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Entrevista a Graciela Aleñá. Cuando las mujeres hacemos camino.

A días del 8 de marzo, conversamos con Graciela Aleñá, Secretaria General del Sindicato de Vialidad. De su vida y trayectoria gremial, las dificultades de ser mujer en un medio hostil, y de la realidad nacional: las extorsiones de Milei, las burlas de Adorni, Telam y los despidos, el déficit cero y el parate total de obras, el falso diálogo propuesto por el gobierno. Y la situación de los trabajadores de Vialidad. Recién la semana pasada asumió un interventor, no había firma ni proyectos. Nora Anchart en una entrevista que lleva su sello.

LCV: ¿Cuando empezaste tu trayectoria gremial?

—Empecé como delegada al poquito tiempo de entrar en vialidad. Enseguida los compañeros me ofrecieron ser delegada. La verdad, que no tenía conocimiento de nada. Entré cuando murió mi padre, que era vial, en el año 74, diciembre del 74. Así que en el 75 ya me lo propusieron y bueno, ahí empezó.

LCV: Años duros, Graciela, para empezar.

—Sí, durísimos, claro que sí. Ahí tuve que aprender porque yo no sabía nada. Yo venía a estar en mi casa, a hacer laburos en casa y ahí tuve que aprender un montón de cosas, estudiar lo que era esto. La verdad que me atrapó muchísimo. Fui delegada muchos años. Estuve en la Comisión Paritaria prácticamente todos mis años o toda mi carrera como sindicalista, después fui Secretaria General de la Seccional Capital, Secretaria Adjunta a nivel nacional muchos años. Este es el segundo período que soy secretaria general del sindicato.

LCV: ¿Cómo era ser Secretaria General de un sindicato como Vialidad que tiene un gran componente administrativo, pero también tiene mucha gente en obra y mucho hombre en obra y demás? ¿Cómo era en aquel momento hacer sindicalismo una mujer en ese tipo de gremio?

—Y costaba muchísimo, la verdad que costaba. Me imagino que en general, pero en algunos sindicatos tenías que trabajar mucho, siempre trabajar dos, tres veces más que el resto para que de alguna manera hubiera un reconocimiento a la tarea. Creo que eso es lo que más me formó a mí en esta situación, el hablar prácticamente todos los días con los compañeros y recorrer oficina por oficina. Creo que ese fue un ejercicio en el que aprendí mucho. Aprendí mucho a hablar y aprendí mucho a escuchar, que a veces es más importante que hablar.

LCV: ¿Para el delegado es más importante escuchar?

—Sí, sí. Yo creo que si vos sabes escuchar como dirigente, el resultado de lo que tenés que hacer es mucho más fácil. Por supuesto que a veces no siempre podés darle el gusto a todos o solucionar el tema de todos, pero en general te resulta más fácil.

LCV: Decíamos recién que 1974-1975 fueron años sumamente difíciles para el país, pero para el sindicalismo también, particularmente, era sumamente difícil. Estamos hablando de los años del Rodrigazo, de años de muchísima violencia, de violencia civil en las calles y también de muchísima violencia económica con todo lo que sucedió en el gobierno de Isabel. Habiendo vivido aquella etapa, ¿cómo vivís esta etapa?

—La verdad, mucho más preocupada que en la anterior, porque la celeridad del castigo a la clase trabajadora es superrápida, va en un jet todos los días y aparte a todos los sectores.

LCV: O sea, es peor esta etapa que 74 o 75.

—Sí, de otra manera. Aquella tuvo cosas medio oscuras, que hay que reconocer que fue así. Temor por otras cosas. Pero acá lo que uno ve es en peligro todo el sistema, ¿no es cierto? Porque uno no puede de la noche a la mañana hacer desaparecer Télam, hacer desaparecer Aerolíneas, hacer desaparecer el Banco Nación. No sé, queda claro que odian el Estado, queda claro que no quieren saber nada con el Estado, nada más que para un grupito pequeño que arribe a sus negocios, ¿no? Porque si no, uno no encuentra sentido. Tener hoy chiquitos que no pueden acceder a su remedio oncológico, tener chiquitos discapacitados que han perdido toda la posibilidad de estar a la par que cualquiera, de poder ejercitarse en una escuela y como es un montón de cosas más, que no las voy a enumerar, llevaría mucho tiempo, pero me parece que estamos todos en peligro.

LCV: Acabás de mencionar tres veces un verbo, que es el verbo desaparecer. Cuando le hicieron una pregunta al vocero del presidente, a Manuel Adorni, acerca de qué iba a pasar con la agencia Télam, dijo: Desaparecerá. Con todo el contenido y el continente que tiene esa palabra para los argentinos, usada desde un púlpito del Estado. Esta situación en donde no están necesitando tanques para estar acabando con nosotros, vos decís que más allá de los votos, yo sé que los votos fueron democráticos, que hay que respetar y demás, pero digo, ¿el poder que se está ejerciendo es un poder democrático o es un poder rayano en el autoritarismo?

—No, es autoritarismo y extorsionador. Quedó claro el otro día cuando habló el presidente, que también es extorsionador este gobierno, ¿no es cierto? O sea, te invita a firmar un acuerdo como el que invitó a firmar, siempre y cuando le voten las leyes que él quiere. O sea, la verdad que no sé qué tipo de negociación es esa. Nunca conocí. Cuando hablo de negociación, hablo buenamente de lo que es negociar, en política o en gremio. O sea, lo que hace es extorsionar. Si vos me votaste el DNU o la Ley Ómnibus, yo te invito y venís a Córdoba, firmamos y somos todos amigos. Creo que es un autoritarismo total. Creo que pueden decir cualquier cosa, manchar a las personas; el mismo el vocero, reírse, chau, chau, Télam. O sea, burlarse de la cantidad de trabajadores, de toda una historia, además, que tiene Télam.

Yo le pediría al Presidente que diga los nombres de los ‘ensobrados’, porque salvo a Massa, solo mencionó sindicalistas. Está claro dónde quiere llegar.

LCV: 78 años, pero además, 700 trabajadores que son 700 familias.

–Por eso. O sea, yo creo que estamos bancándonos que nos digan cualquier cosa en los medios y los medios hacen silencio sacando alguno que otro que por ahí te lo pase y te toma posición. El resto hace silencio y es una barbaridad lo que está pasando, ¿no es cierto? Yo le pediría al presidente que tire los nombres de de los ensobrados, que tire los nombres de los gobernadores, porque qué casualidad, sacando a Massa, que lo nombró, después son todos sindicalistas los que nombró. Entonces, ya está claro hacia dónde quiere llegar.

LCV: ¿Por qué crees que estamos tranquilos? ¿Por qué la gente está soportando esto?

—No sé, yo creo que por ahí nos hemos acostumbrado a estar más tranquilos y nos está faltando comunicar, tal vez,, hacer ver cuál es la realidad, hacer ver lo que significa el DNU o la Ley Ómnibus, que cada ciudadano lo vea. Creo que está faltando un poco de esa enseñanza, porque no tienen porqué saberlo tampoco, aparte son miles de hojas. Pero bueno, yo creo que pasa por ahí, pasa por algunos que creen que no les va a tocar. No sé, esta situación así adormecida tal vez es lo que más nerviosa me pone a mí en lo personal, pero también a veces pienso que es esta calma previo a la tormenta.

LCV: ¿Tenés hijos?

—No, tengo unos sobrinos hermosos.

LCV: Te preguntaba porque viste que uno siempre proyecta cosas y el otro día me decía una amiga que esta generación es la primera en que los hijos van a estar peor que los padres.

—Y sí, porque aparte sumale este odio que hay, que es terrible. El odio es una cosa en la mirada, en los gestos, en la calle. No te importa nada del otro; pero está engendrada por las propias palabras. Si un vocero presidencial le dice a los trabajadores, a los 700 trabajadores de Telam: Chau, Télam, chau, burlándose, el que viene atrás se va a burlar más y el troll que lo sigue a él se va a burlar más. Y esto es una cadena que no la vamos a terminar nunca.

Estamos a días del operativo de vialidad invernal en Patagonia. Todavía no se ha comprado sal. Sin sal no podemos despejar la nieve. Estamos en el aire.

LCV: Graciela, vayamos al tema concreto de vialidad. ¿Cuál es la situación? Ustedes la semana pasada tuvieron un encuentro. Contame, ¿cuál es la situación laboral de los trabajadores de vialidad y qué respuesta tuvieron la semana pasada?

—Por suerte nombraron al administrador de Vialidad Nacional, no teníamos administrador y eso significaba una serie muy grave de inconvenientes porque no podíamos hacer absolutamente nada, sacando que algunos funcionarios se hicieron cargo de alguna manera de la situación. Pero la verdad que también estoy preocupada porque la reunión fue buena, las intenciones, un poco lo que queríamos escuchar nosotros, que íbamos a continuar con la conservación, esperanzados en que se retome la obra pública, no solo por nosotros, sino por los cientos y miles de compañeros que se han quedado sin trabajo, pero la verdad que pasan los días y es preocupante. Nosotros estamos previos a lo que es el operativo invernal en toda la Patagonia para el despeje de nieve y estamos medio en el aire, ¿no? Todavía no se ha comprado la sal, si no tenemos sal no podemos despejar la nieve, etcétera, etcétera.

LCV: Claro, porque vialidad no es solamente el tema de hacer los caminos, sino también de mantenerlos, de tenerlos.

—Sí, básicamente la mayoría de nuestros trabajadores están dedicados a la conservación. Lo que es construcción se hace con empresas, con la inspección, laboratoristas y demás nuestros, pero el fuerte nuestro, nosotros estamos atendiendo ahora casi 28.000 kilómetros de conservación. Deberíamos estar atendiendo. Esto nos preocupa. Le decía a los compañeros al principio de toda esta gestión que, bueno, hay varias maneras de privatizarte, no voy a usar la palabra desaparecer, pero de sacarte del medio e ir desfinanciándote, ¿no? y en este momento yo tengo que decir que estamos desfinanciados. Se les debe a los compañeros los viáticos del mes de diciembre y toda una seguidilla de cuestiones que la verdad es preocupante. Yo espero que el administrador con la palabra que me dio personalmente pueda cumplirlo porque se vio una buena intención pero si el gobierno no se levanta de la caja donde se sentó, va a ser muy difícil que podamos realizar nuestra tarea y la gente nos va a terminar insultando a nosotros.

Una de las formas de privatizarte es desfinanciarte y estamos desfinanciados. Todavía nos deben los viáticos de diciembre. Si el gobierno no se levanta de la caja donde se sentó va a ser muy difícil

LCV: Viste que ya hay varios interventores que están renunciando justamente porque están pidiendo la guita mínima para funcionar y Caputo se las niega.

—Por eso, así es fácil tener un déficit cero. No trabaja nada, nada se mueve, todo se paraliza, echamos trabajadores, cerramos empresas, no sólo del Estado, privadas, bueno, lo que está pasando con el tema del acero, ¿no es cierto? Es gravísimo.

LCV: ¿A cuántos trabajadores involucra esto? Incluyendo lo del acero, lo que tiene que ver con los caminos y todo lo demás

—Y que están en paralelo es un montón, es un montón, porque tenés algunos donde se construye camino, los compañeros de la construcción, el que vende el asfalto, el que vende la nafta, el que te vende las herramientas para que puedas trabajar, el aceite para el gasoil, las cubiertas, hasta la comida en la zona donde estás trabajando y movilizando toda la tierra. Es un montón. No sé hoy decirte el número porque el viernes pedì el dato de la cantidad de obras viales que se han paralizado, porque cuando hablan de paralización de obras están hablando en general de lo que es el agua y demás, pero de obras viales, y bueno, no tengo el número, pero sí lo primero que me dicen es “terrible Graciela”. Eso nos preocupa mucho, porque no somos solo nosotros.

Los funcionarios dicen que los empresarios se harán cargo de las obras pero ninguna empresa se va a hacer cargo de una ruta en donde pasan 10 autos por día. Allí es donde debe estar el Estado

LCV: Porque en el momento del apogeo de las rutas argentinas, a la vera de las rutas, lo que crecía eran los pueblos. En la medida en que los pueblos, las rutas, van cayendo en desuso o no se arreglan y demás, la consecuencia más directa es la desaparición de esos pueblos.

—Sí, además la falta de conectividad. Vialidad, indudablemente, cuando yo escucho que los funcionarios hablan de que las empresas van a hacerse cargo, ninguna empresa se va a hacer cargo de una ruta donde pasan 10 autos por día.

LCV: ¿No es por eso que las rutas que son nodales para poder tener conectividad en pueblos que de otra manera no la tienen porque no son rentables? ¿No es ese el sentido del Estado?

—Ahí es donde está el Estado. El que tiene que salir hasta un hospital en una localidad vecina, los chiquitos que van a la escuela, no sé, el que trabaja, el que va a trabajar a un pueblo vecino. O sea, me parece que es importante y aparte un tema que nadie está hablando, que esto es grave, ¿no?, la falta de conectividad, de la salida de nuestra mercadería, de nuestra producción del campo, que es el tema de los accidentes. Porque si yo no corto el pasto, no repongo las señales que se roban, no hago el bacheo de las rutas, no recalzo las banquinas, etcétera, etcétera, y bueno, van a terminar habiendo mucho más accidentes de lo que podía haber hasta ahora. Aparte, algo que es grave para el país, no puede ser que cada cuatro años cambie el gobierno y damos diez pasos para atrás. Vamos para atrás, después volvemos para adelante. Estamos siempre parados en el mismo lugar.

Este parate nos hacer perder todo lo que ya se puso en las rutas argentinas. El deterioro de los caminos tendremos que volver a pagarlo y será más caro que el mantenimiento. Ese es el verdadero robo

LCV: ¿Cuál fue el mejor momento nuestro en términos de obra vial?

—Hace muchos años. Me acuerdo por mi padre, que me contaba. No recuerdo bien el año, pero hace bastante. Hubo un administrador que le dio mucha fuerza a Vialidad. Después fueron vaivenes, decaímos como estamos decayendo ahora. La gestión pasada levantamos, ahora caemos, caímos con el macrismo. Es muy difícil. A mí lo que me preocupa es que todo es plata del Estado, porque se habla tanto de la plata del Estado. Y estos señores, este frenate que están haciendo, no hacen otra cosa que haber perdido lo que ya se puso en las rutas argentinas, porque este deterioro que va a haber en los caminos, lo vamos a tener que volver a pagar en lugar de tener un mantenimiento permanente, ¿no es cierto? Ese es el verdadero robo.

LCV: Y el ciudadano lo paga cada vez que se le rompe un auto o se le rompe algo del auto transitando esos caminos.

—Y rogamos que no se muera nadie, ¿no?

LCV: Graciela, para cerrar, ¿tenemos salida? ¿Cómo salimos de esta?

—Creo que tenemos salida si dejamos de pelearnos por lo menos los que pensamos parecido o los que queremos un objetivo claro o el mismo objetivo, dejemos de criticarnos si este fue, no fue, si esta se habló de más. Creo que lo primero que hay que partir es tener en claro quién es el enemigo y, bueno, alguien hablaba de que hay que hacer la unidad hasta que duela y yo sí creo en una unidad donde por supuesto hay quienes para mí no tienen retorno que son aquellos que jugaron con la derecha o formaron parte de los gobiernos de derecha que destruyeron al pueblo trabajador. Después los demás son todos bienvenidos porque creo que tenemos que aparte tener en claro qué queremos hacer de nuestro país y algo que dure muchos años.

(Entrevista realizada por Nora Anchar en el programa La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores del 4 de marzo de 2024. Escuchanos todos los lunes de 18 a 20 por larz.com.ar)

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Kurt Lutman: “Todos somos artistas de nacimiento”

Kurt Lutman tiene sangre alemana, española, italiana y árabe. Pero es cien por ciento rosarino. “Yo nací en Rosario en el ‘76 y recién tuve el documento en el ‘83, porque mi vieja se había empecinado en ponerme Kurt y no se aceptaban nombres extranjeros. Sí se aceptaban empresas multinacionales extranjeras, pero nombre, no”. Sus orígenes fueron tan variopintos como su destino. Empezó como jugador de fútbol en Newlls Old Boys. Se destacaba como enganche y tenía un futuro prometedor hasta que un día, allá por el año 2000, quiso entrar al estadio con una bandera de HIJOS. Se lo prohibieron y Kurt se peleó feo con la directiva del club que decidió bajarlo a la reserva. Tenía 24 años cuando su foto dio vuelta el mundo. En la tercera metió un golazo y lo festejó mostrando una camiseta que decía: “Carcel a Videla y a todos los milicos asesinos”. Testarudo, no habían logrado acallarlo pero sí que dejara el fútbol. Desde entonces tuvo oficios varios: albañil, vendedor de limones, artista de circo y escritor ambulante. Descubrió que el arte estaba en su cuerpo no sólo para dibujar gambetas. Empezó a escribir, y editar sus libros que vendía en persona, entregando a domicilio. Un escritor en bicicleta. Las bicicletas hablan mucho de Rosario.

Con ustedes, Kurt Lutman, un laburante todo terreno y militante de la vida.

LCV: ¿Cómo es que tu carrera devino tan variopinta? Supongo que albañil, vendedor de limones y artista del circo tiene que ver con algo de buscavida, pero a lo mejor con el artista del circo combinaste también tu vocación de jugador de fútbol?

—Está bueno ese puente que tejes. Primero, yo creo que todos los oficios por los que pasé tuvieron que ver con poder ganarme el mango y poner la mesa y alimentar a mis dos hijos. Segundo, que ese vínculo que yo creí que no existía entre el arte y el fútbol. Yo de toda mi vida había hecho fútbol, nunca había tenido ninguna búsqueda de expresión artística, más allá de que el fútbol también es un arte, pero digo, lo que es la búsqueda artística tradicional. Un amigo me convenció de que en realidad no estaban muy separados y esto que vos marcaste, que había un lenguaje en el cuerpo que uno podía ir encontrando. Tuvo razón. Yo soy un convencido de que en realidad somos artistas del nacimiento, y que según la sociedad en que crezcamos, la familia, la cultura, nos vamos de a poco haciendo espectadores del arte en lugar de constructores y protagonistas.

LCV: Sí, hacemos lo mismo con la vida.

—Totalmente. Lo mismo que hacemos con la historia de nuestro país. Entonces esa búsqueda de poder empezar a ejecutar, empezar a hacerme cargo de que había todo un lenguaje poético que cada uno puede construir. Empecé a jugarlo y me entusiasmé y terminé convirtiendo un poco esa experiencia de lo que fue la Escuela de Arte Urbano de Rosario, que es la escuela de circo, devenido a poder escribir, y de ahí pude sacar cinco libros.

LCV: ¿Son novelas, cuentos, hay poesía?

—Hay crónicas, hay poesía, hay algunos cuentos cortos. Yo no tengo un modo, no he tomado talleres de escritura. He tenido un poco el arrojo de poder empezar a escribir por el impulso de algunos amigos, y al ver que me gustaba mucho, empecé a encontrar un tono propio. Yo siento que la construcción de esa autoridad interna es muy difícil, ya que tenemos varas demasiado altas en esto de la construcción del arte, ¿no? Ustedes siéntense y miren. Porque hay ciertos escritores, porque hay ciertas escritoras, y porque en realidad para escribir hay que pasar por ciertos lugares y hay que tener cierto estilo, y hay un montón de ciertos, ciertos, ciertos que nos dejan afuera, ¿no? Y lo que termina sucediendo es que las expresiones populares quedan relegadas a como si fuera un arte de segunda mano. Así que yo empecé a jugar con mi arte y la verdad que estoy muy contento.

LCV: El concepto de trabajo en cultura, ¿Para vos cómo es?

—Yo creo que la cultura debe ser remunerada y que es un laburo, y que el laburo es cultura, como bien vos lo marcabas, y que habla de la cultura de un pueblo, cultura como cultivo de la tierra, como esa expresión propia. Yo defiendo mucho lo que es mi laburo con respecto al arte. También esa defensa y ese empoderamiento para poder traducirlo en laburo, siento que tiene que ver con un par de palabras que dije antes, que es la autoridad interna. Cuando uno siente que empieza a querer lo que hace y le da un valor, ya puede poner un valor hacia afuera y decir che, mi laburo, mi trabajo, mi arte vale. Pero eso va de la mano muchas veces de esa construcción de autoridad, porque cuando uno no tiene esa solidez o todavía está medio enclenque, incluso saca libros y los regala porque le da vergüenza cobrarlos. He pasado por ese proceso también. Entonces a mí me parece interesantísimo esto de poder recuperar no solamente la dignidad y la autoestima, tanto con respecto al laburo como con respecto al arte que uno hace.

LCV: ¿Militaste en Hijos por una por decisión propia de acercarte a la gente de Hijos, o tu familia también estuvo atravesada por esa historia?

—No, la particularidad que tiene Hijos Rosario y que tenía en su momento, es que se consideraba hijos de una generación y de una misma historia. Entonces no había una cuestión de necesidad filiatoria o familiar. Yo no vengo de una familia militante, bah, mis viejos no eran militantes, mis abuelos sí, más mi abuelo materno.

LCV: ¿Qué hacía tu abuelo materno?

—Era un tipo que era peón de taxi y laburaba en el sindicato también. También fue delegado del ferrocarril. Fue un tipo que tenía inquietudes con respecto a la justicia peronista. De ahí creo que recojo y recupero un poco la cuestión casi intuitiva de estar dentro de un equipo, en el club que sea, y entender de que hay un salario que si hay uno que no cobra, no tiene que cobrar nadie. Por eso uno se considera parte de un equipo. En ese marco empecé también, porque me han enseñado así mis compañeros, a mirar que no solamente uno juega en equipo dentro de la cancha, sino que pertenece a un colectivo afuera.

LCV: Hace muy poco, en medio de los despidos de los estatales, alguien me aconsejaba que como a mí no me está yendo tan mal que no me angustiara tanto: “deja de mirar tanto el bosque y copate con tu árbol’ me decía, pero no me sale. ¿A vos te sale?

—Yo creo que es necesario por momentos las dos cosas. Creo que es tan avasallante la realidad que a mí me ha pasado que cuando estuve cotidianamente conectado a lo que iba sucediendo en realidad entraba en niveles de temor muy profundo y opté por cerrarme. Y al cerrarme quedé por fuera de una realidad que también me hacía mal. Entonces yo creo que hay una dualidad, un pivoteo, o por lo menos es muy personal, ¿no? Pero que a mí me ha servido mucho, que es entrar y salir de la realidad, porque realmente se me hace muy avasallante. Ver la cantidad de miles y miles y miles de compañeros y compañeras despedidos, y la cantidad de miles y miles y miles de pibes que no morfan. Entonces cuando uno está en estos niveles de angustia no creo que el argumento sea vos que no la pasás tan mal, no tenés que zapatear, sino vamos a cuidarnos, vamos a protegernos donde pueda, pero somos parte de una comunidad que en realidad se hace inviable que uno la pase bien si todo un pueblo está siendo castigado.

LCV: ¿Qué hacemos para que todo esto pare? ¿Le ves salida a esta historia a vos?

—No, la salida que veo tiene que ver con que este gobierno en realidad se interrumpa y termine lo antes posible. No tiene que ver con no respetar la democracia. Una cosa es ser democrático, yo soy democrático y recontra banco las instituciones democráticas y creo que una de las mejores conquistas que hemos conseguido como pueblo es la recuperación de la democracia. Otra cosa es que un desquiciado masacre económicamente a parte de una población, y que uno en nombre de un cierto juego democrático tenga que bancarse cuatro años de gente muriendo en los hospitales porque no hay insumos y porque el tipo no apuesta a lo público. Entonces me parece que el juego democrático incluso, cuando uno habla de democracia, de libertad, que son palabras que últimamente están dando vueltas, bueno no, hay límites. Y cuando la cosa se pone tan peligrosa como se está poniendo, siento que los partidos políticos deberían tomar una decisión drástica que tiene que ver con quitarle el apoyo político a este tipo y dejar de hacerle juego. Hablo también de los gobernadores de las provincias que están siendo cómplices de este desquicio.

LCV: Decime dónde podemos conseguir los libros.

—Los libros en este momento están agotados en papel, porque como no tengo editorial, ni la busco tampoco, por el momento es un laburo autogestivo, suelo reeditar los libros después de que vendo cierta cantidad y últimamente la realidad me impone poder gastar esa guita en poner la mesa en lugar de reeditarlo. Entonces mis libros se están vendiendo solamente hasta el día de hoy en formato digital. Me pueden encontrar en Instagram @kurtlutman. Ya que me pusieron un nombre tan extravagante, lo utilizo para que me puedan encontrar.

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Semana decisiva: marchas, paros y reclamos contra un gobierno ‘entusiasta’ dispuesto a reprimir.

¿De qué se ríe señora ministra? Mientras el gobierno festeja sus supuestos éxitos -menos inflación, dólar en descenso, y búsqueda rabiosa del ‘déficit 0’ a cualquier precio- en la sociedad los conflictos crecen. Una vez más estamos frente a la paradoja de que ‘al país le va bien’ pero a sus habitantes no. Algunos expresan su desesperación en forma colectiva, con marchas, comunicados, paros; mientras la tensión individual se expresa diariamente en hechos de violencia cotidiana, peleas callejeras o automovilistas al borde del ataque de nervios. La clase obrera organizada todavía tiene sus recursos pero los hombres y mujeres que se ven colgados del cordel que divide a la clase media de la pobreza, estallan por motivos impensados. El humor social estalla, entre tanto el gobierno pone el pie en el acelerador. Se publicó este martes en el Boletín Oficial una resolución del Ministerio de Seguridad que estableció que el bloqueo a la entrada de empresas se convierte en una figura criminal que será reprimida por fuerzas policiales y federales. Habilitan, además, a los patrones a un ‘despido con justa causa’ para aquellos que participen de la protesta. Patricia Bullrich creó una línea de emergencia por whatsapp y mail para denuncias ante el Ministerio de Seguridad.

Así las cosas, este es el resumen de conflictos de ésta semana:

Jubilados. Manifestación en el Congreso por varios gremios de la CGT, las dos CTA, UTEP, y organizaciones sociales en contra del veto a la ley que promueve una mínima mejora en la situación de los jubilados. Una marcha que se espera multitudinaria a pesar de las amenazas del gobierno de ‘aplicar el protocolo de modo especial’ según las declaraciones del caradepiedra vocero presidencial Manuel Adorni . Negociaciones de última hora hacen tambalear la confirmación de una ley que tuvo amplia mayoría para su aprobación. Milei, su hermana y varios ministros -entre ellos Patricia Bullrich y Petri, que lo único que los vincula a los jubilados son los gases lacrimógenos- se reunieron con cinco diputados radicales dispuestos a cambiar su voto. Bastaría con ausentarse y no dar quorum. El gobierno milita el gran ‘faltazo’ a la Cámara. Los gremios por la gran presencia en las calles.

Docentes universitarios enrolados en la CONADU Histórica anunciaron otro paro de 48 horas el miércoles 11 y jueves 12 de septiembre. Recordemos que el jueves 12, se debate en el Senado la Ley de Financiamiento Universitario que ya fue aprobada en Diputados. El estado de alerta de los profesores se debe al casi seguro veto de Milei a una ley que serviría para aliviar la falta de presupuesto de las universidades públicas. Para evitar el éxodo de docentes calificados que renuncian porque su sueldo se vió perjudicado en el último año en un 45%, y mantener la calidad de la enseñanza y la sobrevivencia de las familias trabajadoras de la universidad, exigen, también, aumento salarial. Por su parte, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) declaró la emergencia en materia salarial de las y los trabajadores docentes y no docentes de esa casa de estudios.

Aeronáuticos. Continúa el conflicto en reclamo de aumento salarial en los aeropuertos del país. Este martes los trabajadores de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), empleados por la empresa estatal Intercargo, realizaron asambleas informativas de dos horas de duración en Aeroparque, Ezeiza, Córdoba y Mendoza luego de fracasar una reunión para discutir paritarias realizada el lunes, después de meses de falta de diálogo con el gobierno que trabaja para decretar la aeronáutica comercial como un servicio esencial y evitar este tipo de acciones. Además, los funcionarios de Milei trabajan para ver cómo sacan a Biró del Directorio de Aerolíneas Argentina. Los sindicatos alegan que no se trata de paros sino de asambleas.

Despidos en Atucha. Este lunes 9 de septiembre, ATE, UOCRA, Luz y Fuerza y UECARA cortaron la Panamericana por los 250 despidos ocurridos en Atucha, que se suman a un centenar del mes de mayo y termina afectando por empleos directos o indirectos a 600 trabajadores. El vaciamiento de la CNEA que no recibe fondos desde diciembre de 2023 está tirando por la borda no solo el mantenimiento de seiscientas familias sino un proyecto ambicioso de promoción de pequeños reactores nucleares potentes para ampliar el flujo eléctrico imprescindible para la población, con grandes posibilidades de exportación. Diez años de trabajo técnico y obrero que implicó una inversión de 600 millones de dólares, tirados a la basura. Extraña concepción de ahorro del gobierno nacional.

Hasta aquí los conflictos más notorios, mientras se mantienen las luchas en diversas localidades que no obtienen repercusión nacional: médicos de Mendoza, pescadores de Mar del Plata, Pequeñas y Medianas Industrias, clubes sociales contra las SAD, periodistas precarizados, y tantos otros que difundimos semanalmente en La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores.

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Paralizan obra de reactor modelo. Otro golpe a la ciencia y 240 trabajadores despedidos en Atucha.

Este lunes, una movilización en la Panamericana, a la altura del ingreso al Complejo Atucha Zárate, convocada por ATE, UOCRA, Luz y Fuerza y UECARA en repudio a centenares de despidos en la Central Nuclear, echó luz sobre el desmantelamiento de uno de los proyectos más ambiciosos de la Comisión Nacional de Energía Atómica: el reactor Carem.

Del mes pasado a la fecha se despidieron más de 250 trabajadores directos. Tenemos que contar más de 600 sumando los despidos indirectos. Es una decisión criminal que tiene que ver con un mensaje al país del norte en cuanto a la competencia de Argentina“, declaró el secretario general de UOCRA-Zárate, Julio González. No es el primer recorte en la planta nuclear, un centenar de trabajadores abocados a la obra del reactor CAREM en el complejo Atucha ya habían sido desvinculados ante la falta de envíos de dinero por parte del gobierno nacional.

La medida no sólo destruye fuentes de trabajo y deja familias en la calle, también paraliza una iniciativa de vanguardia llevada adelante por el Estado Nacional. El reactor CAREM colocaba a la Argentina entre los líderes de un mercado estratégico a nivel mundial, compitiendo con grandes actores como Estados Unidos, China y Rusia. Así lo confirmó un reciente informe de la Nuclear Energy Agency, la agencia nuclear de la Organisation for Economic Co-operation and Development (OECD), que ubicaba al Carem argentino entre los proyectos a nivel mundial más avanzados en construcción, junto con otros dos en China y Rusia.

La decisión de abandonar un proyecto de esa magnitud fue justificada con el objetivo de ‘déficit 0’ que se planteó el gobierno como prioritario. Sin embargo, este ajuste lejos de un ahorro parece un despilfarro si se tiene en cuenta que ya se invirtieron en esa obra 600 millones de dólares, y diez años de trabajo. La obra comenzó el 8 de febrero de 2014 constituyéndose en el primer SMR del mundo en estar oficialmente en construcción. La idea era que se pusiera en marcha entre 2028 y 2030. Se había avanzado en el 85% de la obra y faltaba una última inversión entre 200 y 300 millones de dólares.

En declaraciones al diario La Nación, Sol Pedre, gerente de área Carem en la CNEA, afirmaba: “A nivel mundial está habiendo un renacimiento de la energía nuclear. Se busca triplicar este tipo de energía en diversos países. Y el tipo de reactores que está a la vanguardia de esta tendencia son los reactores modulares de baja y media potencia (SMR por sus siglas en inglés). El nuestro, el Carem, es uno de los más avanzados del mundo. De hecho, es el más avanzado del mundo occidental. Estamos muy bien posicionados para esta ventana comercial: los que van a poder captar una buena parte de ese mercado son los que puedan poner en marcha el primer reactor antes de 2030. Actualmente, competidores como Estados Unidos e Inglaterra no están ni siquiera en etapa de construcción. La oportunidad y la ventaja que tenemos es enorme, por eso apostamos por la sinergia”.

Para darnos una idea de toda la inversión tirada por la borda, vale destacar que este tipo de pequeños reactores es que pueden, a partir de módulos, sin necesidad de montar una gran central eléctrica, abastecer a países que no disponen de energía nuclear como algunas naciones en África e incluso en América Latina, como el caso de Bolivia. El proyecto incluía la idea de exportar reactores similares a países Australia, Holanda, Argelia, Egipto y Perú, entre otros.

La preocupación por esta medida no sólo atañe a los gremios que sufren los daños directos del ajuste sino por personalidades de distintos ámbitos políticos. El diputado nacional por Mendoza, Julio Cobos, junto a otros legisladores radicales, presentó un proyecto para que el Gobierno Nacional dé información “precisa y detallada” sobre el freno de los trabajos realizados por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y agregó: “El CAREM es el primer reactor nuclear de potencia íntegramente diseñado y construido en Argentina, a través del cual nuestro país reafirma su capacidad para el desarrollo y puesta en marcha de centrales nucleares”.

Desde abril, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) reclamaba una deuda equivalente a unos 9 millones de dólares por la construcción de los reactores CAREM y RA-10. Según el portal El Economista: “El reactor RA-10 es un proyecto que esta prácticamente terminado y fuentes del sector nuclear creen que el gobierno no dejará sin fondos. Pero la perspectiva para el CAREM es otra: las cifras estimadas para la concreción del proyecto chocan de frente con el objetivo de superávit fiscal primario del Ministerio de Economía conducido por Luis Caputo.”

La falta de pagos desde diciembre de 2023 fue denunciada en su momento con la advertencia de que podría haber cortes de servicios en centros atómicos, paralización de las obras de los proyectos CAREM, RA-10 y del Plan de Medicina Nuclear. La propia CNEA confirmó que la falta de financiamiento había provocado problemas en la actividad de “los pequeños proveedores de servicios en los centros atómicos y regionales, como también en los constructores de nuestras principales obras estratégicas”.

Alerta Atucha

Entre tanto, la Asociación de Profesionales Universitarios del Agua y la Energía Eléctrica (Apuaye) -gremio de los empleados de mayor calificación en la empresa estatal-le envió una carta al ministro de Economía, Luis ‘Toto’ Caputo, explicándole los riesgos de incorporar al directorio de Nucleoeléctrica a personal sin experiencia en el sector, la mayoría de los nuevos miembros tienen un perfil financiero pero desconocen todo lo referente a la labor nuclear. 

Serán ellos quienes deberán tomar decisiones fundamentales para mantener la capacidad energética del país. En principio, cabe recordar que Atucha I, la primera central nuclear de América Latina que está cumpliendo 50 años, tiene licencia para operar hasta el 29 de septiembre de 2024, según lo establecido por la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN). Una edad avanzada en la que se recomienda un parate para su mantenimiento lo cual podría significar una baja de electricidad en el período veraniego que se anuncia de altas temperaturas ¿Podrán los conocedores de economía y finanzas tomar una decisión a conciencia? Por el momento, el gobierno analiza postergar el mantenimiento para después del verano.

Otra cuestión clave en discusión es la posible privatización de la empresa Nucleoeléctrica Argentina S.A que controla todas las actividades de las centrales nucleares del país. Desde el sindicato Apuaye ya expresaron su rechazo a esta nueva embestida a la soberanía nacional.

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