Un 19 de marzo de 1901 nace en Italia Giuseppe Baldi, más conocido como Gino Gatti, trabajador gastronómico, anarquista y miembro de la banda de expropiadores de Roscigna.
De muy joven participa en su Lombardia natal de numerosas huelgas y movilizaciones obreras, siendo rápidamente fichado por la Policía como “peligroso anarquista”.
Roscigna detenido en Montevideo
Recala en Buenos Aires donde trabajará de mozo. A nivel local traba relación con el mítico expropiador Miguel Arcángel Roscigna y con el histórico referente de los marítimos Juan Antonio Morán, con quienes realiza numerosas expropiaciones.
Gatti será el ideólogo de la famosa fuga del Penal de Punta Carretas de 1931, en Montevideo, Uruguay, junto a Roscigna, Vázquez Paredes, el “capitán” Paz y Fernando Malvicini, con el objetivo de liberar varios presos anarquistas entre los que se encontraba Vicente Moretti.
La ingeniosa fuga requirió del montaje de una Carbonería frente al penal (atendida por él mismo y su compañera Primina Romani), y ganarse el cariño de los clientes mientras se cavaba un extenso tunel hacia el interior del penal. Curiosamente 40 años después, 111 presos políticos (entre los que se encontraban militantes de FAU y Tupamaros), llegarán a toparse con este túnel durante la espectacular fuga de 1971, destacando con elogios la “obra de ingeniería” del tunel de 1931.
Tunel para la fuga en la Carbonería El Buen Trato
De regreso a Argentina, el “ingeniero”, como ya había sido apodado Gatti, participará junto al secretario general de los marítimos, Juan Antonio Morán, del ajusticiamiento del mayor Rosasco, jefe de policía de La Plata, verdugo al servicio de la dictadura militar de Uriburu. Esto le valdrá la detención cuando se encontraba en Córdoba para 1933. Primero será confinado al Penal de Caseros. Sin embargo, luego del intento de fuga de octubre de ese año, será traslado finalmente al penal de Ushuaia, prisión de máxima seguridad -de condiciones inhumanas debido al frío extremo-. Compartirá el encierro junto a presos políticos de todas las corrientes ideológicas, encontrándose con otros anarquistas como Horacio Badaraco, Boris Vladímirovich, González Pacheco, José Berenguer y Eusebio Borazo entre otros.
Para esos años, su amigo y compañero Miguel Roscigna, caerá detenido-desaparecido por la dictadura de Agustín P. Justo. Gatti será indultado durante el Gobierno de Perón, a fines de la década del 40′, tras la presión de numerosos compañeros. Fallecerá durante la década del 80.
Grupo Catalinas Sur: “Lo que nos unió fue la necesidad de encontrarse con el otro”
Ximena Bianchi, integrante del Grupo de Teatro Catalinas Sur, charló sobre la historia del grupo, los proyectos actuales y los festejos que tendrán lugar en Julio por los 40 años de vida.
https://youtu.be/LK_3N_GCWWA
“El 9 de julio va a haber un desfile por el barrio por los cuarenta años del grupo y por el inicio de la décima edición del Festival Internacional de Títeres, que justo coinciden. Sería lo que esas personas que se juntaron en la escuela a hacer teatro cosecharon en cuarenta años a través de ellos, sus vecinos, sus hijos, sus nietos.”
“Eran personas que necesitaban juntarse. La dictadura fue terrible en todos los planos. En cuanto a la sensación de las personas de quedarse quietitas y en la casa, y encontrar un enemigo en cualquiera que estuviera y no poder juntarse, el estado de sitio, todo eso, provocó esta necesidad profunda de encontrarse con el otro, de hacer una oda a la vida. “
“Quémenlos” | Cómo se hizo el documental con material exclusivo sobre el Cordobazo
El director Adrián Jaime charló con LCV acerca de “Quémenlos”, documental que ofrece una reconstrucción a partir de material de archivo de lo ocurrido en las calles durante el Cordobazo.
“La película surge con la intención de hablar de los libros quemados en la dictadura. Hay un poeta alemán que dijo en algún momento allí donde se queman libros se terminan quemando personas, y efectivamente eso ocurrió en Córdoba.”
“Hay un manoseo que busca de alguna forma que estos materiales que tienen que ver con la lucha del movimiento obrero por derechos no sobreviva.”
Ateo Alcides Jordán había nacido el 1º de julio de 1939. Su curioso nombre encerraba una historia trágica en la que fue protagonista y víctima su padre, Ángel Nicolás Jordán, obrero panadero anarquista que estuvo entre los organizadores del reclamo por las ocho horas de trabajo en Entre Ríos a comienzos del siglo XX.
Aquel reclamo pasó a la historia por razones terribles: el domingo 1º de Mayo de 1921, en la ciudad de Gualeguaychú, un nutrido grupo de la Federación Obrera Departamental (asociada a la FORA, la central obrera anarquista argentina) marchaba en conmemoración del Día Internacional de la Clase Trabajadora y en reclamo por las reivindicaciones que hoy nos parecen básicas (jornada laboral reducida, descanso dominical, prohibición del trabajo de los menores, etc) pero por aquel entonces los sectores del poder consideraban “subversivas”.
Comando de la Liga Patrióca entrando a Gualeguaychú en 1921
La marcha obrera fue de pronto objeto de un ataque a balazos de parte de fuerzas conservadoras, vinculadas a la oligarquía entrerriana: la funesta “Liga Patriótica Argentina”, encabezada por Manuel Carlés. Querían destruir la bandera roja de la FOD y acallar el reclamo obrero, y lo dijeron explícitamente. Hubo muertos y heridos, durante años se discutió cuántos eran. La placa en el cementerio de la ciudad vecina recuerda a cuatro víctimas fatales, pero hoy se sabe que fueron por lo menos 19, incluyendo a un sargento de apellido Urriste, que se interpuso ante los liguistas. Hubo casi 40 heridos. Mujeres y niños también fueron alcanzados por los disparos.
Durante años la historia fue ocultada porque entre sus responsables había demasiados apellidos “ilustres” de Entre Ríos, varios de ellos aun tienen calles que los nombran, en la propia Gualeguaychú. Con el tiempo la labor de investigación fue iluminando los sucesos, pero el episodio todavía es poco conocido. Y una de las voces que más hizo por que esta historia se conociera, fue la de Ateo Jordán.
Un nombre con un mandato
Ángel, el papá de Ateo, había nacido en Gualeguaychú el 6 de diciembre de 1888 y como su padre, fue panadero. A los catorce años empezó su labor y, de espíritu luchador, pronto se sumó a la organización del gremio panadero, quienes junto a estibadores y carreros, se sumaron a la Federación Obrera de la República Argentina (FORA), de inspiración anarquista y decidida a la luchar por las ocho horas de trabajo como principal reclamo.
Angel fue quien el 1º de mayo de 1921, en la entonces Plaza Independencia (hoy San Martín), rescató la bandera de los trabajadores al caer muerto quien la sostenía (Angel Silva), cuando los oligarcas de la Liga Patriótica atacaron a los obreros. Angel desde ese momento fue perseguido por sus ideas, y debió refugiarse en casas de amigos en Paraná, Colón, Concepción del Uruguay, y en varias ocasiones su humilde vivienda de Gualeguaychú fue rodeada y asaltada en una obsesiva búsqueda de la bandera por parte de la policía.
Angel fue secretario general del gremio panadero varias veces, y falleció el 23 de junio de 1985, a los 87 años de edad. Tuvo seis hijos: Atilio, Germinal, Elio, Libertaria, Ateo y Dardo.
Ateo se llamaba así porque Ángel, su papá, vio en aquella jornada terrible cómo disparaban a los obreros desde la torre del campanario de la Iglesia. Ángel vio las balas, recibió dos impactos, vio cómo tiraban con armas largas, vio cómo las balas venían desde la Casa del Señor, vio morir a sus compañeros y a sus familias, vio el terror de las personas heridas. Y fue tal su indignación que dijo: “A mi próximo hijo lo llamaré Ateo”. Así lo contaba el propio Ateo:
“Esa tarde, mi padre Ángel, se defendió como pudo de la Liga Patriótica. De pronto vio como los curas de la iglesia habían facilitado a éstos últimos la torre del campanario para que desde allí tiraran con armas largas contra los trabajadores anarquistas. Él recibió dos impactos de bala. Fue tal la indignación que mi padre dijo en voz alta: ‘A mi próximo hijo lo llamaré Ateo’. Y por eso me llamo Ateo y llevo con mucho orgullo ese nombre.”
El nombre, así, se convirtió en mandato. Ateo dedicó su vida a narrar lo ocurrido y es autor de un libro que cuenta 100 años de lucha obrera en nuestra zona. Ateo vivió fiel al legado de su padre, y con el tiempo, llegó el reconocimiento a la verdad histórica e incluso el reconocimiento personal: en 2016 fue nombrado “Ciudadano Destacado” en Gualeguaychú. Y guardó hasta el final la bandera roja de la FOD, con la que iba a dar charlas adonde se le daba el lugar para hacerlo.
Hoy su partida entristece a quienes lo conocieron y lo valoraron como militante social y luchador por la memoria y la justicia.
La familia comunicó su deceso en la mañana de este viernes 19 de mayo. Ateo Alcides Jordán, hijo de un dirigente gremial anarquista que estuvo presente en la trágica jornada del 1º de Mayo de 1921 en Gualeguaychú, donde las fuerzas reaccionarias asesinaron a por lo menos 19 personas. Ateo vivió para contar esa historia, muchos años ocultada, y fue el custodio durante décadas de la bandera de la Federación Obrera que integraba su padre.