pravda soviético no se podían publicar notas policiales, para no desmoralizar a la población. Y sobre las campañas del Ejército Rojo más allá de las fronteras del imperio, sólo podía tenerse la versión oficial, por ejemplo, que se había aplastado la conspiración capitalista-imperialista en Hungría, en Polonia o Checoslovaquia; que se había terminado con el feudalismo de algún jeque árabe en un pequeño país del África; que se había liberado a algún pueblo del Asia central del retrógrado fundamentalismo musulmán, y así.

En el Pravda de estos tiempos, el pluralismo consiste en no hacer preguntas molestas, no recordar el pasado de los funcionarios, no ayudar a los “enemigos de la patria” y no dar espacio al “terrorismo” en ninguna de sus formas. Y los medios que no cumplen con la consigna son presionados económicamente, políticamente y también del modo que hemos visto con la periodista Anna Politkovskaya.
Así, las familias del submarino nuclear Kursk debieron asistir por interminables horas, destrozadas, a la agonía y la muerte decretada de los tripulantes, sepultados a escasos metros de profundidad en el Mar de Barents, todo para no brindar al “enemigo” secretos sobre el accidente ocurrido.
Así, las familias de los rehenes en un teatro de Moscú, o las de los rehenes en la escuela de Beslán, debieron admitir, estoicamente, que un rescate eficaz tiene siempre un alto costo en vidas inocentes. Luego, llegará el turno de los claveles rojos, las condecoraciones y las lágrimas sobre las frías piedras de los cementerios.

Ésta es la nueva Rusia, que conduce con mano firme Vladimir Putin. Cualquier semejanza con la Rusia de Stalin es pura coincidencia. O malintencionada crítica, hecha por el “enemigo”.

Novaya Gazeta

Nóvaya Gazeta -el medio para el que trabajaba Anna Politkovskaya hasta el sábado 7 de octubre, cuando la mataron a balazos- ya había perdido hasta ese momento dos corresponsales, Igor Domnikov y Yuri Schekochijin. En el primer caso, gracias a una investigación realizada por el staff del quincenario, se logró poner a los autores materiales a disposición de la justicia. En el segundo, no se pudo hacer nada, ya que ni siquiera a los familiares de la víctima se les permitió ver los resultados de la autopsia.

Así están las cosas en Rusia, enorme nación que pudo construirse, históricamente, sobre la sangre de millones de seres humanos, y cuyas diversidades y conflictos quedaron aplastadas bajo el peso de un implacable Estado que maneja -como todos los Estados- oscuras e impenetrables “cuestiones de Estado”.

Viacheslav Titiokin, compañero de Anna, también periodista de Nóvaya Gazeta, escribió una emocionante despedida para la colega, con la promesa de investigar -si es necesario, hasta la muerte- el asesinato. “Continuaremos la investigación -escribió- y los asesinos serán castigados. Mientras Nóvaya Gazeta exista, los asesinos de Anna no dormirán tranquilos”.

He ahí un magnífico mensaje moral que nos dan los periodistas rusos, de coraje y amor por la profesión, en tiempos difíciles.

(Artículo publicado en 2006 en Nuevo Siglo On Line , bajo el título “Mensaje de Anna, desde el país de Putin” y rescatado por su autor, Oscar Taffetani, para formar parte del Archivo LCV)




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