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Una de marcianos, por Laura Giussani Constenla

Hoy, los OVNIS están de moda. Aparecen por todas partes. Uruguay también se vio sacudido por el avistaje de luces extrañas en Paysandú. La Fuerza Aérea Uruguaya ordenó investigar a través de la Comisión Receptora e Investigadora de Denuncias de Objetos Voladores No Identificados (Cridovni) las denuncias recibidas sobre “luces intermitentes” en el cielo de las Termas del Almirón.

La sorpresa no es lo que vieron una decena de personas el 10 de febrero, el fenómeno es tan común por estas costas que hasta mi vecino vio un plato volador sobre la laguna hace muchos años, otro sacó una foto de su luz volando sobre el río, y el mismísimo Carlos Perciavalle declaró en el programa de Karina Mazzoco que está harto de verlos, van de noche a ‘tomar agua dulce de la laguna’. No insiste con el tema porque lo toman por loco. ‘La realidad es que hay poco menos que una invasión’, sostuvo el cómico sin ninguna intención de hacer reír.   

Si mi vecino los vio, y Carlos Perciavalle, y miles de personas cuentan sus experiencias con rarezas similares acá o en cualquier lugar de cielo abierto, ¿por qué hoy es noticia nacional e internacional?

Porque el mundo entero está hablando de ‘ellos’, los ‘otros’, los ‘innombrables’ desde que Estados Unidos decidió derribar un globo cuyo origen ignora pero que adjudicó al espionaje chino. Perdón, no fue el único globo destruido. Fueron tres. En una conferencia de prensa telefónica, la subsecretaria de Defensa y de Asuntos Hemisféricos de EE. UU., Melissa Dalton, explicó que tanto el artefacto derribado sobre el lago Hurón, en Michigan, como los dos anteriores en Canadá y en Alaska, fueron abatidos “por precaución”, y recalcó que “no ha habido daños colaterales en ninguna de las operaciones de la última semana”.

(El agente super 86 se quedó corto. Imaginen: una funcionaria, nada menos que la segunda en Defensa en Estados Unidos, aparece en una pantalla gigante para informar que la potencia mundial derribó tres globos que no tiene idea de qué son pero que no hubo drama)

A partir de allí, se desató el furor por los OVNIS.

Ni lerda ni perezosa, China aseguró que globos estadounidenses sobrevolaron al menos diez veces el país asiático durante el último año. Y, como si esto fuera poco, el jueves 16 de febrero, la semana pasada, en Shijiazhuang (norte de China) debieron cerrar por dos horas el aeropuerto por detectarse un “objeto desconocido” que sobrevoló la región, según las autoridades locales. El incidente provocó que entre las 11:00 y las 13:00 hora local los vuelos que tenían previsto aterrizar en el aeropuerto de Shijiazhuang tuvieran que ser redirigidos a otros destinos cercanos. Luego todo volvió a la normalidad.

Como todo indica que los marcianos ya están acá, apareció una especie de boya de acero grandota en una playa desierta y todos pensaron: objeto oceánico no identificado. De inmediato lo pusieron en relación con los globos de Norteamérica y todo lo que anda pasando (hoy se supo que eso que parecía una boya, era una boya).

Sentada en el monte más alto de mi Planeta miro el universo que me rodea. Es fantástico. Genera tantas preguntas como sonrisas. Sonrisas que no llegan a carcajadas, en cambio las preguntas me obsesionan, voy a la red de redes en busca de respuestas. (Pasamos de la gracia del Agente 86 a Black Mirror: la funcionaria en la pantalla y la periodista buscando en la pantalla).

Preguntas

¡Uff! Cómo no atragantarse con tantas dudas, sospechas, ignorancias (sí, en ese orden: primero dudo después sospecho y finalmente comprendo que no sé nada, los años me han dado la posibilidad de llegar a esa tercera instancia, antes solo me quedaba en la sospecha y después afirmaba nomás).

¿Qué es un Ovni? ¿Cuándo aparecieron? ¿Hay testigos? ¿Pruebas de radar? ¿Por qué el gobierno de Estados Unidos admite su existencia ahora? Tiene algo que ver la ¿guerra?

Busco, busco, busco, como loca, abro- sobrevuelo con la mirada-copio-pego en un archivo llamado Informe Ovni que ya tiene 15 páginas que tendré que leer. Estoy perdida, lo sé y lo lamento. Solo pido disculpas por intentar que ustedes se zambullan en esta demencia generalizada que no sé cómo me llevó de las luces de Paysandú a la Guerra Fría y la Crisis de los Misiles, pasando por Ucrania y Rusia.

¿Cuándo apareció por primera vez un OVNI? Muchos ubican sus inicios en todos los milagros que la humanidad ha percibido hasta el momento, mientras, los más literales, sostienen que “el fenómeno comenzó en 1947, íntimamente vinculado a los medios de comunicación”, dice Wiki. Ah, y avisa que ya no se llaman Ovnis, ahora se autoperciben UAP (sigla que refiere al inglés: ‘fenómeno aéreo no identificado’).

¿Desde 1947? Busco, busco. Qué pasó en ese año? Ese año se considera como la fecha inaugural de la Guerra Fría. Sí, dos años después de la guerra caliente, la de ‘todos’ (después vinieron montones de guerras y guerritas y golpes militares, pero eso era cosa de ‘ellos’, los ‘otros’).

A fines de los cincuenta el tema OVNI estaba en su apogeo, tanto es así que en el 58 hasta Jung publicó un libro titulado Un mito moderno. De cosas que se ven en el cielo, dedicado al ‘rumor’ de ‘platillos voladores’ “La gente ve algo, pero no sabemos qué es” y agrega que no solo se ven cosas materiales, también puede ser ‘algo psíquico’. O quizás dos dimensiones temporales, quién sabe. Si es desconocido solo cabe la duda. ¿Hasta ahora nadie se preguntó si el ‘objeto’ era en realidad ‘sujeto’?

Guerra fría y Ovnis, vaya combinación. No me van a creer si les digo que Orwell tuvo algo que ver con todo eso. El escritor del futuro esta vez puso los ojos sobre la Guerra Fría. Fue el mismísimo Orwell quien acuñó el término Guerra Fría. En 1945, en su ensayo “You and the Atomic Bomb” (“La bomba atómica y tú”) publicado en el diarioTribune. Allí mencionó lo que se vendría después de haber visto las bombas atómicas sobre Nagasaki e Hiroshima tiradas por Estados Unidos como una simple ‘prueba’ con la guerra terminada. Al ver la magnitud de la explosión comprendió que era un aviso: ahora cualquier país podía destruir medio mundo y lo quisiera con solo apretar un botón. Años de vivir bajo el terror pero estaba todo bárbaro. Se vinieron los maravillosos 60.

Volvamos a los Ovnis.

Entre 1948 y 1969, época del espía 007, tiempos terraplanistas en los que el mundo no terminaba en una ‘columna de elefantes’ sino en ‘la cortina de Hierro’, y el agente 86 nos mataba de risa, existió en Estados unidos el Proyecto Blue Book, un programa del gobierno de Estados Unidos encargado de investigar los informes de ovnis. Se cuadraron, chasquearon los tobillos y dijeron: ‘a sus órdenes’. Se pusieron a investigar como si a alguien le importara.

Tuvieron 12.618 avistamientos de ovnis denunciados por personal de la Fuerza Aérea. A pesar de semejante cantidad, el gobierno decidió que “Ningún OVNI reportado, investigado y evaluado por la Fuerza Aérea ha dado alguna indicación de amenaza para nuestra seguridad nacional” y cerró, por falta de fondos, la investigación en 1969.

Entre Guerras

Estoy escribiendo el día en el que se cumple un año de la ‘Guerra de Ucrania’ y curiosamente volvieron los ovnis a ser protagonistas, como en la Guerra Fría. En mayo del 2022 el Comando de Sistemas Navales de Estados Unidos detectó la existencia de una ‘especie de triángulo volador’ que titilaba por momentos y desaparecía que se había detenido sobre el cielo de los Estados Unidos. “No tengo una explicación de qué es este objeto”, dijo ante el Congreso Scott W. Bray, subdirector de inteligencia naval de EE.UU.

Era la primera vez, después de 50 años, que se volvía a hablar del tema en el gobierno estadounidense. Es decir, desde el 72/73 no se consideraba una cuestión digna de mención. A pesar de los miles de avistamientos relevados por ellos mismos. De inmediato pidieron un informe y ahora los videos de Objetos Voladores No Identificados se pasan una y otra vez en el Senado después de medio siglo de indiferencia.

Los episodios de objetos extraños vistos por pilotos y militares norteamericanos son muchos. A modo de ejemplo: En marzo de 1997, varios residentes de Arizona dijeron que presenciaron un gran objeto volador en el cielo cerca de Phoenix. Diez años después, el ex gobernador de Arizona y ex oficial de la Fuerza Aérea, Fife Symington, escribió en CNN sobre la experiencia previa a un evento en el que se discutieron varios avistamientos e incidentes de ovnis.

“Fui testigo de una enorme nave en forma de delta que navega silenciosamente sobre Squaw Peak, una cadena montañosa en Phoenix, Arizona. Fue realmente impresionante. Estaba absolutamente aturdido porque estaba girando hacia el oeste buscando las lejanas Luces de Phoenix”. Mucha fue su decepción ante la explicación de sus ex compañeros: para la Fuerza Aérea solo se había tratado de bengalas a gran altitud.

“Nunca estuve contento con la tonta explicación de la Fuerza Aérea. Bien podría haber habido bengalas militares en el cielo esa noche, pero lo que yo y cientos de otros vimos no tenía nada que ver con eso”, escribió.

En 2010, siete ex miembros del personal de la Fuerza Aérea de Estados Unidos describieron sus encuentros personales con avistamientos de ovnis en instalaciones de armas nucleares en incidentes en los años sesenta, setenta y ochenta.

Lo cierto es que siempre hubo denuncias de OVNIS y hay momentos en que Estados Unidos decide darle atención y momentos en que no. Sin ir más lejos, en el 2017 el Departamento de Defensa prohibió que continuara adelante una investigación del Pentágono del Grupo de Trabajo UAP sobre estos sucesos inexplicables. En el 2020, el senador republicano Marco Rubio, presidente de la Comisión de Inteligencia del Senado, un informe sobre lo que había estado haciendo el Grupo de Trabajo UAP. Finalmente, se votó en el 2021 una Ley de Autorización de Inteligencia Nacional que ordenó se realizara el informe que fue dado a conocer en este febrero de 2023. 

Dice el informe: “Algunas observaciones de los fenómenos aéreos no identificados (UAP) podrían atribuirse a desarrollos y programas clasificados por parte de entidades estadounidenses”.

En definitiva, concluyeron lo que todos sabíamos, que pasan cosas raras de las que no tenemos ni idea. Hay luces en el cielo que no son estrellas.

La primera vez que todos tuvimos noción de la existencia de los objetos voladores no identificados fue en nuestra infancia, cuando veíamos asombrados la televisión: “¡Miren el cielo! No es un avión. No es una luz. Es Superman”. Nuestro primer OVNI era bueno, pero no hay que fiarse. Hubo un ufólogo super prestigioso que escribió un libro sobre estos fenómenos: ‘Operación Caballo de Troya’. El autor se llama John Keel, por si quieren saber el porqué de tan sugestivo nombre.  

La pregunta de fondo no es si existen o no existen los ovnis. Sí, existen. No quiere decir que sean extraterrestres. Lo que me genera curiosidad es si tiene relación el momento político con la decisión de saber de qué se trata. Y no soy la única. Muchos de los pilotos y marinos norteamericanos que informaron sobre la existencia de esos objetos voladores -a quienes nadie dio importancia y solo provocaron alguna risa por ahí- hoy son las vedettes de programas periodísticos y habitués de la Comisión de Inteligencia del Senado.

Para la agencia rusa Sputnik, no hay dudas, se trata de una cortina de humo. Algo así como tratar de hacernos olvidar de que estamos viviendo en una película catástrofe para ponernos a seguir una de marcianos. “Es una psy-op (psycological operations] para desviar la mente de las personas pensantes de temas reales [como] el colapso sistémico que da forma a su sombrío futuro y establece el escenario para establecer nuevas ‘grandes narrativas'”, declaró a Sputnik Matthew Ehret, vicepresidente de Rising Tide Foundation.

Como imaginarán, aquí, en lo alto del Planeta Giussani, no estoy para andar sacando conclusiones. Es tarde y el cielo está magnífico. Ojalá siempre dure el misterio de sus luces. 

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La cultura de la crueldad o la infantilización de la política, por Laura Giussani Constenla

Todavía en estado de shock por el discurso de Milei en el encuentro de La libertad Avanza en La Plata. Ojalá que no nos acostumbremos, mantengamos un estado de perplejidad ante cada acto de deshumanización de la política. La semana pasada, dijo el presidente ante una multitud que lo vitoreaba: “¿La crueldad? Sí, soy cruel, ´kukas´ inmundos, sí soy cruel con ustedes, con los gastadores, con los empleados públicos, con los estatistas, con los que les rompen el culo (sic) a los argentinos de bien”.

Más allá de lo increíble que resulta un presidente confesando que odia a sus empleados (que no son Gasalla, son los que mantienen en pie al país con hospitales, escuelas, bibliotecas, organismos dedicados a mejorar la calidad de vida de sus hermanos), al tiempo que considera que hay “argentinos de bien” a quienes le rompieron el culo.

La ambigüedad de la frase provoca una reacción curiosa que quizás explique la popularidad de semejante personaje. Todos o casi todos los argentinos podrían sentirse identificados con “esos a los que le rompieron el culo”. Por motivos totalmente diferentes, a todos nos rompieron un poco el culo: por pobres o pequeños empresarios, por homosexuales o por mujeres, siempre por estatales -porque si a alguien le rompieron el culo en las últimas décadas fue a los profesionales del Estado, incluída la década ganada de Cristina, en la que no pudieron ganar su derecho a un sueldo digno y en blanco, por no meterme en temas más inquietantes-.

Plata Dulce. Icónica escena: ‘Llega la factura del gas, pic, llega la factura de la luz, pic…pic, pic, pic”

Hubo tanta sobreactuación del Bien, que finalmente El Mal está resultando seductor.

Además, ese temita de “los argentinos de bien” me recuerda a la consigna de la dictadura: Los Argentinos somos Derechos y Humanos. Medio país llevaba en su coche o repetía la consigna con orgullo: Somos Derechos y Humanos. Los militares se sentían guardianes del ‘bien’ y la ‘democracia’. Todos los golpes militares se hicieron en nombre de los ‘altos valores democráticos’. Su lucha por la supuesta democracia fue tan feroz que no dudó en matar, torturar, descuartizar, tirar gente viva al río, robar bebés, anular toda expresión popular a través del terror del Estado, y enriquecerse y robar, mientras se arrodillaban frente a poderosos y llevaban adelante un plan económico de endeudamiento y destrucción de los pilares de la industria nacional, entregando un país hambreado en solo siete años de gobierno.

Hubo algo más cruel que la dictadura militar del 76 al 83? Difícil de imaginar.

Sin embargo, Videla murió creyendo en la ingratitud del pueblo: los militares, creyeron que habían triunfado -y habían triunfado, al menos los otros/nosotros habíamos sufrido una derrota que nos quebró el alma- Ya sea por Malvinas o porque el imperio andaba rondando otras playas, los milicos le abrían las puertas a la democracia. Se creyeron impunes, héroes de la Patria: ‘Atrás, comunistas, atrás. Adios subversión trostskysta o peronista. Aquí le devolvemos la bandera argentina planchadita, planchadita, planchadita’.

Cómo hicieron Videla, Massera y Agosti, junto a sus conmilitones, para lograr semejante victoria? Transformaron en fieras feroces a sus tropas. Las cebaron con ideología nazi -se sabe, solo así se recupera la democracia, dirían en sus elegantes reuniones, sembradas de whisky o champaña, y muejeres de todo tipo, señoras elegantes o bataclanas, que admiraban el poder de los hacedores de la ‘paz’-.

(cualquier referencia a Trump que salta de guerra en guerra, tira misiles aquí o allá, para tener un mundo en paz, según sus dichos, es pura casualidad.)

Más allá de haber convertido en monstruos a sus tropas y a buena parte de la sociedad argentina, todavía se escudaban en algo humano: disfrazar su ferocidad en “lucha por un bien común”: La Patria, La Democracia, La Soberanía o Dios. Grandes palabras que sirvieron como cohartada de la masacre. Todavía, a décadas de distancia y juicios y condenas, mantienen un discurso monolítico, hasta los arrepentidos: “Lo hacíamos contra un mal mayor”.

Parecía imposible, pero quizás Milei sea aún peor que los dictadores. Es aún más cruel que cualquier animal, un león que destroza un venado no es cruel porque no tiene conciencia de su acto, se supone que un ser humano sí. Sabe lo que hace y dice, también sus consecuencias. En ese discurso que quedará en los anales del mal, agregó:

La fábula de la rata inmunda y el León poderoso

Entonces, mientras las ratas inmundas y sus compañeritos de trabajo, mis excompañeritos de trabajo (los diputados) quieran reventarnos el resultado fiscal con políticas demagógicas, lo que no se dan cuenta es que podrán retrasar un poco el ritmo al que nos expandimos porque nos hace subir el riesgo país, pero la gente los va a castigar en las urnas. La gente entendió que ajustar al fisco es devolver el dinero a la gente, y la gente está mejor.

He aquí la banalización del bien y del mal. Ya no es un mundo libre, justo, soberano, en un país feliz sin discriminación, en donde todos podamos comer y vivir y gozar y desear con total libertad como soñaban los revolucionarios de antes; y tampoco un país que se arrodille ante un Dios sin humanidad, la Patria o lo que fuera, como decían los militares y derechas de cualquier ralea.

En los setenta todavía no habíamos conocido la cara oculta del neoliberalismo. Hoy lo dicen a boca de jarro, nuestros valores no son la democracia, ni la revolución socialista, ni un país feliz, tampoco Dios, la Patria o el Hogar. Nuestra fe y nuestra vida misma la ponemos para lograr el valor supremo del “equilibrio fiscal”.

Entramos en tiempos de sinceridad al palo. He conocido utopías más tentadoras que el ‘equilibrio fiscal’.

Milei, en suma, piensa algo así como: “Sí, soy cruel, me encantaría matarte como a una cucaracha, lástima que no puedo porque vivimos en una democracia de mierda ¿A quién me gustaría matar como cucarachas? A todos los estatales, que no me rompan las pelotas esos maestros, docentes, cineastas, charlatanes que nada producen. Ni qué hablar de los kukas planeros. Nosotros trabajamos para los argentinos de bien que deben soportar a esos hincha pelotas que no nos dejan vivir. Dicen que son personas esos obreros que protestan, esos zurditos que pretenden distribución del ingreso, pero no, son cucarachas y yo soy un León. ¿dónde estudiaron economía, a vos te hablo Kichi, lo único que debemos venerar son los números, el riesgo país, el valor del dólar, y el equilibrio fiscal ¿qué economista sos? Si para eso deben morir 30 0 300.000 personas es un precio razonable para ser un país en serio, inserto en la comunidad internacional.”

El empleado convertido en cucaracha.

Lamentablemente, vivimos en tiempos en los que la peor cara del mal avanza en todo el planeta. Tan es así que Henry A. Giroux, Teórico fundador de la pedagogía crítica y director del Centro para la Investigación del Interés Público de la Universidad McMaster (Hamilton, Ontario, Canadá), lleva años tratando de entender lo que él llama la “cultura de la crueldad“. Así explicaba la situación en una entrevista brindada a la BBC:

“La cultura de la crueldad es un principio central, una forma de hacer política que se nutre de odio y de intolerancia. Y no es casual ni es un rasgo de la personalidad. Lo que estamos viendo ahora es una fusión de crueldad y política de maneras nunca antes vistas y celebradas, una crueldad que emerge en el día a día.

No puedes tener una democracia, ni siquiera una débil, sin un público informado.

Y lo que la derecha ha aprendido es que, si se controlan los medios de comunicación y de educación, no hacen falta ejércitos. Lo que se necesita son modos potentes de persuasión y el control de los sistemas de información.

Ahora, con las redes sociales, estamos en un periodo muy difícil en lo referente a ser crítico y hacer que el poder rinda cuentas.

Y todos los elementos del fascismo que vemos surgir en Hungría, en Argentina, en Italia no son nuevos, pero se están sucediendo a una escala que me parece casi inédita.”

Así las cosas, la responsabilidad de los periodistas, comunicadores y docentes, es aún más grande: todo empieza con la desinformación y la anticultura.

Con la deshumanización que significa echar cenizas sobre las líneas que dividen el bien y el mal, lo bello de lo horrible, la verdad de la mentira. La historia convertida en fábula, con Leones, perros, ratas y cucarachas. La infantilización de la política.

Ojalá volvamos a tener valores humanos. Aunque a veces el ser humano puede ser terriblemente cruel.

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La dictadura del Cerebro Mágico.

Por Laura Giussani Constenla, 9 junio, 2025

Allá por los años noventa surgió la idea de la Inteligencia Emocional. En apenas dos décadas saltamos un abismo conceptual para caer en la Inteligencia Artificial. Es decir, pasamos de la mente (inteligencia racional) al corazón (inteligencia emocional), y del corazón a la máquina (IA). Curiosa inteligencia. A pesar de ser el ‘don’ que nos diferenciaría de los animales, no terminamos de captar exactamente a qué se refiere y las definiciones varían según los autores. Sin pretender meternos en un laberinto filosófico, tomaremos un significado primario: la inteligencia es esencialmente humana, refiere a nuestra capacidad para observar la realidad y sacar conclusiones que nos permitan actuar evaluando las consecuencias. Ver, pensar, teorizar, actuar. Hay quienes piensan que la inteligencia nos puede servir para adaptarnos al medio y quienes la aplican para todo lo contrario: modificar la realidad. El pensamiento crítico ha sido un factor fundamental en el mundo contemporáneo.

La duda es: ¿puede la inteligencia ser artificial y no humana? ¿hacia dónde nos conduce la IA? A simple vista parecería que nos priva de uno de los entretenimientos más vitales de la humanidad: el arte de pensar. Primera contra, es una inteligencia pasiva, aburrida. Nos habituamos a formular una pregunta y dejamos que la máquina conteste. Como un deportista que abandona los entrenamientos, cabe imaginar que pronto se nos habrá adormecido, endurecido o entumecido el cerebro.

Nadie puede dudar que el avance tecnológico es una acción inteligente. Sin embargo, también lo es preguntarse hacia dónde nos lleva su uso cotidiano.¿Quién o quiénes fueron los inteligentes que crearon este sistema monstruoso que se ha convertido en el arma perfecta para el control social?

Uno de ellos fue Geoffrey Hinton, conocido como el padrino de la IA, ganador del Nobel en informática, luego de abandonar la plataforma, lanzó una mirada apocalíptica sobre el futuro. En el pódcast de Steven Bartlett “The Diary Of A CEO”, Hinton sostuvo que “la humanidad podría haber perdido el control sobre la inteligencia artificial” y llamó a los gobiernos y la sociedad a tomar medidas para evitar una catástrofe: existiría un 20 % de probabilidad de extinción de la humanidad, según los dichos del creador de la bendita inteligencia no inteligente. Otro científico arrepentido por las consecuencias de su invento.

¿Por qué el impacto del chatGpt fue tan grande?

Es fácil caer en la trampa. Todo empieza por aceptar definiciones equivocadas. Por ejemplo, he escuchado aquí y allá, en boca de personas de suma inteligencia, doctorados, licenciados y estudiosos de cien mil raleas, decir sin ruborizarse que vivimos en ‘la Era del Conocimiento’. La primera vez que lo oí pensé que mi interlocutor era medio pavote, que era un invento de él, porqué caracterizar como era del conocimiento al momento histórico que más se empeña en evitar que conozcamos, es decir, observemos, pensemos, saquemos conclusiones. La bendita globalización informática es exactamente lo contrario. Sin embargo, así se estudia esta época: Era del conocimiento.

Algún marketinero informático impuso el oxímoron Inteligencia Artificial a su producto revolucionario generando una expectativa errónea. Más poético y realista hubiera sido llamarla Cerebro mágico, como aquel fantástico juego de nuestra niñez. Claro que le quitaríamos esa pátina de racionalidad que desde hace varios siglos brilla como eje de cualquier ser inteligente. Y si algo no quieren los vendedores de la Inteligencia Artificial es que se lo vincule con un juego, todos prefieren llamarla ‘una herramienta’.

Una herramienta ¿para construir qué? O será una herramienta para destruir. En principio, avanza en la destrucción de todo lo que dieron en llamar ‘analógico’ para llegar al imperio de lo ‘digital’. Una vez más, me sorprendo con la elección de las palabras para definir estas nuevas realidades. Usar papel y lápiz es analógico, un término que remite a una acción del pensamiento (comparar, pensar), mientras ‘digital’ solo hace referencia a un dedo, imagino que es el dedo que usamos para ‘conocer’ el mundo a través de una computadora. El dedo que da ‘enter’, no a la cabeza que piensa que tenés que dar ‘enter’.

Como habrán notado, tengo un problema personal con este mundo en el que nos están obligando a vivir. Detesto los trámites on line. Una solución simple y sencilla para no moverte de tu casa y obtener documentos varios. Sin embargo, perderíamos menos tiempo en caminar o tomar un colectivo, hacer una cola mientras charlamos con el de adelante, y que un empleado nos escuche, que en pasar horas tratando de comunicarnos con un robot o una plataforma que generalmente te ofrece una serie de ‘preguntas frecuentes’ a las que respoderá con rapidez. Ocurre que en general, las preguntas que necesitan respuesta no están entre las opciones. La mía nunca está entre las opciones. Ese es el drama: ellos hacen las preguntas para las que tienen respuestas. Otras, prefieren no responder.

Andaba en uno de mis malhumores diarios frente a una situación que en la era ‘analógica’ (esa de comparar y pensar) me hubiera resultado fácil de resolver mientras en la maldita era ‘digital’, en la que el dedo manda, es una tortura, cuando María Urrutzola, una excelente periodista y amiga uruguaya, reenvía un artículo publicado en la revista Extramuros (cuya bajada es:“la escritura ante el declive del debate público”). El texto es de un filósofo joven y para mí ignoto que se llama Matt Smith y empieza así:

“La red de control digital de Estados Unidos no se construyó de la noche a la mañana. No fue construida en búnkeres subterráneos secretos por figuras sombrías. Se ensambló pieza por pieza, a plena luz del día, promocionada como progreso, conveniencia y, sobre todo, como patriotismo.

La genialidad de este sistema reside en su imagen de marca. La vigilancia se convierte en “eficiencia”. La identificación digital en “soberanía”. El cumplimiento se convierte en “libertad”. Y estamos presenciando cómo esta transformación se acelera ante nuestros ojos.

Según Smith, la primera fase de este experimento fue el COVID. “La prueba de estrés que se superó con éxito. El mundo entero aceptó confinamientos y trabajo en el hogar. Se impuso rápidamente el uso del zoom y conferencias a distancias. El poder comprobó que podía manipular fácilmente varias sociedades en forma simultánea.

Luego cita una serie de fases para terminar en la etapa en la que estamos ahora:

“Los sistemas de control modernos no se limitan a observar: se anticipan:

– ¿Dona a una organización no autorizada? Se le activa una revisión fiscal.

– ¿Habla usted con alguien de una lista de vigilancia? Vea cómo se reduce su disponibilidad de crédito.

– ¿Asiste a un evento marcado? Su perfil social queda marcado en todas las agencias.

– ¿Suscribirse a determinados boletines? Clasificación silenciosa para una mayor supervisión.

– ¿Compra combinaciones inusuales de artículos? La IA lo marca para que lo revise una persona.

– ¿Viaja fuera de sus pautas establecidas? El acceso a los servicios se ralentiza o se detiene.

Esto crea un sistema de aplicación preventiva de la ley, en el que su huella digital no sólo refleja su comportamiento, sino que lo predice y restringe antes de que se infrinja ninguna ley.

La red de control no se manifiesta como tropas de asalto en su puerta. Aparece como fricción en las actividades cotidianas:No espere disturbios en las calles. Espere retrasos en los vuelos, transacciones denegadas y «dificultades técnicas» que, de alguna manera, sólo afectan a determinadas personas.”

Chan.

Lo cierto es que con cada ‘like’ o ‘suscripción’ o compra on line, junto a verificación de perfiles por datos biométricos, estamos entregando a los dueños de los negocios y el poder datos fundamentales para aplicar un control preventivo.

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Destacada

Postales de miércoles I, por Laura Giussani Constenla

Crónica fotográfica de un día de miércoles. Agradecemos el aporte de Carlos Brigo, Mónica Hassemberg, Cora Gamarnik, el equipo de LCV y cantidad de reporteros espontáneos que comparten sus imágenes.

Ciudad de Buenos Aires, miércoles 28 de mayo de 2025. Ver para creer.

Línea A del subte. “No pararemos en la estación Congreso por operativo policial”, anuncia la voz del vagón. Algo de rutina ¿Quién no sabe que los miércoles salen esos jubilados de miércoles a interrumpir el tránsito? Según la voz del subte, no son ellos a obligarlos a caminar una parada sino un operativo policial totalmente desmesurado.

PH: Carlos Brigo

Acompañan a esos jubilados de miércoles -además del Padre Paco, a quien ya estamos acostumbrados a ver- un grupo de sindicalistas, jubilados y religiosos ecuménicos en torno a la virgen de Luján.

PH: Mónica Hassemberg

Ocurrió lo que ocurre todos los miércoles. El ‘operativo policial’ que anunciaba el subte era esa represión de miércoles. Gases, palos, empujones, tiros, detenidos, corridas. En sus puestos, listos, ya.

PH: Carlos Brigo

Carlos Brigo logró captar una imagen reveladora. Un gendarme preparado para reprimir. Se tapa el rostro, es el milico monstruo.

PH: Carlos Brigo

Una vez más, la ligan ‘los viejos’ y los reporteros gráficos. El fotógrafo herido este miércoles es Antonio Becerra, de Tiempo Argentino, el mismo que había sufrido la intimidación de Santiago Caputo, quien le tomó el nombre antes del debate de candidatos de CABA. A pesar de que llevaba la mascara correspondientes, los gases lacrimógenos llegaron a herirlo o intoxicarlo.

PH. Perfil

Por suerte, Pablo Grillo, a quién le rompieron la cabeza (“pérdida de masa encefálica” dijeron los primeros informes) está vivo, la resiste. Y como nadie se salva solo, atrás de él están los familiares, médicos del Ramos Mejía y amigos quienes le ponen cuerpo y vida. Entre tanto, Wanda Nara tiene muchas más líneas en los medios. Y no es por el rating. El rating lo hacen ellos ¿qué ocurriría si en lugar de seguir los avatares de Wanda e Icardi nos bombardearan con los partes diarios médicos de Pablo? Después de cuatro operaciones sigue en terapia intensiva. Atentos a que no haya una infección.

En otro hospital público, los médicos salen a la calle (para qué queremos estos hospitales públicos de mierda que solo salvan reprimidos y pobres? Deben preguntarse los que mandan). Los trabajadores del Garraham, van de asambleas y marchas. Sienten que una nieve extraña caía sobre la ciudad.

Mientras tanto, con máscaras del Eternauta, salen de otra estación de subte, en el miércoles de los jubilados, los científicos. Van al polo científico a decir que está bueno que haya científicos en el país.

https://www.facebook.com/cora.gamarnik/videos/1572893427001442

“Nadie se salva solo” unifica las luchas de jubilados, médicos y científicos.

En la televisión la noticia es otra. Solo el Diego podía lograr este esperpento judicial. Los noticieros ponen placa sobre placa: Ultimo momento, Urgente!!!!!! Ahí está la jueza que prefirió ser protagonista de una serie. Tacones lejanos en el tribunal. Hasta en Napoli gritan justicia.

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