Ambiente
Santiago Machado: “El Gobierno de Catamarca es empleado de las mineras”

Santiago Machado, integrante de la agrupación Bienaventurados los Pobres, de Catamarca, se refirió a la represión sufrida por habitantes de Choya que se manifestaban en contra de la megaminería, aseguró que el proyecto de minería MARA – Agua Rica quiere comenzar a trabajar a pesar de no tenerla habilitación y criticó la inacción de los políticos provinciales y nacionales.
Una protesta antiminera llevada a cabo por ambientalistas que cortaron la ruta de acceso a la minera Agua Rica terminó con varios manifestantes heridos y una detenida, razón por la cual distintas asambleas realizaron una multitudinaria marcha en el centro de Andalgalá. Según las distintas versiones, la policía disparó con balas de goma, en tanto que los manifestantes se defendieron con palos y piedras.
“Esta empresa no está autorizada para la explotación minera, está en infracción. Lo que hicieron fue un corte selectivo en un camino de alta montaña, estamos hablando de arriba de 4500 metros de altura, pidiendo la presencia del gobernador por los daños que están haciendo en el proceso de explotación”, explicó Machado. “En el Gobierno son más empleados de la minera que funcionales a su pueblo, entonces mandaron fuerzas de seguridad de tipo especiales. Bajó la policía, los reprimió, hubo una detenida, varios heridos de bala de goma y más procesados. Ya hay alrededor de 30 o 40 procesados penalmente en donde el Estado está en defensa de la empresa denunciada contra las personas del pueblo de Andalgalá”, indicó.
La Asamblea El Algarrobo volvió a pedir en un comunicado la presencia del gobernador Raúl Jalil para transmitirle la disconformidad de la población con respecto al proyecto de MARA en la región. “Los puestos de trabajo no son ciertos. Eso es en un momento donde se empieza a hacer la exploración y explotación y se trabaja con infraestructura. Después los otros trabajos son muchos menos”, explicó Machado. “Aparte poner en la balanza el daño al ambiente, a las personas, a la localidad, que ellos reconocen que el daño es perpetuo, con puestos de trabajo es irrisorio. Es una burla que el Estado pretenda que la gente ponga en la balanza qué vale más: hoy 3 mil puestos de trabajo o los daños a la perpetuidad que van a generar en el medio ambiente por un proyecto minero en donde ni siquiera nos preguntaron a las comunidades que somos parte del territorio qué es lo queremos para el territorio. Porque esta es la cuestión de fondo: la autonomía de los pueblos”, concluyó.

Ambiente
El hombre y su geografía, por Gustavo de Vera

Éste no es un diario de ruta. Quizá apuntes de bitácora.
Apenas ayer mojaba los pies en el mar de las playas uruguayas, donde nací, y de pronto, hace treinta años, habito lagos y ríos en la cordillera patagónica.
Aquí aprendí a rodar en moto por caminos y rutas de esta geografía cargada de misticismo, historias paganas, y soledades de vértigo; también a conversar con el viento. El viento aquí guarda sus raíces al Oeste, tras la cordillera.
Soy uruguayo por nacimiento, patagónico por adopción, migrante por fatalidad y curioso por naturaleza.
Motero por determinación.
Vivo en Esquel, Chubut, a los pies de la cordillera. Un paisaje de interminables “toboganes” por los que deslizarse en dos ruedas. Suelos quebrados en la alternancia de cumbres y valles, sí. Al mismo tiempo es la vida también, llevándote sin casco entre curvas y contra curvas, largas pendientes que agotan y descensos bruscos; estepa y bosque, y arroyos famélicos, y lagos con profundidades de pánico azul.

La encrucijada de Neo
Pienso en Matrix, la primera de la serie (1999). No, mi moto no es como la de Trinity, aunque me gustaría. Quiero decir que aquí como en Matrix, andando las rutas y caminos de esta geografía, tenés dos opciones: la pastilla roja o la azul.
Azul:
Turisteá tranqui. La mítica Ruta 40 se abre infinita de norte a sur. Combustible, alojamientos, paisajes y la promesa latente de buenas aventuras en los caminos transversales que llevan a las montañas. Punto.
Roja:
En la Ruta 40, si viajás atento, se aprende el idioma de las rastrilladas. El viento te habla en lengua (aonikenk, gununakuna, chehuache-kénk, mapuzungún), porque la 40 pavimenta una de las principales rastrilladas que los pueblos originarios fueron marcando en el duro suelo con su tránsito de siglos por parajes de la región.
Lo mismo con los caminos transversales. Toda persona contemporánea calza a sus pies las huellas indígenas cuando transita los pasos bajos de la cordillera de un lado a otro.
Lo mismo que hoy, que me dejo andar hasta Futaleufú, para ver si consigo alguna ropa interesante en las ferias americanas; ver si Guido Retamal anda por el pago: autor, músico y escritor, lo mismo puedo hallarlo dirigiendo un coro en Trevelin (Chubut, donde vive su hermano), que enseñando en “Futa”. Y después seguir a Chaitén, para mojar mis pies en el Pacífico (dicen que es el Golfo de Ancud, pero es sabido que el océano no anda poniendo nombres a sus vericuetos).
A veces me dejo caer hacia Corcovado y Carrenleufú y después de cruzar el río Encuentro, llegarme a Palena, para visitar a mi amiga y poeta, Bernardita Hurtado, que me invita seguido para compartir lecturas con jóvenes y colegas, o participar del Encuentro de la Cultura y las Tradiciones.
Digo: si no fuera por los carteles, y la parada obligada en el puesto limítrofe, nada hay entre cerro Centinela, Corcovado, “Carren” o Palena que me asegure estar a un lado u otro del límite. Ni la geografía, ni la arquitectura de las casas, ni los animales que allí se crían, ni los nombres de los caminos o de la gente. Lo mismo a un lado que al otro. Lo mismo desde Los Cipreses (cerca de Trevelin) hasta Futaleufú.
“Toda identidad es una cárcel”
Así dice el crítico de arte y escritor Daniel Correa. Y agrega: “lo peor es que no nos meten ahí a empujones, nos metemos solos, en filita y cantando”.
Pastilla Azul:
Puesto fronterizo “El Paso”, sobre el camino a Futaleufú. En filita y cantando llegamos con nuestras motos, autos o lo que sea. En filita y cantando, entregamos nuestros documentos de identidad, sellan nuestros papeles en un mostrador, y la filita sigue, a otros papeles sellados en otros mostradores, mientras afuera el perro y su guardián huelen nuestros vehículos y otro guardián husmea nuestras pertenencias en busca de alimentos frescos cuyo ingreso no está autorizado. Todos somos sospechosos.
Decir que sos uruguayo en Argentina, y en especial cerca del límite con Chile, te otorga un halo de tipo sencillo, ilustrado, con tradición democrática. “Conocí a uno, sí. Buena gente los uruguayos”. “No como esos chilenos, traidores y ladinos”, es un agregado frecuente por aquí, dicho en la forma que sea.
No es diferente en Chile: las veces que anduve por Valdivia, Osorno, Puerto Montt, Chaitén, Palena, Castro, o en cualquier paraje. Al saberme uruguayo, mis interlocutores trazaban una línea moral que me apartaba de mis compañeros de viaje, argentinos ellos, y su trato hacia mi persona mejoraba sustancialmente. Me asignan otra fila para seguir cantando.
La cárcel sigue siendo la misma.
Pastilla Roja:
Superada la burocracia del puesto limítrofe -donde gendarmes o carabineros (el Estado, al fin,) te ponen el sello de ‘otro’, con fecha y hora de regreso-, el corazón retoma en camino y se entusiasma con la posibilidad del reencuentro.
El abrazo es largo cuando fue largo el tiempo sin vernos. Las alegrías, los proyectos, las dudas, las preocupaciones y tristezas se comparten. Las ganas de disolvernos en este territorio de frontera, donde vamos zurciendo la montaña con los hilos del ir y venir.
“Ellos” vienen a comprar garrafas de gas, perfumería y alimentos (que en Argentina son mejores). “Nosotros” vamos por artículos importados, cubiertas nuevas, toallas y sábanas, ropa usada de buena calidad (porque aunque el cambio no sea favorable, igual sale menos que acá, por los impuestos, viste).
No es un trueque en lo individual, lo es casi en lo colectivo. En el puesto fronterizo lo saben. Y disimulan.
Las rastrilladas antiguas sembraron familias a uno y otro lado de las líneas divisorias, traer madera, llevar tabaco o hacienda. La hija de los Bahamonde, casada con un Williams; el hijo de Oyarzún, que nació allá y ahora anda metido a gendarme; don Roberts que pobló cerca del Espolón, y está juntado con una de los Solís…
Es que como el agua del océano, el amor no porta cédulas ni documentos.
Una que sepamos todos
Durante la Feria del Libro en Chaitén (2001), el profesor e investigador de la cultura en Coyhaique y Aysén, Leonel Galindo Oyarzo, me habló de su trabajo postulando una quinta región lingüística para Chile, que precisamente se hallaba en XIma Región y sus cercanías.
Más allá de los detalles académicos, Galindo Oyarzo explicaba que a través de las antiguas rastrilladas que cruzaban los pasos bajos de la cordillera, con las primeras décadas del Siglo XX los campesinos de la zona establecieron un tránsito habitual hacia Comodoro Rivadavia, donde se abastecían de alimentos, herramientas, ropa, animales, aperos para sus caballos, etc. En tales intercambios, sostenía Galindo Oyarzo, también se asimilaban usos y costumbres. La música que se escuchaba en Comodoro Rivadavia, pronto comenzó a escucharse en los festejos populares de Coyhaique. El mate si hizo popular también. Y lo más trascendente para el intelectual coyhaiquino: las herramientas de trabajo, las prendas de vestir, los elementos que integran el apero de sus cabalgaduras, las tareas mismas, todo pasó a denominarse tal y como se nombraban en el lado argentino. Ello habría determinado una paulatina modificación en los usos del lenguaje para esa región de Chile.
El mismo Galindo Oyarzo, dijo entonces que la Cueca, había sido establecida como música nacional chilena “desde el Gobierno de Santiago”, negando de tal manera, la riqueza y diversidad cultural y musical de su país. Y que por esa razón él admiraba la diversidad musical en Argentina: Tango, Zamba, Milonga, Chacarera, Chamamé, y tantas otras.
Pocos años más tarde (2010) participando del Encuentro de la Cultura y las Tradiciones en Palena, asistí a un concurso de baile tradicional. Allí las parejas podrían anotarse para bailar Cueca, y también para el certamen de Chamamé.
Me hubiera gustado tener cerca a Galindo Oyarzo: mientras decenas de parejas se disputaban en la pista el certamen de Chamamé, esa noche no hubo nadie anotado para bailar la Cueca, música nacional según el Gobierno de Santiago.
La geografía se ríe de nosotros
Durante la investigación para un libro sobre el conflicto de límites que Argentina y Chile mantuvieron hasta 1902, debí aprender bastante de la geografía en la región centro sur de la cordillera patagónica.
Hay un hecho que es característico de esta zona. Mientras que desde Atacama hasta la región de Bariloche, las altas montañas de Los Andes dividen las aguas: todos los ríos que nacen en sus cumbres y descienden por la cara este de la cordillera, forman las cuencas que desembocan en el Atlántico. Los que descienden por la cara Oeste, desembocan en el Pacífico. Y esa fue una fórmula para que ambos estados acordaran su división de territorios trazando una línea allí, donde los altos picos de Los Andes, dividieran las aguas.
Al sur del cerro Tronador, sin embargo, la geografía les tenía preparado un chiste: las cumbres son mucho más bajas, y los ríos y lagos, aun descendiendo por la cara este de la cordillera, deciden cambiar su rumbo y correr con sus aguas hacia el Pacífico… Parece claro que los límites, en los mapas, en la cultura, en las identidades, serán siempre caprichos de gobiernos distantes y ausentes. La gente, en tanto, se encuentra donde el agua se encuentra.
Y a la gente, como al agua, no hay quien la ataje.
Esquel, febrero 2023
Ambiente
UPM (ex Botnia) provocó una catástrofe ambiental en Uruguay

La pastera finlanesa, que inició siendo Botnia y ahora se llama UPM, protagonizó dos violaciones al ambiente. Una fue multada por el Ministerio de Ambiente por superar los niveles permitidos de vertido de efluentes en el lago de Baygorria, pero nadie se ocupó, hasta el momento, de otro accidente por un derrame de soda cáustica que estalló como un escándalo en los medios orientales.
La denuncia fue realizada por el portal uruguayo Sudestada qe informó que el 17 de agosto hubo un incidente en un sector de la zona de descarga de insumos de la planta UPM -Paso de los Toros donde se habría identificado la presencia de hidróxido de sodio en un tramo de una cañada dentro del predio industrial y de un campo lindero al sitio.

Desde diciembre del 2021, vecinos de Guichón y académicos de la universidad vienen denunciando la situación. Recién hoy es noticia en todos los diarios. “Ya no se ve nada. Las tortugas salen para afuera muertas, están los caparazones, lobitos de río ya no encontrás”, contó Carlos Santos a La Diaria. Trabaja en un predio aledaño al vivero de UPM ubicado en Guichón, Paysandú, cercano al arroyo Santana, lugar donde la empresa “desagua” los efluentes. “El agua estaba marrón”, relató. La industria finlandesa de celulosa tiene dos viveros en el departamento que produce alrededor de 36 millones de plantas transgénicas, árboles clonados, por año. Un grupo interdisciplinario de la Udelar detectó que 40% de los trabajadores del vivero reportaron “alergias en la piel”, 70% “ardor, picazón o dolor en la piel” y 75% “dolor de cabeza o mareos”.
La Comisión de Seguimiento, instalada por el gobierno para acompañar la etapa de instalación y funcionamiento de la planta de celulosa, intenta establecer las razones y responsabilidadesse de lo que es una catástrofe ambiental sin precedentes en el país. El derrame se produjo desde una pileta no adecuada para almacenar este producto y habría alcanzado un volumen de 900 a 1.000 metros cúbicos de soda cáustica, es decir, cerca de un millón de litros. De acuerdo al diario Caras y Caretas, en diversos informes se coincidió que el derrame provocó una “extinción que aniquiló toda vida vegetal y animal allí por donde pasó hasta desembocar en el arroyo.”

El diputado de Cabildo Abierto, Rafael Menéndez, pidió la presencia del ministro de Ambiente, Robert Bouvier, a la comisión especial de Ambiente de la Cámara Baja para que informe sobre el incidente.
El periodista Víctor Bacchetta recuerda que “la situación se podía calificar de crimen ambiental por la contaminación del arroyo y las mortandades ocasionadas de peces y otros animales, en este caso el delito es más evidente aún. Mientras en el Parlamento se viene discutiendo largamente, como es habitual, una ley sobre los delitos ambientales, el Código Penal (Ley N°9155) contiene disposiciones que podrían aplicarse a casos como los señalados en donde se extermina la biota de una zona. Los artículos 218 y 225 del Código Penal, bajo el título de Delitos contra la Salud Pública , tratan sobre el envenenamiento o adulteración de aguas o productos destinados a la alimentación, como son los cursos de agua en zonas de producción agrícola y ganadera o de esparcimiento de las poblaciones cercanas. Por ambos artículos se prevén penas de prisión y penitenciaría por el envenenamiento o adulteración, en forma peligrosa para la salud, de esas aguas“.
Ambiente
“Cómo organizar la esperanza”. Encuentro del Papa con universidades de América Latina y Caribe

En un emotivo encuentro, más de 200 rectores y rectoras de Universidades públicas y privadas de Latinoamérica y el Caribe presentaron al Sumo Pontífice, que abre una agenda de cooperación internacional. Cómo relacionar la actividad científica y tecnológica para mejorar la vida concreta de las personas, fue uno de los ejes del debate. El rector de la Universidad Nacional del Nordeste, Dr. Omar Larroza participó de esta reunión y las jornadas de trabajo que tuvieron lugar días atrás en Ciudad del Vaticano, y significó la reafirmación del compromiso de la Universidad como institución social clave en la búsqueda de soluciones a la inequidad social y la crisis ambiental.
Durante varios días se trabajó sobre temáticas importantes para el actual contexto global como la “Crisis económica: tecnología y tecnocracia”, “Crisis social: degradación social, inequidad, debilidad de la reacción” y “Crisis cultural: desempleo y migración”, entre otras.
También se hizo hincapié sobre la inequidad que se manifiesta en los conflictos socioeconómicos generados por falta de recursos, desequilibrios y el descuido de la vida y de las relaciones. Finalmente, consideraron la debilidad de las reacciones expresada en el maltrato y el descuido de los ecosistemas comunes.
La globalización de la indiferencia
Tras el análisis, reflexión y debate que tuvieron como punto de partida la encíclica “Laudato Sí”, la segunda encíclica del Papa Francisco; se elaboraron las conclusiones y definieron propuestas que se plasmaron en el documento “Cómo organizar la esperanza” presentado ante el Sumo Pontífice, y que marca el inicio de un programa y una agenda regional para la cooperación internacional.
Crisis social: degradación social, inequidad, debilidad de la reacción
Los y las representantes de cada una de las universidades se reunieron en cuatro grupos de trabajo según la especificidad de cada una de sus casas de estudio en relación con las necesidades urgentes de sus territorios. Trabajaron en el Instituto Patrístico Augustinianum, y el rector de la UNNE participó del grupo que abordó la crisis social desde la degradación producto de las prácticas dañinas como la contaminación, la violencia, el consumismo.
¿Cómo poner en relación el trabajo científico y tecnológico con el cuidado; como percibir que trabajo es cuidado y cuidado es trabajo “para que nuestros pueblos tengan vida”? Desde la presencia cercana y dialogante entre miembros de universidades católicas con otras universidades públicas y centros de estudio, fue la pregunta que funcionó como punto de partida del trabajo en dicho grupo.
La degradación ambiental descarta a los seres humanos a partir de la contaminación tóxica, visual, acústica.
La Degradación Social, fue una de las problemáticas sobre las que trabajaron. “En el contexto de la “globalización de la indiferencia”, como señala el mencionado “Laudato Sí” (LS), aseguran que los efectos de la degradación ambiental descarta a los seres humanos a partir de la contaminación tóxica, visual y acústica; el caos urbano de vivienda y transporte; las estructuras ineficientes de agua y energía; la falta de espacios verdes y belleza; la exclusión social; la violencia; el consumismo; la omnipresencia de dinámicas digitales y las emociones artificiales, entre otras.
Pero la comunidad universitaria organizada “también es capaz de producir lo bello”, dice la encíclica de Francisco; y las autoridades universitarias se preguntaron entonces “¿Cómo puede contribuir la universidad para revertir el deterioro de la calidad de vida estimulando la vida espiritual y contemplativa entre los jóvenes, portadora de sentido de la existencia?”.
La “Inequidad” fue otro eje abordado en el grupo 3: “El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social”, señala el LS y menciona por ejemplo la “muerte prematura de los pobres; migración forzada; los conflictos generados por falta de recursos; el desequilibrio en la distribución de la población (despoblamiento de las zonas rurales); la colocación de residuos sólidos y líquidos tóxicos, y de deuda externa, en países de las periferias; inversiones extranjeras que dejan pasivos ambientales y sociales (deuda ecológica); la falta de contacto físico y de encuentro a causa del desempleo, etc.
¿Cómo es posible, desde la universidad, contribuir creativamente con nuevos modelos de organización comunitaria regional?
“¿Cómo es posible, desde la universidad, contribuir creativamente con nuevos modelos de organización comunitaria regional emergentes para el cuidado de la vida, en todas sus formas y etapas, en nuestra casa común latinoamericana y caribeña?”, fue el interrogante que habilitó el debate y posterior propuestas para intentar paliar estas problemáticas.
“Nunca hemos maltratado y lastimado nuestra casa común como en los últimos dos siglos”, se afirma en la encíclica. “¿Cómo podemos, desde la comunidad universitaria, contribuir: con una cultura latinoamericana y caribeña de nuevos estilos de liderazgo político, social y económico “que marquen caminos” y atiendan las necesidades de las generaciones actuales y futuras; con un sistema normativo que asegure la protección de los ecosistemas a través de una regulación inteligente; con la valentía de advertir la realidad de un mundo limitado y finito?”, se preguntaron entonces los rectores y las rectoras.
Las propuestas surgieron en base a la posibilidad de “organizar la esperanza de nuestros jóvenes”, desde la comunidad universitaria organizada de América Latina y el Caribe.
“Una tarea de estas características tal vez debería iniciar, de manera coordinada, procesos socio-ambientales de transición justa para el cuidado de la casa común que nos permitan atravesar juntos el cambio de época desde el paradigma de la ecología integral”, consideraron.
Y definieron luego pasos concretos y líneas de acción que sumaron al documento final que presentaron al Papa Francisco.



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