En pleno auge del menemismo, al buen Cavallo se le ocurrió una idea genial. Quizás una epifanía, de esas revelaciones que surgen a partir de un hecho pequeño y fortuito: bastaba ver toda esa gente que trabajaba de manera informal, un plomero o un músico, lo mismo da. Con una lógica inapelable pensó: ellos cobran por ésto, obtienen una ganacia. ¿cómo entran en el esquema fiscal? Así fue que encontró el modo para cobrarles un impuesto. Para el ministro de economía los matices existenciales no existían. Si ganaba algo y no estaba en relación de dependencia qué era? ¿un empresario? No, claro que no, pero dentro del sistema estaban de igual modo: producían algo y cobraban por lo que producían. Cavallo era un demente de la lógica. Le puso un nombre al difuso individuo fiscal: ‘trabajador autónomo’.
Luego se fue sofisticando y ahora todos
somos ‘monotributistas’, lo de trabajador se dejó de usar, o de
pensar. Ahora somos ‘pequeños contribuyentes’, algo así como un
‘entrepreneur’. Una paquetería.
¿Qué es un monotributo? La AFIP lo
define así: “Es
un sistema para que los pequeños contribuyentes puedan pagar sus
impuestos y sus aportes jubilatorios” .
La
definición es una verdadera trampa del lenguaje, una joya de
significados equívocos. No se trata de un ‘impuesto’, si no de un
‘sistema para que puedas pagar tus impuestos’. En lugar de insultar,
hay que agradecerles la gentileza de haber creado este monstruo para
sacarnos la poca plata que tenemos.
Sigamos
con la definición: “ Tiene dos partes: una impositiva y otra
previsional: Con
la parte impositiva, pagás impuestos. Con la parte previsional,
pagás aportes jubilatorios y obra social.”
En su momento se lo presentó como algo diferente y buenísimo -ideal para descontracturarse-, matabas muchos pájaros de un tiro. Pagabas dos impuestos al mismo tiempo evitándote engorrosos trámites: el impuesto a las ganancias ¿qué ganancias? Bueno, hombre, ese es problema suyo, póngase un poco las pilas. Y como usted produce, es de imaginar que fabrica productos, y los productos qué pagan? IVA. No se me haga el zonzo, o acaso tampoco quiere pagar el IVA?. IVA, Impuesto al Valor Agregado, o me va a decir que usted no le agrega un poquitito de valor a lo que hace?
En
definitiva: cuando pagas el monotributo pagas un impuesto a las
Ganancias y el IVA.
Cavallo
solía explicar estas incongruencias en la televisión, con sus
inmensos ojos celestes que no pestañaban y la pelada brillante, con
una verba convincente. Hipnotizaba al espectador con su lógica. Era
difícil darse cuenta que de lógica entendía pero de realidad no,
así que todo partía de una mirada errada del pobre tipito fiscal.
Como
ya se dijo, el monotributo no solo tiene la parte fiscal, también la
previsional. Porque Cavallo era un hombre justo de toda justicia y
sabía que nadie en el país debía estar desprotegido, todo
trabajador debía tener una obra social, y el derecho a una
jubilación. Sí, sí, es una conquista adquirida, el Estado debe
velar para que esa conquista se cumpla. Bien ¿quien tiene que pagar
ese derecho? Y, usted m’hijo, o acaso no es autónomo? Si eligió no
tener jefe ni sindicato, problema suyo.
El pobre tipito fiscal que alguna vez fue plomero pudo convertirse en el que te vende el chori en las marchas y si tiene suerte consigue un laburo en el estado, finalmente, consigue un jefe. Pero no, nunca dejará de ser un pobre tipito fiscal.
El sistema creado por Cavallo es a
todas luces inadmisible, ridículo de toda ridiculez. Sin embargo,
ningún gobierno posterior lo derogó. Es más, lo empeoraron
sensiblemente desde el punto de vista existencial.
Antes, al nacer, te daban una cédula
de identidad. Allí estaba tu foto, el día en que llegaste al mundo,
tu mamá y tu papá. Eras una persona y tenías nombre y apellido.
Ahora no nacés solo como una persona
con identidad propia, con nombre y apellido, con mamá y papá, ahora
también tenés tu documento fiscal. A los siete días ya te dan tu
número. Los años dirán si sos cuit, cuil, o sociedad anónima pero
que vas a pagar, vas a pagar. Casi que parece un impuesto al
nacimiento, o la marginalidad. Vos elegís. El aire es libre.