Nora Anchart comenzó el último programa con una editorial sobre la previsibilidad (o la falta de), el tarifazo, la unidad sindical, la burocracia y la incertidumbre.
Con estas noticias arrancamos la semana y Nora Anchart prefiere no callar. Un editorial con nombres y apellidos: Javier Milei, Víctor Santa María, Mario Pergolini, y quienes se van a quedar sin voz: radio La Colifata.
Como ella, como los colifatos y colifatas, como nosotras, como Sivio: elijamos ser necios y cantemos: “Yo no sé lo que es el destino, caminando fui lo que fui, allá Dios que será divino, yo me muero como viví”.
Hubo un tiempo en que los peronistas eran ‘feos, sucios y malvados’, hoy quieren servir el peronismo sobre un fino colchon de hierbas en algún restaurante Perón Perón. Lo llaman ‘progresismo’. Así arrancó Nora Anchart su editorial del lunes para analizar qué se desprende del discurso de Cristina en Quilmes. Una opinión sobre lo que dijo, pero sobre todo sobre lo que no dijo. “Eligió no meterse en la actualidad más caliente y dolorosa. Una clase abierta para los suyos dejando al resto de la sociedad afuera. Segundos de autocritica muy ligth”. “
“Un acto público donde no se habla de los despidos masivos, ni de Ley Base. Semana de decisiones bisagra ausentes en el discurso de Quilmes. No hubo una línea para el brutal retroceso en el campo de los DDHH o la discriminación. Nada.Una memoria sesgada es olvido”
Mejor escuchala, porque se presta al debate abierto, sin ambigüedades. Tal como debe ser una opinión editorial. Es hora de hablar claro y Nora lo hizo éste lunes.