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Informe especial: Por qué faltan insumos, por Laura Giussani Constenla

Fue suficiente entrar a un negocio que hace velas y otros objetos hermosos para descubrir un tema del que no se habla, o se habla sin buscar el fondo de la cuestión. La vendedora me muestra lo poco que le queda: “ya no hay insumos de parafina que se importan. Antes los producía YPF y la fábrica Del Plata. Trabajaban 6.000 personas. Ahora hay que traerlos de China”, nos cuenta con más resignación que bronca. El negocio se llama Prema, en la calle Chile al 700, y hace cosas de diseño, preciosas, como esta lámpara con un gato que está triste y azul…

He aquí el nuevo fantasma: ‘Falta de insumos por cepo a las importaciones’. Quejas allí y acá. Levanten el cepo, gritan desde la oposición. Lo cierto es que a nadie se le ocurre preguntarse porqué tenemos que importar algunos insumos. En el 2010, Clarín se maravillaba por las fábricas de velas de Ciudadela: “la venta de velas es un negocio motorizado por la fe y que mueve muchos millones. Omar Pallaoro, de 42 años, hijo de apicultores, cuenta que comenzó elaborando velas con la cera de las abejas. Hoy es el principal comprador de la parafina que le vende YPF para la producción de velas”. Y no solo eso, el ex apicultor empezaba a comerciar sahumerios con la India.

El nuevo orden mundial del comercio y la industria decidió qué países podían producirla. Su escacés también afecto a otros países como colombia. El , 27 noviembre de 2021, la prensa informaba: “Se aproxima una de las fiestas tradicionales más importantes de Colombia: el Día de las Velitas, que se celebra como vigilia de la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, cada 7 de diciembre. Pero recientemente la celebración estuvo en riesgo por la escasez de parafina que vive Colombia, lo que obligó a las empresas y fabricantes alertar a los ciudadanos sobre la posible falta de velas para ese día. Cuando se hico el anuncio público de la escasez de materiales para poder fabricar velas, Ecopetrol agilizó el mantenimiento de la Refinería de Barrancabermeja y este 17 de noviembre, la empresa comunicó que ya se terminó el trabajo y se normalizará la entrega de parafinas para el mercado nacional.”

Problema resuelto. No se importa, se produce.

(El oyente Edgardo Mosco, de San Justo, nos iluminó sobre el tema parafina: Hola, Laura y Nora: No solo la elaboración de velas artesanales depende de la parafina, es necesaria para quienes padecen artritis que la usan en baños de parafina caliente derretida; en medicina para estudiar tejidos que se encierran en parafina para poder sacar fetas finísimas; en la industria de chacinados ya que algunas longanizas se conservan en baño de parafina. Seguramente habrá otros usos.)
…………………

Breve síntesis de lo que apareció en los medios en el último mes:


Salames.


Tiemblen argentos, la picada está en peligro (se acuerdan de la picada, no? esa que comíamos antes, con salame, queso, aceitunas, y un vermuthcito). Si bien ya estaba en vías de extinción por su precio, ahora, directamente advierten que está en riesgo la producción de salames (¡quién lo diría, en este país!).
En diálogo con Telenueve, Martín de Gyldenfeldt, gerente de la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines, explicó que para hacer salames hay unos 25 productos imprescindibles de importación. Entre ellos tripas para embutir, aditivos, conservantes, clips para cerrar salames y jamones. Además de “la pulpa de jamón, de paleta, bondiola, tocino y panceta”.
¿Puede ser que seamos incapaces de producir clips para cerrar salames? ¿No tenemos tripas? Y peor aún, ¿qué pasó con los cerdos?
………


Insumos tecnológicos para automóviles

La planta de producción de camionetas Renault y Nissan de Córdoba paró la fabricación tres días la semana pasada por la falta de insumos. Según aseguraron a El Cronista fuentes de Renault, el problema está enmarcado en la crisis de semiconductores global que impactó en la producción desde la pandemia en todo el mundo.
He aquí un insumo tecnológico. ¿No hay capacidad tecnológica para producirlo acá? “El microchip es un componente que está con faltante en el mundo y que está generando paradas en la producción en el mundo. Hay una pérdida de producción de autos del 25% a nivel mundial, de 100 millones de autos. Este año se está pensando en un mercado de 75 millones”.


Productores agropecuarios


El 64% de los productores agropecuarios se quejan por la falta de ‘insumos’ para el campo: no hay semillas (bah, hay semillas pero no de marca, no elaboradas en laboratorio) ni fertilizantes (bah, matayuyos, venenos, y esas cosas, imprescindibles para tener menos mano de obra rural y un ‘rinde’ -como dicen ellos- asegurado)


Madereras


En julio el director de Coama Sud América, una empresa que fabrica tableros de madera contrachapada en la localidad Eldorado, de Misiones. Anunció que ante la falta de Fenol (algo básico para elaborar resina) dio vacaciones adelantadas a sus 270 empleados. Otro rubro de la actividad con problemas para conseguir dólares e importar insumos que no se fabrican en el país es el de los fabricantes de postes de madera que se utilizan en la vitivinicultura y en la industria de la energía. No pueden comprar un conservante para impregnar los postes (sales CCA).


Oleaginosas


La marca Dánica, que produce margarinas para la industria de la panificación, para usos hogareños y aderezos, suspenderá la producción de sus plantas a partir del 31 de agosto. Según la empresa, la causa es “la falta de insumos importados indispensables para la elaboración.” El parate productivo afectará amás de 200 trabajadores de la empresa en las unidades productivas de Llavallol, provincia de Buenos Aires, y Villa Mercedes, San Luis. ¿Qué le anda faltando al Grupo Beltrán, dueño de Dánica y uno de los principales jugadores de la industria de carne de Argentina, por 50 millones de dólares?: PKO, Estearina de palma y almidón.


Es difícil de entender porqué si tenemos materias primas, energía, capacidad técnica y millones de desocupados, no podamos hacer una lista en la que figuren: clips, parafina, fenol, conservantes y fomentar cooperativas que se pongan a fabricarlos. Se comprarían en pesos argentinos. Es cuestión de tener una libreta de almacenero y una birome Bic.


Dirán: nada es tan fácil. Puede ser. A mí no me parece tan complicado. A menos que los que produzcan los clips que deben importar sean los mismos (o amigos) de los que producen los salames y no quieren perder ese negocio. Monopolios. División internacional de la producción. Un disparatado orden mundial en donde la comida pasó a ser un arma de coerción. Y la tecnología también.


Por ejemplo: dicen que Taiwan se está salvando de ser ocupada por China o EEUU porque los protege el escudo de silicio. Algo así como que solo ellos producen lo básico para que funcionen todas nuestras máquinas digitales o electrónicas.
El mundo está en crisis, el modelo hace agua, se cierran cielos y mares, mientras trazamos un nuevo mapa económico mundial. Llegó el momento de agarrar la bic y el anotador de almacenero. Y dejar de lado la lapicera para echar funcionarios sin ton ni son.


Escuchá los testimonios de Liliana de Prema, Juan Domínguez de Aceiteros Lavallol en San Luis y Alberto Samid. Todos pasaron por La Columna Vertebral para profundizar este tema.

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A 50 años de Cámpora y el Devotazo, por Laura Giussani Constenla

La noche del 25 de mayo de 1973 yo era todavía una ‘nena’ y me había quedado dormida temprano. Recuerdo a mi madre acariciándome la cabeza: “Dormí tranquila, ya no hay presos políticos en el país”, dijo y me dio un beso. Fue algo tan raro que no lo olvidé nunca.

Para quienes asomábamos tímidamente al mundo de los adultos, ese 25 de mayo fue una fecha imborrable. Yo todavía no había cumplido 13 y empezaba la secundaria. El 11 de marzo había ido con mi madre y una amiga (creo que era Leonor Benedetto, que por entonces empezaba a ser famosa en Rolando Rivas Taxista) a festejar el fin de la dictadura y la victoria de Cámpora, a Santa Fé y Oro. “Ganaremos la primera y no habrá segunda vuelta” decía el jingle de Cámpora y Solano Lima -‘los hombres del Frente y de Perón’-, y como llegaron casi al 50% de los votos, no hubo segunda vuelta.

Todos nos preparamos para ir a la plaza a festejar la asunción del ‘Tío Cámpora‘ el 25. Junto a mis hermanos veíamos pasar las columnas que marchaban a Plaza de mayo desde el 4° piso de un edificio de Rivadavia al 2.300 en donde vivíamos. Sólo había que elegir la que nos gustaba más y bajar. Nos gustó una llena de morochos bullangueros, felices hasta el infinito y con ellos fuimos. En ese balcón tuve mi primer contacto con la política. Cuando había alguna manifestación de distintos partidos esperaba en el balcón que pasara un grupo simpático. Por ejemplo, cuando todos fuimos a repudiar el golpe de Chile unos meses después. Supongo que por entonces me hice peronista. ¿Quién puede resistir la seducción del peronismo movilizado? Mucho cántico, sudor, pasión, bombos, vinchas, choris. Argentina. En esa época la izquierda era solo un espacio de estudiantes clasemedieros. Un bodrio. No sé en qué momento eso cambió, pero piquetes y acampes y marchas como las de izquierda de ahora, no existían.

Tenía doce años. Ese veinticinco fue mi primera marcha. Saltar desde el Congreso hasta la Casa Rosada. “Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar”. Empujones tipo pogo, multitud de hombres, mujeres, niños, viejos, obreros, empleados, estudiantes. ‘Por una noche se olvidó que cada uno es cada cual’. Otro cantito popular era: “Far, Fap y Montoneros son nuestros compañeros”. Estaban uniéndose en ese mes las tres organizaciones político-armadas peronistas bajo un solo nombre, así que también tronaba el “Montoneros, carajo”.

Tan cansada como excitada, volví a casa al atardecer, seguí viendo la vida por el balcón, y caí rendida. Al día siguiente, entendí qué había querido decir mi mamá con eso de “dormí tranquila, ya no hay presos políticos”.

Mientras el recién asumido Ministro del Interior, Esteban Righi, veía cómo encaraba la liberación de los presos políticos, y evaluaba los distintos proyectos de ley para hacer votar en el Congreso, una multitud fue de Plaza de Mayo a Devoto para pedir su liberación esa misma noche. Una cárcel rodeada de simples civiles que empujaban una gran puerta para que salieran los presos. Righi se negó a reprimirlos, razón por la cual se sentaron a armar una lista apresurada con los nombres de los militantes indultados. En medio de la euforia general, se abrían las puertas de la cárcel en lo que se dió en llamar el ‘Devotazo‘.

Los presos salieron en malón para abrazarse con quienes esperaban afuera. Entre ellos, se coló un reconocido mafioso francés, François Chiappe, quien no figuraba en la lista de liberados elaborada por el Ministerio del Interior, pero sí aparecía en la preparada por el Servicio Penitenciario Federal.

Hubo quienes permanecieron resistiendo en la puerta porque sus presos no habían salido, en general agrupaciones de izquierda. Entonces sí, la policía decidió reprimir y hubo dos muertos: Carlos Miguel Sfeir y Oscar Horacio Lysak. No todo fue alegría.

A los pocos días conocía algo más de esa jornada por boca de Paco Urondo (otro amigo de la familia). Supe que mientras escuchaba el estruendo de la manifestación afuera pidiendo la liberación, reunió en su celda a los tres sobrevivientes de Trelew, María Antonia Berger, Alberto M. Camps y René Haidar, y los grabó mientras afuera ocurrían otros hechos. Esa charla, en una noche increíble, se convirtió en La Patria Fusilada. Gracias a él conocimos los detalles de la masacre de Trelew, ocurrida apenas 9 meses antes.

Años más tarde, ya exiliada, conocí otra versión de cómo se vivió adentro de la cárcel esa noche. José Rubén Falbo Viches, era un preso común en Devoto. Culto hasta el empalagamiento, editor, había ido a para allí por una causa iniciada por los familiares de un mafioso de Avellaneda de los años 30. Culpa de ‘Barcelito, Barceló” terminó en ‘gayola’. Me contaba que ese día se murió de miedo. Algunos lo incitaban a mezclarse en el caos y quizás salir en medio de la debacle. Después de haber pasado algún año detenido, solo pensó: ‘me falta poco, si salgo ahora quizás me ligo un tiro’. Se escondió abajo de la cama. Unos meses después salió, vivito y coleando. La alegría no le duró mucho. En el 76 fue uno de los millones de exiliados. Como le dijo un capellán amigo: “Entre tus amigos subversivos y tus amigos homosexuales no podés seguir en el país”.

La ‘primavera camporista’ duró hasta el 20 de junio y la masacre de Ezeiza cuando regresaba Perón. Unos días más y Cámpora renunciaba. El resto es historia. Lastiri Presidente. Elecciones, Perón e Isabelita, López Rega, las Tres A, el asesinato de Rucci, la muerte de Perón, para convertir a las Tres A en las Tres Armas. Resulta que la dictadura militar no solo no se había acabado sino que daba lugar a un régimen jamás conocido, con campos de concetración organizados al mejor estilo nazi o quizás más perversos.

Mi abuela, cada vez que se refería a mi abuelo (quien la había abandonado), siempre decía: ‘maldito corso’. Con el peronismo me pasa algo parecido: maldito balcón. Me enamoré de ese pueblo fervoroso y entusiasta y luchador y valiente. Después, me costó horrores enamorarme de algo o de alguien.

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