fbpx
Connect with us

LCV

La V Columna | El MUS… ¿es de izquierda o derecha?

Frente a la chatura generalizada de las noticias en esta orilla oriental del río Uruguay, un post de Hoenir Sarthou me despabiló en medio del sopor. Me detuve a leerlo porque Sarthou es un apellido importante en la política uruguaya. Fundador del Frente Amplio, fue diputado y senador, y desde su banca discrepó con las políticas de FA en el gobierno manteniendo posturas en favor de la ocupación de fábricas y tierras, contra la entrega y el acoso sexual, por ejemplo-. Finalmente, el ‘viejo’ Sarthou dejó el FA por el que tanto había luchado y se incorporó a la corriente más radical del MPP liderada por el tambero Zabalza. Helios murió en el 2012 y ahora su hijo, Hoenir, nacido en 1956, escritor, siguió su huella y profundizó el pensamiento crítico que caracterizaba a su padre.

Hoy está lanzando un nuevo movimiento: Movimiento Uruguay Soberano. Interesante leer el manifiesto completo del MUS porque significa romper un paradigma algo polvoriento de la política. Una síntesis precisa sobre los principales problemas del Uruguay actual. Amplio de toda amplitud. Aquí Va.

“Otorgarle a una empresa transnacional el uso preferencial del agua de nuestro principal río y de una vía férrea que construiremos a un costo de miles de millones de dólares, liberarla de impuestos y de cualquier carga legal futura, darle injerencia en la enseñanza y asegurarle la compra de 1.500 millones de dólares en electricidad que no necesitamos, ¿es de izquierda o de derecha?

Entregarle a otra empresa privada el manejo del principal puerto del país durante al menos 60 años, ¿es de izquierda o de derecha? A las puertas de una posible crisis alimentaria mundial, destinar tierras que antes producían alimentos a plantar árboles y producir celulosa, ¿es de izquierda o de derecha?

Firmar contratos secretos con un laboratorio transnacional y que, más de un año después, sigan siendo totalmente secretos, ¿es de izquierda o de derecha? Contraer deuda pública a niveles que dejarán empeñados hasta a nuestros tataranietos, ¿es de izquierda o de derecha?

Abrir con China negociaciones que pueden implicar concederle a la depredadora flota pesquera china un puerto sobre nuestro mar territorial y el Océano Atlántico, ¿es de izquierda o de derecha? Negociar un tratado internacional que le conceda a la OMS el poder de dictar políticas sanitarias obligatorias para todos los países, ¿es de izquierda o de derecha?

Sin embargo, todas esas cosas han sido hechas y/o toleradas por todos los partidos que han ejercido el gobierno desde 1985 hasta la fecha. Incluso algunas fueron iniciadas por el gobierno de un partido y continuadas por el de otro. Extraño, ¿no?”

Y agrega Hoenir: “O yo estoy muy confundido, o lo que se suele llamar ‘izquierda’, y lo que se suele llamar ‘derecha’, en Uruguay y en el mundo, se han vuelto un caso de esos de ‘Busque las siete diferencias’.

“En Uruguay Soberano no se le pregunta a nadie qué vota ni si se considera de izquierda o de derecha. El único requisito es un firme compromiso con la soberanía del pueblo uruguayo. Soberanía e independencia, política, económica, jurídica, ambiental, educativa, sanitaria y alimentaria.
(…)
Derecha, izquierda, blanco, colorado, frenteamplista, independiente, cabildista, anarquista o pentecostal, no es nuestro asunto.
Acá lo que importa es la soberanía democrática del pueblo uruguayo para decidir sobre nuestro territorio, sus recursos y nuestras vidas.

¿Qué importa que te declares de izquierda o de derecha si estás dispuesto a entregar nuestra tierra, nuestro mar, nuestra agua dulce, nuestra producción, nuestro trabajo, nuestra salud, nuestra libertad y la educación de nuestros niños a corporaciones transnacionales? ¿Y qué importa que te consideres de izquierda o de derecha si estás dispuesto a defender esos valores?

¿Qué es el Movimiento Uruguay Soberano? Dice su página web: “Somos un movimiento ciudadano independiente de cualquier partido político y financiamiento empresarial. Nuestra finalidad es defender nuestra soberanía, proponiendo una Reforma Constitucional que permita a los ciudadanos conocer y regular los contratos entre el Estado y las grandes empresas, que involucran nuestros principales recursos naturales, tales como el AGUA.”

Lo cierto es que preocupa, en varios sectores, las medidas que tienden a una privatización de las empresas públicas de Uruguay. El puerto, las plantas potabilizadoras de agua, Antel y UTE, están en la picota. Dice, por ejemplo, la revista uruguaya Caras y Caretas: “Por decreto del Ministerio de Industria, Energía y Minería, los grandes consumidores, que representan en el entorno del 20% de la facturación, van a poder establecer contratos con privados que generan energía renovable para la compra de energía sin necesidad de una intermediación. El gobierno sigue jugado a desmantelar las empresas públicas, con un proceso de privatización solapada.”
En fin, está claro que es un movimiento insipiente, posiblemente utópico ¿será posible consensuar con personas de diversos partidos un modelo diferente que no implique la entrega de la soberanía, no solo política sino también alimentaria y ambiental?

Intentarlo, no cuesta nada. Es el espíritu que mueve a este heterogéneo movimiento que pone los temas de debates que deben considerarse fundamentales. Sin chácharas ni chicanas. Ojalá el ejemplo cunda.
Casa vez se suman más ciudadanos que están recolectando firmas con el objetivo de habilitar un plebiscito junto con las elecciones nacionales de 2024. Si querés conocer el texto completo de la reforma propuesta y los lugares en donde hay mesas para firmar a favor del plebiscito, entrá a uruguaysoberano.uy

Seguir leyendo
Comentá

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Editorial Nora

Libertad, Libertad, Libertad

Libertad. Hermosa y malgastada palabra. Nora Anchart dedica su editorial al repaso de su verdadero significado ¿Qué son las libertades individuales? ¿Y las libertades colectivas? ¿Libertad de expresión? ¿Libertad de culto? ¿Qué están haciendo los libertarios con la libertad? Escuchala.

Continue Reading

Destacada

Especial LCV: Ese invento del dinero

I: El Principito y el dólar

Henos aquí ante un nuevo desafío: contar la historia del dinero. ¿Cuándo empezó esta locura de ponerle precio a las cosas y al trabajo? Hoy parece algo normal, como la naturaleza misma, pero de natural no tiene nada. ‘Es la economía, estúpido’ dijo uno que se creía muy vivo y muchos repitieron al unísono, pero en realidad eran los hombres y una cantidad de invenciones sociales y culturales como salarios y precios, intereses y ganancias, explotados y explotadores.

¿Cuándo empezó todo esto? Lo iremos viendo a lo largo de breves entregas para tratar de acercarnos a eso que los economistas dan por descontado, como si fueran cosas simples pero incomprensibles para cualquier alma sensible.

(Y hablando de almas sensibles, una vez El Principito descubrió un planeta “donde vive un señor muy colorado, que nunca ha olido una flor, ni ha mirado una estrella y que jamás ha querido a nadie.” En 1944 , Saint Exupery sentía que vivía en ese planeta repleto de señores colorados que jamás habían querido a nadie y sólo se dedicaban a sumar y restar. Como era piloto quería participar de la epopeya de la guerra contra ‘el mal’, encarnado por nazifascismo que estaba masacrando etnias, religiones, géneros y opositores políticos de un modo tan atroz que ponía en dudas la razón de ser de la humanidad. Al autor del Principito no le permitían volar en un avión de combate, ya tenía 44 años, pero después del desembarco de Normandía (lo que los americanos pomposamente llamaron Día D) lo dejaron realizar vuelos de relevamiento. Sobrevolaba Marsella y alrededores cuando su avión fue derribado por un piloto alemán. Su cuerpo se perdió en el mar. Murió en julio de 1944, honrando a su amigo León Werth, un judío francés a quien le dedicó el libro por ser uno de las víctimas del nazismo.)

En julio de 1944, poco antes del fin de la guerra, cuando Saint Exupery se perdía en el Mediterraneo, cuarenta países se reunían casi en secreto para ver cómo iba a seguir la historia. Ya daban por terminado el conflicto pero antes de ponerle punto final debían conversar cómo se dividían el mundo. Eligieron un lugar casi de ensueño para la reunión que marcaría el futuro próximo de la humanidad: Bretton Woods. Una zona de bosques, osos y montañas, al norte de Estados Unidos. En un magnífico hotel compartieron sus días representantes de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, China, la Unión Soviética Bolivia, Brasil, Colombia, la República Dominicana, Ecuador, México, Nicaragua, Paraguay, Uruguay, entre otros. Los países del bloque de la Unión Soviética no firmaron el acuerdo y China se retiraría 5 años más tarde tras el triunfo de la revolución comunista. Imaginemos lo que debe haber sido semejante Cumbre de lenguas y culturas.

Cuenta la BBC que “fueron 22 días de reuniones con intensas luchas políticas que se desarrollaban en los salones durante el día y el bar del hotel “The Moon Room” en la noche, entre whiskies y puros, según cuenta Ed Conway, en su libro “La Cumbre”. Dos hombres se enfrentaron en un duelo intelectual casi a muerte: el británico John Maynard Keynes (con su utópica idea de crear una moneda común para todo el mundo llamada “bancor”) y el estadounidense Harry Dexter White, del Departamento del Tesoro, quien terminó ganando la batalla. Al final de Bretton Woods, quedó establecido que el dólar estadounidense sería la moneda para hacer las transacciones internacionales. Y las dos instituciones que se crearon en aquella reunión, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, realizarían préstamos en dólares a los países con problemas económicos tras el fin de la guerra.” Chan.

La guerra nos dejó un gran legado: el dólar global y el FMI. Mientras en Argentina se discute sobre la ‘dolarización’ recordemos que recién en 1944 el dólar se convirtió en la moneda de cambio mundial. Hace apenas 80 años. Como la historia que vamos a contar se remonta a milenios atrás, podemos decir que eso ocurrió ayer nomás.

¿Fue el dólar el gran vencedor de la guerra?

Le formulamos la pregunta al filósofo y sociólogo italiano, Maurizio Lazzarato, autor del excelente libro “El imperio del dólar”:

“Si. Pero también podemos decir que ya había vencido en la Primera Guerra Mundial. Durante la primera guerra mundial los EEUU empezaron a ocupar el lugar del imperio británico porque les prestaron plata para la guerra a los países europeos. Por lo tanto, en aquel momento ya eran el ‘salvataje’ de Europa otorgando grandes créditos. Ahí empezó el cambio entre el imperio británico y los EEUU. Estados Unidos tuvo peso en las negociaciones de Versalles después de la Primera Guerra Mundial. Los americanos no pidieron el reembolso de la deuda cuando entraron en la guerra -y entraron muy tarde-. Otorgaron prestamos muy altos antes de entrar en el conflicto, y obligaron a Francia e Inglaterra a ponerle sanciones muy pesadas a Alemania para poder pagar la deuda con EEUU. Esto provocó, prácticamente, el surgimiento del nazismo. El nazismo nace, de hecho, porque el tratado de Versalles fue una venganza contra Alemania.”

(Pausa.¿Una de las causas del nazismo sería el ahogo financiero al que obligó Estados Unidos para someter a Alemania después de la primera guerra? Caramba.)

El asunto es que Hitler llegó al poder. Claro que antes pasaron cosas. No olvidemos que hubo una revolución en Alemania, una revolución socialdemócrata durante la primera guerra mundial, un coletazo de la revolución soviética, que finalmente fue traicionada y sus principales líderes brutalmente asesinados en 1919: Rosa de Luxemburgo y Karl Liebknecht. Es decir, la ‘venganza contra Alemania” de la que hablaba Lazzarato no era exactamente con el país que había declarado la guerra sino contra el que durante la guerra había derribado al que los metió en semejante drama. Como la revolución rusa, los alemanes se convertían en una amenaza bolchevique. La extrema derecha le torcía el pulso al socialismo y abría el camino para el Fürer.

La economía nazi

Cuando el 30 de enero de 1933, el presidente alemán Paul von Hindenburg nombra canciller de Alemania a Adolf Hitler, líder del Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores, conocido popularmente como Partido Nazi, la desocupación había escalado al 30%. No era suficiente aplicar el concepto de Lebensraum, “espacio vital”, que implicaba avanzar hacia Europa del Este, y exterminar, deportar y esclavizar a quienes no fueran arios para terminar con el flagelo del hambre. Puso en marcha un plan de gobierno basado en cinco puntos:

1.Gran programa de obras públicas (graf: Obras Públicas)

2.Fomentar la industria armamentística (Armas)

3.Emisión de Bonos llamados Mefo para financiar el deficit fiscal (bonos)

4.Privatizar las empresas estatales como bancos, astilleros, líneas ferroviarias, navieras, organizaciones de asistencia social. (Privatizaciones)

5.Cierre de los sindicatos y prohibición del derecho de Huelga. (Represión)

Este combo de búsqueda de territorio, depuración demográfica con criterios racistas y conservadores, logró bajar la desocupación y estabilizar la economía pero llevó al país a la Segunda guerra mundial.

La solución para la crisis económica mundial tuvo un costo altísimo: murieron 40 millones de civiles y 20 millones de soldados, casi la mitad de ellos solamente en la Unión Soviética.

Saint Exupery desapareció del planeta cuando todavía los poderosos de la tierra brindaban por el Nuevo Orden Internacional conseguido Bretton Wood. Fue uno de los millones de muertos en lo que algunos dieron en llamar ‘una epopeya por la paz y la libertad’. Sesenta millones de principitos que volaron por los aires con sus preguntas a cuestas.

La paradoja del asunto es que tanto dolor solo sirvió para salvar ‘la economía’. El dólar se impuso como moneda de un mundo irreparablemente dividido en dos. Una imaginaria ‘cortina de hierro” incomunicaba el Este del Oeste.

Continuará…

(En el próximo capítulo: Los alquimistas del deficit)

Investigación, entrevistas y textos: Laura Giussani Constenla

Continue Reading

Entrevistas

Uruguay: Plebiscito para garantizar derechos a los jubilados ¿de qué se trata?

A las elecciones presidenciales de octubre se les agregó un condimento inesperado: el PIT-CNT logró juntar las firmas para que junto con el voto se pueda optar por una papeleta que plebiscite la baja de la edad jubilatoria a 60 años -que había sido aumentada por el gobierno de Lacalle Pou-, que su asignación sea igual a un salario mínimo y se anulen las jubilaciones privadas. Si bien se trata de un reclamo propio del Frente Amplio, las opiniones están divididas y no todo el Frente adhiere a la medida, convirtiéndose la Central Obrera en protagonista del debate. Los uruguayos que vivan en el exterior y viajen para votar deberán estar informados sobre el contenido de este referendum. Por eso entrevistamos a un dirigente histórico del PIT-CNT, ex diputado nacional, Luis Puig, que nos explicó las razones y alcances de esta propuesta que tiene caracter de reforma constitucional. En caso de aprobarse, los derechos de los jubilados no podrán ser modificados por una simple ley, sea cual sea el gobierno que asuma.

Continue Reading
Advertisement

Facebook

Copyright © 2017 Zox News Theme. Theme by MVP Themes, powered by WordPress.