Tiempos de verano, calor infernal, hastío. Cuerpo y mente piden tregua. Al final, llegamos a enero cuando todo indicaba que en Diciembre estallaba todo. Es que nos volvimos a ilusionar. Nada estalló, ni el país ni la Tierra, somos campeones del mundo y estamos camino al Oscar. En este limbo estacional, cultural y político, nos dejamos llevar por las olas, solo para refescarnos, para no pensar. Sí, para no pensar ¿quien puede andar pensando todo el día, mañana, tarde y noche, en las injusticias de la tierra? El coro grita: Aguafiestas.
Si algo no me gusta es ser una aguafiestas. Y como cualquier persona como yo, como tu, como vos, prefiero zambullirme en ese universo de humanidades que generalmente no veo, ni sé que existe, y parece que son las más. Como todo fenómeno social y cultural, el hit de Bizarrap con Shakira, abre varias puertas para pensar y te salpica.
La dimensión social que adquirió una cancioncita divertida, por sobre todas las cosas divertida, con una melodía agradable que saca los trapitos al sol de una pareja, es increíble. Será el calor, pero nadie habla de otra cosa (bah, también tenemos el juicio por el asesinato grupal de Fernándo Baez, que estamos siguiendo como una serie en vivo, otros se enganchan con el Gran Hermano, o la revelación de Alex Caniggia conductor), un tema de verano que por lo visto tocó fibras íntimas, discusiones morales (“¿Hacerle ésto a los hijos?“, dicen unos. “Las mujeres no facturan, pasan hambre, son asesinadas…”)
Pero Shakira y Bizarrap (imagino que significa rap bizarro), con una simpática cancioncita provocaron una grieta. Shakira perra, indigna, revelando cosas personales, despechada, que simboliza la perdida con marcas …// o Shakira, gran venganza de las mujeres, Diosa, empoderada, feminista//. Y una vez más, estamos los que caemos en la grieta. No, ni una ni otra, es una simpática cancioncita de verano. ¿Cuál es el problema? Cada uno hace de su arte un pito (ah no, no era así)
Paréntesis
(Hablando de pitos, a nadie le pareció molesta la poesía de Ernesto Cardenal, sí, el compañero Cardenal, que cuando habla de separaciones no es tan compañero: “Al perderte yo a tí, tu y yo hemos perdido/ Yo porque tu eras la que yo más amaba/ Y tú porque yo era el que te amaba más”. Bueno, el mismo Ernesto Cardenal incurre en una incorrección política. ¿Qué sabe si no habrá otro que la ame más? O la ame distinto. ¿Quién es? ¿Un Homo eróticus super macho de la revolución? Ella se fue, quizás era un amor asfixiante. Y a quién se le ocurre criticar a Cardenal por esta tontería. Es más, las mujeres, sí las mujeres, se emocionaban en los setenta con estos versos ignorando que eran un poquitito psicópatas. ‘Callate Gorila’, grita el coro. Cosa de hombres, así reacciona un varón al abandono. Y qué decir de Chorra, de Carlos Gardel.
Yo imagino que esa ‘chorra’ existía, al fin de cuentas Gardel vivía a una cuadra del Abasto al que puede hacer referencia eso de robarle el mercadito y la casilla de la feria. Quién sabe, quizás la letra refleja el sentimiento del autor, o de un amigo del autor, pero seguro que todos los del mercado sabían de quién estaban hablando. Pero, a quién se le ocurriría criticar a Gardel!)
La crítica más curiosa es la de quienes se escandalizan porque no resguardan a sus hijos. La familia toma el protagonismo. Al final, es la célula de nuestra sociedad occidental y cristiana. Pobres chicos, va a sufrir un montón por culpa de su madre (no de su padre que dió un portazo en el peor momento y se fué con una jovencita). Dice el coro: “Callate imbécil, la familia es la familia, y, sobre todo, nos debemos a los hijos”.
Paréntesis
(Entre las noticias de este verano también se impone el juicio por el asesinato de Fernándo Baez Sosa. Ultimamente empezó una especie de campañita moralizante que apela a la familia y dice: acá hay 9 familias destruidas. Eran todos pibes. Fernando murió pero a los otros nenes les espera una condena a perpetua o 25 años. Ponete en el lugar de sus padres, vos podrías ser uno de ellos. “Lavate la boca” diría mi abuela. Jamás, jamás, jamás, mis hijos hubieran estado en ese lugar. Y si lo están, jamás, jamás, jamás, se meterían en una pelea. Y estoy segura que muchas de ustedes sientes lo mismo. Que no se confundan. No somos todos iguales. Si alguno de los protagonista fuera mi hijo, sería Fernando, así que no traten de compararnos. Otra vez la grieta).
Bueno, volvamos a Shakira (ya saben, me voy por las ramas). Leí muchas cosas en estos días. Por supuesto que se me mezclan, no entiendo las fuentes, en fin, esta poesía me pareció bella:
“Despechada” Despechada tu madre y tu hermana despechada tu tía Y ojalá nunca tu hija. Despechadas las niñas de padres violentos Despechadas las niñas abandonadas sin alimento Despechada la madre con doble jornada. Despechada yo al ver que no te duele el corazón roto de tantas mujeres. Engañadas todas Alguna vez Lastimadas todas Alguna vez. Ojalá cantáramos juntas porque sería un coro perpetuo Para que escuches bien Despechadas sí pero calladas, ya no. —Vaitiara Villagran
En honor a Nina Simone, quien debió sufrir un amor que la humillaba y del que no podía desprenderse, hasta que pudo. Quizás el próximo domingo nos dedicamos a ella, que bien vale la pena. Aquí Nina simone y hasta la próxima
La semana pasada me tocó sobrevolar por Buenos Aires. Aunque viva del otro lado del río, allí están buen parte de mis afectos. Vivo en la frontera de la orilla oriental del río Uruguay, por eso veo a diario la televisión argentina y escucho las radios porteñas. Lejos de lo que podía imaginar en estos tiempos de cambio en los que un candidato esperpéntico parece tener posibilidades de llegar a la presidencia con promesas apocalípticas -y en un momento de extrema incertidumbre y desazón, con una inflación galopante y la pobreza en aumento-, no percibí ni el miedo ni el odio que los medios difunden día a día.
Algo, sí, había quedado atrás: la euforia. No era tristeza ni depresión, simplemente conciencia de un estado de cosas. Viaje relámpago, sin encuentros festivos pero sí sentidos. Más comidas caseras y menos restaurantes (por suerte!). Días de reencuentros en casas, sin maquillajes, en los que sentí el mismo estado de ánimo: la vida sigue y, como siempre, hay que ponerle el cuerpo. Cero desesperación. La vida real.
Por primera vez, volví serena de Buenos Aires, sin esa sensación de resaca, de quien anduvo en un hermoso carrousell que mareaba. De algún modo, volvíamos a estar en sintonía, cada quien atento a lo que pasa, haciendo lo que siente y necesita hacer, pero poniendo el foco también en casa, reconstruyéndose, pisando tierra. Sin esa euforia política cocainómana que les atacó a muchos en medio de una realidad que de alegre tenía poco. ‘Los pobres’ y las injusticias no aparecieron hace un mes pero de pronto todos cayeron en la cuenta de que se acabó la fiesta. Hace rato que se habían apagado las luces del boliche.
Y, sin embargo, la sensación era agradable.
En esa semana gris de primavera en la que me tocó Buenos Aires, la UNESCO declaraba Patrimonio de la Humanidad al sitio de memoria de la ESMA. Yo desayunaba en casa de una amiga que hace más de veinte años milita y labura en consolidar la memoria que veía en directo la transmisión del debate de la UNESCO. Aparecí como Mafalda recién levantada y ella me explicó todo -yo no tenía ni idea de que ése día podía ser un ‘Día Histórico’-. Y lo fue. Y la delegación argentina se levantó, se abrazó y lloró. Y los conocíamos a todos. Y casi que lloramos también, por ellos y por nosotros. Porque al final, hay recompensa, diría Ceratti. Estábamos felices, satisfechas con lo que entre todos habíamos logrado.
Por suerte, en esos días no tuve tiempo de ver televisión y me asomé poco a las redes, tenía mucho tramiterío por hacer. Uno de ellos en la ex ESMA, justamente. Al salir, me encontré con un contingente de chicos de la secundaria -del Mariano Moreno- justo cuando el guía que los esperaba comenzaba a hablar. Me quedé escuchando, como una alumna del Moreno más. El guía estaba super capacitado, no era un maestro, era un guía que sabía que debía promover preguntas. De a poco los pibes se empezaron a animar y comenzó el diálogo con el guía. Diálogo. Otra emoción. Esa mañana había leído una noticia de que por primera vez declaraba en España una testigo de la tortura durante el franquismo. ¿Cómo no sentirnos orgullosos de formar parte de esa Argentina que es vanguardia en Derechos Humanos?
Otro de los ‘trapicheos’ -como diría mi amigo Falbo- era en la Biblioteca Nacional. Esta vez iba como ‘investigadora’, seis meses atrás me había jubilado allí después de diez años de laburo. Consulté lo que tenía que consultar y volví a mi lugar de trabajo, mi vida entre el 2012 y el 2022. Allí también todo seguía su curso. No le tenían miedo a la motosierra de Milei aunque se preparaban a evitarla. Pasar por el Archivo también me llenó de orgullo. Caramba! Cómo no sentirlo. Empezó con la gestión de Horacio González y hoy es uno de los archivos personales más importantes y serios del país. Y, se sabe, en un archivo se preserva la vida en su máxima expresión. Cuando voy a tomar el ascensor para retirarme, en el tercer piso, el piso ‘del público’, por donde pasan centenares de personas por semana, un mural en la pared con la cara de Horacio González tan parecido al que una conoció y su frase icónica entre los trabajadores de la BN: “Sin nosotros, no somos nada”. La dijo en su despedida casi como un chiste, no sabía cómo cerrar una frase y se la mandó. Yo estaba ahí cuando la pronunció, fue casi un suspiro, todos sonreímos, no sé quién fue que reparó tanto en ella que la convirtió en ‘bandera a la victoria”. Durante todo el macrismo la pizarra de la oficina de Recursos Humanos la tuvo anotada ¿Cómo no sentirse orgullosa?
Ver a mi familia, amigos y compañeros, que le siguen poniendo el cuerpo a la vida, con sueños personales y colectivos ¿Cómo no sentirme orgullosa?
Todos sabemos que la vida sigue andando. Cada cual hará lo que puede, como fue siempre. Solo debemos desintoxicarnos. Basta de borracheras, basta de miedo. En política, muchos se empiezan a animar a hablar. Por ahí va la cosa.
¿Qué se esconde detrás del dólar? Laura Giussani Constenla reflexionó sobre la divisa, su establecimiento como moneda de cambio internacional y qué implica esto para Argentina.
El Editorial | Regístrese, Comuníquese y Archívese
A propósito del Día del Maestro, Nora Anchart recuperó fragmentos del documental Regístrese, Comuníquese y Archívese, realizado sobre la base del documento “SUBVERSIÓN EN EL ÁMBITO EDUCATIVO (Conozcamos a nuestro enemigo)” que fue firmado el 27 de octubre de 1977 por el entonces ministro de Cultura y Educación de la dictadura Juan José Catalán y distribuido en todos los establecimientos educacionales del Argentina a docentes y autoridades escolares, con el propósito de buscar “subversivos” en los niveles inicial, primario, secundario y superior.